Partida Rol por web

¡A Sangre y Fuego! (Iniciacion a Dark Heresy 1º 2015)

Capitulo 1: La Mina Gorgonida

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24/09/2015, 09:58
Narrador

El tono de voz de vuestro maestro indicaba claramente que no os considera los candidatos ideales para esta misión. De hecho, pareció dudar mientras os informaba de la situación en Sepheris Secundus. 

La reciente sublevación protagonizada por sus habitantes hubo de ser suprimida por la fuerza, de modo que se envió un pelotón de la Guardia Imperial para neutralizar el núcleo de la rebelión y silenciar a las masas. 

Una vez pasado lo peor, los guardias aseguraron la zona, para lo cual tuvieron que explorar la mina Gorgónida, escenario de los más duros enfrentamientos entre guardias y rebeldes. 

Los informes son un tanto imprecisos, pues varias escuadras de guardias imperiales se perdieron en la oscuridad de la mina, pero basta con decir que el comisario se vio obligado a sellar la mina y declarar toda la región bajo cuarentena. 

En circunstancias más ordinarias la Inquisición habría estudiado este asunto a su debido tiempo, pero el daño causado a la economía del planeta (y, por extensión, a la de todo el sector) sería demasiado grave si no se resolviera el problema. 

Y por ello os han enviado a vosotros. Es una encomienda bastante inquietante, puesto que no sois más que reclutas inexpertos destinados a la instrucción en Scintilla, pero erais los acólitos más inmediatamente disponibles y apenas supuso una molestia desviar el rumbo de vuestra nave y dirigirla hacia este gélido e inhóspito planeta.

Notas de juego

Proceded a presentaros entre vosotros

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24/09/2015, 09:59
Narrador

Os encontrais en una sala angosta dentro de un transporte ligero preparandoos para embarcar en un Crucero de batalla que os llevara hasta el planeta. Teneis todas vuestras pertenencias con vosotros asi como provisiones adicionales para el viaje.

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24/09/2015, 15:13
Alexander Quintus

Subí el transporte encontrándome con quienes serían mis compañeros en la misión. Los saludé con un gesto y les dije;

-Saludos, soy Alexander Quintus, espero que podamos cumplir con honor la misión que el Sagrado Emperador nos ha encomendado. –

Dije, saludándolos, haciendo el símbolo del águila Imperial en mi pecho. Observé con cierto interés quienes serían todos los acólitos que me acompañarían. Iría revisando mis armas, haciéndoles su mantención y revisándolas, mientras como siempre llevaba mis cartuchos santificados en el bolsillo, sin poder olvidar aquel combate que todavía me hacía tener pesadillas.

Sabía que iríamos en un crucero de batalla, por lo que no dudaba que nos podrían atacar, y si eso llegaba a suceder, quería llevar mis armas preparadas. Después de todo, era algo que había aprendido como recluta de las fuerzas de la tormenta. 

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24/09/2015, 15:34
Merek

- Es un placer conoceros, soy el agente Merek.

Respondí al saludo del agente Quintus de la misma forma, sonriendo de forma afable al resto de hombres y mujeres que embarcarían hacia Sepheris. Por un momento me arrepentí de mi austera elección de vestuario, ya que ahora destacaba por la pobreza de mis ropas. Una desteñida túnica cubría mis escasas protecciones corporales, mientras una pequeña pistola láser atada a mi cinturón prevenía a los incautos de acercarse demasiado. Seguramente me haría falta, pues no tardé en discernir que uno de mis compañeros se trataba de un Redencionista. Me pregunté que pasaría si se daba cuenta de que estaba en la misma célula que un psíquico.

Me aparté un mechón de pelo que caía sobre mi cara, pues la melena que ahora me llegaba por debajo de los hombros a veces era más una molestia que otra cosa. Sin embargo, no se trataba simplemente de una elección estética. Yo sé, que como algunos antiguos pobladores bárbaros sabían, la cabellera actúa como una especie de antena que ayuda a mejorar la percepción psíquica. Aunque también me gusta llevarlo así.

