El mundo está cambiando. Lo sobrenatural ha vuelto al mundo y organizaciones ocultas mueven sus hilos para intentar hacerse con el poder. En medio de esto... aparecen unas personas, unidas por el destino, capaces de cambar el destino del mundo.
Partida empezada con sesiones en mesa. Con jugadores ya escogidos. Por favor, si no sabes que estás dentre no te metas. No me gusta expulsar gente Y_Y
El grupo caminaba junto al caballero que había ido a buscarles. Llevaban ya varios días de marcha, acampando un par de veces al día para dormir y para comer sin más dilación. Al parecer, el hombre que les acompañaba tenía prisa. Su encargo tenía que ser cumplido con premura. Los bosques que cruzaban parecían llorar a su paso, con una voz que el mismísimo Dios calificaría de sonata triste. Todo era muy quieto, todo estaba en un estado de letargo como si el mundo esperara un suceso excepcional, una acción especial que cambiara todo de inmediato. Y los que estaban causando eso, o al menos en medio de todas las intrigas eran aquellos aventureros... unos llegados allí por una casualidad otros por encargos de sus superiores, lo cierto es que sus decisiones iban a cambiar el destino del mundo, un mundo que esperaba el cambio, como quien tiene sed.
Nadie sabe qué pasaba por la cabeza de nuestros héroes después de lo acontecido. La fiesta en casa de Inoel no acabó bien, ni mucho menos. La incursión de la guardia arruinó la celebración, y consiguió que su misión fuera mucho más complicada. Pero aún así, y no sin pasar miedo consiguieron su propósito. Pero lo que no sabían es que aquella misteriosa mujer trabajaba para el enemigo... o al menos sus intenciones no eran buenas. El libro que con tanto celo estaban guardando era fácilmente leído por ella, y ninguno de los que integraban el grupo era capaz de comprenderlo. Aquella mujer era muy poderosa... pero, ya estaba muerta.
Había caído bajo las garras de la muerte gracias a unos hombres que habían aparecido en el lugar secreto de ésta, junto a los aventureros que trataban de descubrir el entuerto. Inoel, mantenía retenido a un joven guerrero mago que se había pasado de listo duerante el día anterior en la ciudad, y iba a ser ejecutado. Mediante una pantomima pública, fue salvado pues sus posesiones y quizá su conociemiento fuera útil. Pero lo que la mujer no esperaba es que un los otros acompañantes encontraran el camino secreto en la catedral y se lanzaran contra ella.
Ni tampoco la extraña ayuda de un hombre misterioso, con un símbolo de un león en el hombro, que desveló el engaño que habían tragado los mercenarios, así como facilitó el combate, mandándolos allí, como estatuas.
Pero ahora estaban de camino a Arkángel. Un caballero de la emperatriz había sido enviado para remitirles la orden de que quería verles con urgencia, y allí se dirigen. Interrogándose qué es lo que sucede y cómo será el desenlace de todo esto.
1 de Noviembre del 987 después de Cristo.
La travesía por el bosque estaba siendo tranquila. Los sonidos de los animales acompañaban a la comitiva durante su camino. El propio bosque parecía agradecerles su entrada, pues la belleza en los alrededores del camino era grandiosa. Pequeños pájaros bajaban temerosos a comer las pocas migas de pan que, de ven en cuando, alguno de los integrantes de la caravana dejaba atrás. El sonido de las ardillas saltando de árbol en árbol, así como su fugaz visión era constante en el bosque. Incluso, los asustadizos ciervos, tímidos ante cualquier humano, eran fáciles de ver aquel día. El tiempo también acompañaba. Un sol radiante coronaba el cielo. Haciendo que su luz diera unos matices sorprendentes a las hojas de los árboles cercanos. Todo el bosque en ese momento era un espectáculo de luces y sombras, de colores ocres, calurosos a la vista.
