Partida Rol por web

Burning Freedom #01. ¡The Fire Starts!

Lo ocurrido hasta ahora

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11/10/2013, 21:39
Ilustrador y Guionista

(1977-1984): Una línea temporal de los años previos a la campaña

1977

Un asesino en serie acosa y mata a cuatro prostitutas en los Fens de Freedom City en el curso de varias semanas. Al parecer, un imitador repitiendo los crímenes cometidos en el S. XIX por un asesino autodenimnado Sota de Navajas.

Acontecimiento social. Se desposa Andrea Atom, hija del afamado científico Alexander Atom

El Caballero de las Estrellas abandona repentinamente la Liga de la Libertad y no se vuelve a saber de él.

1978

Escándalo. Arquero aparece bebido ante los medios, tras una intervención fallida debido a su estado etílico. Tras el escándalo, renuncia publicámente a la Liga de la Libertad, y desaparece.

Guerrillas Sandinistas de izquierdas luchan para derrotar el gobierno de Nicaragua.

1979

Margaret Thatcher elegida Primer Ministro de la Gran Bretaña

Varias civiles mueren durante una toma de rehenes por parte de de una Secta en el edificio Piramid Plaza de Freedom City. Tormenta Mental y Escarabajo mueren durante los sucesos.

Estudiantes radicales iranís toman el control de la embajada de USA en Teherán, tomando como rehenes al personal de la embajada.

1980

Un nuevo vengador autodenominado “Tirador” inicia una campaña de asesinatos contra diversos individuos con antecedentes criminales. Los medios afirman que las vítimas podrían ser posibles miembros del crímen organizado.

Se funda Ciudadanos por el Orden, la Decencia y la Ética (CODE) en Freedom City. Esta nueva fundación exige una mayor regulación sobre los héroes uniformados y enmascarados, apelando a la amenaza de estos sobre las impresionables mentes de los niños, así como a la amenaza que suponen contra la ley y el orden en la ciudad. Apelan a los últimos incidentes negativos producidos por héroes y vengadores enmascarados.

1981

La Liga de la Libertad se disuelve: Tectónico y Halógeno, dos jóvenes miembros de la Liga de la Libertad, mueren durante un conflicto con el grupo terrorista de los Katanarquistas. Siguiendo al servicio fúnebre en su honor en el Heroes’ Knoll, el Centurión disuelve la Liga de la Libertad antes que se puedan perder más vidas.

El Departamento de Policía de Freedom City nombra a Anochecer y a Ojo de la justicia oficiales de policía honorarios y les eleva al rango comisarios del departamento.

El Caso Géminis: El agente de AEGIS Harry Powers rastrea y atrapa al asesino en serie telépata llamado Géminis, alcanzado fama nacional y un rápido ascenso en su carrera dentro de la agencia.

1983

Un camión bomba terrorista en Beirut, Líbano, mata a 237 marines americanos.

El Amotinamiento de Blackstone: Un intento de fuga fallido desencadena un amotinamiento en Blackstone. Tras una toma de rehenes por parte de los presos, se realiza una violenta intervención policial que desemboca en la muerte de cincuenta y dos personas. Cuarenta guardias y doce prisioneros. Las culpas del fiasco recaen tanto sobre la actuál administración de Freedom City como sobre los héroes enmascarados que no acudieron al lugar. CODE, en particular, arremete contra los fallos que llevaron a que se produjera el incidente, y las afiliaciones a este grupo ascienden como la espuma.

1984 (el año actual)

Dos de los pocos héroes “bien considerados” por el grán público, Anochecer y Ojo Justiciero, desaparecen sin dejar rastro.

Durante esta época, Freedom City carece de un equipo de héroes portente. El Centurión se mantiene como el más poderoso, prominente y activo super-héroe, pero no por mucho.

Franklin Moore es elegido alcalde de Freedom City bajo una plataforma de “tolerancia-cero” contra el crímen y los vigilantes, lo que incluye a los vigilantes disfrazados también. La campaña de Moore carga contra errores como el motín de Blackstone, y a la aparente incapacidad de los superhéroes para proteger a la ciudad, dando como ejemplo los conocidos fallos del Arquero y la disolución de la Liga de la Libertad. El apollo de CODE y de otras plataformas define firmemente la campaña.

El primer acto oficial del alcalde es nombrar ilegales a los héroes disfrazados. Con la firma del Acta Moore, incluso incondicionales como el Centurión son obligados a dejar de intervenir en Freedom City si no quieren desafiar a la nueva ley. Centurión empieza a operar fuera de su Santa Sanctorum y enfoca sus esfuerzos a un nivel más global, antes que locálmente en Freedom.

 

Actuálmente: Verano de 1984. Tras un muy duro invierno, y una lluviosa primavera, una ola de calor sin precedentes asola Freedom City.

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15/10/2013, 01:11
Ilustrador y Guionista
Sólo para el director

Índice resumen de personajes importantes en la crónica.

  • PJs

Arcanum (nombre real Theodore Grant). [Mago] Anglosajón delgado. Vive en un modesto apartamento en los Fengs. Su madre aún vive en la ciudad. Bibliotecario en la Biblioteca de Freedom City. Descubrió una sección de magia oculta en la biblioteca al seguir a un hombre desconocido, y luego viajó por el mundo un año recorriendo famosos lugares místicos.

Deyanira Gluck. [Fantasma] Jóven estudiante de de instituto gótica-punk depresiva y adicta a las drogas. Descubrió la identidad del katanarquista por casualidad, pasando a enamorarse de él. Durante una pelea de este contra una banda, se interpuso y acabó muerta. Familia normal. Vivía en los Fengs.

Katanarquista (nombre real Marcus Williams). [Artista Marcial] Caucásico. Estudiante de instituto. Tras la muerte de su profesor, Juan Barreiro, a causa de elementos radicales supuéstamente relacionados con el CODE, se somete a duro entrenamiento y se convierte en el katanarquista.

Sombrazul (nombre real Nathan Green). [Mutante nacido] Ascendencia irlandesa. Vive en los Fengs. Familia numerosa con siete hermanos, algunos metidos en temas chungos. Mecánico. De joven estuvo robando con amigos. Lo dejó tras "pasar" de una oferta de trabajo para el dueño de un prostíbulo de mala reputación del barrio (dentro se producían asesinatos y cosas peores).

 

  • PNJs

Alberto "Gran Al" Driogano (pág. 78 Freedom City, pág. 95 Iron Age). Jóven (unos 29 años) y prominente miembro de la familia mafiosa Driogano. Tras la muerte del Jefe Oliverti, se convertirá en el nuevo "capo di tutti capi" de todas las familias mafiosas de Freedom City. Actualmente un joven miembro de la familia Driogano.

August Roman (Freedom City, pág 83). Verdadero Kipling y jefe del crimen organizado en freedom City, que usa a su subordinado, el capo Raphael Oliverti, como fachada de sus operaciones.

Juan Barreiro. Profesor de instituto, asesinado supuéstamente por elementos radicales del CODE a los que no les gustaban su ideología de izquierdas, tras los acontecimientos de 1981 entre los Katanarquistas y miembros de la Liga de la Libertad.

Carl “Dado” DeSanto (Iron Age Vigilantes & Villains, pág 6). Una figura de entre bajo y medio nivel en la Mafia. Dado de Santo organiza gran parte de la actividad criminal cerca de los Fengs. Fuera de sus camisetas raperas de manga larga, Dado no ha sido condenado debido a una elaborada red de intimidación y al hecho de que las pruebas contra el desaparecen. También parece que tiene formidable suerte unida a un par de dados que obsesivamente mantiene en su mano.

Cártel del Zodiaco. Una tapadera para “El Laberinto” y las actividades relaicionadas con al droga de Grant Conglomerates e Industrias Delphic. La referencia al Zodíaco viene por que se supone está dirigido por 12 miembros, uno de cada signo zodiacal.

Cunningham, Cabot y Crowley (Freedom City, pág. 38). Bufete de abogados. En realidad, la tapadera de un grupo de infernalistas formado por brujos y seres sobrenaturales (como vampiros), al mando de los cuales se encuentra el inmortal Lucious Cabott (freedom City, pág. 38). Nathan H. Aurox es miembro del bufete.

David Sloane. Niño huérfano, capaz de detectar desastres, incapaz de impedir que sus padres mueran en accidente de avión (unos 4 años).

Ethan Keller (Iron Age, pág 97). El tercer de los individuos que han continuado la saga del "Arquero”, aunque autodenominado "el Tirador" *. Actualmente, justiciero y asesino fugitivo.

