Partida Rol por web

Revisando los muchos comentarios de los delincuentes de la ciudad, en busca de referencias que puedan serte de ayuda, te terminas por dar cuenta de un detalle. Estás acostumbrado a ver sus nicks, terminar por relacionarlos con un territorio y, por asociación, con ciertas bandas. Pero esta noche falta gente en los foros. Digamos que hay territorios y bandas que no están diciendo nada respecto a lo que está pasando, sumidos sus miembros habituales en un mutismo absoluto. El caso es que son bandas que no tienen nada en común, que de hecho no se llevan nada bien entre ellas, aunque tengan rivales directos con los que mantienen hostilidades aún mayores. Hay una banda de negros, otra de chinos, una de italianos... Es muy raro.

Muchas bandas ausentes, demasiadas...pero bandas que no tienen nada en común... En ese momento un escalofrío me recorre la espalda ...Y si...alguien las estuviera uniendo...una causa común...como en la película The Warriors.

Eso me hace pensar que puede que esté ante algo muy grande, demasiado para mi arco y flechas. Reviso el foro de nuevo en busca de info del líder de los Twofaces. Tengo muchas preguntas y pocas respuestas...y a cada momento que me surgen más.

Reviso lo que sustraje a ese matón en busca de algo que me pueda ayudar. Me arrepiento de no haber revisado los bolsillos de todos pero ya es tarde para esas lamentaciones. Ahora tengo que ver qué es lo que puedo sacar en claro, y luego debería mirar de comprar online un chaleco de kevlar o algo que pare las putas balas porque no podré resistir muchos tiros más aunque me den de rechazo.

En tu cabeza germina una idea, tan sólo una especulación, una hipótesis. ¿Y si alguien está uniendo a las bandas bajo una única bandera? Pero no cuentas con información suficiente como para plantearte confirmar o desmentir aquella teoría, y lo que era peor, no tienes muy claro qué podrías hacer ante algo de tal envergadura.

Coges la bolsa de material que has obtenido del "tiroteo" del aparcamiento, abriéndola en busca de equipo aprovechable. No eres precisamente un millonario que se viste de murciélago, no cuentas con recursos económicos ilimitados para adquirir material, que además no es precisamente barato. De modo que, quedarte unas cuantas cosas de los delincuentes a los que te cargas... es una contribución necesaria a la causa.

Empiezas a apartar cosas que sabes que no vas a emplear. Un par de Berettas, algunos cargadores de munición que ni siquiera están llenos del todo, algunas máscaras negras y amarillas... Con una sonrisa, descubres que hay un par de granadas ¿aturdidoras? No deja de resultarte curioso que esos tipos tengan algo como eso. Sin embargo, cuando las coges se abre un hueco en la bolsa que te deja descubrir lo que hay al fondo, y que seguramente es lo que motiva el peso extra que te parecía que cargabas al transportar la bolsa de deportes. Lo sacas y no puedes evitar pensar que es tu puto día de suerte.

Un chaleco antibalas.

Esos tipos, para ser unos malditos pandilleros, iban demasiado bien equipados. Y eso, precisamente, te da una idea de por dónde tirar y descubrir algo más. Conoces a un tipo, alguien que alguna vez te ha logrado conseguir puntas especiales para tus flechas. Su nombre es Bryan Wallcourt, y está metido en el mercado negro de armas, y seguro que ha oído algo. Podrías hacerle una visita...

Decido poner todo a buen recaudo de momento aunque las granadas las llevaré encima para proporcionarme una ventaja adicional en el combate. Las pistolas no me son útiles debido a mi forma de combatir el crimen pero de momento las guardaré para que no caigan en malas manos. 

Bryan Wallcourt es el contacto que puede ayudarme, y además tengo que encargarle algo especial para mí. Una protección que no pese tanto como el maldito chaleco antibalas. Necesito algo ligero y que permita moverme con agilidad, si no estaré perdido. Esta noche he tenido una pizca de suerte pero otra podría no tener tanta. De momento me pongo el chaleco antibalas para ir protegido (no voy a jugármela demasiado tampoco).

Compruebo que no hay nadie en las inmediaciones y cojo la moto para llegar lo antes posible a donde suele moverse Bryan. Intentaré cogerlo a solas, y a ser posible tener una charla amigable con él. Por si acaso llevo unos dólares para suavizarlo y hacer que me consiga algo, sus flechas son caras pero efectivas. Es bueno consiguiendo material y aunque debería cargármelo por las armas que vende a pandilleros en el fondo lo veo un mal necesario para mis intereses.

