Los marineros hicieron un buen trabajo limpiando toda la sangre y vísceras de la cubierta mientras Daphne se dedicaba a mirar cómo lo hacían. Parecían motivados después de que viesen como los rebeldes habían acabado en los calabozos. Sonrío de lado y rodó los ojos en el momento que Brian adoptó su nuevo papel de capitán, le venía como anillo al dedo. Sabía que aquello no haría otra cosa que mantener su ego inflado, pero ¿Qué más daba? Si total, no había forma de que bajase nunca.
Llegó el momento de ponerse en marcha y poner el navío en movimiento en dirección al tesoro. La mujer se acercó a Brian para observar el mapa que el desplegó sobre la mesa y se fijó en su expresión. Juraría que tenía pinta de querer poner el mapa del revés por si así tenía más sentido pero debió contenerse.
El equipo gráfico de La Barca era lamentable, el mapa no era fácil de interpretar; el mapa era una masa amarillenta rodeada de azul y una X en rojo a un borde con varios piquitos. Los ojos oscuros de Daphne se alzaron para mirar al horizonte creyó ver algo. No, de echo estaba segura. Al menos la Rosa de los vientos estaba bien, lo único.
- Y tus instintos indican ir todo a babor. - le susurró a la vez daba un par de toques al timón para dirigirse hacia allá.
Motivo: Muernte
Dificultad: 8
Habilidad: 1
Tirada: 9 9 10
Total: 9 +1 = 10 Éxito
¡No me lo puedo creeeeeeeer xD!
Miré a Daphne enarcando una ceja, sin entender bien a que se refería, pero dejando que moviera el timón hacia donde ella indicaba. Observé el horizonte, pero allí no había nada, otra vez la miré, esta vez con una enorme sonrisa.
-Excelente instinto- arrugue los ojos pensativo-. Ok, te diré como lo hago- ante su cara de suspicacia añadí-. Lo de mantener tú mismo aspecto- seguramente estaba pensando en algo sexual… no estoy pensando en eso todo el tiempo-. Primero. Debes apreciarte. Quererte- mis manos se cierran sobre mi pecho, dando énfasis a esto-. Primero, imagínate desnuda. Busca en tu cuerpo lo que más te agrada o lo que más destaque en ti. Como tus labios, muy bonitos por cierto, y con eso vas desarrollando tu imagen- pongo un dedo en mi sien-. La imagen que tengas en tu mente, debe ser muy fuerte. Por eso debes creer en ella, será como tú la imagines, pero necesitas tener práctica. Así que, aunque suene raro, imagínate desnuda y aprecia tu cuerpo y facciones- asentí una vez, conforme con mi lección-. Mantén el rumbo. Iré a buscar algo para que comamos.
Me gire y empecé a caminar hasta la bodega, reprimiendo una sonrisa…
Gracias a vuestra astucia, interpretasteis el mapa con claridad y dirigisteis el barco hacia el que considerabais un rumbo correcto. El resto de la tripulación se sentía confiada, cómoda bajo vuestro mandato y eso os hacía sentir autosuficientes.
Fue casi un día de viaje en calma, donde todo parecía fluir como el agua y que generó un clima de estabilidad...
Sin embargo, siempre se dice que todo lo bueno no dura eternamente, y el hecho de que llegaseis a esa conclusión fue la fuerte tormenta que estaba empezando a generarse sobre vuestras cabezas.
Toda la tripulación estaba preparada para resistir aquella tormenta pero... ¿y el barco? ¿aguantaría?
¡Más problemas!
Estáis cruzando una aterradora tormenta. Más fuerte que ninguna que hayáis conocido en vuestra vida real. Debéis elegir entre superar la tirada usando vuestro cuerpo (Aferrándoos al barco) o vuestra mente (usando el ingenio).
La dificultad es 10 ¡Corréis un grave peligro!
Le traje a mi compañera algo de comida de la reserva del capitán, incluyendo una copa de vino. No era mucho, así que no nos iba a afectar. Por su aroma, parece un vino muy fino, demasiado para los paladares de esos bestiales piratas que a lo mucho que aspiran es a no quedar ciegos por el ron que beben. Brindé por la misión. Luego bastante tiempo, vi algo en el horizonte, parecían enormes gigantes negros alzándose en el horizonte. Las nubes negras se nos acercaban con rapidez… y nuestro rumbo las atravesaba.
