Partida Rol por web

Escena de Moonshine - Turno 1

Torre Archibald, Umbría City

Tras una ducha caliente en tu enorme cuarto de baño, conectas el reproductor holográfico del espejo. Como cada día, nombras a tu asistente virtual que abra las páginas de tus diarios favoritos, entre los que se encuentra el periódico local. 

-Disturbios raciales, diversos crímenes en el peor barrio de la ciudad... ¿Hay algo sobre superhéroes?

La pantalla cambia a una noticia con una borrosa fotografía de Hawkman. El asistente reproduce el titular:

-Hawkman surca los cielos nocturnos de Umbría City. El héroe alado de la cercana Saint Roch podría estar merodeando la ciudad en busca de algún objeto importante o de algún villano oculto pero el artículo apenas da más información aparte de una retahila de referencias biográficas del héroe.

-¿Qué estás buscando, Halcón? te preguntas para tus adentros. En ese momento el holograma vibra. Llamada entrante. Tu secretaria personal. -¿Sí?

-¡Por Dios, señor Archibald, ¿podría estar presentable cuando hagamos una videollamada?! Es urgente, ¿nos vemos en media hora en su despacho?

No es que le importara que otros héroes entraran en su ciudad, pero como poco le llamaba la atención, sobretodo que se tratase de alguien reconocido, el tipo de personas con quienes debía de empezar a codearse. Sin duda si pudiera encargarse del asunto de Hawkman antes que él mismo... bueno, eso demostraría algo, pero ¿por donde empezar?, aquel titular servía de poco o nada. Tan pendiente había estado del asunto que ni siquiera se había dado cuenta de que aun estaba desnudo cuando atendió la videollamada. Aunque a decir verdad tampoco es que le importara mucho, no era lo que se decía un hombre pudoroso.
Chris esbozó una sonrisa al escuchar a su secretaria.

-Vamos, no seas así, me estoy poniendo presentable para la reunión.- Bromeó, el trabajo le aburría un poco desde que había descubierto su vocación como superhéroe, pero eso no significaba que no le importaba.- Supongo que puedo, aunque era más apetecible el plan de desayunar con un par de modelos, ¿qué pasa?¿Luthor ha lanzado una OPA hostil?- Bromeó nuevamente, aunque le inquietaba un poco el tono de su secretaria.

La cara de la secretaria apenas cambió con la broma. Aunque sabía de la promiscuidad de su jefe, sabía que desde hacía tiempo existía un tonteo entre ambos más que evidente.

-Una periodista del diario de Greenville está haciendo preguntas sobre desapariciones de niños relacionadas con nuestra última videoconsola de realidad virtual. Obviamente esto es una soberana estupidez pero la realidad es que está montando un buen pollo y al no dejarla entrar en la torre tenemos en la calle a una veintena de curiosos.

Su consola, vanguardista y la única en sacar todos los juegos en formato virtual, había hecho mucho daño a la industria tradicional y aquello era algo que la competencia no perdonaba. Habían salido toda clase de rumores, desde que jugar provocaba autismo a que sus juegos contenían un mensaje satánico oculto. Pero desde luego nada se había oído de la desaparición de niños.

Chris se quedó pensativo durante unos segundos, intentando asimilar aquella información, y sobretodo decidir si debía darle importancia o no a aquello. Estaba claro que los periodistas podían ser unas alimañas, pero por lo general no sacaban noticias de la nada. Desaparición de niños era algo demasiado fuerte como para inventarselo. Que los niños se quedaban tontos, que se volvían asociales, que dejaban de ayudar en casa, eso era típico, pero que desaparecían, eso como mínimo debía significar que algún niño había desaparecido, aunque no tuviera relación con ellos.
Entonces volvió a activarse, olvidando nuevamente el pudor para simplemente comenzar a vestirse mientras hablaba.

-Está bien, necesito que revises toda la información que puedas sobre esa periodista, a ver como de amarillista es, o si suele hacer prensa seria.- Dijo mientras se ponía los pantalones e intentaba meterse los calcetines sin usar las manos sin ningún éxito.- Y luego quiero que investigues de donde ha sacado esa noticia. ¿Están desapareciendo niños que usan nuestras consolas?

Aquello podía parecer realmente preocupación por la empresa, al no querer que se dañara la imagen de sus consolas, pero en realidad solo le importaba saber si de verdad estaban desapareciendo niños.

-Llegaré enseguida, informame en cuanto tengas algo de eso.- Dijo colgando para concentrarse en su vestimenta.

