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Cita:
En el año 1118,vel caballero francés llamado Hugo de Payens y el caballero flamenco Godofredo de Saint-Adhemar
, decidieron impulsar la fundación de una orden monástica cuya finalidad era la la custodia de los Peregrinos y a la guarda de los peligrosos caminos que conducían a los lugares de Peregrinación. La denominaron
Orden de los Pobres Soldados de Cristo
.
Según Jacobo de Vitry:
Algunos caballeros, elegidos por Dios y ordenados a su servicio, renunciaron al siglo y se consagraron a Cristo.
Mediante solennes votos pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a loa peregrinos contra ls salteadores y los ladrones, a proteger los caminos y a servir en la caballeria al Rey Soberano.
Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia, según la regla de los canónigos regulares.
Sus jefes eran dos hombre venerables: Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer.
En un principio, quienes tomaron tan santa decisión eran solamente nueve y durante 9 años sirvieron con ropas de seglar y se vistieron con lo que los fieles les dieron en limosna. El Rey, sus caballeros y el señor Patriarca se compadeciron de aquellos nobles hombres que habian abandonado todo por Cristo y les concedieron algunas propiedades y beneficios para atender sus necesidades y las de las almas de los donante.
Y como no tenian Iglesi o vivienda que les pertenciera, el rey los alojo en su palacio, cerca del templo del Señor.
El Abad y los canónigos regulares del templo les dieron, para las necesidades de su servicio, un terreno no lejos del palacio: por ese motivo se les llamó más tarde Templarios.
El 14 de enero de 1128, en la Catedral de Troyes, se encendiero los cirios y pronto fueron llegando los convocados:
En el Concilio Hugo de Payns expone las reglas de la Orden, qe se puede decir que seguia la regla de San Agustin. Del Concilio sale una nueva Regla, muy influenciada por Bernardo de Claraval, siendo una regla de corte Cisterciense, y consta de 72 Articulos: El Rey Balduino II, había asentado su palacio en una Mezquita, que se había construido sobre la ruinas del Templo de Salomón y los
Pobres compañero de Cristo
ocupaban un patio contiguo.
En 1119, Balduino II, cambia su residencia a la
Torre de David
y los Pobres Compañero de Cristo, pasan a ocupar toda la mezquita que se levantaba sobre las Ruinas del templo de Salomón, pasando a denominarse, del:
Templo
y a sus caballeros Templarios.
Estos nueve fundadores eran:
La
Cruz de la Ocho Beatitudes
se adopto durante el maestrazgo de Roberto de Crayons. La cruz se adapta a un Octogono (8).
En la Edad Media, aparece un arraigado y exacerbado sentimiento religioso.
Este sentimiento religioso, se une al ideal de la Caballería, de defensa de los más desfavorecidos y lucha por nobles causas.
La Iglesia, introduce conceptos como
La paz de Dios
,
La tregua de Dios
e iluminados como
Pedro el Ermitaño
predican y encandilan a las muchedumbre con la
Recuperación de los Santos Lugares
.
Las peregrinaciones a
Roma
, empiezan a ser sustituidas por las peregrinaciones a
Jerusalén
y
Santiago de Compostela
.
Los peregrinos estaban sometidos a la voluntad de los saltadores, al cobro de los Portazgos de los distintos reinos y los ataques de las alimañas. La toma de Jerusalén por los turcos, provoca la reacción del Papa Urbano II, que proclama el Concilio de Clermont (1905), donde expone las vejaciones a las que son sometidos los peregrinos y los peligros que amenazan a los Cristianos occidentales.
Urbano II, inicia el discurso con la frase
"Deus Vult"
(Dios lo quiere). Los principes y reyes de Europa, se adhieren al llamamiento y queda convocada la I Cruzada.
La I Cruzada se dirige a Jerusalén y lo toman en 1099. Se constituyen: los Condados de Edesa y Trípoli, el Principado de Antioquía y el Reino de Jerusalén.
En 1100, se proclama como
Rey de Jerusalén
a
Balduino I
Al regreso a Europa de Hugo de Payens, recibio la ayuda de Bernardo de Caraval, que intercedio a su favor ante el Papa y determinadas Cortes europeas.
