Partida Rol por web

Porque aún no confiaban en Mamoru Ai Yastis para conducir un nuevo coche patrulla, este dúo de investigadores detectives tuvieron que ir a la escena del crimen a la antigua usanza, es decir, ir andando hasta allá mientras se ignoraba todo lo demás que ocurría al rededor. Y por fortuna, lograron llegar sin ser asaltados.

"Finalmente estamos en la Biblioteca, dispuestos a adentrarnos entre estas puertas para ver la escena del crimen. Ha llegado la hora para que Kyouka Hanagawa se quite los pañales de bebé y aprenda a cagarse en los pantalones como un hombre... o en este caso como una mujer".

Quizás decir los pensamientos en voz alta mientras caminaban y subían las escaleras a modo de audio-diario, no fuera la mejor idea, pero cada uno tenía sus costumbres y había que respetarlas.

-Primera norma, no hay normas. -Comentó antes siquiera de atravesar las puertas que ya estaban acordonadas por la policía- Segunda norma, no te distraigas, tenemos que averiguar qué leches ha pasado aquí... -Tras decir esto, ambos detectives se adentraron al interior de la escena del crimen- Agentes.

Tras saludar a un puñado de agentes de policía genéricos a los cuales no tienen ni nombre ni cara que pasaron al exterior, Mamoru Ai Yastis echó un vistazo por los alrededores en busca de algo que pudiera resultarle de utilidad, aunque para su desgracia lo que se encontró lo repelió bastante.

-La madre que me parió... -comentó por lo bajo- ese tío no...

El "Mamoru Ai Yastis" del propio "Mamoru Ai Yastis" era un hombre joven de aspecto cuidado y cabellos dorados que portaba una espada y aires de soberanía. Y este al verles simplemente se acercó a saludarles, sus andares eran confiados y a su vez elegantes, se podría decir que perfectos y bien pensados, como todo su ser.

-Saludos, Yastis. -Dijo agachando levemente la cabeza en señal de respeto a Mamoru Ai Yastis antes de girarse hacia Kyouka- Usted debe de ser su compañera nueva. Por favor, permítame presentarme, soy el Detective Jilliam Wustice, aunque todo el mundo me llama "Jill", a vuestro servicio. Es un placer teneros por aquí.

La presencia de Jilliam Wustice en el lugar incomodaba claramente a Mamoru Ai Yastis, aunque el nivel de incomodidad simplemente se reducía a un malestar y a un sentimiento de odio, quizás a causa de la envidia que le sentía; y no un terror como podía tener con el jefe de jefes, o un resquemor de unas brasas de su ex-mujer.

-Nadie te... -Trató de decir, aunque se percató que era mentira- Yo no te llamo "Jill". -Tirando de Kyouka Hanagawa hacia atrás, Mamoru Ai Yastis le dio una orden nueva a su compañera- No hables con este pringado, estar cerca de él me da verguenza ajena... dile que este es nuestro caso y nuestra escena del crimen y que se largue de una vez...

 Por fin tras mucho caminar llegamos a la biblioteca andando ¿Pero con que idiota me habían emparejado? Empezaba a pensar que era idiota.

"Finalmente estamos en la Biblioteca, dispuestos a adentrarnos entre estas puertas para ver la escena del crimen. Ha llegado la hora para que Kyouka Hanagawa se quite los pañales de bebé y aprenda a cagarse en los pantalones como un hombre... o en este caso como una mujer".

Sabes que te oigo ¿verdad? Eso sabes que podría considerarse acoso ¿Sabes? Deja de tratarme como una niña, fuí de las primeras de mi promoción. Así que vamos a resolver esto.

Siguió hablando como si nada, es como si adorara el sonido de su voz.

Primera norma, no hay normas. 
Segunda norma, no te distraigas, tenemos que averiguar qué leches ha pasado aquí...

Suspire un tanto exasperada. Pero si la 1 es que no hay reglas , entonces la 2 queda anulada por la 1. Deberias darle una vuelta a eso último. Estaba un poco harta de este tío, pero era mi superior, debía aguantar. De pronto aparecío otro detective. ¡Guau! no esta nada mal el tio. 

Usted debe de ser su compañera nueva. Por favor, permítame presentarme, soy el Detective Jilliam Wustice, aunque todo el mundo me llama "Jill", a vuestro servicio. Es un placer teneros por aquí.

Ignorando lo que me dijo Mamoru me acerque a el y me presente.

Encantada de conocerte Jill, doy Kyoka Hanagawa. Un placer conocerte, espero 

[Mamoru Ai Yastis recordará esto]

Los comentarios de Kyouka Hanagawa no gustaron en nada a Mamoru Ai Yastis, el cual pese a no decir nada a ninguno de ellos, simplemente se quedó mirando mal a esta nueva compañera y actual aprendiz y discípula de detective. Aunque el colmo llegó cuando quiso esta ser amable con Jill... Maldito Jill...

Viendo como Kyouka Hanagawa estaba siendo cordial y educada, este le lanzó una sonrisa amable a la par que le presentaba lo sucedido, así como a los testigos de todo este vil accidente que, poco a poco, iba a convertirse en un claro caso de asesinato.

-Esta mujer es "La Mágica Mayu", -dijo mientras señalaba a una pequeña chiquilla de cabellos rojizos y sombrero de bruja que se encontraba sollozando en uno de los bancos de la biblioteca- fue su ayudante la que fue cortada en dos.

Aquella muchacha apenas medía metro y medio, lo que en una Medida Standart Internacional equivaldría a un tamaño Valentina Sanders, pues incluso el sombrero coincidía con la medida de este.  

