Partida Rol por web

Pável toma el brazo de la primera bolsa y bebe, lame la herida. De su mochila saca un cuenco con una bolsa, muerde su dedo y deja que la sangre salga del dedo y llene la mitad del recipiente donde añade unos polvos grises. Saca su saco y marca la silueta con la sangre del cuenco.

- Sacad vuestros sacos  y Mark dime donde vas a dormir para que haga un circulo.

Mientras reaccionan sus compañeros, se acerca a los inconscientes y se alimenta de ellos, sellando sus heridas tras alimentarse.

Cuando Pável va a buscar su bolsa recuerda de repente que la tenían los soldados. Ellos y sus animales fueron los encargados de hacer de porteadores de todo el material des del Kamaz hasta la entrada de Azokh Abyss donde visteis como descargaban el mismo hacia el interior. Pero si esperabais encontrarlo en vuestros aposentos como suele ocurrir en los hoteles, la expectativa no se ha cumplido.

-¿Sacarlo de dónde?- le preguntó a Pável.- Sigo diciendo que estais demasiado confiados, no os habeis dado cuenta de que vuestras cosas han desaparecido. Incluso si se las hubieran llevado para echar un vistazo no creeis que antes de traernos aquí las habrían dejado en este sitio o habrían dicho algo para que no se desconfiase?.

Pero eso le dio la oportunidad que necesitaba. Iba a investigar la zona, había memorizado los caminos que parecían estar menos cigilados e incluso un recuento de cuanta gente armada se habían cruzado.- Voy a investigar un poco, y si preguntan estaba buscando a alguien que hablara ingles para preguntar sobre nuestras pertenencias. ¿Le parece lo suficiente civilizado?- Dijo en tono humorístico, acompañado de una sonrisa.- Si alguno quiere venirse, pero no más de uno, no hay que levantar aún más sospecha.

 Hago un gesto con la mano a Vince que da a entender que haga lo que quiera.

 -Ya háganle... Pero no me armen bololoi, vayan mirar, por y callar. Si encuentran nuestras cosicas perfe, si no, esperemos que nos las devuelvan mañana.

 Parezco muy conformado con lo que nos ha tocado, tampoco hay demasiado que podamos hacer.

 -Si encuentran algo sospechoso me vienen pa acá. Y si de arepazo encuentran algo bueno mas rápido aun se vienen.

 Después miro a Viktor.

 -Usted dirá... Lo mismo me da una piedrica que otra para foquiar.

Las palabras irónicas de Vince le hicieron reír:

- Hahahaaha si, sería más que civilizado, hasta astuto. Lo que sea que juega al gato y al ratón me está cansando. - Miró al resto y señaló a los mortales.- Aseguráos de que siguen vivos, no quiero mortales inocentes muertos en mi presencia*. Y buena suerte. ¿Vamos, Vince? Creo que juntos podemos averiguar un par de cositas de aquí.

Levanta las manos maldiciendo en ruso y para cuando se calma dice:

-Vince, voy contigo, al menos yo hablo ruso.

Pável bebe sin problema de los dos recipientes que os han ofrecido. El sabor de su sangre no tiene nada reseñable, son más bien insipidos y a penas reaccionan al mordisco. Al no estar especialmente hambriento tampoco te cuesta cesar a tiempo y bebes solo la cantidad justa que te apetecía para probarlos.

 Cuando los "investigadores" se marchan quedamos Pavel haciendo sus cosas y yo.

 Tampoco es que vayamos a matarnos haciendo cosas en la celda, ni que los que se han marchado vayan a encontrar nada especial. Lo mejor habría sido dormir y ya, pero...

 -Son como cachorros, hay que dejarlos salir un poco o te destrozan la casa.

 -¿Que Pavel? ¿Los huevones estos que trajeron son sanos?

 Pregunto en referencia a los fardos del suelo.

 -¿Que pensás vos del sitio este? Tiene mala vibra, pero no sé qué.