Sabes muy bien dónde localizar a Bryan. Es un irlandés de ideas fijas, que a pesar de moverse tras la linea más escabrosa de la ciudad, no gusta de cambiar sus rutinas. Vive en el mismo apartamento cochambroso desde que le conoces, aunque sólo pasa por allí para dormir, habitualmente de día. Frecuenta de noche un par de tabernas irlandesas, bebiendo cerveza negra pero nunca tanta como para emborracharse. De hecho, suele hacer sus negocios en lugares así, aunque luego tenga que acudir a lugares más discretos para cerrar la mayoría de los tratos. Más de una vez te ha entregado puntas de flecha sobre una de las mesas de madera de un rincón del local, sin disimulo ninguno.

Decides acudir al Liam's, un pub irlandés que, hasta donde sabes, es su favorito. Suele tirarle los tejos a la camarera, una pelirroja con carácter, aunque lo hace de un modo bastante burdo y sólo logra cabrearla. A veces parece que sólo la está vacilando, y otras que realmente le gusta pero es incapaz de comportarse como dios manda para que ella le tome en serio.

Entras en el local y te sorprende descubrir que está prácticamente vacío. La camarera, Ruby, está secando vasos con un trapo en la barra, desierta, y en seguida te mira con suspicacia cuando se percata de tu presencia.

Eh, ¿quieres algo, tío raro? -Te dice desde detrás de su barra, dejando el vaso y el trapo, y ocultando las manos sospechosamente por debajo de lo que alcanzas a ver- Más vale que no vengas con ganas de problemas, porque...

¡Ruby, encanto! -Se oye una voz desde el fondo del local, una voz familiar- No te preocupes, está conmigo. Es de fiar.

¿Ambas cosas? -Responde la camarera, con cierto desprecio- Porque no siempre van de la mano...

Oyes una carcajada, y una sombra se mueve en el rincón más alejado, donde una mesa se encuentra en penumbra por no estar siendo iluminada por la lámpara de techo que cuelga sobre ella, al menos hasta que ésta se enciende y ves a Bryan en pie enroscando la bombilla, y volviendo a sentarse. Sobre la mesa hay un vaso grande de cerveza guiness, al que le restan tres cuartas partes.

Ya descubrirás lo de fiar que soy cuando estés conmigo, preciosa... -Afirma el tipo, recostándose en el respaldo del asiento con excesiva soltura.

En tus sueños, capullo.

En mis sueños ya lo haces... -Replica el irlandés, haciéndote un gesto para que te acerques, mientras la camarera regresa a su tarea de limpiar vasos- Qué sorpresa, chico. ¿Tienes un nuevo encargo? -Te pregunta abiertamente, inclinándose sobre la mesa para bajar la voz- Porque con las puntas de metal no saco mucha tela, pero esta vez podría tener algo interesante para ti. Han llegado a mis manos unos proyectiles con bengala incorporada, muy interesantes si quieres llamar la atención o iluminar un descampado, o lo que sea que hagas. También tengo alguna de alta tecnología, con localizador para que no las pierdas nunca, jaja.

Me acerco a él y con disimulo le digo:

- Pues sí...tengo un encarguito a ver si puedes conseguirlo...y a buen precio... - hago una pausa y añado - ...necesito una protección que no pese mucho. Algo ligero pero que detenga balas. ¿Puedes conseguir algo así? - le termino preguntando. - Lo de las flechas puede interesarme...sobre todo las de localización...aunque antes necesito algo de información. Noto cierta tensión en la calle, bandas calladas en la red...y otras poco poderosas que empiezan a llevar armamento tocho...granadas aturdidoras y chalecos antibalas...demasiada tecnología para esas bandas... - saco cinco billetes de veinte doblados para aparentar que abultan más de lo que realmente es y jugueteo con ellos mientras le pregunto - ¿Estás enterado de algo gordo?

Bryan te atiende con sumo interés. A pesar de tu aspecto, ese que adoptas cuando tomas la identidad de Montaraz, el aparentemente despreocupado traficante mantiene la misma tendencia de siempre a tratarte sin temor alguno, como a un simple chico que le resulta divertido de tratar. A veces tienes la desagradable sensación de que pueda ver a través de tu disfraz, como si te conociera de verdad, aunque nunca ha dado síntomas de saber que bajo la capucha se oculta Joshua Ryan.

