Partida Rol por web

Al terminar las compras, os reunís en la plaza de Fuentemañana, un lugar popular en Rohín Bernare por ser punto de encuentro de bardos, juglares y artistas en general para repartirse unas monedas de los visitantes. La cantidad de gente que pasea por las calles deja bastante claro que habéis llegado en una buena semana para vuestros negocios, pues está repleta de comerciantes, pero también de mercenarios, marineros y soldados de fortuna. Sin embargo, esto va a suponer también un problema. Pasáis horas buscando alojamiento, casi hasta el anochecer, pero no hay una sola cama libre en toda la ciudad, aparentemente. Estáis empezando a valorar el pedir alojamiento en un establo, cosa que alarma a Thelonius y deja indiferente a Jathor.

Sin embargo, antes de dar ese paso decidís que es hora de cenar algo; sin duda os lo habéis ganado. Pertrechados con vuestras compras entrásis en "El Hogar de Esmarelda" un lugar sólido y bien ubicado cerca del puerto del que os han hablado muy bien y cuya tarta de boniato es famosa en toda la ciudad, incluso alrededores.

El lugar, como esperábais, está atestado pero bien organizado. El dueño y su camarera dirijen a la gente con absoluta coordinación y cortan cualquier conato de alboroto rapidamente. Se nota que tienen mano con los clientes, amén de un par de forzudos ayudantes que lo mismo trasladan mesas que acompañan, con amabilidad y manos enormes a los borrachos a la calle.

El detalle más extraño del local reposa en la barra del bar. Se trata de una enorme pecera llena de agua, arena, algunas piedras.. y un pez. Un gran pez de colores. Una extraña decoración para un lugar así, pero le da un toque interesante que sin duda los clientes aprecian.

Por supuesto, habéis pedido ver al dueño y probar suerte. El hombre, un caballero serio vestido de negro que se ha presentado como Javius Noll, niega con la cabeza.

-Lo siento.- dice lacónicamente y mirando a la mesa, dando la sensación de ser esta la quincuagésima vez que lo dice -pero no tenemos nada libre. Ninguna habitación libre. De verdad que lo siento.-

En ese momento, la camarera pasa justo por detrás y se detiene al escuchar a su jefe. -Oh vamos.- murmura.

Él se vuelve hacia ella y severo le espeta -¡Ya, Morna, ya está bien!-

-¡Pero es que es verdad, Javius! ¡Podríamos probar! Fíjate en ellos, parecen gente valiente. ¿Lo sois, verdad?- no hay coquetería en su voz, sino que parece estar haciendo una pregunta sincera.

Tras horas buscando alojamiento, Hitmol empezaba a cansarse de andar de un lado a otro, arrastrando los pies cansinamente y esperando que un abandono a última hora les permita dormir en cómodas camas durante esa noche. Sin embargo, pese al intenso deseo del mago el grupo parece destinado a dormir el cualquier caballeriza o, aún peor, al raso en las afueras de Rohín Bernare. Por tanto, el encontrar un lugar donde tomar asiento y cenar es por lo menos un pequeño alivio. Mas no podían desaprovechar la oportunidad de preguntar en ésta nueva posada.

Pero nada. Otra posada completa. Llena hasta los topes. Repleta de gente. Existían cientos de sinónimos para significar que allí tampoco tendrían una agradable estancia donde pasar la noche.
- ¿Probar qué?- tal vez otro hubiese preferido contestar primero diciendo que era un grupo de valientes, pero Hitmol prefería saber primero a qué se iban a enfrentar, fuere lo que fuere. Que estuvieran desesperados no quería decir que fuesen a aceptar cualquier cosa, y menos alguna alocada idea de una camarera.

Urik tantas vueltas por la ciudad le entusiasmaban , gente , jolgorio y olores familiares. Pero ya que estaban en una ciudad preferia dormir en un catre , nada lujoso pero al menos un catre, dormir al raso estaba bien , pero el hecho de dormir en un colchón , tapado con una manta era lo que necesitaba . Así que bueno la propuesta de la camarera de probar algo era por lo menos interesante despues de comprobar que el alojamiento estaba complicado en la ciudad .

La pregunta que iba a formular , la formulo antes Hitmol , así que espero la respuesta de la camarera .

Dueño y camarera se miran un instante y a pesar de la severa mirada de Javius conminándola a callar, está claro que la tal Morna no está acostumbrada a desobedecer sus propias sugerencias.