Frank "Buddy" Decosta (pág 34 Freedom City). Propietario de Construcciones Decosta, contratista de construcción en Freedom City. Se dice que tiene vínculos con la mafia, dado que esta controla el sindicato de trabajadores. La sede de la empresa es un sencillo edificio en Southside. La empresa es jóven y él tendrá unos treinta y pocos años.

Frank "Golpeador" Tonifanni (pág 79 Freedom City). Joven lugarteniente de la familia mafiosa Tonifanni, amigo de Al Driogano.

Giovanni "Johnny" Oliverti. Hermano mayor de Thony Oliverti. Hijo mayor del jefe Oliverti. Tendrá unos quince años

Ilsa Martensdotter Zettesberg (Condesa Careta) (pág. 4 Iron Age Vigilantes & Villains). Ladrona de guante blanco europea especializada en joyas europea y obsesionada con los diamantes. En realidad, no es condesa, y su título es una tapadera. Rubia platino, alta, de cimbreante figura.

Katanarquistas (Ninjas de la pág 228 de M&M o Ninja de la pág 65 de Iron Age). Tras la matanza de 1977, sólo quedan 14 de los originales, al servivio de Toshiro Ranaga.

Kimiyo Ranaga. Cuarta hija de Toshiro Ranaga. La única superviviente a la matanza realizada por la mafiya rusa contra la familia de Katana Carmesí en 1977. Como mínimo, en 1984 debe contar con 7 años (lo cuál indicaría que tiene 28 en la ambientación de 2005).

Lucius Cabot (pág 38 Freedom City). Dueño de Cabot, Cunningham y Crowley, uno de los despachos de abogados más antiguos de la ciudad. Cabot es el abogado encargado de defender todos los asuntos la mafia. Corrupto y, en secreto, inmortal tras realizar un pacto con el diablo hace por lo menos doscientos cincuenta años. Tanto literal como metafóricamente, el abogado del diablo .

Nathan H. Aurox (Iron Age Vigilants & Villains, pág. 11). Joven socio de color del bufete Cunningham, Cabot, & Crowley. En realidad, un demonio llamado Nhorox, al servicio de este oscuro círculo.

RIOT (Iron Age, pág 108). Grupo de anarquistas DNAscendientes que sin saberlo están bajo el control del Laberinto. Grupo formado por Armorine, Bandera Ardiente, Insurgente, Pequeño Halcón, S.D. Ivan y Baile de Golpes.

Raphael Oliverti (ficha Mobster, pág 77, trasfondo pág 95 Iron Age). Jefe de la familia mafiosa Oliverti y Capo di tutti Capi en Freedom City. Es posiblemente el hombre más rico de la ciudad. Pero en realidad es la tapadera de August Roman, el verdadero jefe del crimen de Freedom City.

Saito Takahashi (ficha Jefe del crimen, pág. 80, trasfondo pág. 95 Iron Age). “Oyuban” de la Yakuza en Freedom City. Rival de Raphael Oliverti, el capo de la mafia italoamericana en Freedom Citu. Intenta que los héroes enmascarados se pongan de su parte. Tiene cierto sentido del honor. Katana Carmesí (Toshiro Ranaga) y sus Katanarquistas trabajan para él.

Teressa. Amante gitana italiana de Al Driogano, y madre de Lady Tarot (que tendrá unos 2 años). Es una stregga, y se puede usar la misma ficha que su futura hija, Lady Tarot (pág. 203 Freedom City) pero añadiendo el artefacto mágico “The Driogano tarot” (pág. 61 Book of Magic).

Thomas Oliverti. Hijo menor del jefe mafioso Oliverti. Unos 11 años. El futuro Silenciador.

Toshiro Ranaga (Freedom City, pág. 201 ). El segundo Katana Carmesí. Artista marcial y hechicero. Nacido en 1937 (unos 47 años actuales). Líder de los Katanarquistas. Actualmente, trabaja como mercenario para el “Oyuban” Yakuza de Freedom City, Saito Takahashi.

 

  • PNJs del Freedom Institute (Katanarquista).

Candy Mathaussen. Versión femenina de Marcus Williams. Rubia, bien formada y de ojos azules. Animadora, y chica de buena familia. Interesada en el PJ de Marcus.

Brian Westwood. 12 años. Uno de los jóvenes deportistas de colegio (no el instituto, aumque pase por allí a menudo) bajo el cargo de Marcus como "entrenador". Le tiene gran respeto.

James Huston. Quaterback y estrella del equipo de futbol americano del Freedom Institute. Quiere a Marcus en el equipo. James abusaba de chicas en las fiestas con drogas y Marcus le paró los pies temporalmente.

"Buey". Grandullon no muy listo del equipo de futbol americano, mano derecha del quaterback, James.

Dimitriades. Profesor y entrenador del equipo de fútbol del instituto. Los alumnos le consideran un borracho y un inútil.

Jonah Alexander.  Alumno del instituto tutoreado en clases  por Marcus (química, matemáticas).

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15/10/2013, 01:13
Ilustrador y Guionista

5 /Abril /1984, 23:45 horas, Freedom City.

Jerry Jonas apagó su grabadora. Aunque en la habitación de aquella segunda planta no había una sóla luz encendida, la intermitente luz neón del cártel exterior del Motél se colaba por la ventana, tiñendo de rojo la estancia, y regresándola a la oscuridad al segundo siguiente.

Mejor así. El lugar no era un espectáculo digno de ver, con su papel pintado hortera, sus desgastados sillones de sky marrón en un intento de imitación al cuero, y las cortinas con chorreras. Aquél motel se encontraba situado en los Fengs, la zona más deteriorada de la ciudad. Y sus clientes solían ser prostitutas o trapicheadores de droga. Unos y otros llevaban allí a sus clientes.

Jonas, habia quedado allí con La Sombra de los fengs por ser un lugar discreto para la entrevista. Y ahora que esta esta había terminado, ambos podían despedirse y largarse cada uno por su lado.

El periodista Jerry Jonas, de unos treintaitantos años, tenía pelo castaño y ojos avellana. Su enorme nariz no le hacía un hombre para nada atractivo, pero al menos había tratado con respeto a alguien que, por el tono de la voz, debía ser un muchacho mucho más jóven que él. Para acentuar su profesionalidad, Jonas había ido vestido al encuentro con un traje, aunque en seguida se había quedado en camisa y aflojado la corbata para iniciar la entrevista.

A lo largo de la entrevista, Jonas había mostrado una cara de póker, haciendo sus preguntas sin apenas realizar comentarios o matizar las respuestas de la Sombra de los fengs. Y aquella actitud le había le trasmitido la sensación a Nathan de que aquél hombre era un profesional que se limitaba a realizar su trabajo sin entrar en prejuicios o valoraciones personales.

Antes de despedirse, Jonas le prometió a La Sombra que haría todo lo posible para que la entrevista se publicara en el Freedom Ledger, el periódico más leído de la ciudad, y en el que Jonas trabajaba. Aunque, desde luego, el artículo no ocuparía la primera plana. Esta estaría copada con el resultado del partido del Freedom Héroes, o con las últimas reformas realizadas por el equipo de gobierno del reciente alcalde Franklin Moore.

La Sombra de los Fengs pensó que era irónico que la mayoría de Freedom City estaría en aquellos mismos momentos pendientes de sus TVs para ver a los Freedom Héroes, cuando la realidad era que la ciudad se había quedado sin ellos, sin los héroes de verdad.

Y aquél maldito Alcalde Moore era el culpable.

Jerry Jonas desapareció tras la puerta de salida de la habitación, y Nathan Green le siguió unos segundos después. Sin embargo, llevarían caminos diferentes. Mientras Jonas bajaría a recepción por la escalera principal, y allí devolvería las llaves de la habitación pagando por el tiempo de uso de la misma, La Sombra de los Fengs, en cambio, descendería por las escaleras de servicio hasta la puerta trasera del motel.

Según empujó la barra de la puerta metalizada que daba al exterior, Nathan se encontró con la lluvia cayendo a cántaros, y un callejón trasero vagamente iluminado. Por un hueco entre los edificios distinguió apenas la silueta del enorme Liberty Dome, el mayor estadio de la ciudad, con capacidad para 80.000 espectadores, y en el que esta noche se estaba celebrando el partido.

Tras detenerse un segundo, se envalentonó para adentrarse bajo la lluvia con paso vivo.

-¿Señor Green...?-

Nathan se puso inmediatamente alerta. Alguien le había llamado por su nombre cuando, supuestamente, Jonas no le había hablado de este encuentro a nadie: -Malditos periodistas bocazas...- Pensó para sí antes de mirar a la silueta que le esperaba bajo la lluvia.

