Partida Rol por web

CBA 1: Un lugar Sin Niños

Escena de Shadow Rose

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24/05/2019, 12:17
Arthur Pendragón

De alguna manera Arthur se las arregla para evitar el fenomenal atasco en torno al coche destrozado y llega donde Rose en menos de media hora. Encuentra a la chica acompañada de una paramédico y con una manta alrededor de los hombros. Giorgi ya está camino del hospital, grave pero estable.

Gracias, agentes - les dice a los policías - Yo me ocuparé de ella.

Necesitamos una descripción de los sujetos que la atacaron, señor - dice uno de los policías.

Dénme un minuto - Se sienta junto a Rose y le rodea los hombros con el brazo - ¿Te encuentras bien? ¿Qué ha pasado?...

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26/05/2019, 12:53
Shadow Rose

Al ver a Arthur llegar, el rostro de Sadie se iluminó. Era su caballero blanco, su protector, su tutor, y el hermano mayor que nunca tuvo. 

Sadie asintió lentamente con la cabeza. Después de que le dieran la manta estaba algo más tranquila, volvía a ser ella. había conseguido enterrar la ira, la desesperación y el resto de huracanadas emociones que la invadían minutos antes. Volvía a tener pleno control sobre sí misma. 

—Estoy bien —dijo lo primero—. Gracias por venir, Arthur... L-lo siento, de verdad —se disculpó de nuevo—. No pude resistir y... Y tuve que usarlos —explicó, nerviosa. 

Sabía que no debía, sabía que no tenía que dejarse llevar por las situaciones. 

—Venían a por mí, y no sé por qué. No parecían ser de... bueno, de los esbirros de Morderek. Venían de Greenville. Al principio creía que querían el furgón, pero no. Lo empotraron contra nosotros a propósito, Arthur. Querían detenernos, querían que me bajara del coche... 

Sadie se detuvo en ese momento, al ver que su pulso temblaba como si fuera gelatina. 

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26/05/2019, 20:07
Morgana

No te preocupes - la consuela Arthur - Hiciste lo que debías. Vamos a casa. Un furgón blindado no es difícil de identificar. Me enteraré de quiénes eran esos hombres.

Ya en el coche, mientras Arthur habla por teléfono con sus contactos, Morgana estalla de indignación - ¿Y ya está? ¿Eso es TODO? Dos desconocidos te asaltan sin previo aviso, te arrebatan a un sirviente, intentan secuestrarte ¿Y te contentas con darles un susto? Eres igual que tu padre: dejándolo todo a medias...

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29/05/2019, 21:39
Shadow Rose

Escena de Shadow Rose - Turno 4

Sadie, aún con el malestar en el cuerpo, asintió a Arthur. Sólo quería ir a casa y ponerse a hacer los deberes. ¡Los deberes! Algo tan mundano y que en otras ocasiones trataría de retrasar tanto como su sentido de la responsabilidad le dejara, pero que ahora era hasta algo apetecible tras el incidente. Una pequeña falsa normalidad que le iba a venir muy muy bien. 

En cuanto Morgana empezó a taladrar sus pensamientos, se puso los cascos y puso la música. Eso la ayudaba a serenarse. 

"Sí, eso es todo. No me han arrebatado nada, y estoy segura que tendrá consecuencias para ellos. ¿No sabes que la venganza se sirve fría? ¿Y también la de que si quieres ver a tu amigo muerto no tienes más que sentarte a la orilla del río a esperar?" dijo en su cabeza, porque la verdad es que no quería que Arthur supiera lo que estaba pasando en su cabeza. 

Sin embargo, apretó las manos al escuchar la referencia a su padre. 

"Mi padre no tiene nada que ver con esto. Ni conmigo" contestó, sintiendo de repente furia. 

Aún tenía que llegar a buen término con todo aquello que, en lugar de asumir, había simplemente enterrado en el pasado. Huir hacia adelante, que decían. Lo malo es que era plenamente consciente de que algún día todo eso que iba detrás la iba a atrapar. De momento, se conformaba con pensar que no sería hoy cuando tendría que afrontarlo. 

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05/06/2019, 11:58
Morgana

¡PERO SÍ CONMIGO! - Brama Morgana - Tranquila, mi recipiente. Pronto nos divertiremos... juntas.

Morgana guarda silencio durante el resto de la tarde, permitiendo incluso que Sadie cene con Arthur en un remedo de vida normal y se acueste en su cama rodeada de las cosas que le gustan como una adolescente normal. El agotamiento hace que Sadie se duerma prácticamente al tocar la almohada.

La hechicera está ultrajada y furiosa, y la magia crepita en sus manos mientras teje el hechizo que abre el túnel de luces rojas y blancas - Miserables - maldice con rabia - Cualquiera que se atreva a ponerme las manos encima ha de pagar el precio. Conoceréis mi venganza.