-Eso no se ve bien- murmuré apoyándome en la borda, lanzando un largo suspiro de resignación. Me giré hacia la tripulación y con rostro serio grité-. ¡Todos a sus puestos, se avecina una fuerte tormenta!
No hacía falta ser un experto, eso sería algo monumental y no pude menos que mirar la creciente tormenta con respeto. Las olas crecieron, pareciendo competir unas con otras en altura y fuerza. El cielo, justo antes de ser totalmente engullido por la tormenta, tomó un color rojizo nada halagador. Y eso que me gustaba el rojo. Cuando las olas comenzaron a zamarrear nuestro barco, fue cuando decidí ponerme en el papel.
-¡Arríen las velas! ¡Daphne confío en tu fuerza, mantén el rumbo!- el viento comenzó a ser atroz, tironeando de nuestras ropas como demonios enloquecidos-. ¡Encara las olas más grandes de frente, no dejes que nos den de costado! ¡Aten todo lo que se pueda soltar y recen a sus Dioses! ¡El Padre Poseidón quiere nuestras almas pero no se la daremos fácilmente!
Rugía órdenes, intentaba que el barco sufriera el menor daño posible, dando indicaciones a Daphne para que pudiera pasar ese temporal de la mejor forma posible. Era consciente de que se necesitaba más que buena voluntad, fuerza y perspicacia… se necesitaba suerte.
Motivo: Mente
Dificultad: 10
Habilidad: 1+3
Tirada: 1 3 10
Total: 3 +1 +3 = 7 Fracaso
Motivo: Mente
Dificultad: 10
Habilidad: 3
Tirada: 1 3 3
Total: 3 +3 = 6 Fracaso
lo intenté
Gasto la ultima bala de adaptabilidad
Daphne estuvo muy atenta a las palabras de Brian porque en ese sentido sí que creía fielmente que sabía de lo que hablaba, ya había quedado demostrado si en los dos viajes había conseguido mantener su apariencia (mejorada, porque le quitaba unos buenos años) pero al fin y al cabo su propia imagen. Le resultó un poco extraño tenerse que imaginarse desnuda. No es que no se quisiera a sí misma pero no tanto como él se quería a sí mismo, eso lo tenía claro, pero esperaba que fuese suficiente. — Ummm… bien, eso haré — murmuró todavía pensativa por toda la información que le había dado. Luego dirigió la mirada hacia el frente, colocando sus manos en el timón para cerciorarse que seguía bien el rumbo tomado.
Separó sus manos de la madera en cuanto Brian llegó ofreciéndole algo de comer, cecina seca por lo que pudo ver y probar. Lo que la sorprendió fue la copa de vino, ¿esos piratas bebían algo tan fino? No, claro que no, posiblemente había sido robado, como más de la mitad de sus pertenencias. Disfrutaba del sabor del vino cuando el comentario de su compañero le hizo dirigir la mirada hacia la tormenta que les esperaba en unos escasos minutos. — Mierda… — Dejó la copa y la comida a un lado, olvidándose de ella teniendo en cuenta que debían volver a luchar por su supervivencia y corrió hacia el timón para mantener el rumbo, tal como su compañero le indicó.
Apretó los dientes con fuerza en vista que costaba manejar el barco en esas circunstancias. Ya estaban metidos en plena tormenta y el oleaje no les daba descanso alguno, zarandeando el navío violentamente y colándose sobre la cubierta a grandes cantidades. — ¡Sujétate fuerte! — Le gritó para que dejara de dar unas órdenes que ya estaba llevando a cabo como mejor podía y se dedicara a salvar la vida de la forma que pudiese. Utilizó toda su fuerza para hacer girar el barco hacia las olas, tratando de subir por encima de ellas pero siempre había más pequeñas (que tampoco tanto) que les embestía por los lados con crueldad.
Motivo: Cuerpo
Dificultad: 10
Habilidad: 4
Tirada: 1 6 8
Total: 6 +4 = 10 Éxito
La tormenta se recrudeció a cada segundo que pasaba. Gran parte de la tripulación fue engullida por el mar con violencia, y aunque hicisteis todo lo posible para resistir, no fuisteis una excepción al desastre.
Los siguientes minutos fueron infernales, estabais en mitad de la catástrofe hasta que un crujido marcó un desenlace fatal: el barco acababa de partirse.
Muchos gritaban de agonía ante lo que estaba sucediendo, observabais dramáticamente como más y más compañeros caían por la borda ya que no tenían la destreza necesaria para ponerse a salvo.