El individuo salió de la oscuridad paraguas en mano, y con una especie de carpeta en la otra. El paraguas era negro, y el tipo llevaba una sobria gabardina larga y gris. Era un tipo bajito y anodino, con claras pintas de secretario, abogado u oficinista.

-¿Quién lo pregunta? Creo que se equivoca ...- Replicó el muchacho bajo la lluvia. No le gustaba nada que alguien le llamara por su verdadero nombre, más aún cuando hace apenas un minuto se había hecho una entrevista como La Sombra de los Fengs.

- Lo dudo ...- Le replicó el individuo bajo el paraguas, sin alterar su rostro de amargado. - ... por la descripción que nos han transmitido, es usted la persona que estoy buscando ... -

- ... Un cliente de nuestro bufete, anónimo pero bastante adinerado, insistió en que le diéramos un mensaje en este lugar, a esta hora. Si no le importa ...- El individuo gris extendió la carpeta a Nathan.

Nathan se dio cuenta que aquél tipo no había venido a hacerle daño. Aquél cuarenton no le duraría dos segundos. Se acercó con desconfianza bajo la protección del paraguas, y tomó la carpeta de la mano del oficinista, abriéndola y encontrándo un sobre dentro: Mientras lo abría impaciente, rasgando el papel, soltó la chanza -¿Qué es esto? ¿Un juego de Matrioskas? -

Dentro, Nathan encontró una carta y un mapa.

El mapa mostraba la zona sur y oeste de la ciudad, hasta tan al norte como West End y tan al Oeste como Greenville. Con un rotulador verde, alguien había marcado algún punto concreto en Greenbank, una construcción, para más señas. Nathan conocía Greenbank, una zona cercana al río South River. Un laberinto de raíles en el que sólo había almacenes (la mayoría de ellos abandonados), estaciones de clasificación de trenes, y empresas de transporte de mercancías. Era un lugar apartado y bastante desértico de la ciudad al que en sus tiempos iba con sus colegas chungos cuando hacían piras de las clases, o no tenían nada que hacer. Salvo servicios de mantenimiento de los raíles y transportistas ocasionales, Nathan apenas recordaba que allí fuera nadie.

Probablemente, el punto marcado en el mapa era algún taller, pabellón o almacén abandonado.

Nathan cogió entonces la carta y empezó a leer para sí:

  Lamento no poder conocernos en persona, pero en el momento en el que usted lea esta carta, posiblemente yo esté muy lejos de Freedom City, tanto en cuerpo, como en espíritu.

Espero, joven, que no le moleste saber que he seguido con atención su evolución y me he sentido fascinado por sus avances como justiciero. Comparto con usted el deseo de hacer algo por esta ciudad y por sus habitantes, sobre todo por aquellos de las zonas más desfavorecidas de Southside y los Fengs.

Me encantaría estar ahí para apoyarle codo con codo. Por desgracia, tengo obligaciones que me lo impiden, créame. Cuento con abundantes recursos, pero, por desgracia, cada vez me doy más cuenta de que carezco del tiempo suficiente para ayudar a esta ciudad.

Sin embargo, existen otras personas como usted, personas interesadas en llevar la justicia a quienes lo merecen, en quien puedo confiar para que lleven a cabo lo que a mí me resulta imposible.

Me gustaría que tanto usted como estas personas, aceptaran mi incondicional apoyo y ayuda. Si desea saber a qué me refiero, vaya a la dirección indicada en el mapa, y si le gusta lo que allí ve, no dude en confiar y unirse con las otras personas que allí acudirán tarde o temprano, y a las que he remitido una carta similar a esta.

Atentamente, su amigo y vecino.

Nathan levantó la vista de la carta para mirar al individuo: -¿Sabe usted algo de esto? - Y señaló a la carta con énfasis..

-No, nada...- Negó el de la gabardina. -Nadie de nuestro bufete pudo abrir ni leer el contenido del sobre. El contrato de trabajo lo prohibía claramente. Simplemente, nos limitamos a entregar el sobre siguiendo las estrictas instrucciones que se nos dieron. Nada más.-

Nathan se dio cuenta que allí no rascaría nada más, y que si quería saber de qué iba todo esto, iba a tener que acudir al lugar marcado en el mapa.

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15/10/2013, 16:46
Ilustrador y Guionista

13 /Mayo /1984, 10:53 horas. Instituto Freedom College, Freedom City.

Era horario de clase, y se encontraba fuera del recinto del instituto. Los muchachos que la rodeaban la consideraban su inspiración, por mucho que, en el fondo, ella estuviera más perdida que ellos. Formaban un grupo homogéneo, con sus vestimentas oscuras y sus maquillajes pálidos, pero ella destacaba como un brillante entre el vidrio.

Era bonita, y algo mayor que los demás. Las malas notas la habían retenido más de la cuenta en el mismo curso. Aunque eso también le daba un aura de sabiduría sobre la vida que los otros parecían admirar.

Estaban tomando unas cervezas, en un jardín publico fuera la valla que delimitaba los terrenos del centro educativo. Pero para ella, como para algún otro miembro de su grupo, el alcohol no era suficiente. Esperaba con impaciencia la llegada de Jeff, el suministrador. Era demasiado pedir que un camello madrugara para “trabajar”, pero esta vez se estaba retrasando más de lo habitual.

Mientras esperaban, escuchaban en un radiocasette una maqueta. Desayira fardaba de haber “descubierto” al grupo gótico-punk que estaban escuchando. Una banda inglesa llamado The Sisters of Mercy, apenas conocida aún en USA.

Los chicos y chicas que la rodeaban le reconocieron lo mucho que molaba esa música, a la vez que criticaban la mierda de mundo en el que vivían, consumido por la violencia, las guerras y el crimen.

Deyanira anunció entonces que tal vez pronto acabaría con toda esta mierda tomando una sobredosis en casa, o cortándose las venas. Lo planearía todo para que sus padres encontrasen su cadáver al regresar al hogar, para que se sintieran culpables. Con suerte, ellos también se acabarían suicidando de la pena, o terminarían rompiendo definitivamente un matrimonio ya de por sí quebrado.

Todos los presentes aplaudieron la genialidad de su plan como borregos, y reconocieron que harían lo mismo si tuvieran valor para hacerlo, pues la vida no merecía la pena vivirla en aquellos oscuros tiempos.

Estaba en esas cuando vieron a un joven algo mayor que ellos acercarse por la calle. Todos se giraron para presenciar al apuesto muchacho, rubio de ojos azules enfundado en una chaqueta deportiva de los Freedom Héroes (en plan fan, no tenía edad para dedicarse a la liga de fútbol universitaria) anaranjada con letras y mangas blancas. Al conjunto lo acompañaban unos pantalones vaqueros de moda y zapatillas deportivas también de marca. No era ropa de las que usaban los pijos de pasta, pero si jóvenes de clase media, los cuales no eran muy numerosos ni habituales en el Instituto Freedom de Southside. Allí solían acudir los jóvenes son recursos de Southside o los Fengs que no podían permitirse una matrícula en otros institutos.

Estaba claro que era un atleta o un deportista. Los pantalones y la camiseta le quedaban algo marcados, pero no parecía demasiado musculado o hinchado. Tenía una mezcla entre atleta y tio guay, que en seguida llamó la atención de Deyanira.

- No es más que uno de esos chulitos deportistas de clase media que se cree mejor que nosotros.- Comentó una de las chicas del grupo de góticos, Emily, abalada por la manada. -Seguro que tiene a una novia animadora en este instituto. Se juntará con los deportistas, las animabobas, y el resto de “gente popular”. Es lo único que saben hacer...-

Todos parecieron estar de acuerdo con la afirmación de la muchacha, pero Deyanira no. Deyanira no podía apartar la vista del rostro del chico. Era guapo, estaba muy cachas y le acompañaba un aura de seguridad que no tenía nadie más en aquél instituto.

El atleta les vio, y se acercó a ellos con paso decidido. Al estar frente a ellos les preguntó: -¿Conocéis a Jeff...?-

Jeff era el tipo que les suministraba. Deyanira quiso contestarle, pero se había quedado en blanco, admirando al apuesto joven. La chica que un segundo antes le había criticado, le contestó: - No somos la puta poli para andar controlando a la peña.- El recién llegado arqueó las cejas sorprendido por la respuesta.

- No ha venido aún...- Añadió sin embargo otro del grupo, Arnold, más delgadito y pálido que los otros. Iba a añadir algo más, pero casualmente la característica figura de Jeff apareció doblando una esuina, y todos se giraron para mirarle.

