Partida Rol por web

El hombre maneja mientras te dice que conoce el lugar justo. Conduce por la ciudad por varios minutos hasta llegar a la zona turísitica de la isla. De ahí llega a una calle en particular bastante concurrida con un bar medianamente discreto pero de aspecto lujoso.

Pagas al hombre y bajas, a ver con qué te encuentras. A pesar de toda la gente que caminaba, una reducida parte entraba al lugar, aunque tampoco eran escasos. Al parecer te encontrabas en el centro del distrito turístico.

Entras al establecimiento para ver con qué te puedes encontrar. Dentro una luz de color te baña. Al igual que en el hotel, el verde era el tema del bar. Pero este no era un tono que recordaba a la naturaleza, sino a algún tipo de brebaje, posiblemente alcoholico o venenoso, aunque también era más relajado que algún rojo o azul.

Las mesas eran pequeñas y en lugar de sillas había pequeños sillones que parecían cómodos, a pesar del tamaño. La barra, en cambio, era alta y larga, con suficiente espacio para más de 15 personas en fila. Todavía no había mucha gente, pero sospechabas que pronto esto se llenaría.

Bien, pues aquí estamos. Comienza el espectáculo
Camino con movimientos felinos hasta la barra.
Allí me siento en uno de los taburetes altos y hago una seña al camarero. ¿Puedes ponerme una cerveza?... Gracias, cariño. - Le guiño un ojo y le sonrío - Qué tranquilo está esto aún, ¿no?. Espero que la cosa se anime pronto... ¿Suele venir mucha gente local por aquí? ¿o sólo turistas?

Uno de los barmans cumple tu pedido. -¿Empezamos ligero?- Pregunta con una sonrisa. -A esta hora la gente está comiendo todavía. Ya van a llegar. Te prometo que para entonces todo empieza a ponerse mejor.- Te asegura sin dejar de mirarte a los ojos. Un profesional. -Generalmente turistas más que nada. Los locales preferimos algo más tranquilo, ya nos conocemos la isla.-

¡Oooh! ¡Qué pena! Yo esperaba encontrarme con gente local, ¿sabes?. Los norteamericanos no saben bailar como los que tenemos sangre latina. Seguro que sabes de lo que te hablo. La sangre latina. - cada vez que pronuncio esa palabra me siento más sedienta e impaciente... - ¿Hace cuánto que no me alimento? ¿una semana ya?... - tan impaciente que empiezo el juego sin poder evitarlo, quizás demasiado temprano. Continúo sin detenerme - Ese fluido vital que nos recorre como fuego y nos hace ser tan ardientes.

Digo jugueteando un poco con la botella de cerveza y con el ratoncito.

Me decepciona un poco que me digas que los locales preferís sitios más tranquilos yo venía buscando un poco de fuego. Pero está claro que me he equivocado de sitio, ...y de persona.

Durante la conversación hago una entonación ligeramente sutil (más sutil que lo que parece leyéndolo) en las palabras en cursiva. Excepto la última frase esa la susurro como si hablara conmigo misma pero procurando que sea perfectamente audible por el camarero.

Para aplicar esta sutileza a la entonación, tiro de mis recursos interpretativos de actriz.

El tipo te mira extrañado unos segundos al escuchar tu extraña entonación en algunas palabras, pero no le presta mucha atención. -Bwouya es chiquita, no hay muchas cosas nuevas que nos pueda ofrecer.- Te dice luego del incómodo silencio. -Aunque en temporada alta si hay varios que se tiran a estos lugares, buscando turistas. La carne importada es mas jugosa para algunos.- Finalmente se disculpa y te dice que tiene que atender a otros clientes, pero si necesitas algo más que llames.

Aprovechas a mirar a tu alrededor y te das cuenta que en los minutos que estuviste hablando con el tipo el bar se fue llenando poco a poco. Ahora había notablemente más gente, todos vestidos a la moda y todos de diferentes etnias y colores, una vez más se notaba que estabas en el centro turístico de la isla.

Menudo estúpido - Pienso para mi misma - Él se lo pierde. Ahora a buscar una presa mejor. Si puede ser un turista, esos pueden ser un buen objetivo, siempre que no se escape de las manos la alimentacicón.

Echo un vistazo a mi alrededor con la cerveza en la mano. Evalúo a los presentes. Busco alguna presa fácil. Algún turista entre un grupo de hombres jóvenes o alguien que haya llegado solo. Alguien que aparente suficientemente seguro de si mismo como para creer que él ha dado el primer paso.

Tomo nota de aquellas personas que destaquen sobre el resto o llamen mi atención.

Un vez he encontrado a la presa apropiada. Me dirijo hacia él con un caminar sensual. Paso por su lado sin siquiera tocarle pero cuidando que se crucen nuestras miradas mientras le dirijo una sonrisa. Después me siento en cualquier punto del local, teniendo cuidado de que el chico pueda mantener línea de visión conmigo. Me paso una mano por el pelo y finjo estar ensimismada.

Te acercas a uno de los jóvenes que parece estar con un grupo de amigos bebiendo y enseguida ves como capta las señas que le haces. Al sentarte, sin embargo, tienes que esperar un par de minutos a que venga a buscarte, solo una vez que ve que no vas a pasar nuevamente.

