-¡Amigos, aquí hay algo! -el orco parecía emocionado al encontrar por fin algo relevante-. Unas huellas en el barro, diez hombres, un caballo, en aquella dirección -Granogg señaló hacia el este-. Debieron arañar el tocón al pasar, de ahí la savia. ¡Zeeth, eres un espléndido explorador! ¡Enhorabuena!
Zeeth descendió en picado Granogg con una sonrisa en la boca. Suele ocurrir que los grandullones pensáis que como somos pequeños no vemos las cosas... dijo en un tono alegre.
Ya sabéis que a cada rato que vuelo, tengo que detenerme un rato pero podré elevarme cada rato para ver si consigo ver algo desde las alturas. informó.
¿Cómo? ¿Es esto posible? ¿Me fallan mis ojos, se ofusca mi mente? Quizá es el aire libre, esta bóveda sin fin que llaman cielo... B'trizt sonaba confundido y triste. Guíanos, buen Granogg; no me fío ya de mis sentidos. Mi espada será mis ojos y mis oídos llegado el momento... Y siguió la estela del orco.
Motivo: Rastrear
Tirada: 1d10
Resultado: 10
Motivo: Rastrear (¡estallido!)
Tirada: 1d10
Resultado: 9
Tiro Rastrear, y me apunto el daño en Notas, que es una habilidad de esfuerzo.
Pues ni tan mal, 19, CU recompensa...
A los ojos de Granogg las huellas se iluminan mágicamente con un tenue resplandor azulado. Identificó todas ellas como huellas de Nombradores, excepto las del caballo. Las huella eran profundas gracias a la lluvia que había caído la noche anterior, lo que también reducía el momento de la desaparición a las últimas 24 horas.
La labor de seguir el rastro hubiera llevado mucho tiempo y dedicación, pero el orco parecía intuirlas, más que seguirlas e incluso sus cuatro compañeros tenían problemas para seguir su ritmo a través del bosque.
Granogg, con ese exito extraordinario evitas todo lo que podría haber pasado por la anterior pifia.
Cierro escena y abro la siguiente.