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25/09/2015, 04:35
Syagro

Syagro escuchaba las presentaciones y comentarios del resto del equipo con aparente indeferencia, aunque asentía de tanto en tanto con su calva cabeza siempre que alguién invocaba al sagrado Emperador. Había permanecido en un estado de profunda reflexión desde que fuera asignado tan improvisadamente a su actual misión. La autoridad de los inquisidores era incuestionable en voz alta, pero por dentro el veterano sacerdote no podía dejar de pensar con recelo en las verdaderas intenciones de aquella desprolija organización. Tal vez todo no fuera más que otra prueba.

- Soy Syagrro. - Dijo con su tosca solemnidad, incorporándose y dando un paso firme hacia la luz.  - Derramen su sangrre conmigo y serrán mis hermanos.

Su manera de hablar sonaba bastante rústica, una mezcla de gótico básico con un fuerte acento similar al vostroyano, desprovisto de todo vestigio de harmonía o sutileza. Para fortuna del resto de los acólitos, el gigante barbudo era conocido por ser un sujeto de pocas palabras, aunque tenía por otra parte la mala costumbre de entonar los himnos sacros en voz alta, momentos en los cuales era mejor estar lejos de su atronadora voz.

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25/09/2015, 11:20
Artys

Veía como la gente se presentaba, dando sus nombres. No conocía a esas personas de nada, y no me gustaba dar mi propio nombre, por lo que les dije mi seudónimo.

Hola a todos, mi nombre, es 13.

Les decía, mientras observaba a todos lugares, fijandome en sus enseres, trajes, cosas etc.

 

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25/09/2015, 21:07
Isabella 4ndrou

Desde la parte más oscura del transporte avanza suavemente una servidora de Omnissiah...

¡Saludos servidores del Emperador! Soy Isabella 4ndrou, iniciada en el Adeptus Mechanicus y seguidora de la Inquisición!

Uno a uno los observa y cada uno siente la fría mirada de la joven tecnosacerdotisa, y una sensación extraña queda tras su rastro, aunque no podrían decir como o porque una inquietud los recorre por un instante...

Parece que somos un variado grupo de acólitos, con un conjunto de habilidades para cualquier situación... Presiento que esta misión será de las más interesantes que he tenido...

Dicho esto procede a verificar su equipo...

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25/09/2015, 22:01
Narrador

El viaje en el Crucero de Batalla hasta el planeta transcurre con normalidad, ni un solo problema en la Disformidad, cosa que agradeceis en silencio al Dios Emperador. Volveis a meteros en el Transporte Ligero y tras las pesquisas habituales y revisiones de rigor desciende a la superficie del planeta.

Tras desembarcar del transporte ligero, observáis cómo rugen sus motores y lo vuelven a elevar hacia el crucero que orbita alrededor de este maltrecho planeta. Cuando ha empequeñecido tanto que lo perdéis de vista, echáis un vistazo a vuestro alrededor.

Os encontráis en un campamento de la Guardia Imperial, atestado de decenas de hombres y mujeres de aspecto alicaído,
algunos ensangrentados y vendados, todos ellos ataviados con los uniformes grises del 97º Batallón. El campamento consiste en un mar de tiendas de lona dispuestas alrededor de cráteres humeantes, rejillas de ventilación de vapor que emiten bocanadas de apestosos gases violetas y los vestigios del reciente conflicto.

Un chirriante bípode patrulla el perímetro, esquivando hábilmente los restos destrozados de antiguos edificios, vehículos calcinados y cadáveres aún sin enterrar.

En el centro del campamento se alza un bloque de viviendas de color rojo óxido en cuyo exterior se ha colgado el símbolo del águila del Imperio. Más allá se extiende una cadena de montañas de poca altitud coronadas por una capa de hielo y las extensas instalaciones industriales. Chimeneas que escupen llamas, contenedores de almacenamiento, grandes
cubas burbujeantes que rezuman vapores tóxicos y otras construcciones se combinan para conferir a las estructuras el aspecto de inmensos insectos de metal que se arrastran por entre los picos de la escarpada cordillera.

Notas de juego

¿Que haceis? Hablad si quereis para decidir vuestro curso de accion o lo que prefirais :)

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26/09/2015, 02:36
Syagro

- ¿Eh, perro qué demonios? ¿Un batallón enterro de vagos de la Guarrdia Imperrial, y prretenden más ayuda parra asegurrar una estúpida mina? ¡Santo Emperrador, prrotégenos del enemigo interrno!

