Partida Rol por web

- Oh, vaya. Qué problemático. - digo casi para mí mismo  mientras observo la situación. Al estar relativamente alejado de la esquina me costó cierto tiempo llegar allí. Tiempo que el grupo de aventureros y el extraño humanoide gigante aprovecharon para ensañarse con cierto espíritu maligno.

Temiendo que con lo súbito de mi aparición me confundieran con un enemigo, dejé caer la antorcha y agarré mi bastón con ambas manos, mientras cargaba hacia el fantasma, dispuesto a darle un buen golpe en la testa. - ¡Tú! ¡Maldito espíritu maligno! ¡Vuelve por donde has venido!

Cuando la joven alcanzó la esquina del corredor, en su mente, y en consecuencia a los gritos y los sonidos de la pelea, ya se habia hecho una idea de lo que podría encontrarse, por lo que solo desperdició unos instantes en enfocar a los dos recién llegados, y en especial el más grande de ellos y que seguramente era el causante del ensordecedor grito.

- Otro Cirión. - pensó, antes de devisar su atención al objetivo del paladín y por ende el enemigo a quien abatir.

Rauda, pero con demasiadas dudas acerca de si las otras dos figuras eran amigas o enemigas, la ladrona intentó lanzar una estocada al flanco de la criatura, pero su maniobra no fue muy atinada, y antes de darse cuenta su codo chocó contra el muro del pasillo, malogrando cualquier ataque.

- Mierda! - masculló, enfadada por su propia negligencia.

Seramûn tras conseguir darle a Grwdk, una flecha apareció por su derecha que se le clavó entre dos costillas haciéndole una herida, que sangraba bastante. Justo después una espada por el mismo lado de la flecha, pero esta vez no estaba tan desprevenido y consigue evitarla. Por su izquierda un bastón venía justo a su cabeza pero esta bastante rápido para volver a esquivar otro golpe. Luego otro golpe con una espada por la derecha pero no se tuvo que preocupar mucho porque chocó contra el muro, haciendo que la espada que llevaba en las manos rebotase y terminando clavándosele en el hombro del enano que estaba justo al lado.

- Aaaaagrrhh - un dolor punzante y agrio que comenzó en mi antebrazo izquierdo hasta llegar al cuello hizo que soltara un pequeño jadeo en muestras de sufrimiento y entumecimiento de los nervios de mi extremidad. La espada corta había impactado sorpresivamente en mi brazo y el dolor no tardó en llegar.

Llevé la mano de mi brazo derecho a la herida y rápidamente la palma de mi mano se tiñó de un líquido espeso de color azufre rojizo. Era la sangre que emanaba de la herida cortante inmovilizando por unos instantes los músculos de mi brazo.

Pasaron solo unos segundos. Para mí fueron horas. Ya todas las criaturas que se encontraban alrededor del espectro hecho humano habían atacado a su aparente enemigo, que hasta ese momento, era el mismo que el mío. De pronto comencé a sentirme mejor.

Otro grito a modo de quejido desgarrador salió despedido de mi garganta. Era un grito de guerra. Un grito de libertad. Un grito de fuerza. Pero esta vez no fue producto de un dolor. - AAAAAAAAAGGGHHHRRRR!! - De pronto todo fué silencio hueco a lo largo y ancho del túnel oscuro. Las antorchas a los costados danzaron como quiriendo escaparse al escuchar el tremendo alarido.

Ciento cincuenta kilogramos de músculos sólidos se avalanzaron sobre la insignificante criatura. Había impactado fuertemente en mi enemigo para darle el toque final.

El potente golpe de Grwdk impacta de lleno en la criatura, haciendo que el hacha entre cortando carne, huesos y ropajes desde el cuello hasta la mitad del torso de la espantosa criatura. Tras el golpe la tenebrosa criatura cae al suelo y un humo amarillento sale de su cuerpo hacia el techo de la estancia atravesándolo y esfumándose.

Habéis acabado con la forma física de Seramûn, pero igual que se encarnó en ese cuerpo, seguro que podrá volverlo a hacer en cualquier otro cuerpo físico. O quizás, no se vuelva a saber nada del espíritu de Seramûn. Lo que está claro es que ese sitio no es seguro y está maldito.

-CREO QUE ESTÁ MUERTO. -dijo el enano mirando el cuerpo descuartizado en el piso, impactado por la brutalidad del gigante. Notó también la presencia de otro hombre misterioso, no tan grande pero con una llamativa melena blanca y un palo de arma. La presencia de estos seres de intenciones desconocidas lo puso algo nervioso.

-SALUDOS, MI NOMBRE ES CIRIÓN ¡ARGHH! -un dolor punzante en el hombro lo interrumpió cuando extendió el brazo. -Y ESTA ES LA ESPADA DE MI COMPAÑERA ALYSS... -se quejó quitándose la espada del hombro. -COMO PUEDEN APRECIAR, ELLA ME QUIERE MUCHO. -dijo presentando a la pícara en un tono de broma. Eso lo ayudó a relajarse un poco.

