Partida Rol por web

Against The Time

La Hora de la Verdad

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15/02/2019, 13:01
Giulio Rossetti

Le dolía todo el cuerpo y eso sabía que no era una simulación, notando punzadas en su piel tan reales como él mismo. Abrió los ojos pesados con demasiado esfuerzo, intentando encontrar algún punto de referencia que le indicara dónde estaba.

Todo estaba blanco pero no era la sala que estaba acostumbrado, ni siquiera el olor era el mismo. Buscó a su compañera para verla en un estado lamentable, como si se le hubiese caído un edificio encima, posiblemente el mismo que tendría el propio italiano.

Intentó mover la mano pero no podía, ni siquiera los dedos parecían responderle fruto de los nervios, desconcierto o droga que hubiera ingerido vía sanguínea. Miró al médico que le hablaba sin saber quién era, aunque leyera varias veces el nombre de su etiqueta. ¿Iba a morir? Las expectativas no le gustaban, sobre todo después de haber vivido varias aventuras a lo largo de las épocas a través de simulaciones. Esto no es real, debe ser otra simulación. Debe de serlo.

Se negaba a creer sus palabras, apretando los dientes tan fuerte que le chirriaban, notando ahora sí sus músculos responder y cerrar la mano en un puño. Las imágenes de lo sucedido iban presentándose por su cabeza, el tiroteo despiadado que no controlaron y sus compañeros de profesión caer tras ellos, intentar buscar cobertura para sacar a los heridos, el pobre Johny que moría entre sus brazos cuando la lluvia caía sobre ellos y pegaba un grito al cielo. ¡¡Johny!!!

Sus pulsaciones aumentaban y Giulio se revolvía sobre la camilla con tal de levantarse y darle un cabezazo, pero las manos del médico fueron más rápidas que el herido. Cuando vio la jeringa acercarse ya era tarde, de nuevo su cuerpo se relajó hasta niveles casi de drogadicción, sintiendo una serena calma.

Luchaba por quedarse consciente, por luchar una última vez mientras le escuchaba hablar, negando como podía con la cabeza.

Aquí termina todo.- Un hilo de saliva descendía por la comisura de sus labios a la par que giraba el rostro para ver a Rhona. Había algo que quería haberle dicho desde hace mucho tiempo y, ahora que sería la última vez que la vería, necesitaba soltarlo.

- Rhona.- No reconocía su voz, un hilo susurrado de aquél que sabe que todo está perdido, apagándose lentamente.- En Japón…- Sonrió, recordando que ahí fue cuando la besó por primera vez, cerrando los ojos antes de terminar su confesión.- El traje te hacía demasiado culo.

 

 ***

 

Había tantas posibilidades de mundos que no sabía cuál escoger. Todas y cada una de ellas habían significado algo especial y eran lugares idílicos para vivir, pero él tenía claro la que más le había marcado.

Clavó una pierna sobre la roca y miró al horizonte, la metrópolis que se expandía frente a ellos. Tenía un brazo sobre sus ojos a modo de cortina para que el seco sol no le molestara en demasía, y la otra sobre su cinto, rozando con los dedos el mango de su espada.

Notaba el viento apacible acariciar sus mejillas y pantorrillas desnudas, colándose a través de la falda que tantas “alegrías” le había dado en tan poco tiempo, adorando esa sensación de libertad.

Se giró para ver a los soldados que le seguían, cogiendo la espada y señalando a un punto infinitivo.

- Hemos estado esperando para este momento, todos nosotros.- Miraba a los ojos a cada uno de ellos, paseando como si un capitán sermoneando a los cadetes.- Es nuestra oportunidad para poder verlo en directo. Gritad conmigo hermanos, ¡QUEREMOS VER LAS COMPETICIONES DE LAS ESPARTANAS DESNUDAS!

Notas de juego

Tenía que despedir a Giulio como dios manda, cumpliendo su sueño! xDDD

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15/02/2019, 19:24
Rhona Tennant

Abrí los ojos, sintiendo un dolor que recorría todo mi cuerpo. Aquello ya no formaba parte de una simulación, de eso estaba segura. Durante un instante, estuve a punto de dar un respingo al ver que el científico que nos atendía llevaba un identificativo en su bata, con el nombre "Caronte". ¿Qué había sucedido? ¿Acaso habían ganado los malos? ¿No era ese el nombre de la organización terrorista a la que nos habíamos enfrentado?

Entonces, los recuerdos llegaron. Aquella misión que se había torcido, el tiroteo, las muertes de nuestros compañeros y las nuestras propias... Había luchado bravamente enfrentándome a aquellos terroristas, combatiéndoles con mis propios puños, mostrando unas capacidades que no tenían nada que envidiar al mismísimo John Wick.

Hasta que al final había terminado siendo alcanzada por una bala que había puesto fin a toda mi existencia o, al menos, eso había pensado mientras agonizaba en el suelo. Cuando el científico explicó lo que de verdad había sucedido, esbocé una débil sonrisa. Todo había sido una simulación dentro de otra simulación, incluso la misión en Detroit. Extrañamente, no me sentía utilizada. Mi vida ya había quedado sentenciada desde el momento en que recibí ese disparo y, al menos, mis capacidades podrían ser aprovechadas para que nuestro gobierno pudiera continuar salvando vidas.

-En Japón, tenía un culo precioso, spaghetti -le espeté al italiano, en tono burlón-. Y tú eras muy bajito... -Le saqué la lengua, dedicándole un último gesto de mofa mientras rememoraba todas las aventuras que habíamos vivido juntos.

***

Había sido una dura decisión. Eran tantas las simulaciones que habíamos visitado, tantas las épocas en las que habíamos tenido aquellas vibrantes aventuras, que me costó mucho tener que escoger únicamente una.

Pero la primera vez, siempre era especial, por lo que ahí estaba yo. En el Lejano Oeste, preparada para nuevas aventuras en ese mundo lleno de Saloones, forajidos, peleas tabernarias y bombas a las que trataría de no acercarme.

-Hora de probar otra vez ese Ojo del Diablo... -murmuré, mientras me encaminaba hacia el local donde Giulio y yo habíamos aparecido al inicio de la misión western.