Partida Rol por web

 Recojo mi mochila del camión y camino acompañando a la manada, no me acerco a los animales y además me quejo de ellos.

 Que verga! ¿Ahora vamos a ir montando a caballo? No me jodan... maricas... Paseítos ahora pues.

 La mochila pesa y no es una mochila apta para acampadas ni caminatas por el campo, al igual que mis zapatos.

Los equinos se mueven agitados cuando os acercáis y con presteza los hombres hacen lo que pueden para calmarlos. Los animales no son los únicos asustados; Aunque los guerrilleros mantienen una apariencia firme y segura, los sorprendéis a menudo mirandoos de reojo y evitando el contacto visual*

Por suerte, los caballos solo están previstos para cargar con las bolsas y el equipo más pesado. Después de asegurar todo diligentemente en los mismos, un par de chicos se encargan de agarrar las riendas con la mano y comienzan a abrir camino a pié.

Vince no tiene problema en ir junto a éste primer grupo, pero al resto os piden que los sigáis a una distancia prudencial.

El cañón de la montaña se va estrechando a medida que subís, y el ruido de vuestros pasos solo lo interrumpe el movimiento de algún pequeño animal entre la vegetación y el continuo cabal del río.

El líder de la patrulla os vuelve a hablar en ruso:

- это был долгий путь**

A medida que váis caminando, os percatáis que nadie ha esperado que dierais explicaciones. Puede que os estén llevando a Chechenia o a una celda en mitad del monte.

Viktor asintió a Vince mientras se dirigía hacia el camión de nuevo: 

- Vamos. Coged todo lo que hay en el camión, dudo que volvamos a esta zona.

Una vez en la parte trasera del vehículo, cogió su petate, cargado de armas y equipo, y se lo echó a la espalda. Pesaba, pero lo sorportaría. A fin de cuentas ya iba vestido con la ropa balística, el chaleco y las fundas, así como las armas cortas. El resto era algo pesado pero manejable, un recuerdo de sus tiempos en las fuerzas rusas.

No sabía muy bien a dónde les llevaban, pero confiaba en su saber hacer, por lo que se apresuró a ir junto a los guerrilleros y esperar a que sus compañeros estuviesen listos para partir.

Una vez el líder de los guerrilleros les habla en ruso, Viktor responde: 

- Demasiado largo, camarada. Hahaha Sólo tengo ganas de llegar y quitarme las malditas botas. Me llamo Viktor, ¿Y tu? Llevo tanto en el camino que además del calor, parezco haber perdido mis modales.

 Dejo la mochila en manos de los chavales que se encargan de los caballos y camino en el centro de mi grupo.

 En las montañas o en la jungla, estas caminatas no difieren mucho, las he hecho muchas veces, en uno y otro lado, unas veces hacia un laboratorio o cerrar un trato y otras a pegar un tiro en la nuca a los desgraciados de turno y abandonarlos en mitad de la nada, por eso no me molesto en parecer normal, no lo necesito y prefiero que estos tipos duros sepan que no somos prisioneros o presas fáciles. Aunque dudo que mis hermanos de manada dejen algún lugar a la duda.

 Sonrio.

 -No sé si me darían más miedo los que van preparados para la guerra o el de las manos en el bolsillo...

 Aprovecho que pillo un a soldado mirandome para sonreírle mirándolo fijamente.

 Después sigo tan campante.

Levanta las pobladas cejas al escuchar un ruso tan fluïdo por parte de uno de los recién llegados.

- Ali Taziev*

Dice señalandose a sí mismo con la mano abierta sobre el pecho.

- No esperaba que hubiera un ruso entre vosotros ¿de dónde eres?

Espera tu respuesta con el interés de una persona que sabe escuchar a los demás.

- ¿Sabéis dónde vamos?

 Parece que camino despistado, a la mía, o entretenido en sonreír al que pillo mirándome de reojo, pero estoy atento. 

 Cuando escucho hablar al líder atiendo, aunque no tengo ni idea de Ruso o lo que sea que habla. Sin embargo siempre se puede entender el idioma gestual.

 Parece que se presenta, pero un nombre sin más. Sigo atento a la conversación indescifrable para mí.

-Viktor y él se estan haciendo amiguitos

Dijo Pável sonriendo con cierta sorna

Viktor asintió con una sonrisa:

- Encantado, Camarada Taziev. Se podría decir que crecí entre varias partes de la Madre Rusia, mi familia viajaba mucho, aunque podría decirse que Moscú fue mi hogar más tiempo que otra zona. La verdad, no sé a donde vamos con exactitud, supongo que a donde se nos requiere. - Dijo con un encogimiento sincero de hombros.- ¿Hay algo que puedas contarnos sobre la situación?
 

Vince se colocó entre los dos animales de carga. Acarició el lomo del caballado de su derecha y observó como los guías miraban algo preocupados. El gangrel quiso ignorarlos para que esos hombres no se pusieran más tensos y observó que hacían los demás. Biktor hablaba con el cabecilla mientras Mark y Novak parecía que estaban en una excursión de vacaciones, riendo y haciendo comentarios mientras reían.

- Viktor, pregúntale al que dirige a mierdas nos llevan. Empiezo a sentirme arrestado en vez de custodiado.- Exigió de forma molesta.

Reconoces el nombre del chico que habla con Viktor.

¿De qué te suena? ¿de qué...?

