Partida Rol por web

- Eso te pasa por listo - dijo Supisy tajante. Se dio la vuelta y avanzó hacia la nave.

- Prefiero mantener mis asuntos privados... En privado. - sonrió sin dejar de caminar y dedicó una mirada a la twi'lek, parecía molesta, a lo mejor era por haberla dejado sola con ese par de dos - Solo han intentado asaltarme un par de alienígenas, nada que no pudiese manejar solo. - dictaminó sacando un cigarrillo y prendiéndolo - Tranquilos, estoy bien y no han conseguido robarme. - añadió antes de acelerar el paso ligeramente.

- Pues has tenido suerte, señor "PRI-VA-DO"- comentó sarcásticamente Shóram-. De todas formas se nota que lo tienes todo controlado cuando vienes con el culo prieto y mirando hacia atrás- rió nuevemente.

Luego miró a Supisy y le dijo.- Tranqui Supi, que tu hombretón está bien.

Tras esto se giró a Galen y dándole un codazo mientras señalaba con la cabeza a la Twi´lek, dijo.- La tenías preocupadísima, normal que te haya dicho eso.

Finn sonrie de oreja a oreja, pensando en sus cosas.

Los cuatro, con Supisi a la cabeza, después de recorrer el espacio puerto (donde les dejaron pasar a cambio de las fichas que les habían entregado a la salida) llegaron a la nave, donde la rampa de carga estaba bajada y piezas y piezas de material llegaban en palés voladores guiados por droides. El capitán estaba allí y firmaba los comprobantes de pago.

Al ver llegar a Supisi, movió la cabeza.

- No se si alabaros por el buen precio que has conseguido por estas piezas o cabrearme por haber encargado tantas. Teniendo en cuenta que no os habéis pasado de lo que pensaba gastarme, creo que diré... ¿Te pasa algo...? estás como roja... o bueno, un azul oscuro...

Aunque era lo primero que escuchábais con algo de emoción del capitán, no era lo que supisi necesitaba oír...

No dijo nada, se quedó atrás del todo con una media sonrisa dibujada en su rostro, tampoco quería darle más importancia de la que tenía, en la mente de Shóram todo era siempre de una manera... Distinta a la realidad. Caminó hasta la nave junto a sus tres compañeros y cuando estuvieron frente al capitán se limitó a adelantar a todos y entrar en la nave - Estaré en mi cabina, ha sido un día emocionante y estoy más cansado de lo esperado. - dijo sin más antes de continuar su ascenso al interior.

- Yo volveré dentro de poco a la ciudad. Tengo unos temas pendientes.

- ¡Espero follonero!- dijo a Galen mientras subía a la nave.- Os comento lo de contrato que hemos cerrado con los del bar para llevarles al un planta y nos vamos Finn y yo a tomar algo.- les informaó mientras subía a la nave.

Mientras subía se acercó a Finn y le dijo.- No quiero molestar muchacho. Símplemente quiero que llegues sano y salvo y vuelvas... bueno que vuelvas de una pieza- le dijo guiñándole un ojo y sonriéndole.

Sin detenerse a hablar con el capitán, Supisy siguió hacia la sala de máquinas. Era el único lugar que le reconfortaba. Podría empezar a instalar las cosas y despejar un poco su cabeza.

Ni Supisi ni Galen intentaron quedarse con sus compañeros, sino que se dirigieron a sus respectivas zonas de interés. 

Sin embargo Shoram y Finn si se quedaron un instante con el capitán. Que hizo que los droides llevaran los repuestos a Supisy a la sala de máquinas (16) y las piezas de la nave a reparar y rescatar a la sala de ingeniería y maquinaria (11).

- Entonces, ¿Cómo ha quedado el trato al final? ¿Cuantos vienen? ¿Cuanto dinero nos van a dar y cómo pensáis alojarlos? ¿Donde hay que llevarlos? En la bodega (15) cabe bastante gente, pero habrá que instalar unas cabinas de servicios, unas hamacas y comprar la comida. ¿Cuando lo vais a hacer?.

En la sala de máquinas Supisy se encontró con que los droides traían todos los repuestos que había pedido, dejando las piezas para poder ser instaladas.

Galen encontró su cuarto tal y como lo había dejado. Notó que Finn y Shoram se quedaban hablando con el capitán.

Ya en la cabina guardó la mochila en el armarito y se sentó en la cama, suspiró inhalando así parte del humo de su cigarrillo y mirando la pared de enfrente descargó un puñetazo contra ella enfadado. ¿Que cojones había pasado? Esa maldita escoria de Uurgo le había jodido otra vez. No entendía unos precios tan desorbitados, sobre todo por su hermana. 

Tras varios minutos pensando en los que acabó con su cigarrillo sin lograr llegar a sacar una conclusión lógica a todo aquello, extrajo la mochila y empezó a ordenarlo todo, ocultando y amortiguando los wupiupis de manera que hiciesen demasiado ruido al chocar unos con otros y volvió a guardar la mochila, cerrando el armario después.

Se metió en la ducha para quitarse toda la mierda que había acumulado al estar por el suelo de medio planeta y la sangre de su herida, cerró los ojos mientras miraba directamente al agua que caía sobre él, relajándose mientras sentía el cálido goteo de la misma en su cuerpo. Ahí dentro tampoco se le ocurrió nada, debería intentar contactar con su hermana, intentar averiguar que pasaba y sobre todo si estaba bien.

Salió tras casi una hora y media en la cabina con una leve sonrisa en su rostro con dirección a la sala de ingeniería, después de todo tenía que ayudar a Supisy a poner al día la nave y ordenar los repuestos. Con el pelo aun mojado y la ropa sucia bajo el brazo, paró antes a dejar las prendas lavándose.

-Shoram  se  encargara de todo. Y le ayudare hasta dentro de un rato, que marcho para cerrar el trato.

Shóram se sienta y mira al capitán- Creo que es un buen negocio. Son dos docenas de personas, en su mayoría alienígenas. Y quieren ir a Lazeriam- dice-. No les importará viajar en el hangar y la verdad es que no sé si llevan camastros o algo parecido, pero por el dinero que nos van a pagar se los podeíamos poner... incluso un retrete- comenta risueño.

- Nos van a pagar 8000 antes de salir y 8000 a la llegada a Lazerian. Los sacarán del banco allí. Y como no nos fiamos, solo bajará uno con el jefe y los demás se quedarán como fianza- comentó seguro de lo que decía.

- Hemos quedado dentro de 26 horas en el hangar más o menos, así que tenemos tiempo de tomar algo o... hacer ejercicio- dijo guiñando el ojo y sonriendo a Finn.

- Yo no quiero llegar tarde a mi cita ... ni muy cansado.

La sonrisa de Finn era inocente hasta límites insospechados. Nada de risotada final, lo que le daba un aspecto aun más aniñado.