Partida Rol por web

Kevin pone una vieja cafetera al fuego mientras se quita el pijama y se pone su ropa de baquero, unos pantalones gastados una camiseta de manga corta negra y una cazadora de cuero negra degastada por el sol y el tiempo. Coge su sombrero y se guarda sus pistolas en la cartuchera. a todo esto no deja de escuchar a chispita ladrando y un alboroto fuera en el parkin. Que demonios le pasa al perro??

Se empieza a escuchar el ruido de la cafetera indicando que ya esta listo, apaga el fuego de la pequeña cocina y lo echa en una jarra, agarra unos cuantos vasos de plastico y se dispone a salir de nuevo a ver que es lo que ocurre.

Al salir de la carabana ve a unos cuantos intentar dominar a Chispita. Pero que hacen?. La imagen es un tanto comica y no puede evitar soltar una pequeña carcajada, el animal no se dejaba dominar tan facilmente. se acerca a Rebeca sin dejar de mirar a los tres hombres luchando con el perro. Te apetece un cafe, Rubia?. Kevin savia perfectamente que a Rebecca no le gustaba que la llamara así, pero el no podia evitarlo, aunque esta vez su tono era mas amable que de costumbre.

Chicos cuando acabeis de controlar a la bestia venir a tomaros un cafe, esta recien echo.

Timmy habia dejado hacer a su madre. Era la mejor y siempre sabia como hacer que se sintiese protegido, pero la actitud del perro no era del todo normal.

Uli habia hecho lo posible por no herir a Chispita, que estaba como loco. Todos parecian muy preocupados.

Que estaba ocurriendo?

Richard se acerca a Chispita como le indicó Uli pero su atención se concentra en aquello que puede ahcer que Chispita se pueda estar comportando de ese modo.

Es demasiado extraño que se comporte así. Nunca lo habia visto así antes, ni siquiera cuando aquel coyote se acercó tanto a la caravanda de Rebecca

No puedo evitar mirar a todos lados un tanto inquieto por la situación

¿Qué ves Chispita? ¿Qué tratas de decirnos?

Miro a Rebecca y al niño

Rebecca quizá sea mejor que entreis los dos a la caravana ¿no crees?

Miro fijamente a Dansky. Pasa algo Richard, porque miras hacia todas partes, y porque mandas a Rebecca y Tim a la carabana, esque has visto algo?. Kevin deja la jarra de cafe y los vasos en un viejo cubo vacio de combustible y mete la mano dentro de su chaqueta acariciando la culata de su pistola. Coge la linterna y alumbra a los sitios mas oscuros sobretodo en la dirección donde mira chispita.

Mientras hacía esfuerzos por mantener tirante la cadena que sujetaba a Chispita, Uli escuchó como Richard le hablaba al animal.

—Rick, tal vez quieras sentarte para recibir la noticia que voy a darte… —sonrió de manea condescendiente—… Los perros no hablan. ¿Quieres sostenerlo, por favor? Probablemente olió a algún animal que lo puso nervioso. Además de coyotes hay mofetas y tejones, por aquí.

—¿Pasa algo Richard? —preguntó Kevin con aire suspicaz—, ¿porque miras hacia todas partes, y porque mandas a Rebecca y Tim a la caravana, es que has visto algo?

—¿Por qué estáis tan paranoicos de repente? —preguntó Uli—. No hay un alma en veinte kilómetros a la redonda. Como dijo Becca, "estamos en el culo del mundo". Nadie vendría a robarnos. Lo que pudieran llevarse no valdría ni el combustible que necesitarían para llegar hasta aquí y regresar de donde hayan venido.

Kevin mira a Uli... Joder uli dejanos disfrutar de nuestro momento de tensión, no pasa nada interesante en este maldito desierto, ya que estamos despiertos a estas horas no me quites la ilusion de cazar aunque sea un coyote. Sonrie Kevin.

Pero tienes razón, lo que no se es porque Chispita no se tranquiliza, nunca le havia visto tan nervioso, y eso de atacar a su dueña??, no es para pesar que esta sucediendo algo??

El viejo Uli había conseguido lo que pretendía al hacerse con la cadena y levantarla. Chispita quedó en una posición en la que no podía dar tirones bruscos a la cadena, con lo que se evitaba el riesgo de sufrir heridas.

Sin embargo, el animal seguía terriblemente nervioso, ladrando y dándo vueltas en torno a sí mismo y aunque Ken se había quitado el cinturón para, tal y como Uli había dicho, usarlo de bozal para el perro, era más fácil decirlo que hacerlo.

Para Uli, conseguir evitar que Chispita pudiera lastimarse y dejarlo casi sin movilidad, fue uno de esos pequeños triunfos a su vejez que tanto le satisfacían. Ahora, había que evitar que el animal pudiera morder a nadie. La mitad del trabajo estaba hecho.

Richard no pudo evitar pensar que quizás el animal presentía algo que ellos eran incapaces de detectar. ¿Y si un extraño hubiese entrado en el parking de caravanas? imaginó por un momento antes de desecharlo por lo imposible de la idea.

