Partida Rol por web

-¿Cómo matar a algo que está muerto, verdad?- dije más para mi misma que para el resto. Miraba los mapas con sumo interés. Pensaba en toda la información, la misión no era riesgosa, más bien parecía suicida, a menos que el maestre tenga mucho aún por decir. Miré a los otros para ver la expresión de sus rostros.

-Bueno, yo creo que todo puede ser destruído si una sabe como.

Pensé en esos muertos y supe que iba a ser difícil pero no por ello imposible. En realidad me entusiasmaba la idea de descargar mi ira en algo más que ese idiota de pelo largo, era una especie de liberación.

Nunca conoci un necromante en mi formación pero creo que nos encontramos con uno hace poco...Son realmente peligrosos,  como todo aquello que adora la oscuridad y la destrucción. Hago una mueca al recordar al Sacerdote maldito. No se bien,  si aquel que nos ataco hace un tiempo era uno de esos desvergonzados, dado que bien recuerdo, aunque estaba bien herida es que los muertos se levantaban una y otra vez ante su poder... el mismo despues de que lo creimos muerto se levanto para seguir la batalla...  Miro al Maestre .. Sera un honor combatirlos aunque eso me cause la muerte, y miro al hombre apuesto que me causa repudio. Supongo que tendra que trabajar en equipo con nosotros, aunque le advierto que lo que menos queremos es un capataz.

El Maestre continua despues de un poco, tras escuchar especialmente a Rachet y su reseña a un encuentro con un Necromante.

- Nosotros, el Capitulo entero junto con el Capitulo de los Hijos de la Luz, saldremos dentro de dos dias al encuentro de ese ejercito con la esperanza e poder destruirlo. Los dones que nos dan los Dioses a los que servimos nos hacen menos vulnerables a los poderes del mundo de los muertos, - Os explica - aun asi, se estima que nos enfrentaremos a no menos de 10.000 de esos muertos vivientes, y hay es donde estrais vosotros.

Sabemos por nuestros adivinos que para formar una hueste tan grande de muertos vivientes en tan poco tiempo, los Hijos del Dragon han tenido que recurrir a ciertos artefactos, los cuales potencial el poder sobre el numero de muertos vivientes que pueden levantar y controlar cada uno de esos necromantes y sacerdotes de Kharmani.

Se cree que en total estan utilizando tres de estos artefactos, cada uno colocado sobre una de estas torres, - Veis que os señala unas posiciones en el mapa, antiguas torres y fortalezas del Reino de Erladam, ahora en manos de los Hijos del Dragon.

- Vuestra mision sera, viajar hasta esta torre, - os señala la mas oriental de todos, introduciros en ella y destruir el artefacto...

Escucho atentamente las palabras del maestre. Mis ojos van localizando, en el mapa, los sectores que él indica. Es una misión peligrosa, no podía ser menos, pero me parece posible. Estoy interesada en llevarla a cabo, aunque eso implique cooperar con los Hijos de la Luz que para mí son tan oscuros como la más cerrada noche.

Esperaré a que el hombre termine de explicar todo el plan para hacerle un par de preguntas. Por ahora me limito a prestar toda la atención que puedo, mantenerme callada y estar segura de que él ha terminado de hablar. De otra forma, siento que le estaría faltando el respeto.

Maestre sabemos un poco como es ese artefacto? los adivinos lo han descrito?

- Ahá... ¿Nada más? ¿No hay ningún dragón escondido? ¿O una manada de gigantes furiosos? -dijo Yorash casi anonadado por la información otorgada hasta ese momento-. ¿Podré quedarme con lo que encuentre?

Todo parecía demasiado lejano. Hablaban de miles de seres no muertos que ni siquiera les afectaban las armas que el mismo Yorash manejaba. Todos ellos respaldados por los Hijos del Dragón, los causantes de la situación del pequeño hombre, abandonado y arruinado, habiéndose convertido en un superviviente. Y tras días donde tocó la muerte con la punta de sus dedos, ahora llegaba esa misión suicida.

- Bueno, de algo hay que morir. Aunque preferiría que hubiese sido entre unos hermosos pechos.

El Maestre se gira hacia Yorash tras escuchar su impertinente comentario - Tal vez los que tendrias mas motivo para quejarse son tus compañeros, al fin y al cabo ellos van a arriesgar la vida por ti... - Su tono de voz suena a decepcion.

Luego, volviendo su atencion a Rachet os dice. - No, no sabemos que apariencia tiene el artefacto, suponemos que sera algo relacionado con calaveras, los objetos necromanticos en su mayoria presentan ese detalle en comun. De todas formas eso no es algo que deba preocuparos, el objeto en cuanto lo veais sabreis que lo habeis encontrado. Ademas, tanto Andrith como el hermano de Allhean pueden sentir el aura que desprenden cualquier objeto necromantico... uno como ese artefacto pueden detectarlo a kilometros.