Una vez que se separa de su grupo de amigos se da vuelta y camina hacia vos, intentando imitar un paso que no quede demasiado ridículo. En su camino mira para los costados un momento y finalmente le hace señas a uno de los mozos que lleva las bebidas. Le entrega un billete y finalmente se separa de él para llegar a tu mesa. -¿Por qué tan sola?- Te pregunta con una sonrisa. -¿Puedo ofrecerte algo de tomar?- Todavía no se sienta, esperando tu respuesta.

Cita:

Claro... estoy sola porque mis amigas no han querido venir a divertirse conmigo

Le digo dedicándole una sonrisa.

No pareces de por aquí, ¿tú también estás de turismo? ¿Llevas muchos días?

Le pregunto para establecer conversación mientras me hago a un lado y le invito a sentarse junto a mi

El joven levanta una ceja mientras se sienta a tu lado. -¿En serio nadie te quiso acompañar? Que raro...- Dice sinceramente extrañado por tu explicación, pero tampoco parecía importarle mucho. -No, yo soy de California, llevamos un par de día aca en Bwouya con los muchachos.- Te dice mientras apunta con la cabeza al grupo de amigos del que se separó.

En eso llega el mozo con una cerveza y dos vasos mientras el pibe te pregunta tu nombre. -¿Esto está bien? ¿O querés que te pida otra cosa?- Pregunta después de el mesero abra la botella.

Esto está bien para empezar...

Le digo a Johnny guiñando un ojo cuando me pregunta por la cerveza.

¿Venís mucho por aquí? Quiero decir, ¿conocéis bien Bwouya o es la primera visita?

El tiempo pasa mientras hablas con Johnny. Al principio le extraña que no toques tu cerveza, pero a medida que van hablando se va olvidando del detalle. Finalmente, después de un par de horas, el joven saca su billetera del bolsillo y se dispone a pagar las copas que no tomaste. -¿Te parece si te invito a un lugar más cómodo?- Te pregunta. Bastante cliché, pero ambos sabían qué era lo que quería, así que no había necesidad para juegos más complicados.

Acepto la invitación de Johnny pensando para mis adentros que cada vez los niños ricos estadounidenses son más mojigatos, porque me han hecho falta 2 horas de charla insustancial para que el niño rico me invite a su hotel.

Le sigo hacia lo que de verdad espero que sea su lugar para "rematar" la noche. Mi intención es alimentarme al fin de él camuflado "el beso" entre los besos y mordisquitos de pasión, además, sé que él disfrutará el beso tanto como el coito o incluso más.

Si llega el caso, le obligaré a utilizar protección. No porque la necesite, obviamente, pero porque no quiero que sus fluidos me lleguen siquiera a tocar. En realidad, uso mis instrumentos para alimebtarme del niño, pero siento por él un profundo desprecio.

El joven paga y te lleva fuera del bar hasta un auto aparcado cerca. -Los demás se van a tener que apretar en el otro.- Te dice con una sonrisa mientras sube al siento del conductor y te abre la puerta del acompañante desde adentro. El coche no era una maravilla, pero debía ser lo que alquilaron en la isla. Tampoco era un Renault 12, así que dentro de todo estaba bien. En todo caso, solo tendrías que aguantarlo por unos minutos hasta llegar al hotel.

El viaje fue bastante corto, el hotel estaba cerca del centro del distrito, pero ningún hombre llevaría a una mujer a pata teniendo un auto para alardear. El lugar donde Johnny se hospedaba era un 3 estrellas, poco lujoso pero bastante bonito y cómodo dentro de todo. Parecía más algo familiar que para un grupo de amigos, pero la distancia hacia el centro lo hacía perfecto para jóvenes que se quedaban hasta la mañana despiertos.

Johnny te escoltó hasta la habitación en el primer piso mientras hablaban. Abrió la puerta y te encontraste con una habitación medianamente limpia. Al parecer los muchachos sabían que podían llegar a traer alguna mujer y limpiaron todo de una forma que paresca estable antes de salir. -Aquí estamos.- Declara el joven mientras señala una silla. -Ponete cómoda, te voy a traer algo de tomar.- Y empieza a buscar bebidas en el minibar.

He perdido demasiado tiempo con este chico. Yo que pensaba que un chico joven estando de turismo no perdería el tiempo ni me haría perder el tiempo a mi, me he encontrado con un chaval lento en las decisiones e inepto en entender las indirectas.

No queriendo perder más tiempo me acerco por la espalda al chico cuando está intentando recoger algo del minibar y le paso un dedo juguetón por la espalda.

Creo que ya hemos bebido suficiente. Los dos sabemos que hemos venido a hacer aquí y no me gustaría que el alcohol afecte a tus facultades.

Le digo juguetona invitándole a pasar a la acción.

Durante las relaciones (con precaución) disfrazo como producto de la pasión entre otros mordisquitos menores el beso de la vitae y bebo de él suficiente sangre para recuperar fuerzas pero no tanta como para vaciar sus reservas más allá de que los síntomas sean un dolor de cabeza durante los próximos días fruto de la anemia. También tomo medidas y lamo la herida para cerrarla y no dejar rastro.

Después, espero a que el chico se duerma, lo cual no será difícil dada la leve pérdida de sangre y el cansancio físico, me visto, salgo de la habitación, cojo un taxi y regreso a mi hotel para recuperar el tiempo perdido.