Jeff era un tipo con gorra y barbita casi en la treintena. Era un tipo alto, que insistía en repetir haber estado en la cárcel por posesión. Sólo por eso, ya asustaba, aunque la condena había sido mínima. Y en la Penitenciaría Estatal de South River, que estaba en la misma ciudad, a orillas del South River, y a apenas unos cinco kilómetros de donde se encontraban en aquél momento, al noroeste .

Hubo una serie de miradas esquivas por parte del grupo de góticos, y el joven atlético pareció darse cuenta: -Ya veo.- Les dijo a los siniestros, y añadió con una lustrosa sonrisa. -Gracias por todo.-

Se dio la vuelta y les dejó allí espectantes mientras se dirigía como un misil hacia Jeff, con un paso aún más decidido que aquél con el que se había acercado a ellos.

Mientras se acercaba, levantó la mano, con un dedo apuntando directamente hacia él mientras gritaba: -¡CABRÓN! ¡No vas a volver a venderle droga a nadie más en este instituto en tu PUTA VIDA!-

A Jeff apenas le dio tiempo a sacar las manos de los bolsillos. Aunque Jeff era mayor y más alto que el jóven, este se movió con una rapidez impresionante, y antes de que Jeff pudiera decir “esta boca es mía”, le había hundido el pie en el estómago. Mientras Jeff se doblaba, una serie de puños empezaron a golpearle en la cabeza y la parte superior del torso, y Jeff acabó cayendo sobre unos cubos de basura, volcando su contenido y llenándose de mierda.

La cosa no acabó allí, porque el atleta le siguió pateando a Jeff en el suelo mientras gritaba rabioso: -¡No-le-volveré-a-vender-drogas-a-chavales-del-instituto! ¡No-le-volveré-a-vender-drogas-a-chavales-del-instituto! ¡No-le-volveré-a-vender-drogas-a-chavales-del-instituto! ...

Cuando acabó con el tipo, que estaba en el suelo cubierto de basura y gimiendo de dolor, añadió: -Espero que no olvides esta lección ¿ESTAMOS?-

El joven atlético se metió entonces las manos en los bolsillos de su chaqueta de los Freedom Héroes mientras pasaba junto a los góticos y sólo añadió, sin apenas mirarles: -Dejad de meteros mierdas de esas ... leñe.- Y continúo su camino atravesando la entrada de la verja en dirección a la puerta principal del instituto.

No le sonaba como estudiante. No recordaba haberle visto nunca antes. Deyanira Gluck no pudo evitar mirar como se alejaba con la boca abierta. Acababa de sentir un flechazo.

-Joder ...- Oyó de nuevo la voz de Emily por detrás. - … ¿Y quien es ese GILIPOLLAS? ¡Acaba de jodernos todo el ROLLO! ¿De dónde vamos a conseguir las DROGAS ahora?-

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16/10/2013, 01:04
Ilustrador y Guionista

25 /Mayo /1984, 19:33 horas, Freedom City.

El masivo edificio de la Biblioteca Pública de Freedom en el City Center formaba una mole de granito gris de casi doscientos cincuenta metros de lado a lado.

Se encontraba casi vacío a esa hora. Empezaba a oscurecer, y la gente se dirigía a sus casas. Algunos reticentes permanecerían hasta la hora de cierre, pero eran figuras solitarias entre la inmensidad de las salas que conformaban.

Había por lo menos otras cien bibliotecas más en la ciudad, pero eran sucursales. Sólo aquél gran edificio era era la sede del Sistema Municipal de Bibilotecas.

Theodore Grant había regresado hace apenas unos meses a la ciudad. Tras un largo viaje alrededor del mundo, aún se estaba habituando a su regreso. La rutina del trabajo ayudaba. La del estudio y lectura de tomos mágicos, también.

No había vuelto a ver a la misteriosa persona que le había conducido, en cierto modo, hasta la sección mística oculta de la biblioteca. Era uno de los muchos misterios que su entrada al mundo de las Artes Arcanas le había planteado.

Nadie más entraba allí. Lo sabía, porque cada vez que regresaba a aquél rincón, todos los tomos permanecían en el mismo lugar en el que los había dejado. Y cuando había dejado el marcapáginas en un lugar del libro, este se había mantenido en el mismo sitio a su regreso. Incluso las motas de polvo se acumulaban si no era él el que pasaba el trapo.

Con el tiempo, se había dado cuenta que la gente, inconscientemente, evitaba aquél recóndito lugar. Bien cierto era que estaba bastante escondido, con un único acceso entre dos estanterías, pero aun así la gente que acudía a una biblioteca era curiosa por naturaleza, y resultaba imposible que nadie hubiera encontrado aquella sección.

Estaba claro que había una barrera mística, invisible al ojo humano, que afectaba a la mente de algún modo, y que hacía que evitaran el lugar.

Se preguntaba si aquél primer hombre misterioso había cometido algún error al entrar estando él como testigo, si le había granjeado el paso por propia voluntad, o si había algo en su propia persona, Thedore Grant antes incluso de acceder a los tomos y empezar a comprender las Artes Místicas, que le permitía obviar la custodia mágica.

Por todo aquello, se sorprendió al acudir aquél anochecer a la sección mística de la biblioteca y descubrir un libro de par en par sobre el antiguo y único escritorio de madera oscura de la estancia.

Al momento, su paranoia se disparó, e inspeccionó nervioso con los ojos el lugar, en busca de la persona que había estado allí. Ni rastro, tanto a nivel físico como místico.

Entró en la estancia y echó un vistazo al tomo abierto.

Reconoció el Códice como el max graecorum et espiritus complendium, una compleja obra que describía entidades divinas o espíritus de gran poder. Le impresionó que la página estuviera abierta en una de sus secciones favorita, la que hablaba de Modrossus, el ente-trinidad protectora de esta dimensión, y cuyos Misterios eran alabados en los escritos por parte de místicos legendarios de este mundo.

Thedore sabía de memoria que al inicio del capítulo se mostraba una hermosa representación gráfica reflejando un círculo intrínseco a un triángulo a su vez intrínseco en otro círculo. Cada uno de los vértices del triángulo señalaban respectivamente a las ilustraciones de una serpiente, un león y un águila. Y sobre ellas, respectivamente, un hombre, una mujer y un andrógino.

Sin embargo, una sencilla hoja de papel escrita tapaba la página del libro en la que aparecía este sello. Theodore cogió la hoja y empezó a leer.

Un código mágico.

Primero, comprobó mágicamente la hoja para intentar averiguar si había trampa mágica alguna. Tras asegurarse que no era así (por lo menos hasta el nivel de conocimiento arcano que el comprendía), se sentó en el escritorio, y empezó a descodificar la clave.

Tras varias horas, la biblioteca estaba cerrada, abandonada por todo el mundo, pero Theodore, el Arcanista, seguía allí. Había logrado desentrañar el código, y con ello el escrito que se encontraba oculto tras él, pero no lograba encontrarle sentido:

 

Cayó mi señor

el sexto día del sexto mes

en el paseo marítimo

frente al Palacio de los Romanos

 

No muy lejos de Atlantis

su sangre mancilló las aguas

 

A su muerte

las serpientes surgieron

de las profundidades de la tierra

y se extendieron por su superficie

 

Obrobos fue engañado

y todas las puertas se abrieron

dejando entrar a los demonios

 

Tras el Caos reinante

los Poderes entraron en Liza

 

En el tiempo propicio

los tres se hicieron uno

y Modrossus hizo, al fín

acto de presencia

 

Extractos de Lord Deosil, elegido de Weyan

 

Recuerde, no debe morir. El próximo 6 de Junio es el día. Y si no lo impedimos, estaremos todos condenados.

 

Grant se echó las manos a la cabeza. Tenía sueño y estaba cansado. Y tras tantas horas, aún no sabía muy bien qué narices quería decir todo aquello.

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16/10/2013, 16:46
Ilustrador y Guionista

Finales de mayo - Principios de julio /1984, Freedom City.

Desde aquél día en el que el guapo atleta le diera una paliza a Jeff, Deyanira había empezado a verle más a menudo cerca del instituto. Parecía que de algún modo, el joven había conseguido un trabajo allí, en el Freedom College de Southside.

El muchacho se llamaba Williams. Marcus Williams. Alguien le dijo que había conseguido una beca deportiva en el Freedom College, y que por eso había sido trasladado de instituto. Eso cuadraba, porque Deyanira no recordaba haberle visto nunca antes. Lo habría recordado. Y el Freedom sólo tenía becas para deportistas, no para buenos estudiantes.