-En realidad, sí tenemos una habitación libre. La habitación del Capitán Nbod. Era un cliente nuestro, el mejor, que tenía una habitación reservada para sí mismo en exclusiva. Pagaba una vez al año a pesar de que pasaba poco tiempo por aquí porque era un lobo de mar, un aventurero que cuando volvía de viaje pasaba a veces días enteros en su habitación, sin salir ni para comer; la comida me la dejaba sin tocar a la puerta de su cuarto. Pero era un excelente cliente y hasta amuebló la habitación a su gusto. Es la mejor habitación de la casa.-

-Lo que no les dice Morna- dice Javius sacudiendo la cabeza y mirando alternativamente al suelo y a su mandil -es que hemos tenido algunos problemas con la habitación..-

-Creemos que está embrujada.- interrumpe Morna. Pero esta vez la mirada de Javius es lo bastante dura como para que proceda a callarse de una vez.

Tras un suspiro, Javius prosigue -Bien.. realmente ya cuando la habitaba el Capitán pasaban cosas raras. A veces al llevar una botella de vino me encontraba con que el Capitán estaba siendo visitado por extraños personajes, gente extraña, siniestra y muy discreta. Además, a veces se escuchaban ruidos raros. Como.. como si el Capitán estuviese intentando nadar en la pequeña bañera. En fin, hasta que una noche el Capitán se marchó sin que nadie le viera y no se le volvió a ver jamás. Al cabo de dos meses venció el alquiler y llamé a un cerrajero para que abriera la puerta. La habitación estaba vacía y ni rastro del Capitán. Nadie del mar que conozcamos ha vuelto a saber de él.-

-Sólo nos dejó a Esmarelda.- interrumpe Morna, que se estaba mordiendo los labios, para señalar al pez que nada en la pecera. -Lo encontré un día en su habitación cuando se acababa de marchar en uno de sus viajes y a la vuelta me dijo que lo podía cuidar yo si quería. Le cayó tan simpático a los bernarenos y a los extranjeros ¡que se hizo tan popular como la taberna!- ríe.

-Blob. Blob.-

-Sí, incluso le cambiamos el nombre a la posada de tan popular como se hizo; total, ya nadie preguntaba por la posada de Javius.. En fin, ¿por dónde iba? Sí, bien, el caso es que se siguen escuchando cosas raras provenientes de la habitación, como.. tambores, por ejemplo. Pero nunca encuentro a nadie allí. A veces he alquilado la habitación, pero mientras que algunos clientes no notaron nada raro, un buen porcentaje de ellos han salido huyendo a las primeras de cambio, montando un alboroto, hablando de luces raras, o del fantasma del mismísimo Capitán. Y un par de clientes.. bueno.. desaparecieron. Simplemente, entraron en la habitación y a la mañana siguiente no salieron. Cuando abrí la puerta para buscarles, ya no estaban, pero puerta y ventanas estaban cerradas por dentro.-

Llevaban poco tiempo en la ciudad, y Jathor ya comenzaba a agobiarse. Era casi imposible andar por las calles sin que alguien se chocara contigo, cosa que molestaba a Jathor sobremanera. Más de uno tuvo que salir medio corriendo, pidiendo perdón entre balbuceos, ante la furiosa mirada del bárbaro.  Tanta gente había que era imposible encontrar una posada vacía donde pasar la noche. A Jathor no le habría importado pasar la noche en cualquier cuchitril, establo, o incluso en el bosque de las afueras de la ciudad, pero el grupo prefirió intentar suerte una última vez.
Cuando el grupo entra en "El Hogar de Esmarelda", la situación no tarda en volverse rocambolesca. Los dueños comienzan a contarles una extraña historia acerca de una habitación encantada. Jathor los mira severamente, con el ceño fruncido.

¿Una historia de fantasmas? ¿Qué tontería es esa? ¿Es la historia que utilizáis en este pueblo para asustar a los niños? ¿Acaso nos veis cara de niños? Decirnos el precio de la habitación.

Jathor lanza una mirada distraída hacia el pez llamado Esmeralda. Era un pez curioso, sin duda. Jathor provenía de una aldea de pescadores. Tal vez hubiese visto de pequeño una especie similar.

Theonius, que ha escuchado atentamente el relato, no puede dejar de sobresaltarse por la intervención de Jathor, siempre sutil como toro en cacharrería. Tras darle un puntapié bajo la mesa para que se calle, Thelonius interviene en la conversación.

