- Sólo quedais vos, Lorenzo de la Cruz - comenta el mago fijando sus ojos ocultos tras unas cejas espesas.
El joven al que se le dirigen como Lorenzo de la Cruz, es joven de constitució récia y saludable, de talla media, sobre el metro setenta.Ataviadocon un hábito marrón, holgado, con un ancho cinturón ciñéndole el talle. Colgando de su cuello y reposando sobre su pecho hay un colgante en forma de gantelete con un ojo abierto en la palma.
El tal Lorenzo permanecía en silencio escuchando las respuestas de los otros interpelados, finalmente tras la insistencia del mago de guerra, responde.
- He sido enviado por mis superiores para servir a la regente y a su Casa.- Dice haciendo una leve inclinación a la Obarsyr.- Y por ello cumpliré. Mas, será un orgullo poder servir en esa causa por el bien de la estabilidad de mi patria.
El sacerdote habla con una voz serena y rica, la de un orador.