Partida Rol por web

Hitmol, Ellidian, veo que estos meses os han tratado bien. apunta el explorador y acercándose a saludarles con un abrazo.

En la pirámide no recuerdo a nadie sensato... apunta. Y menos aún en los integrantes que faltan, así que mejor acerquémonos y demos una sorpresa a nuestros compañeros. tras lo cual se sube el paño que suele llevar cubriendo su rostro.

Al acercarse al aparato que observa receloso Hitmol, Reshark ve que se trata de una grúa de madera anclada en un pequeño muelle sobre el lago, tampoco muy grande. La grúa sostiene lo que parece una enorme campana de metal invertida, con un par de ventanucos redondos con cubierta de cristal. El fondo del aparato está abierto, de tal manera que el agua, ¿cómo van a hacer para que no entre al meterlo en el lago?

El mago se mantiene tenso ante el intento de abrazo del explorador, tendiéndole la mano para evitar el contacto físico - No, nadie sensato - reconoce el semielfo socarronamente - ni siquiera el guía - completa en un intento de broma

Tras sus palabras se acerca rápidamente al extraño vehículo. Si bien sigue sin muchas ganas de ingresar al mismo decide que "eso" es mejor que la costumbre tan humana aferrarse unos a otros como muestra de afecto.

Al observar el fondo abierto mira al gnomo en un claro gesto interrogatorio antes de preguntar - Parece que seremos uno más, pero... donde se supone que nos ubicaremos? -

Dentro, claro, responde Thelonius. La magia de los gnomos nos permitirá respirar hasta que abandonemos el... navío.

De todas formas no vamos a poder respirar demasiado con lo apretados que vamos a estar, me parece que lo hicieron para otra talla

Meneo la cabeza algo preocupada aunque al final me encojo de hombros

tampoco tiene sentido estar esperando, asi que vamos a ello

Esto está hecho por gnomos... y nuestros amigos han descendido a las profundidades tranquilamente en ello... y ahora vamos a hacerlo nosotros, ¿no? pregunta Reshark, tras lo que se encoge de hombros y se dirige junto al resto hacia la campana de metal con una mirada de preocupación en su rostro.

-¡No es magia! ¡Es ciencia! El aire contenido dentro de la campana impide que entre el agua del interior del lago... es complicado de explicar...- dice como si lo hubiera intentado varias veces sin éxito. -En fin, sí, si estamos menos tiempo que antes, habrá aire de sobra para todos vosotros y yo. ¡Adelante! Vuestros amigos podrían estar en problemas.- y e el primero en subir al transporte.

Vais accediendo uno a uno al interior de ese aparato al que el jefe de los gnomos, Kilinin, llama el Poterna I. Os sentís en el interior de una enorme campana sin badajo, con la excepción de que un banco de metal que ocupa todo su diámetro os permite sentaros. La circunferencia del agujero del suelo es de menos ancho que el propio aparato, dejando así que podáis apoyar los pies, pero haciendo imposible entrar o salir del aparato más de dos personas a la vez.

Con un brusco tirón, el trasto comienza a elevarse y dirigirse con el esfuerzo de la grúa hacia el agua. Cuando empezáis a ser descendidos bamboleándoos sobre la superficie del lago volvéis a tener miedo de que el agua inunde el aparato. Miráis a Kilinin pero este no parece preocupado. Y en efecto, cuando el Poterna toca el agua alguna gotas salpican vuestras botas pero ¡increíble! El agua no entra.

Imagináis que la misma fuerza del peso del aire por la que el agua de los ríos y del mar, las casas y la personas no caen hacia el cielo, sino que se mantienen pegadas a la tierra debe tener algo que ver. Muy curioso.

La luz se reduce hasta oscurecerlo todo y los oídos se os taponan pero eso también parece ser normal, a juzgar por Kilinin. Cuando la situación es lo bastante incómoda, la gnomo os anima a mirar por las ventanas del aparato y observar el agua. Al principio cuesta distinguir nada, pues el lago está revuelto y el lodo levantado os impide ver bien. Pero poco a poco empezáis a distinguir los contornos de las rocas de la cercana orilla e incluso ¡peces! Alguna trucha curiosa pasa no lejos del Poterna nadando entre restos vegetales y arenosos de todo tipo que flotan en el agua.

Thelonius indica con un gesto de a la gnoma que para el caso es lo mismo y dice: cualquier ciencia suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Eso lo dijo un sabio del que una vez leí un libro, Asimov, creo que se llamaba.

Lo que importa es que respiramos y no nos mojamos. ¡Mirad!, ¿qué es eso?