Algo ligero, ¿eh...? Descartamos un escudo de metal, entonces, ¿no? -Bromea Bryan, echándose a reír. Es evidente que hace referencia a ese justiciero que ha empezado a actuar por la ciudad, que porta un escudo redondo con la bandera estadounidense- Que detenga balas y sea ligero al mismo tiempo... es complicado, chico. No imposible, pero sí complicado. Un chaleco policial se puede apañar, aunque supongo que tú querrás algo con lo que poder andar dando saltitos por los tejados, ¿no es cierto? -Comenta con evidente humor, como si tus actividades le parecieran muy graciosas- Necesitaré algo de tiempo para buscarte algo así. Tal vez podría conseguir algo de kevlar... -Comenta, pensativo, rascándose el mentón, hasta que le preguntas por la situación de las calles. De repente, se pone tenso, y mucho más serio de lo que en él es habitual. Notas cómo mira tras de ti, revisando el local en el que realmente sólo estáis vosotros dos y Ruby, la camarera, quien está en un rincón de la barra secando vasos sin prestaros la más mínima atención- Supongo que lo dices por los Dos Caras... -Te comenta inclinándose sobre la mesa para hablarte más de cerca y bajar la voz- Es un tema delicado, chico, que pone nerviosa a mucha gente. A mí también, de hecho. Es malo para el negocio. -Aquella afirmación te sorprende bastante. Se supone que quienes se ganan la vida vendiendo armas deberían estar contentos con una posible guerra de bandas. Al fin y al cabo, supone más armas que vender. Sin embargo, Bryan parece genuinamente molesto- Esos tipos no compran. No aquí. Y no me refiero a que no me compren a mí, personalmente. Conozco a mi competencia, y ellos tampoco les han vendido una mierda. Traen el material de fuera. -Asegura, frunciendo el ceño- Y lo que es peor, hay varios clientes locales que han dejado de comprar desde que esos tipos han aparecido. No se si ves por dónde voy...

Interesante, los dos caras están en parte cargándose el negocio de venta de armas. Pero si las traen de fuera...es que hay financiación y a lo grande...

Miro a Bryan y le comento:

- Sí, creo que sé por donde vas... - afirmo - ...sabes por donde se mueven los Dos Caras, por no cruzarme con ellos de momento... - miento porque deseo conocerlos un poco más. - ...y si sabes qué bandas podrían estar en guerra con ellos me vendría bien...no quiero meterme en medio de una guerra, es malo para mi salud.

Para afrontar esto debo conocer gente, yo sólo no puedo ni de coña. Aunque emulase a Yojimbo sólo podría enfrentar a unos cuantos, provocar bajas de la carne de cañón de las bandas. Si es una banda de gran envergadura lo único es ir a por la cabeza o cortarles la financiación. Y ambas cosas quedan muy lejos de mi alcance.

- Y otra pregunta...esta te parecerá más extraña aún...¿conoces a más locos de mi gremio?

Aunque me gusta trabajar solo si quiero hacer algo por la ciudad sólo puedo buscar a gente tan loca como yo, carne de psiquiátrico pero valiente para afrontar lo que viene. 

Bryan frunce el ceño cuando le preguntas por dónde se mueven esos tipos. Sus ojos descienden un instante a la superficie de la mesa, como si estuviera pensando algo, y para cuando vuelve a mirarte niega con la cabeza despacio.

La verdad es que no tengo ni puta idea, la verdad. -Confiesa, con evidente malestar- He oído de movimientos suyos en distintos puntos de la ciudad, pero ningún lugar concreto que parezca ser suyo como tal. No se, colega, parece que estén en todas partes. O eso, o tienen varios territorios distintos, y eso... -El traficante enmudece de repente, frunciendo el ceño de nuevo, en esta ocasión más profundamente, como si una difícil idea se hubiera cruzado por su cabeza- Si me das algo de tiempo, intentaré descubrirlo. Puedo darte esa información cuando tenga tus flechas y el traje.

Aquel compromiso por parte de Wallcourt te resulta novedoso. Aunque en vuestro relación, que siempre ha sido estrictamente comercial, siempre ha mostrado aquel carácter jovial y cercano contigo, siempre ha mantenido las distancias en esos temas. ¿Te ha dado información? Sí, por supuesto, despreocupadamente, como parte de una conversación informal durante una transacción. Pero ¿averiguar algo para ti? Eso es nuevo.