El hecho de no tener su macuto le preocupaba. Una cosa era tener que estar "bajo hospitalidad" de los Abrek, y otra muy distinta era sentirse prisioneros, carentes de su equipo. Intentó no ir muy junto al resto, pero sí mantener al menos un metro o dos de distancia. De esa manera, si la cosa se ponía fea, podría usar su pequeño talento para las sombras y rodear al enemigo. Odiaba esa calma tensa antes de la tormenta, por lo que trató de prestar atención a todo lo que pudiese resultar relevante en los alrededores.

A pesar que todos los caminos son tremendamente similares, encontrar el túnel de regreso a la parte central es un juego de niños para vosotros. Una vez llegáis a la zona más abierta, el gangrel  toma la delantera deslizándose entre las imprvisadas construcciones cuya cercanía entre ellas crea pequeños senderos poco expuestos. Pasáis por detrás de las cabañas y debajo de algunos salientes solo para deteneros unos pocos segundos a analizar el entorno que os rodea.

Efectivamente hay varios puntos con soldados apostados haciendo guardia: la puerta de una cabaña, la de una construcción en la roca cuyas ventanas dan al gran pilar central y la boca de otro de los túneles que se introducen en la montaña.

Los tres chicos que jugaban a cartas siguen en el mismo sitio de antes, aunque en este omento no os prestan atención pues ignoran vuestra posición algo más alejada ahora. Acercandoos lo suficiente, quizás podríais lograr escuchar su conversación.*

- Vale, dime: ¿Dónde irías?- Preguntó como si de un acertijo se tratara.- La caseta me da que es donde se pueden juntar gente importante de la guerrilla, arsenal, o incluso donde están nuestras cosas. A mi el que me intriga es la gruta  que se mete más hacia el interior de la montaña. - Echó un vistazo Vince para asegurarse que ninguna mirada que se dirigiera a esa zona pudiera pillarles distraidos.

Viktor rió por lo bajo poniendo acento americano, cual participante de concurso:

- hahahaha La caja, definitivamente, la caja. - Y gesticuló levantando una ceja hacia la gruta.- Espero que seamos buenos de cojones con el sigilo sobrenatural, porque tengo esa sensación de huntarme con sangre para nadar con tiburones. Vamos a ver qué dicen los críos... - Dijo mientras intentaba acercarse de manera sigilosa.

El sigilo había existido entre los hombres desde que el primer cazador comprendió que en el silencio y las sombras tenía un poderoso aliado. En manos del operador que fue Viktor una vez, era una herramienta letal y precisa, capaz de determinar el éxito de una misión. Sin embargo, revestido por la oscura esencia que animaba a las criaturas como él, el sigilo se volvía una tenebrosa experiencia, no como el humano que usa la oscuridad y el silencio temiendo sufrir el mismo destino, sino como el depredador que no teme a nada y estudia a su presa. Como Assamita, ese reino de la oscuridad era suyo por derecho, y con pasos y distancias calculadas, Viktor se cernió sobre los jóvenes como una sombra más, pese a no estar empleando el poder de la sangre. A veces, se conseguía más con simple habilidad e instinto que con todo el poder oscuro de la vitae.

Llegas a mitad de una conversación ya empezada, pero lo que realmente llama tu atención es que los chicos no están hablando checheno ni georgiano. Ni si quiera ruso. Por su acento distingues claramente qu el inglés no es su idioma natal, pero están hablando el idioma con el que más familiarizado estás.

 - No tengo ninguna intención de descubrirlo.

 - Apuesto que ni ellos mismos saben qué hay allí a bajo.

- Que más da. Al menos saben por donde ir.

- Más bien por donde NO ir.

- Estoy harto de estar de brazos cruzados.

- Igual que todos.

- Pues vamos a preguntarle a los nuevos, quizás ellos sepan algo

- O quizás te hacen papilla por fisgón

- Hemos quedado en esperar otra semana antes de hacer nada más. Ten paciencia.

Viktor saca discretamente un cigarro y al pasar cerca de ellos, lo deja caer sobre los chicos. Cuando uno de ellos se girase para mirarlo, le indicaría con una mirada que fuesen a una zona más apartada, discretamente. Parecía que ellos estaban tan perdidos como su grupo, lo cual podría ser de utilidad. Además, hablaban inglés.