- No, no... no mezcleis la magia con lo que los gnomos llaman ciencia. Con mucho estudio y algo de capacidad cualquiera es capaz de realizar un conjuro sencillo... claro que los que no son tan sencillos... - repentinamente el mago se calla, sorprendido de haber reconocido "algo" respecto a la magia

"Suerte que Urik no me escucho... pretendería que le enseñase" se dice a si mismo antes de cambiar de tema mientras observa la abertura cerca de sus botas - Así que por allí deberemos salir... - comenta tratanbdo de imaginarse como funcionará su magia bajo el agua.

Sin respuestas claras, lo cierto es que nunca antes lo ha intentado, trata de distraerse mirando por las ventanas para no pensar en lo dificil que será respirar bajo el agua... por lo menos sin la poción que hancomprado y repentinamente señala en la misma dirección que Thelonius sin querer reconocer que la situación lo está sorprendiendo más de lo que hubiera creído posible

Reshark estaba callado y sumamente pálido.

Él era un hombre del desierto, acostumbrado a las grandes extensiones de dunas y arenas y al abrasador sol sobre sus ropajes, no se sentía cómodo en esa campana de metal con cientos y cientos de litros de agua a su alrededor, fiándose solamente de un gnomo que les decía que aquello no era magia.

Si estaba allí, era porque sus antiguos amigos podían estar en problemas, pero la sensación de aprisionamiento estaba empezando a hacer mella en él por lo que, cuando sus compañeros señalaron en una dirección, el no dejo de mirarse los pies ya que ni les escuchó.

De repente Thelonius observa algo al mover la cabeza. Le parece un cambio de color en las rocas al principio y la desorientación no le ayuda, pero allí al fondo del lago, donde estará pegado al monte, hay una oquedad o agujero de buen tamaño oculto por las nubes de polvo. ¿La entrada de una cueva?

De hecho, Hitmol aprecia algo más: una cuerda yace sobre el lecho del lago, una punta a una veintena de metros de vuestra posición y el otro extremo desapareciendo en el interior de la cueva.

Kilinin también lo ve cuando se lo señaláis y asintiendo, se aupa a la parte alta de la Poterna y da varios golpes al techo metálico, cerca de donde está atada la cuerda que os sostiene, en una suerte de código de señales. El aparato comienza a moverse de golpe, a trompicones, cada uno de ellos obedeciendo a nuevas señales acústicas de la gnoma. Por fin, habéis quedado cerca del cabo de la cuerda, que es lo más cerca de la caverna que parece posible que os lleve el aparato.

-Esa es la cuerda que usó vuestro amigo el grandullón, la ató en algún punto dentro de la cueva y la trajo aquí para que vuestros amigos la usaran como guía. Pero como os digo, aun así el mediano parecía tener problemas cuando desaparecieron por la entrada...-

¿Qué tipo de problemas? pregunta Thelonius.

La mera mención de su amigo Ulrik en problemas, sirvió para que Reshark saliese de su ensimismiento, agitando levemente la cabeza. ¿Ulrik, en problemas? preguntó. Quizá le costó aguantar la respiración... trató de aventurar mientras se disponía a incorporarse. No perdamos un segundo, entonces. ¿Cómo salimos tras ellos?

- Bueno... para eso compramos la poción de respirar agua - comenta mientras saca el vial de entre sus ropajes - Con lo que salió no tiene sentido no usarla - agrega pensando en el cetro que entregó para conseguir la misma

Destapando con cuidado la pócima observa el liquido de su interior antes de comentar - Es difícil precisar la duración, pero si ellos llegaron, aunque sea con problemas, deberíamos tomar solo un sorbo antes de seguirlos. Eso debería alcanzar - añade aparentando más seguridad de la que realmente siente

-Sí, parecía costarle más que a los otros avanzar, sus brazadas son más cortas.-

Tomáis cada cual su parte de la poción, repartida con cuidado por el buen ojo de Hitmol y os disponéis a sumergiros para avanzar hacia la entrada de la cueva. Al pisar el fondo lacustre lo notáis blando y arenoso, un poco pegajoso por los restos acumulados de cientos de años de restos biológicos depositándose.

- Pues vamos - Sin gustarle demasiado la sensación de encierro quehay dentro de la cáosula, el mago, una vez tomada su poción, asegura su odre y verifica que su daga se encuentre a mano en su cintura

Tras respirar profundamente,pero seguro de los beneficios del conjuro, se deja caer en el agua, mirrando a su alrededor y esperando que sus compañeros lo acompañen... y encabecen la marcha