Partida Rol por web

Bien, cuando tú digas vamos para allá. ¿Te parecería conveniente saludarles desde una cierta distancia para advertirles de nuestra presencia y ver su reacción? o ¿sería preferible esperar a que ellos mismos nos descubran a medida que nos acerquemos?

 Observando desde la distancia. Parecian hombres formales, distraidos en sus cosas. Como quien espera a otros fumando un poco de tabaco en la pipa. Nada peligroso, al menos en varios kilometros. 

-Arlen, creo que no hay problema en acercarse a estos hombres, parecen honrados, pero aun así deberemos cuidar el tacto ya que son guerreros leales a su Rey. Me prepraro para bajar andando con la montura y vuelvo a dirijirme a Alren. -Otra cosa, no comente nada aun sobre nuestra misión, esperemos a ver que a pasado, no debemos precipitarnos.

De acuerdo entonces, bajaremos a ver qué noticias tienen estos hombres y no le mencionaré el tema que nos interesa a nadie si no me indicas lo contrario. Siguiendo el ejemplo de halrton desmonto y cojo al caballo del ronzal.

Los dos jinetes descendieron y fueron recibidos como amigos a pesar de los malos tiempos que estaban viviendo.

¡Salve, en Nombre de La Marca! - dijo uno de los guardias.

Cuando ya estaban todos juntos, los guardias les dijo:

- Hace poco mas de una semana, dejamos aqui unos caballos para la cria de un cuartel, pero nuestra llegada era esperada, pues la misma noche que llegamos fuimos robados. Nuestra compañia partió junto al señor de la granja y nos dejaron como porteros a todo aquel que penetrara en las tierras del Rey, pues debeis de saber que habeis cruzado el Reino de Rohan y ahora el deber os conducira.

Durante horas estuvieron hablando sobre el Rey, las costumbres, deberes y prohibiciones. No preguntaron nada sobre sus asuntos, no parecian motivados en sonsacar informacion.

Cuando llego la tarde y la noche comenzaba a asomar, dos jinetes, aparecieron por la misma ladera que ellos horas atras. De los dos jinetes, uno era moreno, similar a los montaraces, salvo por las ropas, que a pesar de estar roidas, las identificaban de otro reino, tal vez del sur. Un hombre de Gondor. El otro era un Rohirrim, descendieron y saludaron con buen animo. No eran enemigos y el Rohirrim, se presentó como el señor de la granja y les contó la batalla que habia combatido en las tierras al Oeste de Rohan, mas al oeste de Tharbad, junto a la costa.

- Salimos victoriosos y salvamos decenas de vidas - dijo mirando a su compañero, pero este no hablo. Estaba ausente, mirando al este, con la mente ocupada en algun lejano suceso.