El túnel termina en un bar de moteros de esos que abren toda la noche, con música heavy metal saliendo a todo volumen de los medio desvencijados altavoces. Dos tipos con monos de motero que están jugando al billar se levantan al ver a Morgana en el cuerpo de Sadie.

¿Qué quieres, niña? - pregunta uno con una cicatriz en el ojo. Morgana sonríe. Ha reconocido las ropas de sus atacantes y ahora no pueden escapar a su venganza. Las sombras brotan de Morgana y cierran violentamente las puertas. La cerradura hace un ominoso "click" al cerrarse.

¿Qué demonios estás haciendo? - pregunta Cicatriz

Os traigo... demonios - ríe Morgana. Docenas de sombras con forma de diablos y animales monstruosos atacan a la gente del bar mordiendo, arañando y golpeando. Los gritos de dolor y miedo se entremezclan con las risas maníacas de Morgana, que disfruta de la carnicería perpetrada por los pequeños monstruos. El compañero de Cicatriz parte el palo de billar e intenta clavárselo a Morgana en la cabeza, pero ésta lo rechaza con un golpe de sombras que lo lanza contra la estantería de botellas, aterrizando en medio de una lluvia de cristales rotos y licores. Con un beso lanzado por la hechicera el licor que empapa al hombre se incendia. El pobre desgraciado aúlla de dolor y rueda por el suelo en un fútil intento por apagar las llamas.

¿Cuánto tiempo dura la dantesca escena? Sadie no sabría decirlo mientras observa impotente cómo Morgana utiliza su cuerpo para canalizar sus impíos poderes al mundo de los humanos. Cuando en el bar sólo quedan figuras inmóviles o que se retuercen de dolor Morgana agarra el pecho de Cicatriz y lo tumba sobre la mesa de billar.

¡Dios mío! - dice el hombre con la cara ensangrentada - ¡Para, por favor!

Tu Dios no está aquí hoy para ayudarte - replica Morgana - Si quieres conservar tu despreciable vida contesta a mis preguntas: ¿Por qué me atacasteis?

¡No lo sé! - contesta el hombre - ¡Te lo juro! ¡No te había visto en mi vida!

El hombre está lo bastante aterrado como para que se le ocurra siquiera la posibilidad de mentir. Morgana resopla, irritada - Dime, insecto ¿Qué es lo último que recuerdas de ayer?

Recuerdo que yo y Hudson fuimos a recoger nuestros cascos a la tienda de Bricks. Después de eso... nada hasta que llegamos aquí y nos pasamos la noche jugando al billar ¡lo juro!

Hudson, con media cara quemada y el mono ignífugo chamuscado intenta atacar a Morgana por la espalda, pero a ella le basta un gesto de la mano para hacer que un puño de sombras le haga atravesar la puerta dejando entrar la luz del sol de la mañana. Morgana lanza un grito de ira y de repente es Sadie la que se encuentra sosteniendo a Cicatriz contra la mesa de billar.

¡Por favor! - suplica Cicatriz - ¡No me mates!...

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12/06/2019, 00:34
Shadow Rose

Fue como cuando un hipnotizador de repente levanta el trance de la persona hipnotizada. 

Un, dos, tres... puf. 

Y, de forma súbita, ella tenía que lidiar con todo. Soltó al hombre como si la camisa quemara. Miró alrededor, aterrada, asustada. Se agarró la cabeza, tratando de contener un ataque de nervios, de gritar desesperada ante un caos que, a ojos de todos los presentes, ella había causado. 

En pánico, salió corriendo hacia la puerta, la abrió de par en par y echó a correr hacia el exterior. No prestó demasiada atención en la dirección, sólo quería estar lo más lejos posible de allí. Que, a todo esto, ¿dónde era allí? Ni siquiera sabía dónde estaba. 

Entonces, como en un segundo canal de su cabeza, se dio cuenta de que no llevaba más que el pijama puesto. La remota posibilidad de llamar a Arthur desde una cabina con calderilla para que la rescatara una vez más parecía cada vez más lejana e inalcanzable. El peligro no había pasado, acababa de comenzar. 

Nerviosa, aún tratando de contener sus emociones, tanto que le estaba costando controlar sus poderes y no ponerse a levitar en medio de la acera, o contener su aura de sombras para que sus ojos no se cubrieran de oscuridad, trató de buscar un lugar, quizá entre árboles, quizás un parque, donde poder tranquilizarse y contar hasta 100. 

Quizá después se le ocurriera algo, lo que fuera, para salir de allí. ¿Quizá podía llamar a puertas de forma aleatoria? Descartó la idea de forma inmediata. La tomarían por loca, ella lo haría... 

¿Y la policía? O... cualquier otro bar que no fuera en el que acababa de armar aquel jaleo. Oh, mierda, ¿y si el bar tenía teléfono? Era demasiado tarde para volver dentro y llamar... 

Aunque, siendo sinceros, no quería volver ahí ni por todo el oro del mundo. 

Siendo sinceros, sólo quería irse a casa... 

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12/06/2019, 21:20
Perry White (Editor)