Un viaje "tranquilo" y sereno es lo que obtengo yo al iniciar el alocado plan de acción. Pensaba yo, que otros de los pejelargatos nos atacarían en medio del ataque, pero nada de eso resultar ser. En su lugar, solo vemos, (Y intentando aguantar las ganas de vomitar) los cadáveres de científicos y soldados que por igual han caído bajo la garras de esas bestias.
-Demasiada sangre derramada.
Dijo mientras me bajaba del vehículo, no sin sentir un sentimiento de apego hacia aquella cabina que tanto me había protegida durante el viaje de marte.-En caso que no salgas unos de esos bichos, ¿que deberíamos hacer ? ¿Correr ?, um bueno. Ya hemos llegado aqui, ya no podemos retroceder.
-¿Huérfano, eh? Siento oírlo- Le respondo a Nathan bajando la mirada en respeto- Yo perdí a los míos, me crié por fuera del planeta Tierra ¿sabes? la gente tenía miedo, sabía que si los Espectros Cósmicos atacaban irían directo a la Tierra, asi que se alejaron de ella y construyeron las estaciones espaciales... yo nací y me crié allí, en las zonas residenciales, nunca tuve miedo de nada. Hasta que viajamos a la Tierra y allí lo perdí todo... Deambulé como un despojo humano, hasta que me reclutaron y ahora estoy aquí, buscando un propósito... - suspiré - Debe haber sido por mi capacidad de aguantar la mierda que nos tiran.
Me puse los brazos en jarra y me reí.
-No sé que se traigan entre manos, pero mas les vale tener unas historias tristísimas para conmovernos, si no, estos Espectros Cósmicos se van a deshacer en lágrimas escuchándonos! Jajajajaja.
Milagrosamente, el recién noqueado Arata se levantó de su aturdimiento dentro del contenedor. Poco a poco y silenciosamente recobró el conocimiento y, en un rostro de terrible abatimiento, se levantó soportando su mareo y su peso sobre la pared metálica del contenedor. Observaron sus ojos de primera mano, parecía estar completamente fuera de sí, y quizás su recién despertar hizo que, lo que sea que tuviese, se alterara profundamente. Ojos inflamados, sus venas dilatadas y notorias y además, tinturadas de un extraño azul fosforescente.
-Yo...¡Gulp!-Trató de hablar, luchando contra las ansias del vómito-¡Ugh! ¿Qué demonios pasó?-Dijo en una voz atolondrada, afectada por su malestar. Se vio tras el reflejo oscuro de la pantalla del ordenador, su rostro que derrepente cayó en amarillento y sus ojos infectados, y de un respingo comprendió lo que pasó.
-¿Cuanto tiempo pasó desde que me desmayé?-Preguntó en voz de descontento-Bah, realmente no importa el tiempo..Tengo que entrar a mi oficina lo más pronto posible, antes de que la corrupción acabe con mi cuerpo.
Observó, cegado por el brillo infernal del sol, la ubicación hasta la que habían llegado, dibujándose en su rostro una escéptica sonrisa, maltratada por su estado decadente. Comprendió de inmediato dónde estaba, lo cerca que tenía lo que aliviaría su maltratado estado, y lo jugoso que se proyectaba la solución a todos sus males, todo tras aquellas puertas amuralladas. Retocó sus bolsillos famélicamente en busca de algo, una tarjeta probablemente, pero luego de varios desesperados toques, se quedó solo con su paquete de pastillas destapadas.
-¡Carajo, la maldita tarjeta se quedó en la Aquila!-Exclamó en furia, casi ignorando la presencia trasera del grupo en su terrible maldición-¡No puede ser, era lo único que impedía que pasáramos! Sin ella y con el estado declarado de emergencia, esa puerta no se abrirá ni con la peor de las catástrofes. El personal que sobrevivió debe estar aislado, dudo mucho que respondan al comunicador y la puerta no reconocerá mi orden mental sin ese pedazo de plástico.
Los volteó a ver de soslayo, como perro cuya única opción era pedir ayuda en su hambruna. Sus ojos lucían aún terribles, como poseído por un ente catastrófico que hacía estragos en su interior.
-¿No tendrán ninguno de ustedes una maldita tarjeta de repuesto, verdad? Si tuviese el diseño base de la placa, almenos podría tratar de interferirla y re-programarla con mis datos para hacerla mía.
Arrebatándolos de su estado de profunda comodidad, un fuerte golpe en la puerta deslizante de la habitación resonó con poder por todo el espacio. A pesar de la dureza de la puerta, seguramente de un metal de alta densidad y resistencia, el mazazo firme y resonante atravesó hasta la resistencia sonora de la puerta. ¿Cuánto había pasado desde que los habían dejado ahí? En su ensimismamiento, el tiempo transcurrió lento pero de prisas voraces, confusas, hasta llegar al punto de desconcertarlos en su estado. Tras la puerta, recién golpeada, se apareció un operador de aspecto tosco, corpulento y de aspecto tenaz, su presencia e imponencia hacían traslucir su cuerpo atiborrado de masa, que contrastaba con su rostro apacible y mas bien cordial, como infundido en etiqueta.