Si Laura le daba la información pronto, él mismo iría a atender a la periodista a la puerta, sino debería entrar para prepararse. No quería perder tiempo, pero no podía afrontar algo como aquello sin preparación previa, y menos sin estar seguro de si aquello era un caso real, o solo una invención muy macabra.

La eficiente secretaria comenzó a rebuscar por la red mientras tu ibas a tu habitación para vestirte. A medida que avanzabas por tu casa, las paredes se iluminaban con el holograma de Laura. Toda tu casa era una enorme pantalla de reproducción holográfica. Cuando ya te estabas abotonando la camisa la señorita Summers habló:

-Rebeca Conrado, periodista por la Estatal de Louisiana, latina, de Greenville... Oh, oh.

-¿Qué? -preguntaste curioso.

-Es madre soltera... y -siguió tocando teclas en su ordenador. Su cara lo decía todo. Con un gesto abrió una ventana en tu pared donde se veía un retrato en blanco y negro y una palabra "missing". -Romeo Conrado. Desaparecido... hace tres días.

La cara regordeta y sonriente del chaval se clavó en tu memoria como un puñal. Era el momento de hacer algo.

Chris suspiró, su tono distendido se había evaporado, y ahora su mirada era de lo más seria. ¿Habría alguna relación realmente entre su empresa y la desaparición de aquel niño?, no es que fuera importante por la imagen de la empresa, sino porque sería un buen hilo del que tirar. Fuera como fuese sabía perfectamente a quien debía acudir si quería respuestas, a la madre. Sin duda aquello no era una invención, era algo serio, y tuviera relación con la consola o no la desaparición del crío, algo había movido a la mujer para culpar a su empresa, algo que tendría que investigar.

-Déjala pasar, y dile que yo mismo la atenderé. Intenta que esté cómoda, quiero saber porque piensa que tiene que ver con nosotros.- A pesar de que aquello le había afectado, Christopher sabía mantener perfectamente la cara de poker, tanto que era difícil saber si le preocupaba el niño o la empresa.

Aunque había dejado de observar la foto del niño, no podía dejar de ver su cara. Aquello podía ser probablemente a lo peor que se había enfrentado nunca.

La periodista pasó y entró como una furia en la sala de actos. Tu tan solo necesitaste bajar por el ascensor privado ya que vivías, como dice el cuento, en lo más alto de la más alta torre.

-¿Señorita Conrado? Soy Christopher Archibald, el que dirige todo esto. A qué se debe su...

-¡Han desaparecido ya tres niños en Greenville por jugar a su dichoso aparatito! Ignoro qué está soltando por esas gafas de realidad virtual pero tengo pruebas, señor Archibald, pruebas que le hundirán el negocio si...

Rebeca perdió los estribos al verle. Toda la compostura de periodista neutral se perdió al verle. Era obvio que estaba acusándote de buenas a primeras y si lo que decía era cierto. Tenía pruebas. Como ella no sabía que tu conocías lo de su hijo Romeo decidiste indagar un poco.

-No entiendo sus acusaciones, miss. Nuestros dispositivos están por todo el mundo y en dos meses que lleva en el mercado nadie nos ha dicho nada de nada y mucho menos que pueda provocar algún tipo de control mental que haga "desaparecer" niños. Con el debido respeto, si hiciéramos eso busaríamos engancharlos, no que se fueran y dejaran de jugar -la broma la enervó aún más. Intentó golpearle pero seguridad la frenó. Entonces rompió a llorar.

-¡Mi hijo, señor Archibald! ¡Mi propio hijo ha desaparecido! Estaba jugando una partida con sus dos mejores amigos y los tres desaparecieron esa tarde -los sollozos impidieron continuar el discurso. "Qué buena eres Laura" pensaste. Estaba en lo cierto. -Usted es el hombre más rico de la ciudad, puedes mover montañas si quieres. Ayúdeme a encontrar a mi hijo... ayúdeme o le juro que mi próximo artículo será demoledor -su posición dura volvió a fallarle cuando empezó a llorar desconsolada.

Ayudarla o despacharla. Igual era el momento que habías deseado. Una misión para tu alter ego.

No era sencillo mantenerse impasible al ver a aquella mujer tan rota, aun así era lo que la situación exigía. Cabeza, y no sentimientos. Si quedaba alguna duda de que la mujer mentía, esta se había evaporado, estaba claro que quien se encontraba delante suya no era una periodista, sino una madre, por mucho que esta intentara superponer su profesión y amenazar con la misma.

