No detectas nada especial a tu alrededor.
Aquellos mensajes me pusieron los pelos de punta-¿Las demás consideraciones secundarias? ¿En serio dan prioridad a ese puto bicho antes que a nosotros? Jodida compañía!- exclamé iracundo dándole un puñetazo a una parte de la consola libre de botones, el último mensaje dejaba claro que alguien se encontraba en aquel grupo que era el enviado por la compañía para asegurarse de que aquel bicho siguiera con vida, por lo que mis ojos se clavaron en dos personas, El yupi chulo y Snow-es cierto que Jack disparó al bicho pero falló en m casi todos los disparos, y tú Snow, no sabemos nada de ti, bien podías serlo tú, te has encargado del resto dejando libertad total a esa bestia-de las tres mujeres no podía decir nada en ninguna momento me había ofrecido sospecha alguna en cuanto a ser ese espía.
-De todas formas tenemos un problema mayor incluso, la antena no está bien orientada y desde aquí es imposible conectar con la nave.. para hacerlo así que hay que salir ahí fuera y sino lo hacemos estamos muerto sí o sí...-aquello dejaba las cosas claras tenía que ser yo, era el único que tenía los conocimientos para mover esa antena, tensé la mandíbula y los miré con seriedad-debo de salir yo, no hay otra forma- comenté dejando un silencio prolongado. Era una situación muy jodida, separarnos podía ser nuestra muerte segura, pero si queríamos salvarnos, la única opción viable era aquella.
En ese momento, la puerta de acceso a la sala se abre y un hombre entra, con un arma apuntandoos a todos. Tras echaros un rápido vistazo, se fija en Snow.
-Vaya, Snow. Ya veo que has logrado encontrar una forma de salir, aunque supongo que las ratas como tú siempre encuentran la manera, ¿verdad? Sin embargo, te aseguro que escapar de aquí no te resultará tan sencillo.
Después os miró a los demás.
-Soy el Comisario Waits, jefe de seguridad de la estación. Si quieren vivir, será mejor que me sigan. Tú también, Snow.
Para sorpresa de Snow, cuando la puerta de atrás se abrió, apareció la persona que menos le apetecía ver. El puto jefe de policía en persona, el mismo que lo había abandonado encerrado.
Sin dejar de fumar, Snow lo miró a los ojos.
-Se nota que se alegra de verme, Comisario. Pero no se preocupe tanto por mí. Lo único que tengo que hacer es agarrarme a sus piernas y estoy seguro de que ambos saldremos con vida de esta. Después de todo, siempre sabe como quedarse en el lado de la puerta correcto, ¿no es así?
- ¿Y por qué se supone que debemos confiar en usted, comisario Waits? - Preguntó Gabriella. - Hasta ahora, todo cuanto ser viviente que nos hemos cruzado en esta pesadilla, ha tratado de matarnos. Salvo el pobre Axel y Snow. - Hizo una breve pausa. - ¿Porqué deberíamos pensar que usted será diferente?
Cierto era que no le conocían. Gabriella estaba convencida de que Waits no era una amenaza directa, pero tampoco acababa de fiarse. Si era el jefe de seguridad del complejo, tenía por narices que no ser un depravado como el grupo de Bee Gees que había tratado de violar a Amanda y a ella misma. Pero quería escuchar de su boca una explicación a lo que estaba pasando y sobre todo, a que pretendía en esos momentos.
Waits se rió.
-Por que si no lo hacen, todos moriremos en este maldito lugar. Nadie va a venir a buscarnos, señorita, así que será mejor que se haga a la idea. Díselo, Snow.
El comisario miró de nuevo a Snow con una sonrisa de autosuficiencia que parecía decir que estaba por encima de todos y de todo, y que allí dentro, se hacía lo que él dijese.
-Waits es un cabrón capaz de vender a su madre a cambio de un galón más, pero lo necesitamos. Conoce mejor que nadie esta estación y si vuestra nave es la única manera de salir de aquí, hará todo lo que esté en su mano por ayudarnos.
Snow le devolvió la mirada a Waits.
-¿Es eso lo que quería que dijese, comisario?
- Pues bien... - Dijo Gabriella mientras miraba a ese hombre con una ceja en alto. - ¿Y usted es de los que quiere atrapar a la bestia o de los que simplemente quiere salvar el culo? - Le preguntó mientras se dirigía hacia su posición esgrimiendo su barra de hierro, arma que se había convertido en un verdadero seguro de vida para ella.
Amber No reaccionó porque aquel movimiento le había pillado desprevenida. Pero era obvio que cuando su mente se volvió a activar , cogió al Yonki de los pelos y lo zarandeó a pesar que este estaba ayudando ayudando a Amanda.
-No vuelvas a hacer eso...¿¡ENTENDIDO!? NO QUIERO INFECTARME DE TU MUGRE Y MÁS SI PODRÍA CABER LA POSIBILIDAD DE QUE SEAS UNA SUCIA COSA.
El Comisario observó con sorpresa y bastante divertido la escena entre Jack y Amber, y después logró salir de su ensimismamiento para responder a Gaby.
-Creo que Snow ya lo ha dicho todo. Soy de los que quieren salvar el culo, y si para eso tengo que salvar el vuestro, lo haré, sin ninguna duda. Entonces... ¿nos vamos? -preguntó, señalando hacia la puerta.