-El capitán los quiere en la primera brigada de incursión a la estación de mantenimiento-Comentó en una voz elegante, infundida en etiqueta-Síganme por aquí, les mostraré el camino.
Tras eso, y sin mas opción que ir tras sus agigantados pasos, prosiguieron la marcha. Antes de salir, dos operadores entraron sin medir palabra a la habitación, tomaron sus maletas y se las llevaron quién sabe a donde, de nuevo sin levantar la voz para nada. No le dieron demasiada importancia a aquello, y continuaron por el camino por donde habían subido, pasando por el puente que seguía enseñando el vasto espacio sin dar pista del aspecto de su destino tras el cristal. Bajaron por el ascensor y recorrieron un amplio camino dentro de las entrañas de la nave hasta llegar a la bahía de desembarque, un amplio espacio impío abarrotado de soldados levemente armados, con protección básica y un rifle de cargas encima, totalmente diferente a las armas mendigas que conocieron en la tierra.
El espacio, con la escotilla de anclaje lista para ser abierta, esperaba las órdenes del brigadista en orden, con los nervios por los pelos y sobretodo, un profundo silencio que demostraba la información dada a todos. Cerca de la masa de soldados, reconocieron un rostro familiar, el Líder de ala que los había guiado anteriormente, que les ve con una sonrisa agotada a forma de saludo.
-Sólo esperamos a que el anclaje se haga satisfactoriamente, verán, este sitio no estaba preparado aún para recibir visitas. ¿Preparados para todo? No sabemos exactamente el estado de este sitio, pero al menos el anclaje de la zona de almacenamiento también está casi listo.
Retrocedo como si un engredo de Satanas hubiera visto ante mis ojos, pensaba que Arata habia estirado la pata, pero estaba, "sano" si cambiamos la definicion de aquella palabra a por, "Muerto de hambre socialista". ¡Incluso brillaba! de una tonalidad azul, ¿Porque brillara de paso ?. De todas forma, no debería tocarlo, no valla después a recitar a Lenin por su infección. -Retrocede un poco, llevas dormido un buen rato. Mas de lo que llevamos caminando por este planeta, de hecho. ¿Que rayos tienes ? Ahora eres mas desagradable de ver con esa apariencia actual. ¿Es una enfermedad ? Y con aquellas palabras, alejándome unos 3 pasos observo sus movimiento y reacciones. Como si hubiera dejado de ser un hombre, si no un animal en un laberinto. Habia pasado de la soledad, ha reencontrarme a mis compañeros y ahora. Volver a estar con El. Mas, esta repulsión por su persona, es cambiado por la ironía de la situación. Tanta caminatas, tantas muerte que hemos visto ¡Y todo para que no dija que se olvida la tarjeta!. Soltando en consecuencia, puras carcajadas de fustracion y de pena. Esto ya rozaba la absurde de la situacion, y lo inconsecuente, ¿Regresar ? Dudo que sea tan fácil para nosotros hacerlo, con tanto pelagatos afueras y esos engendros afuera. ¡Debi seguir a buda realmente! Y no dejarme llevar por mis deseos infantiles, me falto diserdimiento para mi vida actual. Ojala la proxima lo desarrolle. -¡Jajaja!, ¿ Entonces esto fue por nada ? ¿Vinimos aquí solo para perecer como lo demás ? A mi no me diero ninguna tarjeta, solo este traje bikini. Creo que realmente nos jodimos todos, jajaja. Ohh, pero que futilidad, solo un vana esperanza habrá de que los cadáveres de afuera tenga una.
Amber se mantuvo de pie observando lo que sucedía, el doctor se había recuperado y como era de esperar empezó a decir cosas una detrás de otra, no le prestó demasiada atención, solamente cuando termina de hablar Putra se acerca y dice:
Yo estoy igual… creo que solo tengo esta ropa y con solo me refiero exactamente a eso… pero, ¿Por qué no miramos en uno de esos cadáveres del camino? Seguro que entre tantos habrá alguno con una tarjeta
Decia con un tono frio y tranquilo, a fin de cuentas para ella “saquear” un cadáver no era nada nuevo precisamente, con los ojos entrecerrados dice:
Por cierto Doc… como no se despertaba le dimos una de esas pastillas raras que tenia encima
Decía mientras observaba los cadáveres más cercanos
Putra no has marcado a Michael
Muy bien Amber yo te cubro con chatarrín y tu revisas los cuerpos, con algo de suerte, no tardaremos mucho en contrar alguna tarjeta de acceso. - digo.secundando la idea de buscar una tarjeta entre los muertos.