-Señora Conrado, le aseguro que nuestros productos pasan por un minucioso control de calidad, por lo que lo que insinúa es altamente improbable.- Dijo con calma, intentando no enfadar más a la mujer, aunque ello no significaba que fuera a ser blando.- En primer lugar agradecería que no me amenazase, yo mismo le he dado permiso de reunirse conmigo, porque es un asunto serio el que ha traído hasta mi puerta.
Por otro lado, si de verdad esas pruebas demuestran que es nuestra responsabilidad, le aseguro que haré todo lo que este en mi mano por ayudarle. Aunque para ello necesito saber porque está tan segura de que una consola puede acabar siendo artífice de un secuestro de niños. Tampoco entiendo porque no ha acudido a la policía si esas pruebas son tan concluyentes, en lugar de acudir a mi.

A pesar de lo absurdo del tema, su mente empezaba a atar cabos, aunque sin duda la consola no había sido destinada para ello, no empezaba a ver tan difícil que alguien la hubiera usado para llevar a cabo dichos planes. Aunque ¿de verdad era tan avanzada como para poder "trucarla" de dicha manera?
Todo aquello era de todo menos normal.

-Tres niños juegan con su consola y desaparecen en Greenville. Dos desapariciones más han sido reportadas en Umbría y ambos niños también tenían en su casa la consola.

-Sus conjeturas son poco sólidas. Todos tenemos en casa un smartphone y no por ello culpamos a las empresas que los crean de los suicidios que hay -respondiste.

-Los dos niños también estaban usando su producto cuando desaparecieron. Y ambos niños viven en pisos altos, por lo que el secuestro, salvo que sea alguien que tenga alas, es altamente improbable.

Lo primero que te vino a la cabeza fue que, de ser cierto, alguien podría haber metido un algoritmo de control mental en las consolas. Aunque muy, muy improbable, era una posibilidad. ¿Pero por qué sólo ha pasado aquí en Umbría y en Greenville, a pocos kilómetros de la ciudad? De ser, en efecto, una manipulación para afectar las ondas cerebrales debería afectar a muchísima más gente. Aquí había algo que no acababa de cuadrar.

-Voy a poner a todo mi equipo de ingenieros al servicio de esta causa, no se preocupe.

Aquello no la tranquilizó.

Aquello no había por donde cogerlo, no acababa de tener claro si la señora le insinuaba que los niños se habían marchados controlados mentalmente por su consola, o aun peor, si la propia consola se los había tragado. Aunque cuando la mujer habló de alas la mente de Christopher se fue enseguida a pensar en Hawkman, había sido avistado últimamente, aunque se trataba de un héroe, era cuanto menos sospechoso.

-No se si acabo de comprenderla señora Conrado, ¿lo que dice es que todos los niños dejaron sus consolas encendidas y se marcharon de casa ellos solos? ¿sabe si estaban usando el mismo videojuego?- Preguntó entre extrañado y curioso. -Sería de gran ayuda que nos devolvieran el aparato para revisarlo. Y si no es mucha molestia, me gustaría echar un vistazo a su casa. Se que no es una petición muy normal, pero este caso tiene de todo menos normalidad... ¿Sabe si su hijo conocía a todos los otros desaparecidos?

-¿Usted? En mi... ¿en mi casa? ¿¡Pero quién se ha creído!?

Y dicho esto la chica se marchó no sin antes dar un sonoro portazo.

Escena de Moonshine - Turno 2

Torre Archibald, Umbría City

La periodista se marchó ofuscada y tu te quedaste pensativo durante largo rato. Igual era el momento de sacar a pasear a tu alter ego. A tu mente te venían diversas opciones: colarte en casa de Rebeca e investigar por tu cuenta, intentar una última jugada de carisma con la periodista o usando a tu secretaria para investigar más sobre el tema.

Estaba claro que la había asustado, al fin y al cabo había ofrecido su ayuda como si de un detective se tratase, pero la mujer debía haber pensado más bien que intentaba cubrirse las espaldas, o quien sabía, puede que incluso algo peor. No es que hubiera estado precisamente acertado.
Laura era sin dudo muy hábil, y utilizarla era un buen recurso, pero no podía abusar de ello, las excusas empezaban a sonar absurdas. Y si bien podría haber intentado usar nuevamente su carisma, no parecía una buena opción. Si quizás presentarle la idea de que aquello era muy importante para él, que no podía permitir que sus productos perjudicaran a niños... Podía incluso ayudarle con su imagen y la de su empresa, pero si la jugada le salía mal podía dañar el apellido que tanto había trabajado por recuperar.
En cambio Moonshine... él no tenía nada que perder, no le importaba lo que la opinión pública o las fuerzas del orden pensaran de él, eso si lo podía arriesgar. Así que Christopher lo tuvo claro, tocaba un cambio de traje.

