Partida Rol por web

Después de las clases, Willow se despide de sus compañeros y se dirige hacia la biblioteca. No puede entender para qué la necesita Giles pero al vigilante se le veía nervioso con ella desde hacía varios días. Como si quisiera decirle algo y no se atreviera delante de todo el mundo.

Encontró a Giles donde lo dejó antes de irse a las clases, en su habitual puesto frente a un grupo libros. Buscando, informándose, como hacía siempre.

Hola. Saluda simplemente. Willow estaba segura de no haber hecho nada malo por lo que camina tranquila por la biblioteca. Llega hacia donde está Giles y deja la mochila en la mesa, donde no estorbe.

¿Puedo ayudarle? Pregunta interesada, intentando empezar un tema de conversación.

Estaba sentado en mi escritorio, sobre el habia algunos libros apilados a un costado el diario en el centro y un te del otro lado. Tenia puestas las gafas mientras hojeaba el diario del dia, releyendo las noticias en busca de algo que quizas hubiera pasado por alto antes. Cuando Willow entra hago a un lado el diario y la saludo como siempre, se la veia tranquila eso estaba bien.

-Hola Willow.

Respondi amablemente a su saludo, luego agregue.

-En realidad espero yo poder ayudarte a ti. Se que estas incursionando en el mundo de la magia, todavia recuerdo lo que le hiciste a los sectarios esa noche en el museo... Willow, quiero que entiendas que por mas excitante y maravilloso que te parezca ahora, el mundo de la magia es un lugar oscuro y tenebroso.

Hago una pequeña pausa para encontrar en sus ojos el rechazo que esperaba a mis palabras.

-Me gustaria pedirte que lo dejaras, que buscaras otra inquietud o hobby... un leve suspiro se escapa de mi boca antes de seguir pero lamentablemente se que no me haras caso. Por eso quiero pedirte que antes de hacer cualquier cosa extraña me consultes o encuentres en mi alguien en quien confiar para estas cosas. Si bien no soy un mago ni tengo una relacion estrecha con el mundo de la magia, como bien sabes soy un experto en ocultismo y en temas relacionados. Yo desearia que lo dejaras, pero en caso de que no puedas hacerlo por lo menos dame la tranquilidad de que lo haras con responsabilidad... hay algunas cosas que no tienen vuelta atras.

Mi rostro demostraba una especie de gesto paternal, si bien Willow no era mi hija y yo no era la empatia en persona, sabia que la muchacha era joven y muy inteligente con un gran futuro por delante... solo esperaba que la curiosidad no la llevara a un camino sin retorno.

Willow abre la boca ofendida y casi enfadada cuando le pide que lo deje, pero por suerte, le deja terminar. Aunque sinceramente, le hubiese dado igual lo que le hubiese dicho.

Tiene razón: no voy a dejarlo. Dice convencida cerrando la boca, está muy seria. Y yo confiaba en usted para que me guiase. ¿Cree que no me asusta? Pero es algo que a a vez me apasiona y... ¡que se me da bien! Dice como dejando la mejor razón de todas para el final.

Confíe en mí. Lo haré bien. Soy la única que puede hacerlo bien. Y lo sabe. Le pide mirandole a los ojos.

Me quite los anteojos y masajie mis ojos con los dedos indice y pulgar, luego me los volvi a colocar.

-Bien Willow, entiendo tu determinacion y tu entusiasmo... y la verdad es que tampoco soy tu padre para andar prohibiendote cosas. Hago una breve pausa Solo recuerda hacerlo con cuidado, y te pido que recurras a mi ante cualquier duda o problema que tengas al respecto.

Antes de terminar la conversacion añadi algo mas, algo que de verdad creia.

-Justamente lo que me preocupa no es que te falta talento... sino que te sobra. Bueno, eso era lo que queria charlar contigo... asi que si tienes alguna pregunta o algo para hacerme aqui estoy, sino no te robare mas tiempo.

Nuevamente una mezcla de cariño y preocupacion se siente en mi mirada, de alguna manera habia logrado identificarme con la muchacha... como si me recordara a mis tiempos de joven.

Will asiente a las primeras palabras, en forma de agradecimiento, aunque a las segundas esboza una confusa expresión. ¿Que le sobraba talento? ¡El talento nunca sobraba!

Pues verá... en realidad sí quería pedirle algo... Quisiera aprender más y eso sólo puedo conseguirlo bajo su supervisión en esta biblioteca... Deja ir, con carita de pena y de súplica.

Una mirada severa es lo primero que me sale, casi en forma instantanea, ante la pregunta de la muchacha... luego intente relajarme un poco y suavizar el gesto, que despues de todo yo habia sido quien le habia dicho que podia ayudarla...

-Puedo dejarte ver algunas cosas... pero debes entender que hay magia muy poderosa en algunos de estos libros y rituales que jamas deberian realizarse. Voy a dejarte usar mi biblioteca solo bajo la condicion que me muestres primero los libros vayas a leer y aceptes mi decision si elijo no dejarte ver algun libro, o te digo de no realizar algun encantamiento o conjuro. Es muy importante que entiendas que si te digo que no pruebes o leas algo es por tu propia seguridad y la de los que te rodean.