Tal vez chatarrín no fuera la mejor máquina de guerra, peronsi que nos había servido para llegar hasta aquí a salvo y estaba convencido de que, mientras el equipo de búsqueda no se separase mucho, chatarrín bastaría para proveerles la cobertura adecuaga.
Me di cuenta de que teníamos mucho en común con Arcus, los dos teníamos un pasado no muy feliz y tal vez por eso el destino nos había juntado en esta misión. Solté una carcajada por su broma. Era cierto, con dos chicos con historias tan tristes deberían esforzarse para tratar de que mostremos compasión.
Estaba por responderle cuando nos informaron que el capitán nos estaba esperando. Con cada paso que dábamos se acercaba el momento de la verdad, el momento de luchar, literalmente, por nuestras vidas.
Al llegar vi al Lider que nos había guíado antes y nos preguntó si estábamos listos. -Tan listo como se puede estar en un momento como este. Comenté concentrado.
Sonreí ante la pregunta del Líder de Ala, me alegraba escuchar a Nathan tan decidido, pero estabamos a punto de entrar en el punto en que la teoría se diluía en meras palabras.
-¿entonces cómo vamos a hacer?¿vamos a saltar por la ventana para entrar?- respondí jocosamente mientras miraba el armamento de los soldados, deseando que fueran efectivos contra los que nos podria llegar a esperar.
El líder les devolvió la sonrisa jocosamente, guardando tras de sí la angustia y preocupación que se expandían por sus pensamientos. Sabían que no estaba alegre, siquiera podía sentir algo más allá de la enorme preocupación que le afligía. Por mas preparación que se pudiera tener, habían cosas que sencillamente desmoralizaban a cualquier hombre, y esa era su situación, después de todo, le tomó de sorpresa hacerse cargo de una materialización de espectros habiendo pasado tantos años desde el último avistamiento.
Se despejó de ustedes, caminando lentamente por la sala manteniéndose tras la raya. Pero de entre la multitud, surgió un hombre con un alto casco reforzado, ropajes de incursión y un estandarte en su peso que lo identificaba como el Sargento a cargo de la entrada al centro de mantenimiento de Spectre's. Se presentó con una voz fiera, profundamente disciplinada como parecía serlo todo aquel que habitara la nave.
-Estoy al tanto de su inexperiencia en operaciones reales, por lo tanto, estarán en el centro del tercer pelotón de incursión, son un recurso valioso que no perderemos por enviarlos sin reconocer el terreno-Pronunció firme y sin ápice alguno de cambiar de opinión-No les brindaremos armas, ya saben, por precaución.
Tras esto, se devolvió al tumulto de soldados esperando pacientemente la orden de entrada, y se posicionó en su puesto de mando para comenzar la entrada. No se oía más ruido que el lento pero sutil titubeo de algún que otro hombre armado, el rechinamiento de sus protecciones unas contra otras, y el extraño frío que inundaba el ambiente. Luego de un momento de espera en el que seguramente acabasen los preparativos de anclamiento, el ruido de la maquinaria comenzando la preparación de las compuertas se inundó por toda la sala. Era sonido pesado, industrializado, lo que indicaba lo despojado que estaba el túnel de acceso al centro de mantenimiento. Unos instantes bastaron para que cesara el ruido, que dio paso al despliegue de las puertas en forma de hexágono, que se deslizaban lentamente mientras ocurría el proceso de presurización. Unos segundos tardaron, que dieron paso al desolado pasadizo de acceso, estrecho e improvisado.
-Primer pelotón, ¡comiencen el reconocimiento!-Comentó el Capitán tras el casco que ocultaba su rostro, a la par que un grupo de 6 soldados se introdujeron por el estrecho pasillo, armados con sus rifles que a simple vista, parecían capaces de derribar a una persona sin siquiera acertar el tiro. Los vieron caminar y desaparecer dentro de las instalaciones, donde no venía más ruido que los pasos firmes y sincronizados de los hombres, que poco a poco tendían a difuminarse hasta quedar en el más absoluto silencio.
-El primer pelotón se encargará de darnos una vista exacta del contenido de las instalaciones-Comentó el Capitán hacia todo el personal de la sala, fijándose especialmente en ustedes-Sabemos cosas puntuales, como que el estado de oxígeno dentro de aquí es estable según las lecturas, el núcleo de fusión del sitio está operando sin riesgos aparentes y hay poco personal dentro, algunos guardias vigilando atentamente zonas de importancia. Según estos, nada extraño ha sido reportado dentro de las últimas horas, y se está llevando a cabo la improvisada activación del equipo de regeneración para Spectre's.
Continuó por un rato hablando sobre detalles de la incursión, protocolos de peine de la zona por riesgos inesperados, cosa que justificaba la presencia de armados dentro de la entrada, además de la insistente seguridad que se proveía para la entrada. Después de todo, la situación era de riesgo, y las instalaciones no estaban completamente funcionales y algunas zonas seguían a oscuras. Sólo quedaba esperar, a que el tiempo dijera lo que era seguro de hacer.