Escena de Moonshine - Turno 2

Casa de la periodista, Greenville

Vestido como tu alter ego, llegas a la casa. Sin mucha dificultad usas tu visor calorífico (guardado en el cinturón) para ver qué habitaciones están ocupadas.

Como venía siendo habitual Moonshine hizo uso de su auto, al quien había apodado cariñosamente "The Moon", una obra de ingeniería de su propia empresa. Más complicado que construirse un vehículo para sus caprichos, había sido encubrirlo de tal manera que no acabaran por relaccionar a Moonshine con Christopher Archibald, el mismo había dado los últimos retoques al vehículo por este mismo motivo.

Una vez en la localización la tarea parecía a priori sencilla, usar el gancho para trepar por el edificio, aunque esta es una parte que los héroes suelen obviar, no es tan sencillo trepar por una pared lisa, aun así no era imposible, y se le dio mejor de lo que esperaba. Confiaba en poder acceder por una terraza o una ventana, posiblemente abierta, al estar a tanta altura. Una vez dentro lo tenía claro, tenía que investigar a fondo la habitación del niño, quizás alguien lo hubiera amenazado, o hubiera intentado captarlo. La parte técnica sobre el análisis de las consolas se lo dejaría a su equipo técnico. Además con un poco de suerte quizás podría encontrar algo que las autoridades hubieran pasado por alto, al fin y al cabo seguía sin tener claro como habían "desaparecido" aquellos chicos. Por último, y no menos importante debería asegurarse de lo fácil o complicado que podría ser que Hawkman hubiera podido tener algo que ver. Sabía que era absurdo, pero de momento no descartaba ninguna posibilidad.

No te cuesta ningún esfuerzo infiltrarte dentro de la casa y una vez allí te metes dentro de la habitación del chaval desaparecido. Investigas la consola con un escaner especial pero ninguna lectura de datos te da nada fuera de lo normal. Te das cuenta que la policía ha rastreado la habitación puesto que está bastante más ordenada de lo normal para una habitación de un preadolescente.

Rebuscas en los armarios y en las fotos que tenía el chaval colgadas en la pared. Decides hacer unas cuantas fotos para estudiar más a fondo lo que has visto (tu memoria eidética es una gran herramienta pero una foto siempre es mejor) pero cuando decides abandonar la estancia una luz se enciende: ¡el pasillo! ¡alguien se ha despertado!

Había sido un paseo colarse en la casa, y había tenido cierta paz para analizar la escena, aunque no parecía que la policía hubiera olvidado nada, aunque ya le extrañaba que se hubieran molestado en ordenar la habitación después de examinarla. A primera vista nada de nada, pero en casa podría pensar con más calma, analizarlo todo detenidamente. Pero no podía dejar de estar decepcionado, de verdad esperaba encontrar algo. Aunque la ausencia de nuevas pistas ya era más que preocupante.

Entonces la luz del pasillo se encendió, con un movimiento casi felino Moonshine se deslizó por el pasillo cambiando de estancia, al menos había escapado de la trampa mortal que era aquella habitación, ahora si bien tenía varias rutas, estaba algo perdido, pero estaba seguro de que podría escapar de allí.

No te ve el niño pero te metes en la habitación que menos querrías estar: ¡la de la periodista Rebeca Conrado! La mujer sigue durmiendo plácidamente, ajena al movimiento de su hijo pequeño por el pasillo.

Comienzas a sudar dentro del traje.

Había ido de un pelo, y se permitió un pequeño suspiro hasta que descubrió donde había acabado, en la habitación de aquella periodista, como si del destino se tratara.
Intentó desviar la mirada, no era tímido ni mucho menos, pero no le gustaba la idea de espiar a una mujer mientras dormía como si fuera un pervertido.
El justiciero decidió aguardar un poco en silencio, confiando que el niño despejara la ruta de escape. Comenzó a sentir el sudor en su cuerpo y se maldijo por no haber pensado más en la transpirabilidad del traje.

Cuando pareció que la calma había vuelto al exterior de la habitación, el héroe abrió la puerta y tras dedicarle un breve vistazo a la mujer Moonshine se deslizó fura de la habitación, recobrando la calma, y avanzó por el pasillo en silencio hasta llegar a la misma terraza por la que había accedido. Era hora de volver a casa y examinar todas las fotos que había tomado con calma.

Escena finalizada, continua en Número I