Le daba un poco de rabia, por que el chico le gustaba, mucho. Era muy guapo, pero seguía dando el tipo del “chico popular” que nunca se juntaría con alguien como ella.

Así pues, lo vigilaba desde lejos en el instituto, sin acercarse, y efectivamente se juntaba con los superficiales, los cachitas deportistas y las animabobas. Parecía divertido, siempre con una sonrisa en la boca.

Sin embargo, en su vigilancia cada vez más obsesiva, le llamó la atención que Marcus era también muy sociable. Le vio acercarse también a otras “tribus” del institutos.

Hablaba con los frikis y también con los alternativos, que se tiraban todo el día en la pçergola haciendo skate. Incluso un día le vió acercarse a charlar con los macarras, gente a la que nadie se acercaba, y acabar con ellos en bromas y saludando en plan “cool”. Aquél idiota se había metido en una semana a toda la peña del instituto.

Aquello la hizo sentir aún peor, pues quedaba claro que incluso en carácter Marcus era una persona totalmente opuesta a ella. Agradable cuando ella era cínica. Cálido y cercano, cuando ella era fría y distante.

Joder, hasta después de clase se quedaba a enseñar fútbol a unos crios pequeños.

Deyanira empezó a pasarse las noches escribiendo poemas de desamor imposible con el atleta de sus sueños. Alguien tan perfecto sólo podía ser un hombre lobo o un brujo, de esos de las novelas. Y ella era una vampiresa, su peor enemiga. Por supuesto, escribía colocada, y a ritmo de música ghótico-punk en la minicadena musical de su habitación.

Una tarde, le siguió hasta su casa. Una vez averiguó donde vivía empezó a enviarle cartas de amor anónimas, con muchos labios rojos, murciélagos y vampiresas pintadas.

Soñaba que era una vampiresa que entraba en su habitación por la ventana, y que le mordía el cuello sobre la cama, haciéndolo suyo.

En su obsesión, empezó a salir por las noches disfrazada de vampiresa. Iba hasta la casa de Marcus y trepaba por un árbol desde el que se veía la ventana de su habitación.

Lo curioso es que empezaba a parecer una acosadora, y cada vez hacía más locuras, y sin embargo no se atrevía a acercarse a él.

Siguió así durante un tiempo, en una decadente espiral de drogas, acoso y alucinaciones vampíricas

Una noche de fin de semana, estaba con sus colegas góticos, en un nuevo antro recién abierto llamado El Eclipse. Era un local de música gótica industrial, y pillaba bastante cerca del Freedom College. Allí había bastante gente joven, góticos y también... facilidad de encontrar drogas, muchas drogas.

Estaba en uno de sus colocones con sus amigos, escuchando la música que le gustaba, cuando vio a Marcus.

Deyanira se quedó un poco sorprendida. Sabía que ese tipo de música y ambiente no le gustaban a Marcus. Le había espiado durante demasiado tiempo como para no saberlo ¿qué hacía allí?

Marcus, como siempre, ni se fijó en ella. El lugar estaba atestado de gente, y Deyanira le vio salir del local por una puerta trasera de emergencia.

Ni corta ni perezosa, Deyanira salió por allí. Y al salir, se encontró en un callejón oscuro, vagamente iluminado, con salidas de incendios de edificios cercanos y algunos contenedores de basura para los negocios del lugar.

Oyó el sonido de alguien quejándose en una callejuela cercana. Con cuidado, se asomó por allí, y vió a un personaje vestido de rojo, con la cabeza cubierta en plan ninja y con una especie de sol naciente japonés en su uniforme.

Estaba pegándose con un par de tipos en el callejón. Deyanira los reconoció como tipos que la suministraban droga habitualmente en el local. El “ninja” se movía como en las películas, dando golpes con una rapidez y fuerza asombrosa, mientras daba piruetas.

Por el uniforme, aquél era el Katanarquista.

Había oído hablar de él en la tele. El justiciero y criminal perseguido por la justicia que había apalizado a tantos “supuestos” traficantes y criminales.

Cuando acabó con los dos tipos en el suelo, les dijo: -No os mováis hasta que llegue la poli, pronto estará aquí.-

Deyanira dudó que los tipos le escucharan, estaban medio inconscientes en el suelo.

Asustada, antes de que el Katanarquista la descubriera, salió corriendo sin que él se percatara de su presencia, entrando de nuevo en el Eclipse.

Una vez allí, de nuevo a salvo entre la multitud y el volumen de la música, apoyó la espalda contra la pared y tomó aire.

Entonces, se dio cuenta.

De algún modo, el episodio del callejón le había recordado el episodio de Marcus con Jeff , Aquél ninja no sólo se había movía igual que Marcus, si no que, a pesar de estar muy disimulada, tenía su misma voz. Su misma altura. Su misma complexión.

Era él, era Marcus.

Era un héroe.

Y nadie más que ella conocía ese secreto.

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16/10/2013, 17:29
Ilustrador y Guionista

2 de Julio/ 1984. 06:38 horas, Greenbank, Southside, Freedom City.

Desde que recibiera la carta y el mapa, Sombrazul se había tirado los últimos días escrutando el pabellón de Greenbank. Sin duda, por la indicación del mapa, aquél era el lugar, pero no se fiaba. Podía ser una trampa.

El paisaje era desolador. Pabellones industriales, talleres olvidados y antiguos edificios de oficinas empresariales abandonadas salpicaban el terreno, por otro lado, despejado.

Un infierno de vías férreas cruzaba el lugar en dirección este-oeste, con algunos brotes verdes surgiendo esporádicamente de entre las grietas del hormigón base.

De vez en cuando, un kilométrico convoy de mercancías cambiaba de vía o circulaba por la autopista de metal con paso lento.

Sin embargo, el tráfico mercantil ferroviario seguía siendo abundante. Aquella era la principal vena de trasporte mercante de Freedom City. Tomaba los contenedores del puerto mercante de Riverside, en el extremo oriental de la ciudad, y los transportaba hacia el oeste, más allá de Freedom City en dirección al resto de USA.

En la rivera al otro lado del caudal del South River, a cerca de un kilómetro de distancia, Nathan Greene podía distinguir la mole de cemento de la Penitenciaria Estatal de South River. A los lados de la cárcel se alzaban bloques de edificios de apartamentos, pues la penitenciaría se encontraba dentro de la propia ciudad, en el barrio negro de Lincoln. Se supone que sus muros eran suficientes para retener a criminales comunes.

Para los especiales, existía la temida isla de Blackstone. Al recordar las imágenes de la matanza del motín de Blackstone en el 83, hace apenas un año, se echó a temblar. Aquél acontecimiento había precipitado el derrumbe del anterior equipo de gobierno de la ciudad y la victoria electoral del alcalde Moore respaldado por el grupo de presión CODE.

Nathan se detuvo a pensar durante un segundo que si hubiera continuado el camino que llevaba, podría haber acabado dentro de aquella construcción al otro lado del río. Bien pensado, desde la creación del Acta Moore por parte del alcalde Franklyn y lo miembros del CODE, su nueva actividad superheróica podía muy bien acabar con sus huesos en Blackstone, un lugar mil veces peor.

Si le pillaban.

Nathan, Sombrazul, apartó esas ideas rápidamente de su mente para centrarse en el problema actual. Aunque aparentemente abandonado, y en estado ruinoso, en realidad el enorme pabellón estaba cerrado a cal y canto. Estaba muy bien camuflado, pero su apariencia exterior deteriorada era sólo un disfraz. Había pocos accesos, y Nathan había visto cámaras, puertas contrachapadas de hierro y sistemas de seguridad en todas las entradas. No es que fueran un problema para él. Podía entrar en cualquier momento, pero lo que le preocupaba es lo que podría encontrar DENTRO.

Los sistemas de control de entrada le habían dado una pista. Las cámaras eran nuevas, y estaban miniaturizadas. Sólo las había descubierto tras analizar meticulosamente el lugar. Alguien se había tomado muchas molestias y gastado una pasta en aquello.

Nathan estaba preocupado. Había robado coches y hecho asaltos con facilidad en su juventud. Pero aquello era muy distinto.

Sin embargo, la curiosidad le corroía, y la emoción de la incertidumbre antes del robo había sido parte de su vida anterior, así que se atrevió a correr el riesgo.

En un segundo se esfumó sin dejar rastro, y al siguiente se había desplazado a cincuenta kilómetros por hora y corría invisible por la pared, dando una patada que reventó la micro cámara. Al momento siguiente estaba junto a una de las puertas reforzadas, transformado en líquido y fluyendo por la ranura bajo la puerta. Una vez allí comprobó que...