Entre tales plegarias bajó pesadamente el sacerdote, al comtemplar a primera vista un grupo bastante numeroso de soldados profesionales estacionados en las inmediaciones. Al acercarse unos metros más al campamento, Syagro comprobó que aquellos desgraciados debían ser más bien reservistas enclenques o inválidos de la guerra, ya que el estado general de la tropa era deplorable. Sus cuerpos contaban historias de horror sin decir una palabra.

- ¡Estamos aquí parra ayudarr! - Exclamó en voz alta con su voz grave, cuando finalmente se cansó de intentar reconocer por cuenta propia a alguna especie de oficial o ministro al mando. - ¿¡Quién está a carrgo!?

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26/09/2015, 03:20
Isabella 4ndrou

¡Hermano Siagrro!, debemos brindar consuelo al herido y esperanza a estos servidores del Emperador... Sólo somos un grano de arena, en el mar de la humanidad...

Creo que los comandantes de esta regimiento se encontrarán en el edificio... Deberíamos establecer contacto con ellos... Digo mientras señaló el edificio con el emblema imperial...

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26/09/2015, 04:30
Alexander Quintus

Miré a Siagro con cierta mirada de frialdad. ¿Se le olvidaba acaso que las fuerzas de la Inquisición, además del Adepta Sororita era las fuerzas de la tormenta de la guardia Imperial? Lo miré y le dije;

-Le sugeriría, acólito Siagro que recuerde que aquí sus compañeros todos pertenecen a diversos grupos, desde el Adeptus Mechanicus hasta la Guardia Imperial. Espero un poco más de respeto al Martillo del Emperador. De todas formas, se dice que las cavernas de este país es fruto de fuertes combates, por lo que no me extrañaría que estos combates siempre estén sucediendo, pero si la Guardia ha salido tan herida por esto debe tener una razón. –Miré a mis compañeros y les dije- Que un grupo de ustedes vaya a hablar con los oficiales a cargo del regimiento, yo por mi parte, si alguien me quiere acompañar, prefiero ir a hablar directamente con el Comisionado, para obtener una visión diferente de lo que sucede. Si terminamos antes, nos encontramos allí. –

Dije, con determinación. Dependiendo de que de mis compañeros me acompañara, conversaría con algún soldado raso del área, preguntándole por la posición del Comisionado.

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26/09/2015, 09:20
Director
- Tiradas (5)

Notas de juego

Las Tiradas ambientales las hare yo :D

Tirada de ESCRUTINIO de todos.

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26/09/2015, 09:22
Narrador

Notas que la tension se palpa en el ambiente, afilada como un cuchillo. El mas minimo sobre salto podria provocar una revuelta entre los mismisimos soldados. Todos parecen haber pasado por un horror inimaginable y la sensacion parece empezar a contagiarse entre vosotros

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26/09/2015, 14:58
Merek

- Creo que estos hombres ya han tenido bastante como para que echemos más leña al fuego. Hermano, supongo que es más fácil criticar cuando la Redención se dedica a purgar herejes en las subcolmenas, pero estos soldados han luchado contra horrores inimaginables, lo llevan en la mirada. Y, por experiencia propia, te aseguro que no es agradable.

Aunque más parecido a una amenaza que a un intento de apaciguar la tensión, verdaderamente mi intención era tratar de calmar los ánimos. En los ojos de los soldados era capaz de sondear el terror, el miedo a lo desconocido, algo que asomaba por sus pupilas, un conocimiento deseoso de salir de su cuerpo. Estoy seguro de que muchos de ellos desearían nunca haberse alistado después de lo que hubieran pasado. Por tanto, no tardé en dar mi apoyo a la propuesta del agente Quintus. El Comisariado era experto en mantener las cosas en orden, y aunque sus métodos no fueran los mejores, seguro que tienen alguna información al respecto de qué ha pasado.

Notas de juego

Escrito desde el móvil, siento que no esté editado. ><

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27/09/2015, 18:01
Syagro

- Pfff, marrrtillo del Emperrador...- Bufó excéptico el clérigo redencionista ante los reproches de sus compañeros, mientras se adentraba a paso firme hacia el núcleo del campamento, donde el símbolo del águila marcaba la presencia de alguna especie de ministro imperial a cargo de aquella pila de escombros y sombras de seres humanos.