Como resultado de estos contactos, se convoco en Francia el Concilio de Troyes, redactandose las Reglas de la Orden del Temple. Las Reglas de la Orden eran una adaptación de las de San Benito, adaptadas a la versión reformada por los Cistercienses
Se adopta el hábito blanco, y posteriormente se le añade la cruz roja.
A la Orden del Temple se le conceden las Bulas:
Como se puede mantener la idea de que renegaban de Cristo, cuando entraban en la Orden de los Compañeros de Cristo.
Reinaldo de Châtillon (c.1125 - 4 de julio de 1187) fue un caballero francés que participó en la Segunda Cruzada, y permaneció en Tierra Santa tras el fracaso de la misma. Fue príncipe de Antioquía de 1153 a 1160, gracias a su matrimonio con la heredera del principado.
Era un hijo segundón de Enrique, señor de Châtillon, descendiente de una familia de la nobleza media de Champaña, a la que también perteneció Eudes de Châtillon, papa Urbano II. Se unió a la Segunda Cruzada en 1147 para buscar fortuna. Entró al servicio de Constanza de Antioquía, cuyo primer marido había muerto en 1149, y se casó con ella en secreto en 1153, sin consultar al señor feudal de Constanza, el rey Balduino III de Jerusalén. Ni Balduino ni Aimery de Limoges, Patriarca Latino de Antioquía, vieron con buenos ojos el matrimonio de Constanza con un hombre de linaje inferior. Gracias a este matrimonio, Reinaldo se convirtió en príncipe de Antioquía.
En 1156 Reinaldo, arguyendo que el emperador bizantino Manuel I Comneno no había cumplido su promesa de pagarle cierta cantidad de dinero, decidió como represalia atacar la isla de Chipre. El Patriarca Latino de Antioquía se negó a sufragar los gastos de la expedición. Reinaldo lo hizo torturar y después ordenó que se le desnudase, se le cubriesen las heridas de miel y se le dejase al sol. Después de un día de sufrir este tormento, el Patriarca aceptó financiar la expedición a Chipre. Las fuerzas de Reinaldo devastaron la isla, saqueando y violando.
Como consecuencia, el emperador Manuel I Comneno emprendió la marcha hacia el principado de Antioquía. Enfrentado a una fuerza muy superior, Reinaldo optó por humillarse: descalzo y andrajoso, suplicó públicamente el perdón del emperador, postrándose ante él. En 1159 se le obligó a pagar tributo al emperador como castigo por su ataque, y se comprometió a aceptar un Patriarca griego de Antioquía. Cuando Manuel visitó Antioquía al año siguiente para encontrarse con Balduino III de Jerusalén, Reinaldo entró en la ciudad conduciendo de la brida el caballo de Manuel, expresando así su sumisión al emperador.
Poco después, en 1160, Reinaldo fue capturado por los musulmanes durante una expedición de saqueo contra los campesinos sirios y armenios de Marash. Estuvo confinado en Alepo durante diecisiete años y sólo fue liberado cuando se pagó la extraordinaria suma de 120.000 dinares de oro, en 1176. Reinaldo regresó de su cautividad más ambicioso y sediento de sangre que nunca. Puesto que su esposa, Constanza. había muerto en 1163, y su hijastro había heredado el principado, contrajo matrimonio con otra viuda rica, Estefanía de Milly, viuda de Hunfredo III de Torón y de Miles de Plancy, y heredera del señorío de Transjordania, incluyendo los castillos de Kerak y Montreal, al sudeste del Mar Muerto. Estas fortalezas controlaban la ruta de las caravanas entre Egipto y Damasco, y permitían el acceso al Mar Rojo. Se hizo famoso por su crueldad, pues a menudo despeñaba a sus enemigos desde lo alto del castillo para que se hicieran pedazos con las rocas que había al pie de la fortaleza.
En noviembre de 1177, a la cabeza del ejército del Reino de Jerusalén, Balduino IV derrotó a Saladino en la batalla de Montgisard. El propio sultán sólo se salvó gracias a su guardia personal, compuesta de mamelucos.
