Partida Rol por web

El tránsito en la avenida diagonal era tan diverso y ordenado como aburrido, pensabas mientras espiabas por una de las ventanas del apartamento de Bernat. Éste nunca subía las persianas a pesar de vivir justo encima de la plaza Francesc Maciá con unas excelentes vistas a la siempre en movimiento arteria principal de la ciudad.

Te había dejado claro en muchas ocasiones que nadie debía verte, no podíais tomar ni el mas mínimo riesgo y aquello incluía el asomarse a la ventana. Su miedo se había vuelto una obsesión casi enfermiza y a pesar de que quería presentarte al príncipe, todavía nadie sabía de tu existencia en la ciudad.

Pero ahora Bernat había salido otra vez, "asuntos políticos" te había dicho. Sabías que probablemente no aparecería hasta poco antes del amanecer, por lo que podías tomarte la licencia de desobedecerle ¿qué mal podía hacerte un vistazo rápido a la calle? además, llevabas encerrado más de un mes en aquel piso desordenado con planos y libros a medio consultar esparcidos por todas partes. La casa era grande, pero la televisión en las madrugadas era aburrida hasta la saciedad y el único entretenimiento era leer e investigar sobre tus recién descubiertos poderes.

Además tenías hambre... tu mentor era quien te traía el sustento en forma de bolsas de sangre del hospital y ya hacía tres noches que no conseguía sacar ninguna. Aquellas figuras solitarias paseando por la calle se veían tan apetitosas...

El ruido del teléfono te apartó de tus pensamientos y empezó a sonar insistentemente, una vez y otra y otra... podía ser una urgencia ¿deberías cogerlo?

Después de un siglo de cautiverio en mi tumba de tierra, soportar el cautiverio entre paredes de hormigón no era una tarea sencilla. Las tentaciones afloraban por todas partes, y se había hecho mas evidente desde que empecé a ser capaz de agudizar mis sentidos. No podía salir a la calle, pero podía escuchar el bullicio, el gentío, el latir de los corazones. La sangre había sido lo mas difícil de asimilar y lo mas fácil, me repelía la idea de tomarla, pero la deseaba tanto que no había podido resistirme. Y ahora deseaba mas, pero por suerte no hasta el punto de perder los estribos.

Técnicamente Bernat me había prohibido que me vieran, pero no mirar a través de la ventana siempre que no me pudieran ver; aun así esperé a que se hubiera marchado para poner en práctica mi idea, nunca me ha agradado que interrumpan mis obras y Bernat estaba tan paranoico que existía esa posibilidad. En comparación con otras de mis obras parecía un juguete infantil, pero diseñé un aparato para ver la parte de fuera con menos probabilidades de que me vieran; lo podría haber llamado de alguna forma elegante, pero era un espejo atado a un palo, así que no me iba a molestar. Valiéndome de mi artilugio y el Auspex observé la nueva Barcelona; era un siglo mas vieja y había cambiado mucho. 

Al escuchar el teléfono sonar tuve que resistir la tentación, no debía dar señales de vida, y esa era una señal evidente de que estaba allí. Además, no tenía muy claro como funcionaba todavía, al menos no todas las partes. Esperé a que el teléfono dejara de sonar con toda la paciencia que pude.

No podías dejar de atender tus asuntos cotidianos o los demás no tardarían en intuir que algo extraño ha pasado en tu existencia, algo de considerable significación. Y no les faltaría razón pues acababas de dejar en tu apartamento al para todos fallecido gran genio de la arquitectura, Antoni Gaudí.

Y ahora vivía de nuevo; como un vástago. Ignorabas de que línea de sangre pero intuías que del Sabbat por tal y como lo habías encontrado. No descartabas la posibilidad de que fuera un truco o un impostor y por ello hacia más de un mes que lo estabas ocultando en tu propia guarida, temeroso de que los otros miembros de la estirpe de la ciudad descubrieran tu as en la manga. Un descubrimiento que te podía hacer recuperar la confianza y poder perdidos dentro del consejo, en gran parte desprestigiados por culpa de Javier Montoya y la construcción de la obra magna que diseño el que decía ser el mismo tipo que tenías escondido bajo tu protección. Otro motivo de más para no haber presentado al chiquillo al príncipe todavía.

Era como si de repente los mismos azares del destino te devolvieran la oportunidad de vengarte o recuperar lo que te merecías, pero esta vez no te ibas a precipitar ni volverías a caer en otro error que pudiera hundirte todavía más. Te habías prometido ser prudente y justo eso es lo que estabas haciendo.

Una noche mas, tras realizar mi ronda social (para aparentar que no hay novedad alguna en mi no-vida), vuelvo pronto al  refugio.

Llegado a la seguridad del hogar, me dirijo a Arnau.

Como sabes, la mascarada es una niebla que puede volatilizarse con una simple corriente de aire. Para poder protegerla, hay que solicitar permiso a nuestro principe para crearos.

Tu no solo no has nacido bajo su supervision, sino que ademas eres descendiente del sabbat. Por ello, para evitar tu caza de sangre, debes controlar bien las de este mundo. Pero el hecho que estes aqui conmigo, me pone en peligro, asi que debes aprender lo mas rapido posible.