La caravana está compuesta por tres carromatos. El tercero, cuya confección deja bastante que desear, está pintado en un color rojo vivo, y su capota, de color amarillento posee bastantes agujeros. En ella viaja un hombre con su familia, una mujer y dos hijos, además de las mercancías que tiene que vender cuando llegue. La segunda, que parece un poco más lujosa es propiedad de una familia aposentada de la zona. Un color azul verdoso cubre la madera de la que está hecha, y dos caballos negros tiran de ella con brío. En ese carro viaja una familia noble, que poco le importa lo que quieran hacer los demás. Casi no hablan con nadie en la acampadas, por la noche. Y el primer carruaje, como es de esperar, es el más lujoso de todos. Su bello color negro contrasta con el bosque. La capota de cuero negro no tiene ninguna imperfección. No es que los demás carruajes sean pequeños, pero es que este es realmente espacioso. Pueden viajar hasta 6 personas en su interior sin estrecheces, aunque ahora solo está ocupado por dos bellas mujeres. Este carro es para las visitas, para los invitados que traten de cruzar el bosque.
Esta vez la caravana se ha adelantado un poco, normalmente no cruzan el bosque en estas fechas, pero han hecho una excepción. La aparición de las dos mujeres, desconocidas entre ellas, portando suficiente dinero para que la travesía fuera rentable hizo cambiar de idea a los cocheros. A la familia noble tampoco le preocupaba, cuanto antes llegaran a Tiberias, antes resolverán sus asuntos.
La caravana avanza por el camino abierto en el bosque, y mientras tanto, en cada uno de los carruajes cada viajero está a sus menesteres.
14 de Enero del 985 después de Cristo. Alberia.
Es una fría noche de invierno. La posada del Ciervo está a rebosar. La gente va aquí y allá y el traqueteo es constante. El viejo posadero, dueño del lugar casi no puede dar a basto esa noche. Un gran número de hombres, enfundados en sus capas largas, con su sombrero de ala ancha se agolpan junto a la barra tratando de coseguir un trago. Un bardo novato entona una improvisada melodía con su lira, tratando de conseguir algo de dinero para pasar la noche, o al menos comer algo. Por ahora no parece estar consiguiendo demasiado, pero sí se le acercan algunas féminas, que, con sus vestidos ajustados, y un gran escote tratan de llevárselo para sus habitaciones. La verdad sea dicha, esa noche también estaba la taberna plagada de mujeres. No todas eran de muy buena vida, y muchas menos eran hermosas. Pero trataban de ganarse la vida como podían, y ese día era un buen momento, con tanto hombre cerca.
Parece que los dos hombres sentados en la mesa más cercana a la chimenea habían tenido suerte. Su cerveza, y su cena había sido servida bastante antes de que toda esa gente apareciera, y ahora disfrutaban de un merecido descanso. La cerveza no era de una calidad excelente, pero podía tragarse sin problemas, y dejaba un buen sabor de boca. En cambio la comida no era exactamente para tirar cohetes. El medio pollo asado que habían servido a cada uno más valdría dárselo al perro. Pero era comida, y al fin y al cabo necesitaban algo que llevarse a la boca.
Estos dos hombres se llamaban Trinovantes y Marcus. Hombres que vendían sus habilidades por un puñado de monedas de oro. Una vida de peligros no era razón suficiente para asustarlos. En este momento se encontraban descansando de una misión anterior. Los mercenarios también tienen días de descanso, y ése era uno de ellos. Aunque la actual situación de la posada conseguía que descansar para cualquier persona fuera algo imposible, para estos dos individuos, cansados de combates y de jugarse la vida, era incluso placentero.
Entre tanto, la chica pelirroja del fondo, sentada en un clarooscuro generado por la escalera, parece que hacía señas al bueno de Trinovantes. Sus pechos parecía que querían estallar en la apretada camisa, y su apretado corset resaltaba una figura expléndida. Al fin y al cabo, Trinovantes era de los hombres más atractivos de la posada, y de la aldea. Y la mujer no se queda corta. Sus cabellos ardientes caen sobre su cuerpo con bucles infinitos, y continúa con su ritual de seducción al experimentado soldado.
A su lado, una chica morena, no tan despanpanante como la pelirroja, parece haber posado sus ojos sobre el caballero que cena junto a Trinovantes. Un chico pelirrojo, con la piel pálida llamado Marcus. Esta buena mujer, enfundada en un traje rojo, también hace señas, mucho más obvias. Parece que no es tan experimentada en el arte de la seducción como su compañera, pero lo compensa, siendo mucho más directa.
Esta escena es como el Off-rol normal, pero si coincidimos por casualidad dentro, es un chat XD
Escena pensada para que Lexa, Kalea y un servidor desvaríen. Y así, si tiene relación con su historia, no se llene el Off, general de chorradas. XD