En 1181, violando la tregua que se había firmado entre cristianos y musulmanes, Chatillon se dedicó a asaltar las caravanas árabes que pasaban por las cercanías de Kerak. Aunque Saladino exigió al rey de Jerusalén que castigase a Reinaldo, Balduino IV se confesó impotente para controlar a su vasallo. El resultado fue el reinicio de las hostilidades entre cruzados y musulmanes.
En 1182 Reinaldo puso en práctica un proyecto que había acariciado hacía tiempo: lanzar una escuadra por el mar Rojo para atacar las ricas caravanas marítimas que iban a La Meca e incluso atacar la misma Ciudad Santa del Islam. Hacia fines del año se dirigió hasta Aila, en la cabecera del golfo de Akaba, llevando galeras que había construido con maderas procedentes de los bosques del Moab y que había probado en las aguas del mar Muerto. Aila, que había estado en poder de los musulmanes desde 1170, fue ocupada por él, pero la fortaleza de la isla próxima, la Ile de Graye de los cronistas francos, resistió, y Reinaldo se quedo con dos de sus barcos para bloquearla. El resto de su flota zarpó alegremente, con piratas indígenas como pilotos. Navegaron por la costa africana del mar Rojo, atacando las pequeñas ciudades costeras por donde pasaban, y finalmente atacaron y saquearon Aidib, el gran puerto nubio frente a La Meca. Allí capturaron varios mercantes cargados con riquezas que procedían de Adén y de la India y un grupo de desembarco saqueó una enorme caravana indefensa que había pasado por el desierto procedente del valle del Nilo. Desde Aidib los corsarios cruzaron a la costa de Arabia. Incendiaron las embarcaciones en al-Hawra y Yambo, los puertos de Medina, y penetraron hasta ar-Raghib, uno de los puertos de la misma Meca. Acto seguido hundieron un barco de peregrinos destinado a Jedda. Todo el mundo musulmán fue presa del horror. Incluso los príncipes de Alepo y Mosul, que habían solicitado ayuda franca, estaban avergonzados de tener aliados que hacían semejantes ultrajes a la fe. El hermano de Saladino, Malik al-Adil, gobernador de Egipto tomó medidas. Envió al almirante egipcio Husan ed-Din Lulu con una flota tripulada por marineros marroquíes del norte de África, en persecución de los francos. Lulu corrió primero al castillo de Graye y reconquistó Aila, de donde Reinaldo se había retirado, y después se enfrentó con la flota corsaria en aguas de al-Hawra, destruyéndola y capturando a casi todos los hombres que había a bordo. Algunos de ellos fueron enviados a La Meca, para ser ceremoniosamente ejecutados en el lugar del sacrificio, en Mina, durante la próxima peregrinación. Los prisioneros restantes se los llevaron a El Cairo, donde fueron todos decapitados. Saladino juró solemnemente que Reinaldo no sería perdonado nunca por el ultraje cometido y, de ser necesario, le mataría con sus propias manos.
Ese mismo año, el sultán atacó Kerak, mientras se estaba celebrando en el castillo el matrimonio del hijastro de Reinaldo, Hunfredo IV de Torón, con Isabel de Jerusalén. El sitio fue levantado gracias a la intervención de Raimundo III de Trípoli, y Reinaldo pudo volver a estar tranquilo hasta 1186.
Ese mismo año se alió con Sibila y Guido de Lusignan contra Raimundo III de Trípoli, y su influencia contribuyó a lograr el reconocimiento de Guido como nuevo rey de Jerusalén en detrimento del conde Raimundo. También en 1186 Reinaldo atacó una caravana en la que viajaba la hermana de Saladino, rompiendo así la tregua que se había establecido entre el sultán y los estados cruzados. Aunque Guido le reprendió por su acción, intentando así apaciguar a Saladino, Reinaldo replicó que era señor de sus propias tierras y que él no había firmado la paz con los musulmanes.