Había otra estructura dentro de la primera.

¿Que coj...?

Aquello era un búnker de metal. Ciertamente, el pabellón era un disfraz perfecto. Entre las paredes del pabellón y la estructura metalizada de su interior había un metro de distancia. Y frente a la puerta que acababa de cruzar había otra de acero que daba acceso al búnker.

Estanca.

Estaba empezando a maldecirse a si mismo cuando vio el panel cristalizado de cincuenta centímetros cuadrados junto a la entrada. A la altura del pecho.

En aquél panel de cristal se traslucía la imágen de una mano.

Bueno, al fín y al cabo le habían invitado.

Tomo forma humana de nuevo y acercó la mano al panel. Al segundo, una robotizada voz femenina se escuchó diciendo: -Bienvenido al complejo, señor.-

La compuerta de acero se deslizo hacia arriba en un segundo, como en las películas de ciencia ficción.

Lo que encontró al otro lado le dejó pasmado.

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17/10/2013, 00:20
Ilustrador y Guionista

6 de Julio/ 1984. En diversos lugares de Freedom City.

22:45 horas. Deyanira Gluck se mira al espejo. Se ha vestido impecable para esta noche. Si su amado tiene un disfraz, ella tendrá el suyo. Su pelo teñido de negro, largo y lacio. Su maquillaje pálido como el de un cadaver. Labios rojo intenso, y una prótesis perfecta emulando colmillos vampíricos. Lleva puesto un vestido de encajes negro de aire victoriano, pero con complementos metálicos de estilo gótico. Antes de partir, abre su polvera y se toma un par de pastillas, roja y azúl, para el subidón. Es una criatura de la noche, en busca de su amado.

23.05 horas. Sombrazul espera sentado con unos cascos puestos atendiendo un aparato de radiofrecuencia que capta todas las transmisiones de policía, bomberos y llamadas de emergencias en Freedom City. Frente a él, los informes impresos de Deyanira Glück, Marcus Williams y Theodore Grant impresos por el super-ordenador, cuyos armarios de cintas magnéticas ocupan buena parte del búnker de metal. Lo unico llamativo en el informe de Grant era que ha regresado hace no mucho de un viaje por todo el mundo de un año de duración, algo reálmente curioso. Los papeles sobre Williams no dicen tampoco mucho. Es un deportista destacado, al parecer. Deyanira ni siquiera tiene permiso de conducir, y su informe está prácticamente vació. No hay nada en él. El más llamativo es su propio informe, que indica su familia numerosa, así como unos pequeños hurtos hace ya una buena temporada, por los que ni siquiera fué procesado. Era menor y lo dejaron pasar con algún trabajo para la comunidad.

Green no tiene ni idea de por qué estos nombres pueden ser tan importantes para la persona que ha montado toda la infraestructura que le rodea.

23:15 horas. Marcus Williams sale de su casa ignorante de la vampiresa que le acecha y le sigue cautelosa. Las pastillas hacen su efecto, y ella empieza a alucinar. Piensa en ser la flecha de su arco. Dos criaturas de la noche. Un dúo mágico contra el crímen, como Anochecer y Ojo de la Justicia. Así serán ellos.

23: 20 horas. Esta es la noche fatídica. Las estrellas están alineadas. Theodore Grant camina por el embarcadero del Paseo Marítimo de Southside, junto al South River. Viste de civil, pero de forma cuidada, como si fuera una ocasión especial.

Está a la espera de una señal, pero esta no termina de llegar. En teoría este es el día. Está cercana la hora, y este es el lugar. Si ha interpretado bien la profecía y los escritos del antiguo Maestro, fuera lo que fuese a ocurrir debía producirse en el paseo marítimo, no muy lejos del Casino Southside Palace. Mira al río, y a su espalda tiene el suntuoso Casino Palacio, no muy lejano de la supuesta Atlántida, otro casino del paseo marítimo llamado Atlantis, situado más al oeste.

No por menos era llamado el Palace. El casino era el más grande y antiguo de Freedom City. Los rumores, para quien tuviera oidos, decían que pertenecía a la mafia desde su construcción. Pero Theodore no se hace eco de esos rumores. Al fín y al cabo, hay cosas más importantes que requieren su atención en este momento.

23:42 horas. El Katanarquista, enfundado en su uniforme rojo, acecha en las cercanías del Casino Palace. Muy pocas veces tiene visiones, y nunca unas tan claras. Al principió, en su mente empezaron a aparecer imágenes de la muerte de Juan Barreiro, un hombre al que admiraba. Pero poco a poco. las visiones se fueron alterando paulatinamente, modificando lentamente la muerte original y violenta de Barreiro sobre la nieve, para mostrarle la inminente muerte de otras persona sobre el agua. Las imágenes eran borrosas y confusas, pero se distinguía el paseo marítimo de Southside junto al South River y el enorme Casino Palace al fondo.

Cuando murió Barreiro no pudo estar allí para evitarlo, y la sangre del profesor se derramó manchando de rojo la fría nieve. Ahora veía la sangre de alguien tiñendo de rojos las aguas del South River. Esta vez, era como si el destino le conminara a salvar a otra persona. Otra persona que moriría víctima de la violencia... ¿pero, quién? No alcanzaba a ver rostro, siquiera su silueta.

Sea quien fuese, las visiones se hacían cada vez más intensas y frecuentes. Iba a ocurrir de un momento a otro, pero esta vez el estaba allí para impedirlo. El Katanarquista lo impediría.

23:42 horas. Ella le ha seguido, y está allí. Espera ansiosa su momento. El momento en el que ella le sorprenderá, surgiendo de entre las sombras como una vampiresa vengatiga, ayudándole contra los malos. Pelearán juntos, y entonces él se sentirá admirado por ella. Y cuando todo acabe, la tomará entre sus brazos y la besará con intensidad.

Las drogas empiezan a ahcer su efecto, y ella se siente eufórica, poderosa, invencible...

23:55 horas. El hermoso yate motorizado se acerca al embarcadero del paseo marítimo. Hay otras enbarcaciones de lujo por allí, todas ellas de gente pudiente. Este es un yate de ochenta y un pies de largo, que destaca por su elegancia y lujo. El “Drómona” atraca y, antes siquiera de poner la pasarela, una serie de individuos de trajes con chaquetas de corte italiano, gafas de sol en plena noche y espaldas anchas esperan en el muelle para recibirlo.

Tras dar un par de vistazo y pedir a algunos transehúntes que se aparten, el equipo de seguridad hace una señal al yate. Un ejército de guardaespaldas desciende entonces de la nave, acompañando a otra figura, visiblemente más elegante que los matones.

El amo de Freedom City camina con la confianza de un rey. Los zapatos que lleva podrían pagar el alquiler de una familia de los Fengs por tres años, y sus gemelos no pueden comprarse. Tienen más de dos siglos, y son únicos.

Como hombre carismático que es, da unas palmadas en el hombro de uno de los protectores, dando su beneplácito por el despliegue. A su paso, los hombres se mueven al unísono, como si de un equipo de comandos se tratasen.

La escolta sube desde el embarcadero al paseo, y de allí empieza en dirigirse en dirección al casino. No se paran, y si alguien es tan estúpido como para ponerse en medio del tránsito de la comitiva, uno de los matones se adelanta para apartarlo de forma firme y decidida.

23:58 horas. El Katanarquista y Thedore Grant no pierden vista de la comitiva que se dirige al Palace. Esto es lo que estaban esperando, sin duda. Desayira Gluck sólo tiene ojos para su amado.

Otra figura, más mayor y robusta, surge del Palace acompañada de su propio ejército de escoltas, repeinados con gomina y con trajes a rayas. Sus rasgos son claramente itallianos. Una Familia.

Los dos hombres de aspecto italiano se encuentran, y se sonríen mutuamente, dándose la mano.

En ese momento, el mundo estalla...

23:59 horas. Tras la explosión de luz y polvora, los ninjas emepzaron a salir por todas partes. La confusión y los gritos de terror se extienden, a medida que las katanas salen de sus fundas para cortar la carne de los italianos. A su vez, estos desenfundan los cañones bajo sus chaquetas y empiezan a repartir plomo a diestro y siniestro.

A pesar de la hora nocturna, el paseo estaba repleto de civiles dando una vuelta, y estos corren por todos lados, entre el humo y los disparos. Un hombre inocente cae al suelo, herido, y una madre protege a su hija.

Ninjas y mafiosos caen como moscas... y en el fuego cruzado algunos civiles inocentes también.