Hago una pequeña pausa buscando firmemente los ojos de la jovencita que intentaba enternecerme con su mejor mirada de niña buena, para luego agregar.

-Estamos de acuerdo?

Willow mira de reojo al profesor. No la acababa de convencer ese trato. Con lo aguafiestas que era, seguro que no le dejaría leer ni la mitad de los libros que a ella le llamasen la atención. Aunque de momento, era lo máximo que podía conseguir de él.

Está bien... Murmura no muy convencida de su respuesta. Algo era algo y tenía tantas ganas de seguir aprendiendo que le daba igual lo demás.

Willow se acerca, como una niña el día de navidad, a la sección donde Giles guarda sus libros más secretos y peligrosos. Ojea los tomos y se decanta por seleccionar uno delgado de tapas finas y color sepia. Se lo enseña al Vigilante que lo mira durante unos segundos con el ceño fruncido antes de asentir. La joven sonríe alegre y se lo guarda en la mochila.

En las escaleras del instituto, entre los estudiantes que alborotan y suben rumbo a las clases, Oz y Willow se encuentran allí al día siguiente. Brilla el sol y el día luce espléndido.

Totalmente cansado, desaliñado y distraido, como si de 100 resacas juntas se tratasen, Oz se encuentra casi de casualidad con Willow. En verdad, trata de evitarla, pero el propio gentio lo arrastra hasta ella. No queria que lo viese en ese estado. No queria que de entre todos, ella, supiese. Al verla, se acomoda un improvisado bendaje que llevaba en el brazo.

Ya a pocos centimetros de ella, procura sonreir, y con voz algo ronca le saluda. -Hola, Will. Bonito dia, ¿verdad?.

La luz y la claridad lo estaban matando y acompañando sus palabras un rostro cansado y con cierto repulsion hacia el brillante sol se dejo vislumbrar.

Willow caminaba como siempre, como si flotase por el aire, con una sonrisa y varios libros en las manos, además de la mochila. Se repartía el peso para que no le doliese la espalda.

Se encuentra con Oz, y al principio no se percata de su aspecto, ya que desvía rápidamente la vista sonrojada.

Ah... hola... Oz. Dice tímida. Cuando levanta la vista, se percata de su físico. Esto... ¿estás bien? Pregunta con un claro tono de preocupación en su voz.

El pasillo era un bullicio con alumnos yendo y viniendo, pero Oz no le hacia caso mas que a los ojos de Willow, aunque se rehusaba a mirar directamente a ellos.

-Si... si. Solo estoy algo cansado. Estuve est  -iba a decir estudiando, pero eso no engañaria a la pelirroja- ensayando con la banda. Ya sabes. Bueno, creo que mejor me voy a casa... a descansar. No tengo ninguna clase importante. Creo.

Willow seguía preocupada e intentó detenerle cogiendole por el brazo.

¿Seguro? Puedo acompañarte... me quedaría más tranquila. No tienes muy buena cara... Dice con preocupación y un poco de angustia. No iba a quedarse tranquila. No tendrás fiebre... Murmura ya en plan madraza acercando la mano a la frente de él y la otra a su propia frente.

Después de que se fuera Willow no te quedaste mucho tiempo más en la biblioteca y te retiraste temprano a casa esperando que Buffy pudiera controlar este nuevo asunto que tenéis entre manos. Ahora que Faith parecía haberse desvanecido de la faz de la tierra de nuevo contabas únicamente con una cazadora. Al día siguiente, otro más en la Boca del Infierno, vas a trabajar como siempre. En los pasillos, entre el bullicio natural del alumnado, ves a Willow y Oz hablando. La joven parece preocupada.

Mientras habláis, Giles viene hacia vosotros sorteando alumnos y se une a vuestra conversación.

Yendo hacia mi hogar le dedico unos ultimos pensamientos a lo visto en el diario, pero ante mayores evidencias de actividad sobrenatural lo dejo estar. Luego de una noche sin mayores sobresaltos llega un nuevo dia, como siempre me tomo una taza de te y una tostada antes de salir hacia el Instituto. Cuando veo a Willow y a Oz charlando presto un poco mas de atencion, al ver que Willow parecia preocupada decidi acercarme un poco para ver si habia algo que quisieran hablar conmigo. No me dirigi directamente hacia ellos, sino que quede a unos pocos metros haciendo de cuenta que estaba revisando cosas en mi maletin. Willow era una chica inteligente y si habia algo que me quisiera decir, me lo haria saber.

Cuando el pequeño y cansado bajista ve venir a Giles, se asusta un poco. Si apenas consigue engañar a Willow no cree que poder hacerlo con tanta facilidad al bibliotecario.

-Yo... tengo que irme... Will- es lo que apenas consigue gesticular Oz tironeando un poco de ella, sin hacer demasiada esfuerzo. Pero era demasiado tarde y obvia su reaccion frente al adulto del grupo.