No le quedó más remedio que aceptar el ofrecimiento, por no decir directamente imposición, de Hudson. Por más que se esforzaba no conseguía sentirse cómoda trabajando con él y es que claro, la actitud del detective lo era todo, menos amistosa y no perdía ocasión de menospreciar el trabajo que ella y sus compañeros hacían.
-Ya tendré tiempo de ponerle un tapaboca -se decía- y demostrarle, además, que las mujeres no estamos solamente para las labores de la casa o calentar camas...
Bajó del coche apenas él terminó de hablar, no dijo nada pero sí que mucho pensó e imaginó. Caminó con paso seguro en dirección a la oficina de correos, al ingresar sonó la campanilla de la puerta; se quedó parada en el umbral un momento, con expresión afligida y aparentando indefensión. Parpadeó un par de veces, respiró profundo y se acercó al hombre de gafas y bigote, pues por su aspecto suponía debía ser el encargado de la oficina.
-Buenas noches... ¿Es usted el encargado?
Nada más hacer el comentario Hudson vió como Samantha se bajaba del coche sin decir nada.
No sé qué pensará encontrar aquí.
Desde luego no tenía mucha fé en que en ese lugar les pudieran decir nada interesante, pero de todas formas tenían tiempo hasta volver al piso. Cuando cerró el coche se dirigió a la oficina de correos mientras miraba a su alrededor. Había estado varias veces en New York pero nunca había estado por aquella zona.
Y de esto están tan orgullosos los neoyorkinos, desde luego no tengo ninguna intención de venir a vivir aquí.
No le dió tiempo a llegar a la puerta antes de que se cerrase, la abrió, hizo sonar la campanilla y solo le dió tiempo a escuchar el eco de una pregunta que había hecho la señorita Clarkson.
Eso me temo señorita-dijo con una sonrrisa-digame ¿en que puedo ayudarla?
Me mantengo a un lado viendo la partida de cartas y escuchando su conversación. Blood parece saber lo que hace y Cornelisz está bastante nervioso.
Escucho atentamente cada palabra con mi acostumbrada mente periodística, pues trato de encontrar alguna buena noticia en cada palabra, sin olvidarme para qué estoy allí realmente.
Mis ojos pasan por las cartas mientras mis orejas escuchan la conversación.
Hudson se situó detrás de la señorita Clarkson cuando el hombre respondió a su pregunta.
Podría decirle que no sabe nada y así podríamos ir a hacer nuestro trabajo.
El detective se giró para observar a las otras dos personas que había dentro, la mujer que escribía y el hombre que estaba junto a ella, mientras esperaba a que acabase su acompañante.
-¿Qué hace aquí? -exclamó para sí cuando, tras mirar por encima del hombro al sentir el sonido de la campanilla, vio a Hudson.
Volvió la vista al frente, fingiendo no conocerle y rogando que el detective no hiciera ni dijera nada que pudiera echar por tierra la farsa que estaba a punto de montar.
Sacó de su cartera el sobre con la carta, retiró del interior del mismo la misiva devolviéndola al interior de su cartera y extendió el sobre al encargado. Podía sentir la cercanía de Hudson parado tras de ella y actuando como cualquier mujer que desconfía de los desconocidos, aseguró la cartera y habló al encargado con voz afligida.
-Señor, por favor, necesito encontrar al remitente de esta carta. Es muy importante, se trata de mi cuñada, esa carta fue la última que recibimos y ya no hemos vuelto a saber de ella -sollozó y se llevó el pañuelo a los ojos como si intentara contener y ocultar las lágrimas que amenazaban con inundar sus ojos-. Mi marido está muy enfermo, se está muriendo -su voz se quebró- y es su deseo ver a su hermana una última vez... Por favor, estoy desesperada, ayúdeme por favor a darle esta última alegría antes de que la muerte me lo arrebate... se lo suplico.
Uso disfraz, que entiendo es la que me sirve para interpretar el papel de mujer sufrida e indefensa que intento xD
Vaya vaya, así que la señorita Clarkson está jugando.
Hudson no salía de su asombro y una leve sonrisa salió de sus labios mientras escuchaba lo que Samantha decía a aquel hombre. A continuación miró su reloj para saber que tal de tiempo andaban. Su suspiro de desaprobación podría pasar por la inquietud de una persona esperando en la cola.
Espero mientras hablan a Samantha, a menos que alguien se dirija a mí.
Pues asi sin mas señorita, no sabría decirle. Viene mucha gente al cabo del dia aunque puedo decirle que, tal y como esta escrito esta carta, no la escribimos aqui, simplemente la mandamos. Ademas la ortografía es horrible...-dijo con cara de compromiso-de verdad que me sabe mal no poder decirla nada mas...no tienen algun dato mas, que pueda indicarme? Desde luego la carta se mando desde aqui, pero no sabría decirle quien puede haberla enviado.
No es necesario que uses disfrad para interpretar esto. De todas formas tendrias que haber echo una tirada y haber usado los puntos que quisieras gastar :)
Suspiró.