De repente un inciso marcó vuestro futuro. El barco se desmoronó bajo los pies en el momento que impactó con una ola fruto de la turbulencia. Notasteis como vuestros cuerpos cayeron al agua dejándose llevar por una corriente que os impedía tomar el control de la situación.
La angustia por pensar que ese podría ser vuestro final hizo mella cuando llegó la cadencia de aire... de repente todo se tornó oscuro y confuso. ¿Significaba que era el final de vuestro camino en la época pirata?
El regreso de las fuertes náuseas te hizo irremediablemente pensar que sí...
La tormenta se recrudeció a cada segundo que pasaba. Gran parte de la tripulación fue engullida por el mar con violencia, sin embargo ustedes estabais perfectamente preparados para abordar la situación, aferrados a vuestro navío como si de vuestra propia vida se tratase.
Los siguientes minutos fueron infernales, estabais en mitad de la catástrofe hasta que un crujido marcó un desenlace fatal: el barco acababa de partirse.
Muchos gritaban de agonía ante lo que estaba sucediendo, para ustedes era un milagro que aún siguieseis con vida cuando observabais dramáticamente como más y más compañeros caían por la borda ya que no tenía la destreza necesaria para ponerse a salvo.
De repente un inciso marcó vuestro futuro. El barco se desmoronó bajo vuestros pies en el momento que impactó con una ola fruto de la turbulencia. Notasteis como vuestros cuerpos cayeron al agua dejándose llevar por una corriente que os impedía tomar el control de la situación.
La angustia por pensar que ese podría ser vuestro final hizo mella cuando llegó la cadencia de aire... de repente todo se tornó oscuro y confuso. ¿Significaba que era el final de vuestro camino en la época pirata?
¡Debes narrar tus impresiones! ¿Será el final?
El mensaje debe ir solo al director
Todo sucedió demasiado deprisa. Sus brazos ya llevaban tiempo doliéndole por la sujeción que ejercían sobre el timón, negándose a separar de ellos a pesar de la fuerza que ejercía las olas sobre el navío. Logró entre ver en aquellos segundos en los que abrió los ojos, como los hombres que habían decidido seguirles hasta el final caían por la borda o se estampaban mortalmente contra el mástil u otras estructuras del barco. Los gritos, los crujidos de huesos y otros sonidos prominentes del caos no faltaron durante aquellos largos y fatídicos minutos. Todo lo que estaba pasando era demasiado real; lo que captaba todos sus sentidos, el agudo dolor de sus brazos pero en especial el miedo.
Y como si se tratara de un frágil huevo, el barco se rompió por la mitad. Se acordó entonces de la película de Titanic, pues según la cinta el navío se rompió de la misma manera. Se preguntó si aquello era un cruel guiño o casualidad, pero no hubo mucho más tiempo para pensar aquello, pues su cuerpo se hundió como el de todos. Supuso que habían fracasado, y cerrando los ojos esperó que la fatiga volviese a ella y la llevara a la sala blanca pero eso no ocurría. Los segundos transcurrían en los que se iba hundiendo poco a poco en aquella violenta e inmensa masa de agua pero no ocurría nada, solo notaba la sensación de la falta de aire. “No, eso no” Pensó para sus adentros y se retorció, intentando nadar hacia la superficie con la desesperación de alguien que sabe que va a morir de una forma horrible. “¡Ahogada no!” La adrenalina que iba a manos de la sensación del pavor la poseyeron y gritó bajo el mar.
Cuando parecía que todo estaba perdido, cuando la oscuridad poseyó toda tu visión y también todos tus recuerdos... una luz destapó que aún existía esperanza.
No te habíais dado cuenta, pero el mar te había arrastrado hasta la orilla de una playa horas después. A tu alrededor se mostraban los restos de la tragedia: cadáveres de compañeros ahogados, trozos de madera de vuestro poderoso navío, barriles que aún conservaban su contenido... todo desperdigado a merced de la naturaleza.
Te reincorporaste dando gracias de que estuvieses a salvo, sin embargo Brian no estaba a tu lado. Solo tú había sobrevivido a la prueba que el programa os había interpuesto... pero venía la gran incertidumbre ¿ahora qué?
Fue entonces cuando recordaste que tenías un mapa, un tesoro que encontrar y tras comparar las indicaciones y las referencias te diste cuenta que...
