Tras la promesa de Surgat, Pizarro abandonó el templo a paso ligero y con pulso firme sostuvo vizcaína en la diestra y espada en la siniestra y desde lo alto del templo cuando Pizarro se alejó y descendió los escalones os pudísteis mover para ver cómo las flechas indias hendían por mil partes el cuerpo del conquistador sin que éste se inmutara lo más mínimo, sólo dando tajos aquí y allá a medida que algún indio se ponía en su camino, hasta que avanzadas unos cientos de varas los indios dejaron de importunarles.
A medida que trujillano caminaba la yerba, plantas , rastrojos y matojos se marchitaban a su paso y pronto los indios se agazaparon mientras le miraban con pavor.
Fue entonces cuando vísteis un ángel armado con espada que señalaba hacia Pizarro
Al aparecer el Ángel, los indios se arrodillaban y le rezaban, al parecer no eran éstos paganos tal y como se pensaba, sino que sus ángeles tenían nombres distintos.
El Ángel daba a entender que los indios y puede que vosotros mismos, hubiérais fallado en la tarea de impedir el conovocamiento y el advenimiento de los Demonios Guland y Surgat.
La mentira respecto del del templo, las engañifas Pizarrescas y Almagrescas, el ritual en el campamento buscando sangre azul, el fuerte olor que les acompañaba a Pizarro y Almagro, el ataque indio tan perseverante y tan cruento... ¡ no protegían el oro! ¡querían impedir que llegáseis al templo y se produjese el convocamiento!
Pero todo ha sido inútil...
A medida que os alejábais del templo, los indios os dejaron estar pero al no recordar el camino de vuelta os acompañaron hasta su aldea en la base de la montaña tras atravesar ésta nuevamente.
Al llegar a la playa y ver que el barco había zarpado con el mismísimo Pizarro a bordo y sólo unos pocos hombres, no os cupo duda de que Pizarro hablaría de desastre, de que nada se encontró. Quizás unas pocas piezas de oro para tener la excusa perfecta para volver.
Tampoco os cupo duda de que Pizarro volvería, puede que con pocos hombres pero triunfaría y conquistaría el dichoso Birú que tanta sangre y sufrimiento os había costado. Aún quedaban muchas interrogantes como por ejemplo cómo conocieron de la existencia del templo en el Birú, porqué ese templo, de dónde sacaron los macabros conocimientos, ¿quizás de un Grimorio?
En cierto modo poco importaba, tuvísteis que quedar un año entre indios hasta que una pequeña barcaza castellana fondeó cerca y os embarcó rumbo a Panamá y de allí de incógnito a Cuba, donde tomásteis el primer barco de vuelta a Castilla.
Durante el viaje de vuelta a Castilla casi enloquecísteis por todo cuanto habíais visto, tal fue así que llegásteis a Sevilla siendo una sombra de lo que fuísteis, allí los tres os despedísteis, unos al Norte y otros quedarían al Sur, pero lo que siempre compartiréis hasta el día de vuestra muerte será la visión en sueños de un cuerpo de demonio con la cara de Pizarro que amenazaba con mataros si a alguien contábais su secreto.
Tiempo después supísteis que Pizarro volvía a Birú, pero esa es otra historia....
FIN