Gracias maestre –hago una venia  mirando a Yorash cuya cualidad no es necesariamente la prudencia…  espero que mis armas alcancen…oh mi Olon, ojala me acompañe tu espíritu y me guie…

Ya que en este momento el maestre contestaba una pregunta, pensé que podría hacer una de las mías.

-Maestre, ¿en cuánto partiremos? Lo pregunto para preparar las cosas que necesite conmigo.

Esperaba que no fuese ahora mismo pero si el hombre decía que partiríamos ya, entonces así lo haría. Si no fuese por su intervención Yorash estaría muerto. Además había dicho que sí, y yo era una lancera de palabra.

- Deberiais salir mañana, a mas tarder de noche, nosotros saldremos un dia despues. - Viendo la preocupacion en vuestros rostros continua - Se que parece una mision suicida, la Torre a la que os enviamos cuenta al menos con un millar de muertos vivientes, decenas de sacerdotes y necromantes y quien sabe si algun guerrero impio de Khan, Kharmani u otra Oscurda Deidad.

- Pero cuando los dos capitulos juntos partan hacia la fortaleza del centro, - Os la señala - 2000 Guerreros sagrados, seran como un faro para todos los sacerdotes de Shaunarkar, pues igual que nosostros detectamos sus auras, ellos pueden detectar las nuestras. Por ello contamos que llamen a todos sus esbirros para enfrentarse a nosotros, quedando asi la torre en la que tendreis que infiltraros vacia (o al menos eso esperamos)...

- De vuestro exito dependera en gran medida el curso en la batalla, si conseguis destruir el artefacto, varios cientos de esos muertos vivientes, quedaran sin la energia vital que mueve sus cuerpos y eso puede suponer una gran diferencia.

- Oh, vamos. Sabe que iré, no el primero, pero iré. Les debo mi vida, mi dinero y mi hermosa sonrisa. Tenga por seguro que iré -dijo Yorash cargado de confianza-. En mi vida he sido muchas cosas, e incluso cobarde, el mayor de todos, pero lo que no he sido es desagradecido. Yo también le tengo ganas a esos bastardos. Más a los que tienen carne pegada al cuerpo que a los que no, pero si eso ayuda... ¿Contamos con algún tipo de equipo o con lo que nosotros tengamos?

Hablando del equipo recordó lo que había ganado por medio de las apuestas, y rápidamente buscó con la mirada todo lo suyo, armas, ropas, saco de dinero, en brazos de la mujer rubia. Chasqueó la lengua y se acercó sinuoso a ella.

- Me temo que no - Te responde el Maestre - Al menos no armas ni nada por el estilo, ya que nuestas amadas deidades solo permiten que las armas bendecidas por ellos las utilicen sus hijos. Si bien, os podemos dejar monturas a los que lo necesiten, asi como comida y posiblemente pociones creadas por los hijos e hijas de Hareth que os serviran para curar las posibles heridas sufridas.

Agradecemos esa ayuda... guau un caballo, seguro me sera util..

Escuché toda la nueva información, así como las preguntas de Yorash y los comentarios de Rachet.

¿Sin armas?, pensé. Me parecía todo aún más difícil... pero bien, esas eran las reglas y, después de todo, yo me sabía una mujer fuerte y capaz y lo mismo para el resto de mis compañeros.

-Creo que la montura está bien para todos nosotros. Pero si alguno piensa diferente lo acepto. En mi caso, quisiera tener una.

Miré a los ojos del maestre con seriedad. Traté de entender si él confiaba realmente en nosotros o creía que éramos carne de matanza, pero supuse que era un hombre sabio. Si nos mandaba sin armas y confiaba en que triunfemos, entonces había alguna chance.

¿O no?

Garland reflexiono sobre las palabras del maestre. No le hacía falta arma alguna, tenía su preciosa hacha, la que siempre le había sido fiel...le tenía tanto cariño como a sí mismo. Tanto que quizá debería cuidarla un poco más, e incluso llegar a ponerle un nombre...

Los pensamientos empezaron a fluir en la mente del guerrero sin que se diera cuenta de lo que pasaba en la sala. Trató de volver en sí cuando oyó hablar de los caballos.

- Creo, que va a ser dificil encontrar un caballo que me sirva. Ha de ser fuerte, y por supuesto que se deje manejar, no tengo demasiado buen trato con los animales, normalmente son mi comida, cree que puede encontrar algo que me sirva?

En ese momento se le ocurió una buena idea, momentos antes, iba a ir a afilar su hacha, pero no encontró ningún herrero de confianza, por lo que intentó averiguar si el maestre conocía a alguien que pudiera ayudarle.