-Él es Tehnial, El Ojo Avizor. Y él es Grimm, El Papito -señaló a sus compañeros, inventándoles un apodo sobre la marcha. -Vinimos aquí para cumplir con un encargo del Burgomaestre. Puedo preguntar, si no es molestia, ¿quiénes son y qué hacen aquí? -concluyó con cautela y cordialidad para evitar un malentendido.

- Puujjhhss - mis barbas se tiñeron de un líquido pegajoso verduzco oscuro y espeso. Era la sangre de aquel espectro que al impactar con todas mis fuerzas salpicó todo alrededor. En solo unos instantes un radio de dos metros se cubrió de tripas, huesos y sangre verde. Paredes, suelo y techo manchados por las vísceras de la bestia. Y mi hacha de hierro tuvo mucho que ver con esto, provocándole un corte transversal desde el cuello hasta la parte baja de la cintura. De pronto una niebla gaseosa amarillenta, salió de su cuerpo sin vida y subió hasta el techo atravesándolo sin dificultad. Volverá. Pensé detenidamente mientras el túnel regresaba a esa calma sospechosa.

Mis pulmones ya se movían al compás de mi corazón que aminoraba los latidos. A cada bombeada el ritmo disminuía haciendo que el siguiente se oiga menos. Entonces mi incorporo lentamente hasta erguirme por completo teniendo que inclinar levemente mi cuello para evitar tocar mi cabeza con el techo. Ahora todo era tranquilidad.

Estarán realmente del mismo lado!?? Se pregunta mi mente. Un detalle que había pasado por alto debido al oportunismo de aquella criatura era que no me encontraba solo. Justo en medio del túnel se encontraban otros 5 errantes. Al parecer habían atacado al supuesto enemigo. Harían lo mismo conmigo?! Termino de pensar inseguro. Por las dudas, nunca bajo mi guardia manteniendo firme la empuñadura de mi hacha.

Me encontraba en el túnel junto con un mediano, un señor de los animales, dos humanos y un señor de los bosques. De ponto, el que parecía ser un enano rompió el silencio dejando escapar algunas palabras por su boca. Parecían ser amistosas. Sin embargo, no me interesé en responder. En cambio, deje escapar un gemido grave a modo de contestación y desinterés por aquellas criaturas – Aaagghhrrgg… - no era el momento de mostrar signos de humanidad.

Dejé que algunos de los que se encontraban conmigo le contestaran. Yo debía continuar con mi camino.

Al principio estaba algo nervioso. Temía que los aventureros me tomaran por otro enemigo. Pero las afables palabras del enano despejaron mis dudas de parecer una amenaza. Incluso estuve a punto de soltar una risita, escuchando los "nombres" de sus compañeros. Al terminar sus palabras asentí y di un paso al frente.

- Mi nombre es Ährkhos, amable enano. Soy un humilde druida en busca de aventuras y nuevas experiencias. - explicaba con una sonrisa. - Escuché que unos aventureros habían venido a esta torre para librarla de kóbolds, pero que tardaban demasiado en volver. Por tanto, partí hacia aquí con intención de averiguar si estábais en problemas. - decía apoyándome cómodamente en el bastón, y mirando hacia el grupo que había venido a buscar. - Por lo que veo, quizás la ayuda fuera innecesaria después de todo. - afirmé con una risita, tras echarle una rápida mirada a los restos del combate.

A diferencia de mí, la enorme criatura que se encontraba a nuestro lado no parecía muy habladora. Aunque, tras la lucha, estaba casi seguro de que no era un enemigo. Aún así, me preguntaba si podría sacarle algunas palabras. - ¿Y tú? ¿Qué te ha traído por aquí? -le dije, mirándole con curiosidad.

- El papito?; ojo avizor?; este Cirión no tiene arreglo alguno; pese a que el druida parece tener buena fe, su enorme compañero sólo suelta un gruñido que me lo tomaré como un saludo.

- Somos nosotros esos aventureros de los que habla, pero creo que el burgomaestre se ha precipitado un poco al enviar ayuda, no llevamos fuera ni un día y ya nos daba por muertos?.

Realmente cuando volvamos al poblado tendré unas serias palabras con él, - no obstante gracias por su intervención, echo una mirada al enorme bárbaro sin acabar de fiarme del todo, las palabras son muy bonitas pero como dice la ley del Señor lo que cuentan son los hechos y de momento no van nada mal, - veo que su compañero no es muy hablador, en cambio sabe manejar bien su hacha, yo soy Grimm a secas, eso del papito debe de ser una especie de apelativo que me acaba de poner nuestro buen amigo Cirión.

