Me vuelvo a sentar y cojo la jarra bueno por lo menos a sido entretenido, ademas yo mismo lo decia antes Si hay que beber bebemos.. Me reclino sobre la silla y miro mi arma apoyada contra la pared parece tan ansiosa como yo de entrar en combate dentro de poco estaras aplastando trasgos le prometo
Guardo mi hacha de nuevo y me siento en la mesa con ellos con una jarra fría de cerveza dispuesto a ponerme a punto para el hipotético viaje a por trasgos.
- ¿Cuándo partimos a matar trasgos? - pregunto al bárbaro, al caballero y al otro enano - Si es que queréis partir de verdad y sois realmente valientes, claro - apuntillo con una voz burlona y provocadora.
Partamos ya mismo hacia nuestro destino mi espada está sedienta de sangre, asique si no hay incoveniente marchemos ya
- Pues vayamos ahora mismo - brama el bárbaro apurando de un solo golpe el resto de la jarra - ¿Sabes donde están está su campamento?
Klaus se dirije a su antiguo agresor limpiandose con la mano el resto de cerveza y de su propia sangre de la boca.
- ¿A dónde nos dirigimos?
Así me gusta Machote, vayamos hacia el castillo perdido, alli sabremos mas sobre el asunto.
No perdamos tiempo
- ¿Sabes cómo llegar al Castillo Perdido? - pregunta el gigantón algo confuso.
Tenemos que ir hacia Ímmermar, por alli han atacado varias caravanas y puede que consigamos algo mas de informacion.
- Vaya, vaya, vaya - ríe el risueño Luician.
Se acerca con su jarra a la mesa. Ha presenciado todos los hechos y ha escuchado la conversación.
- Parece que os ha interesado la historia del Castillo Perdido - hace otra pausa para apurar la jarra - ¿otra jarra?, caballeros.
- No se puede rechazar un ofrecimiento de este calibre. ¡Posadero, otra jarra!
- Éste por una jarra de cerveza es capaz de matar a su madre - ríe el posadero.
Acto seguido llena una jarra de cerveza y lo acerca a la mesa.
- Salud
- Tengo una propuesta que haceros - Luician sonríe con una sonrisa sarcástica - Tened que saber que lo que os he contado del castillo es verdad, por mis niños que es verdad. Lo juro.
Luician apenas acierta a sentarse una silla vacía de la mesa, lo hace torpemente casi perdiendo el equilibrio y está a punto de caerse. Con un movimiento torpe consigue sentarse. Apura la mitad de la jarra y se limpia con el antebrazo los labios.
- Pensad que podréis encontrar muchos tesoros en ese castillo ruinoso - hace una pausa para hacerse el interesante - Si me dais 50 po os llevo al Castillo perdido.
- ¡O podemos no darte las monedas y decirnos dónde está! - digo blandiendo el hacha de nuevo. La riqueza me ciega y no controlo mis actos.
Luician cae hacia atrás de la silla al tratar de apartarse de la mesa tras las amenazas del enano. La jarra cae al suelo y se hace pedazo. El enano se levanta tirando la silla y agarra la ropa del charlatán y lo levanta del suelo con gesto amenzante.
- No será necesario derramar sangre, maese enano - dice el recién llegado.
Un humano embutido en una lujosa armadura de placas con un símbolo grabado a fuego en su coraza, de cabello rubio y mandíbula angulosa se acerca al lado de vuestra mesa. Había entrado a la taberna desde una puerta lateral que conduce a un reservado, atraido por el ruido. Había permanecido en el umbral observando unos segundos antes de intervenir.
- Mi nombre es Derak, el Glorioso, humilde servidor del glorioso Tempus - saluda con una inclinación de cabeza - Yo voy en este momento a ese castillo y os ofrezco mi humilde compañía. Yo conozco el camino de ida. No os cobraría mis servicios, sólo una cosa: nada de preguntas. ¿Aceptáis mis servicios, nobles aventureros?
Lezort se acerca a luician y lo incorpora a la silla otra vez- Tranquilo el enano no le hará ningun daño, simplemente esta un poco nervioso, le pagaremos esa cantidad para que nos lleves hasta el castillo.- luego se dirige hacia el rubito- está bien puede acompañarnos, bienvenido. pero ¿seguro que sabe el camino? porque si es asi no hará falta pagar esa cantidad de dinero
- Mi palabra tenéis - contesta con una inclinación de cabeza - Os podéis evitar los servicios de ese pobre diablo.