Sin embargo la sensación permanecía allí, y sabía que no desaparecería si esta noche no se daba una vuelta por Rancho Mirago para comprobar que todo estaba bien antes de irse a dormir.

Timmy, entre los brazos de su mamá, se quedó embobado al ver cómo el viejo controlaba de manera tan fácil a Chispita. Para él fue como ver un truco de magia, y se descubrió pensando en lo cool que era Uli.

A pesar de que sabía que Chispita jamás atacaría a tu hijo, le mantuvo entre sus brazos mientras Uli controlaba la locura del animal. En su interior, Rebecca dio gracias al anciano por evitar que Chispita pudiera lastimarse, ya que verlo sufrir le partía el alma.

Con el cinturon en la mano me acerco a Chispita con precaucion por si intentara morderme. Antes de acercarme demasiado meto la correa en la hebilla haciendo un circulo lo suficientemente ancho como para meter el hocico del perro.

Venga chico, se bueno y deja que te pongamos esto. Tal vez este enfermo, deberiamos tenerlo vigilado por si acaso. Kevin, con el jaleo que estamos armando dudo que hoy puedas cazar nada, todos los bichos de los alrededores deben haber salido corriendo.

Paso a paso, Kenneth se acercó al perro y se agachó, sosteniendo la correa en las manos. Estudió con atención las reacciones del animal y de pronto, rápido como una serpiente, atrapó las mandíbulas en un lazo corredizo.
Sonriendo con satisfacción, el mayor de los Kerr, abrazó al ahora inofensivo Chispita, haciendo que se tumbara en el suelo.

Chispita pareció calmarse, pero sus gañidos indicaban que todavía lloraba.

—Bueno, los animales también se ponen nerviosos ante la inminencia de fenómenos naturales —arriesgó Uli, ante las dudas de Ken—. No estamos en zona de terremotos, pero sí ha habido tornados por aquí.

[B]—Buen trabajo, hijo —Felicitó a Kevin, cuando éste hubo sujetado el hocico del perro—. Ahora, alguien va a tener que cargarlo, hasta el remolque abandonado. Yo ya no estoy para esos trotes. Mmm... ya estoy hablando como viejo otra vez.—dijo con una risilla

Kevin se queda un poco atonito con cuando uli le agradece su ayuda. De nada Uli, pero creo que todos los meritos se los tiene que llevar mi hermano ken je je je estoy muy orgulloso de ser tu hermano Ken!! grita dando palmadas de alegria.

¿Mmm...? Uli miró a con extrañeza a Kevin ¿Dije Kevin? Quise decir Ken Meneó la cabeza. Tengo demasiado sueño sonrió y demasiados años, también, antes de que lo mencionéis.

Richard no puede evitar sentirse preocupado, además es el responsable del Rancho Mirago y en parte se siente responsable de la seguridad de los demás

Creo que voy a dar un vuelta para ver si veo algo extraño

Se acerca a su caravana y coge una linterna que tenia en un mueble de la misma

Oye Kevin, ¿quieres venir conmigo a ver si encontramos algo?

Kevin deja de darle palmaditas en la espalda a su hermano por su magnifica actuación y se gira rapidamente ante la petición de Richards. Claro que si Riky te acompañare con mucho gusto, almenos asi saldremos de dudas y podreis dormir mas tranquilos.

Espera pacientemente mientras Richards va a su carabana a por la linterna, al salir comienzan a inspeccionar la zona alumbrando con sus linternas por todas partes.

Cuando estaban algo mas alejado del grupo Kevin le pregunta. Crees que ha podido ser un coyote??

Con la ayuda de Uli, Kenneth llevó a Chispita hasta el remolque abandonado de los Parry, donde podrían dejar al animal encerrado ya que la puerta se podía cerrar desde fuera con un candado. El anciano pudo incluso administrar un calmante suave al perro que lo ayudaría a relajarse y a dormir, con lo que pudieron quitarle la correa que habían utilizado como bozal sin peligro.

Rebecca y su hijo estuvieron con ellos en todo momento para vigilar a su mascota. El pequeño Tim se tranquilizó cuando pudo acariciar el espeso pelo de Chispita mientras sonreía a los adultos, sabiendo que su amigo canino iba a estar bien. Su madre le devovió la sonrisa, aunque sabía que si al día siguiente el animal seguía comportándose de esa manera quizás habría que llevarlo a un veterinario, un viaje de dos días cuando tenías el hogar en un lugar tan apartado como este.

Mientras, el encargado del parking de caravanas, Richard, hizo una ronda de reconocimiento por todo el perímetro del lugar, acompañado de Kevin y un par de tazas del café que había preparado.
Para alivio de Richard y desilusión de Kevin, no encontraron nada inusual durante su paseo, por lo que al cabo de veinte minutos estaban cada uno de vuelta a sus caravanas.

La quietud y el silencio volvieron a ser la norma general en Rancho Mirago durante esa noche, y minutos después todos sus habitantes volvían a dormir en sus camas.

Por eso ninguno de ellos vio el resplandor que iluminó el cielo en el horizonte...