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28/09/2015, 09:45
Edwin Jurtz

Cuando os acercais a los guardias imperiales veis como uno de ellos, un muchacho que apenas habra llegado a la mayoria de edad pelirrojo y de piel palida llena de pecas se acerca corriendo a vuestra posicion.

Apenas llega se detiene bruscamente y se inclina hacia adelante con las manos en las rodillas, en un esfuerzo denodado para recuperar el aliento.

¡Caballeros… eh... señoras… bienvenidos a la mina Gorgónida! Han venido para ayudarnos, ¿verdad?… Lo supe en cuanto les vi… Dicho esto, hace otra pausa para respirar.

Les dije a todos que vendría alguien. Bueno, ¿cuál de ustedes es el inquisidor? ¿Quieren hablar con el comisario?


 
 
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28/09/2015, 09:45
Sargento Raynard

Apenas termina de hablar cuando... ¡Jurtz! ¿Otra vez ha vuelto a abandonar su puesto?. 

El que habla es un hombre feo y rechoncho de mandíbula cuadrada, con la cabeza afeitada y un tatuaje color azul oscuro en el cráneo.
Viste el mismo uniforme gris que los demás guardias imperiales, pero los galones de su manga indican que es un oficial de rango. Encajada en el muñón donde debería estar su brazo derecho hay ahora una larga barra metálica provista de
una inquietante diversidad de accesorios. Jurtz balbucea, se pone colorado hasta las orejas y se mira los pies mientras dice:

No, sargento Raynard. Ahora mismo me vuelvo, señor

El sargento Raynard taladra al joven guardia imperial con la mirada y luego se gira hacia los acólitos. Uno de sus ojos es azul como el hielo, frío y de intensa mirada fija. El otro es un burdo postizo hecho de madera y desviado permanentemente hacia la izquierda.

Pues vaya tirand A paso ligero. En cuanto a ustedes… menudo hatajo de inútiles. ¿Quién se supone que son? Está claro que ninguno es el inquisidor que había solicitado. ¿Y bien? ¡Hablen de una vez, no pienso permitir que armen ningún revuelo en mi campamento!

Notas de juego

Os toca

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28/09/2015, 18:06
Merek

Di un paso al frente cuando el sargento al mando profirió con gritos y quejas hacia nuestro grupo, y aunque en el fondo le entendiera (¿quién confiaría en un grupo armado con harapos recién salido de la Inquisición?) su adoctrinamiento me recordaba que poseemos una autoridad superior al ciudadano medio y por ello un respeto considerable.

- Si sigue hablándonos de ese modo conocerá lo que es desestimar la ayuda de un Inquisidor.

El tono del oficial no me gustaba nada, cosa que ayudó a representar mi comentario amenazante. Sin embargo, a los pocos segundos de haberlo dicho, me arrepentí. Aquel no era el enfoque adecuado. 

- Sargento, entiendo la posición en que se encuentra. Sus hombres están heridos, enfermos, con ganas de volver a casa y ahora se encuentra con este problema que no les deja salir del planeta. Usted pidió ayuda a la Inquisición y aquí la tiene. Quizás no sea lo que esperaba, pero es lo que hay, y os aseguro que estamos capacitados para apañarnos-las. Si nos guía para realizar nuestro trabajo, esto terminará de la forma más breve posible y en apenas tiempo podrán dar por finalizada su tarea. Sólo queremos lo mismo que usted.

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28/09/2015, 18:30
Alexander Quintus

Observé el primer soldado irse y miré su camino con cuidado. Que él estuviera aquí y nos hablara rogándonos ayuda indicaba algo raro. Había escuchado muchas veces de problemas dentro del mismo regimiento de la guardia imperial, pero la cosa ya era bastante rara con que él no estuviera en su puesto. ¿Podía ser que la corrupción hubiera afectado también a los miembros de la guardia de este regimiento? Si bien no lo sabía a ciencia cierta debíamos estudiar todo con cuidado.