- Una cosa más, ya que no tendremos armas, quiero tener la mía lista por si es necesario. Lleva tiempo sin ser afilada, me preguntaba si había herreros de confianza entre vosotros, para que pudieran ayudarme

Andrith atiende a todas las preguntas y comentarios de sus futuros compañeros en un estoico silencio. Comprende bien la gravedad de la situación pues aún está fresco en su memoria el recuerdo de aquel ejército de muertos... Así no duda en llevar a cabo la misión asignada, de la que es probable que no retorne con vida pero...

En un momento en el que nadie está hablando interviene. Maestre, querría pedirle un favor comienza educadamente podría el muchacho que me acompaña quedarse junto a las Sacerdotisas? no creo que una torre, de la que es probable no volvamos, sea un lugar adecuado para que me acompañe...

Ya suponía el oscuro guerrero que no darían mucha ayuda... cada vez le resultaba más molesto tratar con aquellos capitulos de armados guerreros... no entendía como sus dioses eran tan bondadosos cuando todos ellos eran tan escepticos y tacaños. Creía que los hombres ayudados por su divinidad debían seguir algunos preceptos de sus propios dioses para obtener sus dones... quizas estaba equivocado... o quizas aquellos dioses no eran tan bondadosos...
Gracias por todo Maestre, aún así ya que parece una misión suicida y el combate empezara con nuestro exito o fracaso, me gustaría que nos localizaras los tres artefactos, de tener exito iriamos a por los otros dos en vez de volver...

Sahsnôt se mantuvo serena durante toda la conversación. La decisión estaba tomada de antemano, el precio había sido la vida de Yorash.
Cuando éste se le acercó, le indicó con la mirada que más tarde le devolvería lo que le había dejado en custodia.
Mientras todos hablaban, ella no perdía de vista las reacciones del Hijo de la Luz. No podía entender cómo podían ser tan malvados y mezquinos.

Sin duda aquello era magia. Lo llamaban poderes divinos, o dones. Pero no, para Yorash era magia. Un día atrás deseaba morir, o al menos lo habría deseado si hubiese sido consciente de ello, pues apenas conseguía recordar nada salvo dolor, el mayor y más intenso dolor que jamás había sentido. Pero de pronto sus huesos habían sido soldados de nuevo, y sus tendones, músculos y demás heridas se habían cerrado y cicatrizado. Tan solo quedaban algunas marcas en su piel, y la insistente herida de sus labios que no paraba de sangrar, tiñendo de sangre su boca. Horas antes deseaba morir, y ahora sin embargo deseaba abrazar el cuerpo de una mujer, en vista de la misión que le habían encomendado. Magia, sin duda alguna.

Cualquier otra palabra podría molestar, resultar incómoda, por lo que se tocó la boca y cruzó sus manos a la espalda. Se tambaleó de alante a atrás y carraspeó un par de veces esperando que lo dejasen marchar. Quizá entre las soldados encontrase a alguna dispuesta a satisfacerle. Eran mujeres, y él un hombre, la lógica era evidente.

- Poco más que añadir... al menos por mi parte. ¿Mañana partimos pues?

En vez del Maestre, esta vez es la Simar del Capitulo la que interviene. - No hay problema con las monturas, tenemos grandes caballos de guerra pesados, lo suficientemente fuertes para llevar a un humano con su armadura completa, y si lo que necesitais son monturas mas dociles tambien podemos encontraros algun percheron o animal de carga. - Su voz suena muy fria, diriais que la Simar no confia mucho en vosotros.

- Si, creo haber visto un muchacho contigo, supongo que sera lo mas sensato, que se quede con los hijos e hijas de Hareth, siempre y cuando le hagas entender que no las debe molestar mucho pues tienen mucho trabajo y que no estaria de mas que les echase una mano - Te responde el Maestre Andrith.

- Vaya, eso si que es optimismo... quereis ir por los tres artefactos, pero me temo mi Nhuminio que eso es practicamente imposible, cada uno de ellos esta en una de las fortalezas (torres), contra la del medio iremos nosotros, la de la derecha vosotros y la de la izquierda se han ofrecido voluntarios media docena de nuestros hermanos, los cuales desgraciadamente temo que aun tengas menos posibilidades de exito que vosotros pues el halo de 6 hermanos juntos pueden ser detectados con cierta facilidad por el enemigo. Ademas como ves, la distancia que separa una torre de otra es como minimo un dia a caballo.

Sahsnot Una vez que el maestre se ha puesto a explicar el plan, el Hijo de la Luz ha puesto toda su atencion en las palabras del Maestre asi como en los mapas sobre la mesa, olvidandose de vosotros por completo.

El Maestre ante la pregunta de Yorash se os queda mirando espectante de vuestra decision final