-¿Pero no mantienen un registro o algo para saber quién envía la carta y su dirección? -miró el sobre por uno y otro lado- ¿No les llamó la atención que alguien enviara una carta sin la información del remitente? ¿Tan común es que ocurra algo así? -se llevó la mano a la frente y mantuvo los ojos cerrados por un momento, cabizbaja-... Por favor, haga memoria, esta carta es la única pista que tengo para encontrarla, usted es mi única esperanza... O si al menos pudiera decirme de algún lugar al que pudiera acudir para que me ayuden...
Samantha estaba agotando sus posibilidades, era consciente que haber acudido a esa oficina esperando dar con alguna pista era estar dando palos de ciego, pero era una posibilidad y para descartarla era necesario acudir aunque luego tuviera que soportar la actitud desdeñosa de Hudson y el más que seguro "Se lo dije" que le soltaría apenas tuviera la oportunidad.
Hudson empezaba a estar inquieto. Ya le había dicho que allí no encontrarían ninguna pista y por como estaba desarrollandose la conversación, estaba claro que llevaba razón.
En esta zona no creo que haya mucha gente con teléfono. Seguramente sea el medio de comunicación más usado. Deben pasar decenas de personas todos los días por aquí.
Se intentó y no pudo ser. Pero llevas razón, como no consigas nada Hudson va a decir: Se lo dije. XD
PD: Ahora va y saca algo
Me temo que no podría ser de mucha ayuda. Sin duda tener el remitente es uno de los requisitos, pero la gente suele llegar y echar su carta sin mas, asi que no podemos estar atentos a todo el que viene. Ademas, este es un barrio algo "especial" hay muchos marineros y gente de mal ver y claro, es bastante normal que ese tipo de gente no ponga todos los datos. ¿No saben nada sobre el que lo mando? Siento no poder ser de mas ayuda-dijo el hombre huildemente.
-Bueno, gracias de todos modos -dijo y esta vez su voz de pesar tenía poco de falso-. Buenas noches.
Se dio media vuelta y su mirada se cruzó con la de Hudson fugazmente, abandonando finalmente la oficina de correos.
-A ver qué me va a decir ahora cuando salga -pensó-, encima que me va a enrostrar el que él tenía razón y yo no, le dejo solo allí dentro. ¿Qué se irá a inventar? -suspiró- Bueno, con que compre unos sellos postales seguro tiene...
Caminó hacia el vehículo y allí esperó a que Hudson saliera.
Hudson observó como Samantha salía de la oficina. Cuando cerró la puerta se dirigió al encargado.
Mujeres, siempre dando trabajo extra. Comentó el detective añadiendo una sonrisa de complicidad. No sé si podrá echarme una mano, verá, necesito embiar un paquete y no sé lo que me costaría enviarlo. Supongo que irá en función del peso ¿verdad?
Hudson estuvo preguntanto un poco al encargado para disimular que no venía con la señorita Clarkson. Cuando el encargado le contestó a sus preguntas se despidió y salió de la oficina.
Hudson salió de la oficina y buscó a la señorita Clarkson. Cuando la localizó se dirigió hacia ella.
Bueno señorita Clarkson, supongo que ha terminado todo lo que hemos venido a hacer aquí, ¿verdad? Como ya le comenté era difícil obtener algo en este lugar. Hudson sonrió al decir aquella última frase. Se lo dije señorita. Fue extraño que lo pensara y no se lo dijera directamente la frase.
Subamos al coche y volvamos al piso.
Las calles estaban ahora llenas de gente. Algunos sentados por las aceras comian bocadillos o sanwiches y otros iban y venian de un lado para otro. La verdad es que aquel era un barrio bastante deprimente, no era de estrañar que unos secuestradores se escondieran en aquel barrio portuario. Al cabo de un rato, regresarón al hotel...
Alguien llamó a la puerta. Blood se levantó rapidamente de la silla y se acercó a la puerta algo inquieto, estaba preparado para cualquier sorpresa. Miro despacio por la mirilla y suspiro.Allí, en el oscuro pasillo, se encontraban el detective Hudson y la señorita Clarkson algo serio. Al fin les habrio la puerta y entraron...
Adelante señores...
Tras abrir la puerta, Peter se hace un lado y en un tono de voz mucho más bajo para que no pueda oirse por el Sr. Cornelisz, pregunta...
¿Que tal sus pesquisas?
Me levanto lentamente y me acerco despacio hacia los que ahora son mis compañeros. Hudson aprece algo serio asíq ue deduzco que deben haber descubierto algo. En silencio, como llevo durante el último rato espero para escuchar las pesquisas de mis dos compañeros que parecen algo cansados.
-Sí, ¿cuales son sus pesquisas?-repito la pregunta casi sin pensar pues tengo ansias de saber qué es lo que han descubierto.
Y a lo largo de la tarde, Joseph y Samantha les contaron su infructuoso seguimiento de la carta y les trataron de explicar como era el lugar del intercambio. Entre los cuatro, ayudados por Jacob Cornelisz idearon un plan, para, una vez echo el intercambio seguir a los secuestradores hasta su escondite. Quizas una vez hubieran descubierto donde se encontraban podrian rescatar al pequeño.
La tarde se fue volviendo cada vez mas fria hasta que por fin, al caer la noche, todos pudieron dormir. En sus pensamientos solo había una cosa, rescatar al pequeño Adam a toda costa y en solo unas horas tendrían que ponerse en marcha...