Partida Rol por web

Camino a la inmortalidad

Introducción en Vilhon

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17/08/2013, 15:06
Director
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Todos en el precario recinto se retiran. El general comunica a uno de los soldados, que esperará paciente al otro lado de la puerta a que acabes, que te acompañe hasta donde el aguarda.

Te acercas con las debidas precauciones. El hombre está en un estado entre el delirio y la inconsciencia por lo que pocas respuestas obtienes a tus preguntas. Por si fuera poco no dispones de materiales para tratarlo con medios convencionales y tus conocimientos sobre los males que pueden estar afectándole no son suficientes, quizá si dispusieras de tus conjuros podrías intentar curar aquello que, por sus síntomas, parece una enfermedad virulenta.

Es inhumano dejar al moribundo así (aunque por ahora, a tu parecer, está estable) pero poco más puedes hacer con aquellos recursos.

Notas de juego

La incapacidad de curarle por medios naturales y el tu pensar que está estable es objeto de tu tirada de sanar. Lo menciono por posibles conflictos si pasara algo fuera de lo normal, evitar recriminaciones. XDDD Si deseas hacer algo más con él dilo.

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17/08/2013, 15:33
Director
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En la subasta, a la cual llegas a mitad, ves a dos tipos trajeados con túnicas y adornos de oro, parecen comerciantes curiosos que pujan por alguno de los artículos que ofertas. Todos y cada uno de los esclavos acaban vendiéndose por una suma decente. Al terminar tu socio te tiende una bolsa con 135 monedas de oro. De la que deduces que ha retirado su parte. Al tiempo te pregunta -¿Cuando podrás traer la mercancía decente? Tengo un par de clientes que están muy interesados.

 

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18/08/2013, 15:34
Av'Alax Mythrain Baenre
Sólo para el director

Sopesó la bolsa, calculando el oro que contenía a partir del peso. Asintió levemente con la cabeza y la guardó en uno de los bolsillos de su túnica. Tendría que bastar. De cualquier forma sólo quería ese dinero para invertirlo de nuevo. Miró de soslayo al advenedizo mercader. Por un momento se sintió tentado de rajar su vientre por dirigirse a él con tanta ligereza, pero se lo pensó mejor. Aún podía ser de utilidad... Por no decir que, tal vez, estuviera dentro de la red de Samael. 

-Habla con tus clientes y diles que la mercancía de lujo será presentada convenientemente en dos días. Va a haber una gran fiesta para presentarla, "socio". Ya te daré los detalles si estás interesado. Sólo para clientes verdaderamente pudientes. Quizá podamos beneficiarnos ambos. Yo de tus contactos y tú de mis ventas. Dinero fácil, ¿cierto?

No aguardó la respuesta del comerciante. Si aún conservaba una costumbre de sus días como "príncipe", sin duda era aquella. Por el momento había sido una noche y un día agotadores y llenos de sorpresas. Empezaba a sentir la cabeza embotada y los párpados pesados... Hora de descansar. Regresó al barco y, tras asegurarse de que todo andaba correctamente, cerró a cal y canto su camarote y se dispuso a sumirse en un reparador sueño.