El Katanarquista y Arcanum saltaron a la pista. Conjuros y golpes de kung-fu hacián caer a los matones de ambos bandos mucho más rápido. Unas garras de asfalto surgieron del suelo, atrapando a dos ninjas entre sus dedos. De una patada giratoria, el katanarquista hizo caer a tres miembros de la mafia. Una columa de agua conjurada derribó a otros más adelante, y con una pirueta, el katanarquista distrajo a unos ninjas lo suficiente para que varios civiles pudieran huir.

24:00 Las alarmas de la base se dispararon, y el sistema de comunicaciónes se volvio loco, con llamadas a emergencias, la policia y hospitales informando de un tiroteo en el paseo marítimo. Sombrazul salió disparado a super-velocidad, dejando tras de sí una estela azulada.

24:00 La hora bruja. El Arcanista busca a la víctima, pero es difícil de saber quién es entre tanta confusión. Ve entonces a la imponente figura, enfundada en una formidable armadura roja japonesa, y con un daisho en sus fundas. Con un movimeinto, la katana y el wakizashi están en sus manos.

El samuray, sea quien sea, se dirige sin remisión hacia la figura de traje que ha bajado del yate.

Quiere matarlo.

El Arcanista ve que está demasiado lejos para él. Pero ve al otro tipo enfi¡unaddo en traje rojo. El artista marcial desarmado que, pese a todo, parece que se está enfrentando los que parecen sus compañeros.

Le grita, y el tipo se gira para mirarle, confuso. El Arcanista grita al Katanarquista, desesperado: -¡Allí! ¡Allí!¡Al de la armadura! ¡¡DETENLO YA!!- El Arcanista señaló entonces entre la multitud al japonés con la armadura y las espadas, claramente el líder de los ninjas.

El Katanarquista se gira, y entonces lo ve. Entre la confusión, no había visto a KATANA CARMESI. Su enemigo, su acérrimo rival, enfundado en su característica armadura, y portando su formidable daisho. Por vez primera, lo tenía cerca de él. Lo derrotaría, y con ello, limpiaría el buen nombre de Juan Barreiro.

Katana Carmesí se dirigía impasible hacia su objetivo. El tipo elegante que había bajado del yate. Cualquiera que se interponía en su camino era literálmente partido por la mitad de un golpe de Katana, y su cuerpo echado a un aaldo de una patada de karate. Donde los ninjas producían heridos, Katana Carmesí era la muerte andante...

Al poco, Katana Carmesi está ya sobre su objetivo claro. Levanta su espada sobre el tipo trajeado, a punto de dar un golpe mortal al tipo con sus zapatos de valor incalculable, y sus gemelos inimitables. La muerte está a punto de llegar...

La visión del Katanarquista se hizo más intensa a medida que embestía a Katana Carmesí. ¿Era aquél al tipo al que tenía que salvar? ¿El tipo trajeado al que Katana Carmesí estaba a punto de matar?

Un empujón en el último momento apartó a Katana Carmesí de su objetivo, aunque notó como su katana probaba la sangre. Katana Carmesí se giró furioso, para encontrarse frente a frente a un Katanarquista herido por el golpe de su espada. Había desviado el golpe con su propio cuerpo.

El italiano de traje impoluto miró al Katanarquista y sóilo pudo decir: -¡Gracias! ¡Me ha salvado usted la vida!-

-¡NO AÚN!- Resplico entonces Katana Carmesí.

Las espadas se abalanzaron sobre el Katanarquista, y este se encontró luchando esta vez por su propia vida, contra un artista marcial como nunca había visto. Una y otra vez la katana y el wakizasi se avalanzaron sobre él, rasgando sus vestimentas y haciéndole sangrar, pero su agilidad evitaba la letalidad de cualquier golpe.

El Arcanista contemplo asombradó la lucha marcial entre los dos maestros de las artes marciales enfundados de rojo. Los golpes se sucedían a una velocidad formidable, y la velocidad de sus movimientos le impedía apuntar al enemigo sin dar a un aliado. En un segundo, los vió desparecer a ambos en una explosión de pólvora, y se decidió entones a intentar anular a los ninjas restantes e intentar salvar a la mayoría de civiles posible.

Mientras tanto, herido y enfrentado a un rival de un nivel como nunca había visto, el Katanarquista fué alejando a Katana Carmesí de la multitud hacia un más apartado muelle, donde no pudiera hacer tanto daño con sus letales espadas. A su pesar. Katana Carmesí le estaba arrinconando hacia la barandilla del paseo. Intentó escapar por los laterales, pero el espadachín interponía alguna espada una y otra vez.

La herida y el cansancio empezaban a afectarle. Golpeó dos veces a Katana Carmesí, pero este consiguió alcanzar al Katanarquista en la pierna, y entonces cayó de rodillas.

-Lástima, un digno rival.- Añadió Katana Carmesí antes de echarse un paso hacia atrás. Enfundó el wakizashi, pero echó su katana hacia atrás, tomándola con ambas manos, y preparándola para un golpe horizontal de revés, a la altura del cuello.

Entonces, la mujer salió de la nada. Un vampiro surgido de la oscuridad. Katana Carmesí, hipertérrito, descargó su golpe sin inmutarse.

Éste no cortó el cuello del Katnarquista, si no que abrió el vientre de la muchacha, de lado a lado. La mirada de sorpresa de Katana Carmesí bajo el pañuelo que ocultaba su rostro, era sincera.

La chica cayó dolorida y agonizante. No había nada que se pudiera hacer por ella. El golpe casi la había partido por la mitad. Una muerte lenta y dolorosa aguardaba.

Katana Carmesí miró al Katanarquista, con la Katana ensangrentada aún en la mano, y luego se giró hacia el Palace: Su objetivo entraba en el casino, rodeado de guardaespaldas, ya a salvo y fuera de su alcance. Había perdido su oportunidad.

El asesino a sueldo samuray se giró de nuevo hacia el Katanarquista, que con las pocas fueras que le quedaban miraba horrorizado a la chica, tomándola entre sus brazos. Entonces, las visiones del Katanarquista se hicieron claras. Era ella. ELLA a la que DEBÏA SALVAR. No al tipo trajeado de antes. La sangre de la chica se derramó por el borde del paseo hacia las aguas del South River. Abrió aún más los ojos horrorizado, al reconocerla tras todo aquél disfraz y maquillaje como una de las chicas del instituto en el que estudiaba y trabajaba.

Apenas había hablado nunca con ella.

-Un sacrificio así no puede quedar en balde ¿Verdad?- Dijo Katana Carmesí, enfundando su katana ensangrentada. -Esta noche, has ganado la batalla ... pero ya arreglaremos cuentas.- Katana Carmesí se refería a que no había conseguido acabar son su objetivo, el italiano.

Pero en sus palabras el Katanarquista, en cambio, no encontró más que cinismo. Apretó los dientes, impotente. Otra persona inocente había muerto... por su culpa.

Katana Cramesí dió una orden en japonés, y sus ninjas se retiraron bajo los disparos de secuaces italianos, bajo la magia del Arcanista y bajo los golpes de una estela que se movía a gran velocidad. El propio Katana Carmesí saltó por la barandilla y se sumergió en las oscuras aguas del South River, desapareciendo en ellas.

Deyanira Gluck miró agonizante al Katanarquista -Mar...Marc..us ... te... quie...ro.-

La chica exaló entonces su último aliento.

Al volver su rostro hacia arriba, el Katanarquista se encontró mirándole a Sombrazul y al Arcanista.

-Esto no tenía que haber ocurrido...- Dijo el Arcanista, con voz desesperada. -.. ha sido culpa mía. Me equivoqué de persona... Se supone que no debería haber ocurrido., que debíamos haberlo impedirlo.-

El velocista recién llegado no entendía muy bien lo que estaba ocurriendo, pero sólo añadío: -Tíos. Será mejor que nos vayamos a otro sitio. Si la poli nos pilla... y conozco un buen sitio.-

-A propósito. Os conozco. Se supone que, por alguna razón, yo a vosotros tenía que encontraros. Qué casualidad ¿No?...-

Miró a la chica, la cuál también estaba en la lista, y la señaló con el dedo antes de añadir:

-... aunque con ella, creo que llegué un poco tarde.-

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05/03/2014, 11:18
Ilustrador y Guionista

RESUMEN DE LA ESCENA I - ¡Bienvenidos al infierno! [Págs1-7]

Arcanum, Katanarquista y Sombrazul, ya consolidados como grupo, descubren un incendio nocturno en Southside. En un bloque de dos edificios anexos.