Ali Taziev, sí. Oíste alguna vez ése nombre en las noticias hace muchos años. ¿No era alguna especie de líder rebelde en el conflicto de Ingushetia?

No sabes muy bien qué posición exacta ocupaba, pero estás seguro que Ali Taziev tubo alguna vinculación con el frente del caucaso y si salió por las notícias es que debía ser alguien importante. Un jihadista probablemente.

Si le ha sorprendido la vaguedad de tu respuesta al no saber con exactitud hacia donde váis, no lo demuestra.

En lugar de ello, asiente con la cabeza y prosigue.

- Nos dirigimos a las cuevas de Pankisis, lugar de peregrinaje de cualquier Abrek que se precie.

Por ahora hay pocos hombres en las montañas. Los pasos de Samkinvrostsveri y Abanosseri están cerrados. Es invierno y hace frío, esto a veces dificulta las operaciones pero por otro lado también tenemos menos intrusiones en nuestra zona.

Termina de ponerte al día el hombre.

- Ya falta poco para llegar.

-Se ve que vamos a unas cuevas, los pasos de montaña parece ser que estan cerrados. Viktor preguntale ¿que es un Abrek?

Bajando la voz

-Creo haber oido sobre este tio, es un lider gerrillero musulman.

Levanto las cejas ante la confesión de Pavel.

 -No jodás pues. Va a ser un tipo importante el chichipato ese...

Me acerco un poco más al líder y Víktor, de repente más interesado en las andanzas de Ali, aunque no entiendo nada de lo que dicen.

 -Preguntale pues.

Le insisto a Viktor gesticulando un poco de más, como casi siempre por otro lado.

-Guerrilleros, eso son menos de fiar que nosotros.- Pensó Vince mientras seguía observando al grupo.

Viktor asintió a Ali: 

- Entiendo, gracias por ponerme al día. Rendís culto al legado de Zelim-khan, espero. Me gustaría honrar su memoria. - Dijo mientras intentaba recordar las historias de guerra que su padre le había contado de niño. Rememorar esos tiempos era cada día más difícil, una muestra más de que se le acababa el tiempo.- Permíteme un segundo para poner al día a los que no hablan ruso.

Se giró para acercarse al resto:

- Ya supuse que sería un hombre de Dios - Dice en inglés asintiendo.- Y un Abrek es una especie de antiguo antihéroe checheno. Para ayudar a la sociedad, se convertían en guerrilleros apartados de la sociedad, de esa manera combatían por los chechenos contra la ocupación de los imperialistas rusos primero y de los soviéticos después. No fue un conflicto bonito, desde luego. También hay una corriente de Abrek religiosa, hombres honorables que siguen a su Dios y luchan por él. Estamos en buenas manos.

 Arrugo la nariz ante las explicaciones de Viktor, aunque no doy más explicaciones.

 Pese al desagrado no me vuelvo a alejar del líder de los guerrilleros ni parezco volver a perder el interés en la conversaciones.

Ali haceun gesto afirmativo y se centra en el camino con despreocupación mientras habláis entre vosotros. El resto de la comitiva parece más tranquila cuando guardan cierta distancia prudencial con vosotros. Marchan en silencio pero de vez en cuando se oye algún comentario en lengua extrangera.

En esta parte del camino, la garganta de Pankisis vuelve a abrirse y el río ahora parece dividirse en múltiples afluentes o eso intuís por los sonidos de agua corriente a ambos lados del valle. Durante un rato, las mulas caminan cerca de una pared rocosa por la que descienden pequeñas cascadas como si toda la montaña rezumara agua. 

Hay tramos del camino en los que la propia roca os hace de techo, como un túnel abierto al valle por uno de los lados y con el resto de la cordillera sobre vuestras cabezas.

El haz de las linternas de repente ilumina una hoquedad en la roca que da la sensación de haber sido excavada o diseñada de forma artificial. Más adelante discernís otra y otra más, hasta que llegáis a una gran cavidad donde aparecen un montón de pequeños agujeros y rendijas en la pared de distintos tamaños. 

- Esperad aquí.

Vuestro acompañante alcanza a sus hombres que se han detenido más adelante. Les da instrucciones en georgiano mientras en un par de zancadas se dirige hacia una de las entradas en la pared y desaparece en sus profundidades.

Los hombres que se han quedado con vosotros descargan las mulas y las atan a unas argollas que cuelgan de la misma piedra.

Al cabo de unos minutos, volvéis a ver luz des del túnel por el que se había metido Ali. Éste reaparece, ahora acompañado de otro hombre más corpulento de barba rojiza.

-Bienvenidos a la garganta de Pankisis,

os dice el hombre en un ingles afectado por un ineludible acento soviético.

- Mi nombre es Abu Omar, soy el general consular de Azokh Abyss ¿A quién tengo el placer de recibir?

Hizo un gesto de asentimiento y respeto hacia Omar:

- Salam aleikum, mi nombre es Viktor, entiendo que está al mando de la zona, ¿No es asi?

Se preguntó cuánto tardarían en poder llegar a su objetivo. La zona era escarpada y remota, lo que podría suponer un problema si el viaje se alargaba demasiado. Optó por ser educado, no apreciaba demasiado lo que la religión musulmana había hecho con su Clan, pero no sentía desdén por los mortales que la practicaban, siempre que no fuese un problema para sus objetivos, claro estaba.