Ahora que llevas un mes conmigo quiero saber ¿tienes todas las reglas claras y  empezamos a planificar tu presentación, o te queda alguna duda?.

Creo que lo tengo todo claro.-Dije a mi viejo amigo.- Ya sabes que aprender rápido siempre se me ha dado bien. Podré tratar sin problemas con las tradiciones, lo que no se es si podré tratar con el príncipe a titulo personal. Así que creo que lo mas oportuno es que mida mis palabras, y eso solo lo puedo hacer con tu ayuda. Dime, ¿qué clase de persona es ese príncipe?.-Un pequeño matiz de confusión se dibujó en mi rostro. "He dicho persona." Pensé. La parte mas difícil seguía siendo la de dejar de verse a uno mismo como un humano. "¿Tendré que renunciar a eso?"

Nuestro Principe, es un honorable miembro del clan Tremere.

-afirmo tratando de creermelo-

Aunque en ocasiones trate de refugiarse con mil caras, siempre se aprecia en él (si sabes distinguir bien los rasgos de cada clan) de que clan cojea, pues siempre se nota que oculta parte de su ser, tipico en "ellos", para proteger su poder.

-y tras una pequeña risa nostalgica, y con tonalidad mas calida le digo- 

Y no te preocupes por llamarnos personas o humanos. Allá donde la mascarada niebla nuestra esencia ante los ojos de los vivo, eso, no suele ser ofensivo (aunque algunos no les siente del todo bien), mas con el sabbat deberás controlarte mas, si no es enfurecerlos tu intencion.

En anteposicion a ellos, estan, los que como yo, seguimos siendo en nuestra esencia humanos y no bestias.

Aún y todo, si te incomódoda, siempre puedes referirte como ser. Ser vivo o muerto, animal o no, todos somos seres. 

Cuando te preguntan por el príncipe empiezas a pensar que hay demasiados misterios envolviendo su figura. Había habido príncipes con anterioridad, pero de todos ellos se conocía al menos, su procedencia.

Montoya era distinto. Era un Tremere, y estos siempre esconden secretos, pero incluso dentro de su clan, él era especialmente misterioso. Todos le conocían pero nadie sabía bien de dónde era o como hacía para mantener el orden y su posición en la ciudad; no parecía demasiado poderoso, pero sin embargo los que se oponían a él caían.

Había llegado siendo un extranjero y había sabido implantar el orden. Recordando esto, se te ocurre que quizás podrías explicarle un tema que te preocupa al respecto de la presentación al príncipe. Y es que, la mayor reforma que impuso para reinar en la ciudad fueron las llamadas "Leyes Montoya". Especialmente te preocupa la primera de ellas, bajo la cual tu no estás amparado, puesto que eras un antiguo cuando el tremere se coronó príncipe y nunca diste tributo de sangre; pero al presentar a Arnau y en el mejor de los casos: que fuera aceptado, os obligaría a dejar una muestra de su sangre en posesión del príncipe, algo que podría poner en duda su lealtad hacia ti en lugar de a Montoya en algún momento crucial o especialmente delicado.

Bernat parecía especialmente acogedor esta noche.

No sabías si era por que había descubierto algo en sus reuniones o porque por fin se había decidido a sacarte de aquella prisión acomodada. O quizás simplemente estaban saliendo bien sus últimos movimientos en la tabla de ajedrez que era la Barcelona Nocturna y hoy tenía tiempo para dedicarlo a tu adiestramiento ...otra vez. 

Puede que si él no decidía nada, tu podías tratar de convencerle de alguna forma para conseguir aliviar la ansiedad del cautiverio

Dos preguntitas.

Si quiero que su lealtad hacia mi sea mas fuerte que hacia la del principe, ¿devo darle dos veces sangre o con una ya seria suficiente?

Y dos, para que funcione ¿tengo que darselo directamente de mi o pudo extraerlo y darselo como si fuese una bolsa de sangre del hospital?

Si se lo doy en bosa del hospital, sin decirle nada, el podria llegar a detectarlo y yo perder su confianza. ¿Asi que deveria decirselo?

¿O podria realizarlo a sus espaldas?

Supongo que ante todo seguimos siendo criaturas de Dios. No creo que en el fondo haya dejado de ser humano.-Dije pensativo.- De todas formas ya tendremos tiempo para los discursos filosóficos en otro momento. Percibo que estas especialmente entusiasmado. ¿Acaso has realizado alguna averiguación favorable recientemente? La verdad es que personalmente me agradaría en sobremanera poder volver a caminar entre la gente.-Todo aquel asunto de estar encerrado le acabaría volviendo loco. Y el hambre... tenía mucha hambre; sed de sangre.-Por cierto, ¿has recordado traerme algo de sangre? Estoy bastante hambriento y me empieza a ser difícil de aguantar.

Te paso una bolsa de sangre de hospital. -Por ahora tendras que conformarte con esto...- Digo con un con un tono de  en busca  de perdon. -Procurare traerte algo de mejor calidad la proxima vez. O incluso realizar alguna caza conjunta en breves. 

Pero aun es peligroso salir a la luz lunar. Primero debes estar del todo preparado, ya que... aunque... una gota puede colmar una vaso... primero el vaso a de estar lleno. Preveo un futuro destacable en ti, más si nos precipitamos... podria desaparecer.