Arcanum se eleva volando intentando derribar con su hechizo de chorro de agua a presión el depósito de agua situado en la azotea del edificio en llamas. La estructura del depósito es fuerte y se resiste. Aunque el agua cae colándose pisos abajo y aliviando parte de las llamas, también derriba a la gente que ha escapado de las llamas a la azotea. Pensando que podría hacerlos caer, o que el agua podría derramarse por el exterior del edificio sobre un peligroso cuadro eléctrico, Arcanum desiste de derribar el depósito. Oye gritos de personas dentro de le edificio y Arcanum entra al edificio por la azotea.

Mientras, Sombrazul asciende a super-velocidad por la pared hasta la azotea del edificio anexo al incendiado, el cuál no está en llamas. Una vez allí empieza a ayudar a la gente de la azotea del otro edificio anexo en llamas. Para ello, empieza a construir a super-velocidad una escalera de mano que permitirá a las personas que están en el edificio en llamas salvar la altura entra ambas azoteas. Para ello, usa sus herramientas. Arranca tubos de la fachada para usarlos como travesaños, y largueros de la escalera. Y los une atándolos entre si usando cables arrancados. Una vez ha construido la improvisada escalera de mano, las víctiams del incendio empiezan a pasar de una azotea a otra.

Por otro lado, el Katanarquista ha bajado a la calle. Allí, los bomberos se encuentran con un serio problema: La boca de incendios no produce agua. El katanrquista se ofrece a ayudarles, pero estos desconfían, pues han oido las noticias sobre la matanza frente al hotel del Casino Palace, donde ninjas vestidos de manera similar a la que lleva el Katanrquista se enfrentaron a miembros de la mafia, poniendo en peligro la vida de familias que paseaban en aquél momento por el Pase Marítimo frente al Casino Palace.

Finálmente, el Katanarquista les convence para que se dejen ayudar (aunque aún desconfían algo). Dos bomberos descienden con él al alcantarillado para conectar la manguera de suministro de agua al depósito del camión de bomberos a alguna tubería de suministro de agua que discurra por allí. Una vez allí, el Katanarquista descubre indicios de que el acceso a la boca de riego ha sido saboteado desde aquí abajo por algo que destruyo un tabique y corroyó con ácido la tubería que debía suministrar agua a la boca de riego de la parte superior.

En ese momento, los tres son atacados por una criatura salvaje que se encontraba oculto en la oscuridad de las alcantarillas. Una especie de ser serpentíneo humanoide. Mientras los bomberos conectan la vía, el Katanarquista se enfrenta en uno-contra-uno a la bestia, la cuál no parece contar con mucha inteligencia. El monstruoso se lanza con garras, golpes de cola y una mandíbula repleta de dientes de la que gotea una especie de veneno corrosivo (claramente, el que corroyó la tubería de suministro de agua a la boca de riego). Mientras pelea con el engendro ofídeo, el katanarquista oye una voz de otra criatura serpentina hablar desde la oscuridad, en lo que parece alguna lengua ofídea inteligente, para luego salir huyendo y desaparecer en al oscuridad del alcantarilado. El Katanarquista, tars una dura lucha, logar derrotar al ser, dejándolo inconsciente. El otro ser huyó hace tiempo.

Durante el enfrentamiento, el Katanarquista tiene una momentánea "visión" en la que, en lo que parece ser otra época, él se está enfrentando a una criatura similar, un hombre-serpiente bestial, en un túnel subterráneo, plagado de gerogíficos e ilustraciones en las paredes. Además, él no es él. Se ve a si mismo un individuo lampiño y de piel oscura armado con una especie de Koplesh o falcata.

Los bomberos han logrado conectar una vía de agua que suministre agua a la bomba del camión de bomberos y estos empiezan ya a luchar contra las llamas dele edificio.

Mientras, en el interior de la estructura en llamas, el Arcanista atraviesa un infierno. Tras cruzarse con varias personas que pueden llegar a al azotea por sí mismas, oye los lloros de una niña. Arriesga su vida para llegar hasta donde se encuentra, la bañera llena de agua un cuarto de baño, la cuál le ha permitido que milagrosamente salve la vida hasta ahora. El resto de los mirmbros de la familia parecen, sin embargo, que han muerto calcinados en la sala.

Tras salir por los pelos de regreso a la azotea, el Arcanista entrega el bebé a una de las personas que Sombrazul estaba ayudando a pasar de una azotea a otra. El Arcanista confiesa entonces a Sombarzul que sus sentidos sobrenaturales le indican que alguien esta manipulando el fuego y avivandolo con algún tipo de capacidad.

Siguiendo al estela de este poder, Sombrazul y el Arcanista se presentan en el suelo, donde se han congregados vecinos y curiosos a contemplar el horrible espectáculos. Entre ellos, Arcanum identifica a la chica joven que parece estar usando un hechizo a distancia para avivar las llamas. Arcanum identifica que está lanzando el conjuro en una lengua bífida y siseante que identifica como el antiguo idioma Lemurio, una lengua muerta hablada por los antaño hombres-serpiente de Lemuria.

Se enfrenta a ella. Arcanum con sus conjuros y Sombrazul invisible. La "hechicera" parece contar con la colaboración de una banda de skin-heads para protegerla. Sombrazul los identifica nada mas verlos.

Durante el enfrentamiento, el Katanarquista sale del alcantarillado y se une a la pelea. Antes de ello, contempla como el edificio en llamas se derrumba, aunque parece que toda la gente que sobrevivió al incendio ya estaba a salvo (hubo gente que murió en el incendio, pero era gente que estaba en las plantas bajas que ya había muerto cuando los PJs llegaron, y por las que no se podía hacer nada ya) 

Finalmente, los héroes dejan KO a los miembros de la banda y capturan a la hechicera, la cuál se revela en su verdadera apariencia como una mujer serpiente. Dado que parecía la cabecilla de este grupo, se la llevan retenida a la base para interrogarla, antes de que llegue la policía a pedir explicaciones.

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05/03/2014, 12:10
Ilustrador y Guionista

Resumen de la escena II - ¡Bienvenidos al infierno! [Págs 8-14]

La mujer serpiente es encerrada en una celda del complejo de la base.

Aunque al principio es reticente, a medida que avanza el interrogatorio averiguan que es una mujer-serpiente, descendiente del pueblo de hombres-serpiente que habitó al antigua Lemuria. Lemuria y Atlantis fueron imperios enfrentados, ambos con poderosos hechiceros, unos los hombres-serpiente (en Lemuria) y otro por humanos (Atlantis). Al parecer, dijo que los humanos empezaron a ganar simplemente porque habían sido ayudados por unos seres llamados "Los Preservadores". Durante la guerra, parece que hubo un cataclismo, y ambas, Atlantis y Lemuria, se hundieron bajo tierra. Los hombres-serpiente han habitado el sub-mundo (una especie de mundo subterráneo) durante milenios desde entonces. Allí parece haber aún ruinas de la Atlántida. Se deduce que los Egipcios heredaron su cultura, escritura, magia y dioses de Atlantis (o sea, los egipcios fueron supervivientes atlantes del cataclismo que fundaron una nueva civilización en otro lugar).

Arcanum explica al Katanarquista que en la visión vio una vida pasada, en la que también se enfrentó a los hombres-serpiente hace milenios bajo lo que parece el complejo de templos de Karnak (hoy en ruinas, en Egipto).

La mujer-serpiente explica que su raza se ha acostumbrado a ver en la oscuridad tras siglos de vivir en las profundidades de Sub-Terra, por lo que ahora se están moviendo por los túneles del alcantarillado y el metro de Freedom City. Además, ahora sirven a un dios del caos llamado El Innombrable, en un Culto llamado La Hermandad del Signo Amarillo. Los miembros del culto están locos, y se someten fanáticamente a ese dios de Locura, Caos y Destrucción. La Hermandad está preparando el camino para la llegada a nuestro mundo a través de Freedom City de su deidad de caos y locura, el Innombrable. Por eso han subido a las superficie. Antes deben engañar a Obroros, el guardían de las puerats entre dimensiones. Por suerte para ellos, el avatar de Modrossus ha muerto, lo cuál (de algún modo) parece favorecer la balanza a su favor.

El Katanarquista propone a Arcanum que realice un hechizo para ver el pasado y averiguar más sobre todo esto. Arcanum dice que puede intentarlo, pero que al no ser este uno de los conjuros que él maneja habitualmente debe preparar lo en forma de ritual, lo cuál le llevará mucho tiempo de estudio y trabajo de preparación.

Tras despejar bastantes dudas (y plantearse otras sin resolver) los héroes salen de la base camino a sus respectivas casas.