En 1187, Saladino invadió el reino de Jerusalén y derrotó a los cruzados en la batalla de Hattin. Tanto Reinaldo como el rey Guido fueron hechos prisioneros en la batalla. El cronista Imad al-Din refiere lo que ocurrió a continuación (en las crónicas árabes Reinaldo es llamado Arnat):
Cita:
Al rey Guido se le perdonó la vida. Estuvo prisionero en Damasco durante un tiempo, y luego se le dejó en libertad.
Reinaldo y Constanza tuvieron dos hijas: Agnes, que contrajo matrimonio con el rey Bela III de Hungría, y Alix, que casó con Azzo V d'Este.
La Orden del Hospital de San Juan de Jerusalém es la más conocida y duradera de todas las órdenes hospitalarias. A pesar de la angustia que provoca a las autoridades religiosas de Europa, pues no tiene ninguna responsabilidad con ellas, la orden siguen siendo el instrumento que establece la leyenda del cruzado como soldado santo de Cristo que construye el ideal del guerrero espiritualizado.
De hecho, algunos de sus miembros serán canonizados o santificados, como Pedro de Imola y San Gerard. Los miembros son, en su mayoría, franceses e italianos, aunque también hay algunos caballeros españoles. Su símbolo es una cruz de malta blanca sobre negro en tiempos de paz, y sobre rojo en tiempos de guerra. Uno de sus principales baluartes, el Crac Des Chevaliers, es uno de los castillos de los cruzados más grandes y mejor defendidos, y alberga a casi todos aquellos que viajan por Ultramar.
En el año 1142, Guillaume Du Crac donó a la orden este imponente castillo, situado sobre una colina volcánica en Kerak, al sudeste del Mar Muerto. En 1193, la orden lo amplió y lo fortificó, y lo ha defendido con éxito a pesar del decadente destino de los católicos en Tierra Santa. En la actualidad, la fortaleza es tan grande que contiene todo un pueblo en el interior de sus muros, con una iglesia y una capilla, acueductos, aljibes, atrios, establos, animados barrios y grandes pabellones.
NACIMIENTO DE LA ORDEN
El Hospital de San Juan ha existido desde la época de Cristo, pero en aquella época sólo servía como un lugar de curación para los peregrinos. En 1099, Gerard (conocido como el Bendito y quien puso en marcha el hospital) permitió el posterior desarrollo de la orden al ayudar a los cruzados a sitiar la Ciudad Santa.
Los Hospitalarios y otros fieles explican una historia casi milagrosa sobre el cometido de Gerard durante el sitio de 1099. Al oír que la ciudad estaba siendo atacada por los cristianos, se apresuró hacia sus muros y se unió a los defensores de la ciudad... aunque en vez de lanzarles piedras, les tiró barras de pan para rellenar las reservas de los cruzados. Las autoridades musulmanas le arrestaron inmediatamente y lo llevaron, encadenado y a rastras, a la corte, pero los testigos de su crimen se quedaron perplejos cuando las barras de pan que habían guardado como prueba se convirtieron en piedras en cuanto fueron presentadas ante el gobernador.
Los esfuerzos de Gerard le concedieron la gratitud de los cruzados además de sus fuertes contribuciones financieras. Ya sea debido a su influencia personal o al entusiasmo generalizado de Europa por las Cruzadas, la nueva orden consiguió un sorprendente despliegue de propiedades en muy pocos años. En 1114, Gerard recibió una provincia entera en Portugal y poco después, territorios en diversos países de Europa Occidental. Además, durante los primeros años del siglo XII, el poder religioso de la orden se incremento gracias a una serie de aprobaciones y privilegios papales que les conferían tal autoridad que los obispos no pudieron continuar prohibiendo las iglesias Hospitalarias.
Hacia el año 1130, el hospicio/enfermería de Jerusalén era tan grande y próspero que tuvo que contratar mercenarios para proteger a los pacientes de los bandidos. En unos años, el sucesor de Gerard, Raymond Du Puy, militarizó el hospital hasta el punto que participó en el deprimente y fallido ataque de Damasco en 1148 y en la consiguiente captura triunfal de Ascalón en 1153. Los Caballeros Hospitalarios destacaron luchando en ambas batallas. Pronto, estos caballeros se hicieron tan militantes y famosos como los Templarios.