Observé al Sargento con cuidado, no tenía cara de buenos amigos, pero conocía a muchos así. Cuando escuché a Merek hablarle así…lo que primero pensé es que la cagó. Si bien era cierto que éramos acólitos de la Inquisición, no éramos intocables, además, el Sargento se podía encargar de nosotros y simplemente decir que los refuerzos anteriores murieron. Suspiré y luego escuché el resto de las palabras de Merek, ciertamente habían hecho un buen trabajo intentando ablandarlo, esperaba que su lengua surgiera efecto. Por mi parte preferí hablar;

-Sargento Raynard, como nuestro deber vinimos a cumplir la tarea de la Inquisición, somos sus agentes, y solamente en raros casos habrá un Inquisidor en nuestra posición. Nosotros nos haremos cargo del problema que tenga, y si usted quiere acabar con esto tan rápido como nosotros, sería mejor si comenzara a explicarnos la situación, así podremos avanzar inmediatamente. –

Dije, con tono de determinación y formal. Era mejor ir al grano y explicarle al Sargento directamente lo que ocurría, aunque nada me evitaría después ir a hablar con el Comisario del regimiento.

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28/09/2015, 20:20
Isabella 4ndrou

No entendía muy bien a estos hombres... Sus muestras ostentosas de poder, sus competencias innecesarias, sus insultos vacíos, sus amenazas... insignificantes...

La acolita avanza y a pocos centímetros de la cara del Sargento, con voz suave y profunda dice:

¿Conoce usted miserable Orko personalmente a todos los servidores de los Ordos, tu miserable existencia a sido tan afortunada para considerarte con la suficiente suerte de tratar así a los enviados del Dios Emperador, o la herejía a nublado tu mente?... Soy Isabella 4ndreu, Sargento Raynard y como los 4 aquí presentes somos enviados de Las Sagradas Órdenes de la Inquisición del Emperador, portadores del Sagrado Sello Inquisitorial y Luz del Emperador...

¡Venimos en su ayuda Sargento y en las de sus tropas defensores de la humanidad, somos la luz del Emperador y lucharemos con ustedes, contra cualquier enemigo de la humanidad!... Pero no se confunda no somos sus aliados y no venimos a servirle... Por que si noto en usted o cualquiera de sus hombres el más mínimo rastro de corrupción, la más pequeña impureza en su fe en el Emperador de la humanidad o nosotros sus enviados, purgare con gusto su vil existencia...

Frente a la cara atónita de todos regreso un poco sobre mis pasos, dándole la espalda al Sargente y en un fluido movimiento de mi manto rojo, giro mi cuerpo, miro fijamente al Sargento y digo en voz alta para que todos escuchen...

Permitidme explicarle una cosa sencilla que usted ignora Sargento, los Sagrados Inquisidores no son sus tropas de refuerzo, ni su niñera cuando es incapaz de cumplir con sus simples ordenes y su fe flaquea... Así que sientase afortunado de tenernos aquí y no a nuestro señor Inquisidor, o ya estaría usted degradado...

Y con una fuerza inusitada y una pasión sobrenatural, digo: ¡Si un sagrado Inquisidor pisa el suelo de este planeta, sus tropas serán juzgadas y purgadas, y muchos saludaran personalmente al Emperador, y habrán deseado morir en batalla, frente a los horrores que la Inquisición desata en el mutante, el traidor y el hereje... Así que en su posición Sargento agradecería humildemente la suerte de tenernos aquí para ayudar, antes que castigar...

Así que ahorrese su introducción para reclutas e informenos por la sagrada Terra, porque se siente con la insolente pretensión de valer tanto, como para desviar una nave de la Inquisición a este planeta que ya debería estar recuperado para la gloria del Emperador en su Trono Dorado...

La humanidad no puede olvidar el miedo y respeto en las Ordenes de la Inquisición. Servidores implacables del Emperador que descienden de las alturas para juzgar al mutante, al traidor y al hereje. Todos y cada uno de los ciudadanos del Imperio, desde el más pobre de los despojados hasta el más rico de los nobles deben temer la mirada de la Inquisición, y aquellos que se crucen en el camino serán purgados... O el Imperio caerá sin remedio... Intento expresarlo silenciosamente a mis compañeros... Que no olviden su posición y el respeto que merecemos, o estaremos haciendo los recados de un oficial incompetente...