Nar Shaddaa (Luna contrabandista) Varios días más tarde.
La pericia y los contactos de Raz han permitido a los supervivientes del Vetusta vender el COR-8177 en un sector del Borde Exterior en el que no han oído hablar de Walco Mabos y su viaje de locos. Después de vender el carguero y esconder los pingües beneficios de la incursión en un lugar seguro la tripulación pidió una audiencia con el hutt Filba en la luna de Nar Shaddaa. Uno de sus sirvientes, un twi'lek cuyo collar de esclavo resulta obvio a pesar de sus ricos ropajes, está contando el dinero que los visitantes han puesto sobre la mesa.
Y veinticinco mil créditos justos - se vuelve hacia su amo - Está todo, mi señor. Eso incluye los intereses.
Es obvio que Filba no está nada satisfecho. A los hutt les gusta alargar las deudas para explotar los intereses, pero su sentido del honor y, sobre todo, su codicia, le empujan a coger el dinero. Después de cerrar el maletín y guardarlo en un cajón de su diván repulsor la enorme babosa suelta una pregunta en huttés.
Mi señor siente curiosidad por cómo han conseguido reunir todo el dinero en tan poco tiempo - traduce el twi'lek
La nueva capitana del Vetusta miró al lacayo del Hutt para luego posar su mirada en Fiba.
- Pues... tuvimos un golpe de suerte, ya sabéis como es esto. Un día las cartas te salen bien y te encuentras con un montón de dinero en el bolsillo.
No le apetecía decirle lo del mítico carguero perdido. Sabría que hay más dinero y seguro que les mandaría mercenarios a robarles.
- Y ahora, después de arreglar nuestra nave, mis amigos y yo nos daremos unas bien merecidas vacaciones.
El hutt mira a Adrianne con los ojos entrecerrados. El esclavo twi'lek se aparta lo máximo que le permite la cadena que lleva al cuello, temeroso de una respuesta iracunda de su señor. Sin embargo, el gran gusano acaba por soltar una risotada que hace temblar la doble papada de su cuello y empieza a parlotear.
Mi señor desea saber si estarían interesados en participar en un golpe que está planeando...
Adrianne se giró hacia sus compañeros ante la proposición que les acababan de hacer.
- ¿Qué os parece, chicos? ¿Vamos de vacaciones o vamos de aventuras?
Raz había padecido mucho durante el abordajje al COR-8177, como consecuencia uno de sus brazos-pierna había quedado atrofiado, uno de sus ojos había perdido visibilidad y su esófago se contraía cada vez que intentaba articular palabra, asfixiándole. Tras consultarlo con sus compañeros entre risas carrasposas y alcohol de garrafón, optó por invertir en implantes cibernéticos que le devolviesen la movilidad, sentidos y labia que disfrutaba antes de todo lo ocurrido.
Buena parte del tiempo que podrían haber pasado celebrando entre que esperaban a que les pagasen por el desguace de la nave, encontraban dónde esconder los lingotes y organizaban la reunión con Filba lo pasaron en su lugar acudiendo a distintos centros de mecacirugía. Con gestos desagradables había tratado de espantar a sus compañeros de su lado pero ellos se quedaron con él, operación tras operación, hasta que pudo volver a moverse, ver y hablar. Extraño beneficio colateral el que ahora hablase común, aunque fuese con un tono mecánico y pausas de sonido de estática.
- Ya descansaré cuando me rematen, capitana, [kzzz] -La pregunta de la capitana le devolvió al momento presente- con suerte nuestro benefactor tardará lo suficiente en urdir su plan como para que nos dé tiempo a beber hasta oxidar estos implantes [kzzz].
Editado para redondear un poco mejor la narración.
Al escuchar hablar al dug Arctan tuvo que esconder una sonrisa. Había sido duro, pero al final habían conseguido recomponerlo.
Arctan, por su parte, se notaba diferente. En su interior, deseaba encontrar un maestro jedi. Había escuchado algunos rumores de que aún quedaban algunos Jedi vivos... aunque solo eran rumores. Si tan solo pudiera encontrar a uno de ellos...
- Estoy con el "Cyborg", capitana - bromeó.- Ya habrá tiempo para descansar cuando muramos... Eso si: somos de lo mejorcito que tiene el Señor Filba, así que espero que consigas sacarle una buena comisión a esa operación - sonrió. Si iba a buscar a esos Jedi, le iba a costar mucho dinero encontrarlos y el trabajo del Hutt era tan bueno como cualquier otro siempre que jugaran bien sus cartas. La Capitana Lightman ya les había demostrado sus habilidades negociadoras durante las "reparaciones" del dug y estaba seguro que con ella conseguirían lo que necesitaba.
Procuraría por todos los medios no decirlo en voz alta, pero se había dado cuenta que con esta tripulación se sentía como en casa.