LA REGLA HOSPITALARIA
Los Caballeros Hospitalarios, muchos de los cuales entran en la holgada categoría de "seglares santos", al principio seguían una variante de la Regla de San Agustín, pero han empezado a acatar su propia regla. Raymond du Puy y Roger des Moulins, que fueron unos de los primeros Grandes Maestres de la orden, redactaron una regla exclusiva que, con el tiempo, consiguió la influencia necesaria para ser adoptada por una serie de hospitales religiosos. Una adaptación ligeramente tardía de la regla original divide a los miembros en tres categorías: caballeros (fratres mílites), capellanes (fratres capellini) y sargentos (fratres servientes armigeri). Otros se asocian a la orden como sirvientes de las casas que pertenecen a la orden o para trabajar en sus granjas.
En su forma final, la Regla de los Hospitalarios es similar a la de los Templarios, aunque no tan extrema. Los caballeros y otros miembros de la orden hacen el triple voto de castidad, pobreza y obediencia y no pueden tener pertenencias personales diferentes al pan, al agua y la ropa... y esta última debe ser de baja calidad. Sin embargo, a diferencia de los Templarios, los Caballeros de San Juan han decidido afiliarse con órdenes de hermanas hospitalarias, muchas de las cuales trabajan directamente con pacientes. En ocasiones, se afirma que estas asociaciones apadrinan a mujeres guerreras, aunque estas afirmaciones son negadas vigorosamente por las abadesas y las hermanas de las órdenes implicadas.
HECHOS Y BATALLAS
Su servicio en el Este era paralelo al de los Templarios , y el más grande y más famoso de los castillos de los cruzados (Krak de Chevaliers ) fue construido por ellos .
Después del otoño de Acre, se retiraron brevemente a Chipre pero ya habían hecho planes para su nuevo papel.
Durante algunos años habían construido y comandado una flota de naves que proporcionaron suministros al reino Cristiano y comercial, y también contuvo los piratas del mediterráneo oriental.
En 1307 compraron la isla de Rodas y hicieron su oficina principal allí. Continuaron sus funcionamientos navales, fortificaron el pueblo y puerto de Rodas, construyeron una fortaleza por el Gran Amo y un gran hospital para el enfermo.
También se reorganizaron para que se agruparan los caballeros de cada nacionalidad diferente, cada uno en su propia "Posada", y cada uno tenia una responsabilidad por una sección del pueblo y defender su parte de la muralla .
En 1435 Rodas fue atacado por el ejército del Sultán Baybars, pero después del sitio de un mes del pueblo, los caballeros salieron inesperadamente y los pusieron en retirada.
El poder del Imperio bizantino estaba derrotado ( más bien una propia meta por parte de los cruzados que habían saqueado Constantinopla en la Cuarta Cruzada en 1204, debilitando el imperio irrevocablemente ) y, cuando los Turcos tomaron Constantinopla finalmente en 1453, Los Hospitalarios en Rodas era el único fortín cristiano en el este.
En 1480 un gran ejército de Turcos bajo Palaeologos Pasha desembarcó y trató de capturar el pueblo bombardeando las paredes a cañonazos.
Gracias a la dirección inspirada y la planificación cuidadosa del Gran Amo, D'Aubusson, este ataque también fue repulsado por los caballeros, aunque casi la mitad perdió sus vidas en la defensa de su ciudad.
En 1522 fruto de un gran esfuerzo lograron entrar, con los inmensos ejércitos de Suleiman el Magnífico bajo el orden de su Gran Visir, Pir Mahomet Pasha.
El Emperador Carlos V que había sido conocido por su valor aunque incapaz para enviarles ayuda, donó su próxima casa en Malta.
En 1565 ellos fueron atacados una vez más por las fuerzas de Suleiman el Magnífico, ahora un hombre viejo de setenta.
La historia de cómo los caballeros se resistieron al sitio de Malta, bajo la dirección de su Gran Amo, Jean del la Valette, es uno del más emocionante e inspirador de la epoca.
La fuerza diminuta, de quizás 700 caballeros y 1500 hombres, logro derrotar el poderío del Imperio turco gracias a la preparación meticulosa y el valor excelente.