-No sé lo que ha podido pasar, mi ayudante Usagi y yo hemos hecho la misma rutina que hemos hecho siempre... ¡Alguien se coló aquí y cambió la sierra de mentira por una de verdad!. -La muchacha parecía realmente afectada por lo sucedido, casi traumada. - Sangre por aquí, sangre por allá... ¡Sangre por todos lados!. -Esto último confirmaba que sí que estaba traumada, mientras señalaba todas las zonas con sangre.

Viendo la reacción de la joven maga, el policía que estaba ahí y que la había presentado a aquellos dos recién llegados, decidió consolarla y ponerle una manta encima de sus hombros a la par que le ofrecía una bebida caliente, algo que, evidentemente, todos los policías hacen y no solo en películas.

-En algún momento pensaste... cuando viste toda esa sangre... no sé... ¿Que quizás debería haber dejado de cortar?. -Pregunto William Justice aprovechando que estaba por ahí- ¿No se le ocurrió?.

Mientras aquella muchacha sollozaba y respondía a las preguntas, Jilliam Wustice le entregó a Kyouka Hanagawa un pequeño informe preliminar que hablaba de quién era la víctima, de quién era esta maga, si tenían Quirks y de qué tipo de Quirks eran y qué era lo que hacían, pero antes siquiera de que la aprendiz pudiera leer una sola línea, Mamoru Ai Yastis se lo arrancó de las manos para poderlo leer él primero.

-Tal vez... -comentó la muchacha aún entre lágrimas- Aunque cuando me meto en el papel de Maga en medio de una actuación no me fijo en esas cosas... tan solo estoy atenta a hacer la magia bien... ¡Porque la magia es real!.

Encogiéndose de hombros ante Kyouka Hanagawa por la actitud infantil de Mamoru Ai Yastis al quitarle de sus manos aquel informe que había realizado sobre las víctima y sobre la asesina material de esta, a fin de cuentas, pese a no ser su intención y que todo fuera un accidente era ella la que sujetaba la sierra. - Tras esto, volvió a preguntar una cosa más.

-¿No tienen una palabra de seguridad para estas cosas que podáis utilizar para evitar accidentes?.

Aquella pregunta claramente había molestado a "La Mágica Mayu", la cual se consideraba a sí misma una experta en el noble arte de los trucos mágicos, tanto que decía e insistía en que su magia era cien por ciento real. Y no simples trucos de feria... aunque a juzgar por todos los que había hecho y tenía medio preparados, no eran más que eso, simples trucos de feria.

-¡Claro que la teníamos!. -Exclamó la maga molesta- Si algo salía mal, ella debía gritar "Detente"... Pero ella nunca dijo "Detente", tan solo gritaba a todo pulmón y decía "¡Me estás cortando en dos!" "¡Mayu por el amor de Dios, para!" "¡Eso era mi intestino, mi intestino!" "¡Estoy perdiendo mucha sangre!" "¡Me estás matando!" "¡Aaaaah!" "¡Noooo!", "¡Me matas! ¡Me estás matando!".

Toda aquella intervención de la homicida involuntaria podía atraer la mirada de los presentes, a fin de cuentas, para una persona normal que alguien gritara eso, levantaría bastantes banderas rojas al respecto y detendría el truco de magia en el acto. Pero al parecer este no había sido el caso aquí.

-Y esa no es la palabra de seguridad. -Concluyó Mamoru Ai Yastis guardando el informe que le había entregado Jilliam Wustice a Kyouka Hanagawa y este había birlado- Una pena que no la dijera. Tenía que haber estado más atenta y haber dicho eso... Eso pasa cuando no se presta atención a los cursos de seguridad.

Tras comentar esto, Mamoru Ai Yastis arrastró a Kyouka Hanagawa, sin darle la oportunidad de interrogar a esta muchacha hacia otra zona de la Biblioteca, en concreto, cerca de donde estaba aún el cadáver partido en dos y toda aquella sangre por el suelo. Y junto a ella, se encontraba una policía investigando.

-¡Tsu-Tsu!. -Exclamó bastante alegre aquel policía señalando con sus dedos, cual pistolitas a aquella mujer agachada- Ella es Tsunade Kineda, forense. ¡Es la que hace toda la magia del cuerpo de policía desde detrás de las cámaras!.

Aquella mujer se levantó del suelo y se giró para ver a Mamoru Ai Yastis y a Kyouka Hanagawa, y aunque se quedó por un par de segundos mirando a esta última, decidió centrar su atención en el que ostentaba el cargo de detective.

-Pero mira a quien han tenido que sacar de su despacho de la oreja... -Comentó con cierta sorna hacia el policía- ¿Te han asignado a ti este caso?. Bufff... Esperemos que no te pase como aquella vez que te perdiste en mitad del bosque... -Bromeó la muchacha- Me alegra verte, Mamoru. Pero... ¿Quién es esta?. -Por "esta" se refería a Kyouka Hanagawa, la cual le volvió a lanzar una mirada con una más que clara desconfianza; quizás porque no le gustaba su presencia, o porque no le gustaba los desconocidos.

En esta ocasión Mamoru Ai Yastis ni se molestó en presentar a Kyouka Hanagawa, al contrario este permanecía ahí con los brazos cruzados, al parecer el policía seguía enfadado con la actitud de su aprendiz y novata en el caso anterior al ser amable con el detective Jilliam Wustice.

-¿Qué?. -Le dijo a Kyouka Hanagawa- ¿No eres mayor y te vas presentando tu sola a desconocidos?. Adelante, preséntate tu misma...