¿Más locos como tú? Je... -Se burla el traficante, con una sonrisa de medio lado- No personalmente. Me han hablado de algunos, en realidad es bueno para el negocio. Cuando un tipo con máscara te da una paliza, corres a comprar armas y munición ¿sabes? Dicen que hay un tipo cortando manos con un par de espadas, una pelirroja con palos, un pistolero con un escudo de metal... Hasta me han contado una bonita historia sobre un tío volador con armadura, en plan Robocop. ¿Te imaginas? Pero ninguno de esos tíos se me ha plantado delante para comprar una mierda. -El tipo se encoge de hombros, restándole importancia. Después de todo, no necesita venderles armas si hace que otros le compren.

- Así que hay otros cerca...tendré que encontrarlos - murmuro. Luego miro a mi vendedor y le doy los dólares mientras le digo - Invítate a algo a mi salud, y tranquilo intentaré que te vayan mejor los negocios... Mírame lo que te pedí, lo necesitaré si quiero salir con vida de esta... Gracias por todo y nos vemos pronto...

Dicho esto toca regresar a la base y empezar a buscar noticias sobre los vigilantes que me nombró. Debo localizarlos y cuanto antes, aunque no creo que sea fácil dar con ellos. Me ha dado info y me conseguirá más, eso no está nada mal. La noche ha sido productiva aunque podría haberlo sido mucho más.

Me levanto y saludo a la chica con un leve gesto de cabeza sin que me vea la cara directamente mientras salgo, arranco la moto y salgo en dirección a mi casa. Por si acaso antes doy varios rodeos por si algún mal nacido me sigue y me quiere joder. Hay que tener cuidado con la escoria sobre todo si aún tienes algo que perder...

Wallcourt se queda pensativo mientras hablas. Con la mirada perdida en sus propios pensamientos, le da un trago a su cerveza, y sólo reacciona cuando te pones de pie, alzando una mano con el índice extendido, como si quisiera añadir algo más.

Sí, claro, te daré un toque cuando tenga algo, pero oye... -Llama tu atención, indicándote que te acerques de nuevo un instante. Se inclina sobre la mesa y te susurra algo más- ...podrías probar a echar un ojo por los muelles, mientras tanto. -propone, mostrando una tenue sonrisa- Antes me llegaba material por ahí, y ahora parece que el suministro se ha cortado. No me entiendas mal, no te lo digo "sólo" porque me esté jodiendo parte del negocio. Creo que algo se cuece por allí, ¿sabes? Igual es algo que resulta de... interés común, no se si me entiendes. -Te indica con complicidad, señalándose el pecho y tu rostro alternativamente con el dedo, antes de recostarse de nuevo en su asiento encogiéndose de hombros- Además, ¿quién sabe? Lo mismo alguno de esos colegas disfrazados tuyos decide pasarse a investigarlo también, y podéis montar una fiesta de pijamas, o algo...

Aquel tipo de bromas son más que habituales en Bryan, quien más bien parece sufrir de incontinencia verbal, incapaz de evitar soltarlas. Has llegado a la conclusión de que no lleva mala intención con ellas.

Sales del Liam's despidiéndote de la camarera, que no reacciona más allá de quedarse mirándote con cierta desconfianza, y coges tu moto asegurándote de que nadie anda tras tus pasos. Aún así, das algunas vueltas por las calles, tratando de comprobar que nadie te sigue. Ahora tienes dos destinos distintos, a elegir: o te vas a casa a investigar desde tu ordenador, o visitas los muelles para una patrulla nocturna. En ambos casos, nada te garantiza que logres sacar nada en claro, pero algo tienes que hacer.

Mientras doy vueltas decido que la noche aún es joven y los muelles pueden ser un buen sitio para comprobar si hay algún enemigo que pueda seguir y enterarme de qué va la fiesta realmente. Aunque si no puedo seguirlo siempre puedo capturarlo e interrogarlo al estilo medieval. Con un poco de tiempo y cuchillos afilados puedo hacer milagros...pero si tuviera una prensa o un martillo neumático de forja...con eso podría sacar palabras hasta a un mudo.

Acelero y me dirijo a los muelles, cuando estoy cerca de la zona decido aminorar la marcha para pasar desapercibido y evitar demasiadas miradas en mí. Lo principal es que el ruido de mi moto no llame demasiado la atención. Me gustaría esconderla pero decido que es mejor que me acerque lo máximo con ella por si tengo que entrar a lo kamikaze o salir cagando hostias. La moto está limpia ya que la he robado en un desguace, la limpié a conciencia y añadí algunas cosas para que pudiera valerme pero todas compradas en diferentes sitios y pagadas en metálico. La paranoia para estas cosas es alta, no puede haber nada que les dirija a mí o a los míos. No sólo me juego mi vida en esto.

No sé que coño voy a encontrarme...es mejor prevenir cualquier situación.