¡Estabas en la isla del tesoro!
Debe narrar tus impresiones y adjuntar una tirada de mente para intentar trazar la mejor ruta para llegar al tesoro :D
Sus ojos parpadearon suavemente haciendo que los granos de arena cayeran de entre sus pestañas. Se encontraba boca abajo en la blanda arena y notando como la orilla lamía sus piernas cuando se percató de que seguía en el programa. — ¿Brian? — llamó a su compañero con voz débil. Al no obtener una pronta respuesta se levantó haciendo uso de sus codos y luego usando sus piernas cuando logró flexionarlas. — ¿Capitan Cooper? — lo volvió a llamar, pero esa vez del modo en el que seguramente a él le hubiera gustado, y al comprobar que no respondía de ese modo supo que estaba sola. — ¡¡Mierda!! — maldijo, dando una fuerte patada a unos de los trozos de madera que habían yacido a su lado. Era consciente de que tenía los minutos contados sin él, porque a pesar de ser un fanfarrón de mucho cuidado, tenía unas facultades que ella no.
Con un frustrado resoplido sacó el mapa del tesoro, húmedo y mucho más desgastado que antes pero aún se podía ver algo. Alternó la mirada entre aquel trozo de tela pintado y su alrededor para ponerse en camino hacia la ruta que creía más correcta.
Motivo: Miernte
Dificultad: 0
Habilidad: 1
Tirada: 2 7 10
Total: 7 +1 = 8 Éxito
Tan buenamente como pudiste, emprendiste tu exploración por aquella isla misteriosa que albergaba infinidad de secretos.
El cansancio provocado por el desastre marítimo y el sofocante calor que azotaba tu cuerpo hacía que cada paso dado fuese una verdadera tortura.
Te adentraste en la jungla sin saber muy bien si se trataba del camino correcto, las horas pasaban y el plano cada vez parecía más confuso ¿estarías tomando la ruta correcta?
Sin miedo a las consecuencias, continuaste el camino en pos de hallar aquel tesoro cuyo contenido misterioso se antojaba como el objetivo final de esta aventura.
De pronto, te encontraste con una entrada a una cueva, la cual parecía bastante estrecha. Algo te hizo sospechar, y fue que a su alrededor había un gran número de palabras escritas sin ningún sentido, como si fuese una sopa de letras desordenada. No entendías qué clase de mensaje quería mostrar, quizás estrujando un poco los sesos podrías entender qué interpretar de aquella situación.
Debes narrar tus impresiones y hacer una tirada de mente en tu intento por entender qué es lo que dice la inscripción en la piedra.
El calor no ayudaba al ya cansado cuerpo de Daphne. A pesar de estar jadeando apresuradamente y a la petición de descanso que le pedían sus piernas, ella continuaba hacia adelante sin dudar. No había tiempo que perder. Fue entonces cuando sus ojos captaron la entrada de una cueva. Se acercó a ella con precaución, encogiendo ligeramente el cuerpo y flexionando sus piernas. No veía ningún peligro pero lo que la inquietó fue aquellas marcas alrededor de la entrada, inscripciones que así de primeras ella no lograba comprender.
— ¿Pero qué coño...? — musitó a la par que se acercaba más hasta pararse justo en frente de la gruta. Era muy estrecha pero dedujo que podía caber por ella perféctamente. El caso era...¿convenía hacerlo? Esas inscripciones no le daba mucha confianza así que intentó descifrarlas.
Motivo: Muernte
Dificultad: 0
Habilidad: 1
Tirada: 1 5 10
Total: 5 +1 = 6 Éxito
Motivo: Muernte
Dificultad: 0
Habilidad: 1
Tirada: 4 6 10
Total: 6 +1 = 7 Éxito
Dedicaste más tiempo del necesario en intentar descifrar el mensaje oculto que había en aquellas inscripciones de piedra. Llegó un punto en el que te frustraste porque realmente te sentías con la necesidad de obtener esa información extra, pero ya sea el azar o la maldad del programa que impidieron que llegases a sacar una decisión en claro.
Miraste la entrada de la cueva y parecía que la cueva te devolvía la mirada, formándose un silencio incómodo donde escuchabas hasta a tu corazón palpitar a más velocidad que de costumbre.
Habría que tomar una decisión, una decisión final...