Alyss envainó su recién adquirida cimitarra mágica, y mientras inspeccionaba el lugar donde se había caído y posteriormente evaporado al criatura, ignoró por completo las palabras de Cirión, aunque fue incapaz de evitar arrugar el entrecejo al escuchar como este apodaba a sus compañeros.

- Esa sesera suya está vacía, aunque al menos ha tenido la sensatez de no buscarme un apodo a mi. Quizás posea algún ápice de.. de algo. - le reconoció, negando casi imperceptiblemente antes de volverse para fijarse en el druida y el gigantón que tan buen uso hacia de sus armas.

- Perfecto, seguramente el burgomaestre ese decidió emplear algunas monedas más para vacía su torre llena de kobolds... aunque de kobolds más bien había pocos, como sin duda ya sabia. - pensó, cada vez más convencida que el tipo les había tomado el pelo, además de pagarles muy poco. - Alyss. - dijo a modo de presentación, saludo y confirmación, más que suficiente, teniendo en cuenta que eran unos desconocidos. - Creo que es un buen momento para largarnos de este lugar. - agregó, dirigiéndose a sus compañeros, y en especial a Grimm. - No creo que quede mucho que hacer, ya hemos limpiado de escoria este lugar, y si quedan más de esos, - la joven señaló los restos del cuerpo destrozado por el bárbaro. - deberán pagarnos mucho más.

Tehnial realizó una exagerada reverencia para acompañar la presentación de Cirión cuando éste pronunció su nombre. "El Ojo Avizor... me gusta." Se dijo para sí ante el improvisado título que el enano le había otorgado. -Yo no tengo problema en ser 'Tehnial, el Ojo Avizor'.- Respondió sonriente ante la reticencia de Grimm para aceptar su sobrenombre. -Pero si os parece demasiado largo, podéis llamarme Tehnial.- Añadió todavía con una expresión divertida hacia el druida. 

Luego dirigió su mirada hacia el imponente hombre que había partido en dos al espectro con un único y formidable golpe. En su mente se preguntaba si realmente sería un aliado al ver su poca disposición para conversar, pero pronto se dijo que se conformaría conque no fuese un enemigo. -Efectivamente, ya terminamos con todos los intrusos de la torre. Pero uno de ellos nos encerró en un último acto de rebeldía. Así que supongo que debemos daros las gracias por abrir la puerta.- Resume el elfo sin darle mayor importancia al hecho. -De modo que coincido con la señorita Alyss. Deberíamos salir de este sótano cuanto antes.- Concluyó para poner rumbo hacia la salida del subterráneo.

Al final no había sido de mucha ayuda. Lamentaba que mi "aventura" hubiera terminado nada más empezar. Pero supongo que debía sentirme feliz por que nadie hubiera salido herido. Bueno, nadie no. Aparte del ser destrozado en el suelo, el pobre enano había sufrido un amigable "rocetón" de parte de su compañera. Pero podría haber sido peor...

- Bueno, sí. Supongo que sí. - dije, tras pensarlo un momento. - Yo vine a por vosotros, y vosotros ya habéis acabado vuestra misión, así que... ¡Supongo que no hay más que hacer aquí! - dije, tras lo que solté una risotada.

- Vayamos pues. La salida está prácticamente aquí al lado, subiendo por la trampilla. Por ahí es por donde vine yo.- dije, señalando al pasillo por el cual me había ido acercando hasta la esquina.

Siento en las criaturas ansias de saber quien soy. Curiosidades que por el momento solo podrán suplir con preguntas sin contestar. Todos sus ojos apuntan a mi desde allí abajo. Los puedo sentir. No me siento muy cómodo con ello. Sin embargo, parecen indefensos. Pobres criaturas que la naturaleza no ha sabido beneficiar con dotes de supervivencia. Inexpertos totales. Pero en sus palabras se podía sentir el cálido brillo que emanaba de sus corazones.

Ante la atenta mirada de los 5 errantes esperando dejar escapar algunas palabras y ya no grotescos gruñidos, intento disimular mi incomodidad y cierro los ojos. Así entro en un estado de trance y de concentración. Ahora todo es calma.

De pronto abro los ojos tomando de sorpresa a los demás. Inflo mis pulmones e intento dejar escapar algunas palabras. Solo alcanzo a decir mi nombre que sale de mi boca cual campesino queriendo hacer avanzar a su terco burro tirando de una soga. Abro la boca grande y pausado digo - GRWDK - La palabra pareció no terminar nunca. Cada letra había sido pronunciada con claridad y con un timbre de voz grave. La voz de ultratumba siguió sonando por algunos instantes conforme se iba apagando a lo largo del túnel.

Termino de presentarme y con un movimiento de péndulo levanto mi pesada hacha de hierro hasta que la misma apoya estrepitosamente sobre mi hombro derecho. Esperaba que saliéramos del túnel cuanto antes.