Este Jathor, siempre tan chistoso. Lo que quería decir, sin duda, es que cuánto estáis dispuestos a pagar por deshacer la maldición o el encantamiento que pesa sobre esa habitación de vuestra posada. Porque sabed que no somos viajeros cualesquiera, sino poderosos aventureros que venimos de tierras lejanas en busca de misterios dignos de nuestra valía. Este que nos proponéis es, sin duda, un misterio menor comparado con lo que ya hemos realizado, pero así somos nosotros, sencillos y campechanos, y siempre dispuestos a ayudar... por un precio.

La busqueda de alojamiento no parece hacer mella en la clerigo, que continua recorriendo la ciudad, hablando poco, aunque bastante atenta a la ciudad

De todas formas el sentarnos en la taberna es un alivio, quiza incluso para un caracter tranquilo un poco de bullicio despues de tanto viaje sea algo deseable

Las explicaciones del dueño y la camarera me resultan muy interesantes, y ligeramente preocupantes, como puede observarse en el gesto. Cuando se comienza a hablar de apariciones y desaparecidos miro inquisitivamente a mi hermano

Tancred ¿que te parece?, podria ser algo que se hubiera quedado atrapado despues de la vida

Dueño y camarera se miran un poco estupefactos al escuchar a Theloius y su propuesta. Ella sonríe y él parece perplejo. -Pues.. la verdad es que nunca lo habíamos pensado así.. pero bien, erm.. supongo que estaría dispuesto a pagar una buena suma por tener una habitación más. No sé, ¿cién monedas de oro? Pero, ahora que lo pienso, ¿cómo sabré que ya no hay un fantasma allí dentro?-

- ¿Y cómo sabemos nosotros que lo hay ahora mismo? Un fantasma no existe mientras no se demuestre lo contrario- afirmó Hitmol-. No creo que quiera pasar la noche con nosotros para ver si hay un fantasma o no y si conseguimos librarnos de él, aunque bien visto esa sería buena solución. Pero, si no, tendrá que confiar en nuestra palabra.

-Vaya..- se acaricia el mentón, mirando a los ojos alternativamente a cada uno según habla -..100 monedas de oro es mucho dinero para confiar sólo en vuestra palabra y no es que me parezcáis mala gente pero claro, también podríais no serlo, no os ofendáis. ¿Y si hacemos lo siguiente? Yo en cualquier caso no os cobraré por la habitación, ¿de acuerdo? De todas formas es para una o dos personas, estaréis estrechos. Y si mañana me podéis mostrar, no sé, alguna prueba de que sabéis qué está pasando, sea fantasma, criatura, bromista o vigas ruidosas, os pagaré cien monedas de oro. Si no, habréis pasado una noche gratis. Quizá no agradable, quizá sí, pero gratuita. Ah y desayuno y cena incluidos. ¿Qué me decís?-

¿Fantasmas? , mas bien creo que serán bribonzuelos que se cuelan a dormir gratis . Sonrie Urik recordando cosas parecidas que ha hecho anteriormente . Pero por cien monedas , comida y alojamiento gratis , se los traeremos ataditos .

Hummmm… -Jathor suelta un leve gruñido. Le parecía una tontería la historia de fantasmas que les habían contando, pero bueno, por lo menos la superstición de esa gente les permitiría pasar la noche gratis, y con el estomago lleno.

Bien, pues empecemos por la parte de la comida.

Tancred, como acostumbraba hacía caso al dicho que siempre les decía el padre "Mas vale parecer tonto que abrir la boca y disipar la duda". Se limitaba a observar con gesto curioso todo cuanto lo rodeaba, se reía por lo bajo cuando veía algo cómico o se quedaba maravillado al ver algún espectáculo.

En la posada se quedó cerca de su hermana admirando como manejaban aquel gentío con tanta diligencia y profesionalidad. ¿Y el pez? Eso si que llamo la atención del joven paladín que se quedo mirandolo un buen rato absorto en sus colores...

La conversación con el dueño del local paso desapercibida para él hasta que se nombro algo de fantasmas y ruidos raros que hizo que Tancred frunciera el cejo y prestara mas atención... - Podría ser hermana... - le dijo respondiendo a su pregunta.

- A mi me parece bien, pasemos la noche a ver si averiguamos algo... - miró a sus compañeros menos creyentes - nunca se sabe en este mundo amigos...