Bajar a la cueva
Dejarla atrás y seguir explorando
La mujer creyó que le bailaban las letras frente a sus ojos por cómo las miraba intentando descifrar qué palabras componían. El sudor le caía por la frente pues el calor no era el único que le provocaba la sudoración, sino el temor de no saber lo que le están queriendo decir aquellos que hubieran escrito aquello.
Por un lado pensaba que era una especie de aviso que la intentaba convencer de que se echara atrás y tomara otro camino, aparte que el aspecto de la cueva también animaba a alejarse. En cambio, por otro lado… quizás la invitaban a entrar, quizás era la ruta correcta para llegar al tesoro y que esa apariencia escalofriante no tenía nada que ver con lo que podía ser en realidad.
Daphne se separó de la cueva dando un fuerte resoplido. Daba pasos por un lado y otro pensando que Brian lo habría descifrado, era bueno en eso. Y sabía que si no lo hubiera hecho, habría decidido a entrar con algún comentario del tipo… “Venimos a jugar, ¿no?” y acompañando con sus palabras una de sus –según él- sonrisas seductoras. Al final soltó un grito al aire y empezó a correr hasta colarse dentro de la cueva. Que sea lo que La Barca quiera.
Considerando que era lo más apropiado, decidiste adentrarte en la cueva.
Al principio la entrada era algo estrecha, pero a medida que se iba avanzando el espacio era más amplio ¿el problema? no había ni una pizca de luz que alumbrase el camino, haciendo que cada metro avanzado fuese costoso.
El interior de aquella cueva no era cómodo, pero te guiaba la emoción de encontrar finalmente el tesoro que tanto ansiaba el ya fallecido capitán.
De repente, sin que pudieses hacer nada para evitarlo, notaste como el suelo bajo tus pies se desmoronaba con la misma facilidad que la arena.
En menos de un segundo, notaste que tu cuerpo cayó al vacío, sin entender qué estaba pasando hasta que ya era demasiado tarde.
El golpe fue seco y menos doloroso de lo esperado. Quizás lo que más se pudo herir fue el orgullo tras comprobar que acababas de caer en una trampa. Ahora estabas en una sala a oscuras, sin acceso a la zona superior, ni a un ningún lado.
Sin agua, sin comida, sin esperanza... allí tan solo te esperaría tres días de largo calvario hasta que las nauseas comenzasen a indicar que tu paso por la edad dorada pirata había llegado a su fin.
¡Ops!
Debes narrar tus impresiones y sobre todo como llevará ese par de días en solitario. Recuerda que tendrá que quedarse allí, a oscuras, esperando a morir o que el propio programa te sacase (cosa que es lo que ha terminado sucediendo)
Corría con desesperación por aquel estrecho pasadizo y notó con cierta alegría que el espacio se iba abriendo más y más. Algo positivo a tener en cuenta sin embargo no había rastro de luz por ningún lado, así que su avance seguía llevándose a cabo a oscuras. Sintió algún que otro raspón por sus hombros al no ver la cercanía de las paredes pero no le importó, siguió adelante. Y de pronto su desplazamiento pasó de ser horizontal a vertical, pues la tierra bajo sus pies se abrió haciendo que callera al vacío. Lanzó un alarido por la sorpresa y luego otro de dolor cuando su cuerpo cayó al suelo.
Intentó ver adonde había caído pero solo había oscuridad. Pasó sus manos por el suelo intentando determinar el espacio que tenía y si había alguna apertura mas no encontró nada que le diera esperanzas de que saldría de allí. Se lamentó por su mala decisión pero siendo ignorante de lo que ponía en aquella inscripción no podía ser del todo culpable.
Las primeras horas las pasó descansando, de hecho, se quedó dormida debido al puro agotamiento que se había alojado en su cuerpo y en su mente. No obstante, cuando despertó el tiempo empezó a pasar mucho más lento de lo que hubiera deseado. La sed y el hambre empezaron a hacer mella en su cuerpo pero más lo hacía la desesperación. Llevaba tres días allí pero realmente no tenía idea del tiempo que llevaba, creyó haber pasado una semana sin que el programa se la llevase. Gritó de desesperación, y angustia, sintiendo un miedo atroz porque que La Barca estuviera sufriendo un error y por eso no se la hubiera llevado una vez cayó. En ese tiempo había llorado, gritado y hasta pataleado. Al final se resignó a esperar su muerte, dedujo que no le quedaría mucho más y fue entonces cuando sintió esas nauseas tan características. Pero debido a su estado no se quiso hacer muchas ilusiones.