Partida Rol por web

- A mi que nos tengan aquí des de hace 3 semanas me parece raro de cojones. Más allá de eso, no se qué te podemos decir.

Añade el de pelo corto, visiblemente impaciente.

Viktor asintió a las palabras de Mehdi antes de responder en una voz más baja:

- Y tiene que ser uno antiguo de cojones... Lo que hace que mi estancia aquí sea igualmente incómoda. No me apetece quedarme a ser el menú. Vosotros habéis estado aquí antes, ¿Sabríais encontrar el camino de salida? No es que me incomode la idea de batirme el cobre con algo con más años que yo, pero no me gusta jugar en inferioridad numérica en un terreno desconocido.

Miró a sus compañeros un momento esperando su respuesta.

 Me río, ni más ni menos. La verdad es que la simpleza del mecanismo me gusta.

 -¿Que huevon iba a andar por ahí con una cassette en estos días? Si es buen código de seguridad si...

 Como no puedo hacer mucho más con la cinta, simplemente la guardo a buen recaudo en mis ropas y sigo con lo que estaba haciendo. Ya tendré tiempo de hablar con Pavel sobre sus amigos.

 Me acerco a los prisioneros del suelo.

Vince no tenía problemas para encontrar la salida, desde que pusieron el primer pie dentro se fue quedando con cada tramo por el que pasaron.- Viktor, Pável, ¿qué queréis hacer?Si vamos a salir de aquí será mejor largarnos ya y olvidarnos de nuestras cosas y creo que será inevitable hacer ruido porque nos cruzaremos con guerrilleros.- Expuso- Si no, creo que Pável, que uno de vostros que habla el idioma debería ir a buscar a nuestro amigo  y los otros vamos  buscarlas y ver si hay otra salida menos vigilada por alguna de las grutas.- Entonces miró a los tres extraños - ¿vosotros vais a esperar a que os quieran poner en el menú de la monstruosidad que haya aquí abajo o vais a colaborar?- cuando dijo esas últimas palabras miró fijamente a Boris con una mirada más desafiante.

El Tremere se gira y dice:

- Ojo, ojo, que yo hablo ruso, no checheno, ni georgiano, ni parsi, ni lo que coño hablen aqui. Pero creo que debemos ir juntos a por Mark por que no me fio y además lo hemos dejado solo, no querria que le pasara nada al colombiano. Luego ya podriamos buscar nuestras cosas.

- Atravesar la montaña hasta Chechenia por los túneles sin un guía puede ser muy peligroso. Se lo decía antes a mis compañeros, no sabemos qué hay ahí abajo.

- Al menos podemos intentarlo, no nos hemos esperado aquí todas estas noches para nada. Y ahora ellos nos pueden acompañar.

- La otra opción es recular hasta la garganta y hacer el camino por la cima a través de la nieve. Tampoco es que sea el camino más seguro, es lo que hay.

Viktor sopesó opciones. Largarse sin más suponía echarse encima a todo el Abrek, y obviamente, también a lo que dormía bajo el Abismo de Azokh. Hablar con Omar de frente podía ser otra opción, a fin de cuentas, ¿Para qué llegar a un acuerdo para eliminar a un obstáculo del Abrek si planeaban destruirles? Quizás Omar esperaba a la deliberación de Aslan, para lo que tendría quizás que despertarle de su letargo. Eran tantas las incógnitas, que las respuestas podrían quedar en el aire para siempre.

- Algo no me encaja en todo esto. - Dijo mirando a Pavel y a Vince.- El checheno quería que hicieramos un trabajo para él como pago por pasar, ¿Porqué molestarse en esa farsa si nos quería para el menú? De la misma forma, ¿Porqué tenernos aquí esperando? Estos chavales llevan un mes aquí, y yo no pienso esperar tanto. Empiezo a pensar que esta "espera" es el tiempo necesario para que el checheno despierte a su amo, le pregunte por su decisión, y vuelva a nosotros con ella. - Chasqueó con la lengua (tsk).- Puede que sea jugar a la ruleta rusa, pero quizás Pavel, deberías ir a por Mark, mientras Vince y yo vamos a hablar con Omar directamente sin tapujos. Vosotros tres estad listos por si tenemos que salir por piernas. A unas malas prefiero arriesgarme por los túneles antes que ser el menú de la noche o tostarme en la nieve por la mañana.

Pável miró a Viktor de hito en hito.

-Ya, ¿pero luego como os encontramos? Al menos podriais esperar aquí, no esta lejos.

- Voy yo a por Mark - Dijo Vince descruzando los brazos y dando unos pasos hacia delante.- Lo busco y os encontraré por el rastro de vuestro olor. No creo que os alegéis mucho, no tardaremos nada, si hace falta lo traigo del gaznate.- DIjo sonriendo y echando en dirección a la 148.

El gangrel fue hacia donde estaba su compañero deprisa pero sin actuar de forma urgente, vigilando por si alguien le siguiese.

- Tú, levantate y vámonos.- Le dijo a la vez que abría la puerta. En cuanto terminó la frase el gangrel salió de la vista de Mark.

Cuando Vince llega a buscarme, estoy en pie al lado de los prisioneros que nos habían traído.

 Hago mención de acompañarte, pero pregunto antes de salir.

 -¿Donde están los otros? ¿Que no me hayan hecho una huevonada eh...

Vince no entendió que dijo Mark con lode la huevada. Maldijo su puto lenguaje de espalda mojada.- ¡Vamos coño!, Vamos a juntarnos que esto se puede poner serio.- Le urgió  a Tovar.  Tenía prisa pues quería llegar con rapidez al lugar donde había dejado a los otros para no perder su rastro.

 Juro bastante por lo bajo, aunque apenas se entiende nada, pero arranco a andar que es lo que te interesa.

 -... Hijueputas.... Maricas....Huevonada...

Pável y Viktor empiezan a buscar a Omar por su cuenta mientras Vince recula hasta la habitación 148 donde le espera Mark.

Preguntando por el nombre del jefe, los dos primeros rápidamente reciben indicaciones en forma de manos señalando hasta una de las viviendas excavadas en la roca.

El olor de los miembros de la manada es fácil de trazar y el grupo se reencuentra al completo frente al edificio del general justo cuando una voz des del interior os invita a pasar.

Atravesáis un pasillo largo y mal iluminado con puertas a ambos lados. Siguiendo la dirección de la voz véis un humo con olor dulzón reptando por el techo des de una de las habitaciones con luz que hay al fondo.

La sala donde se encuentra el Checheno parece una suerte de cuarto de tortura. Hay unas cuantas camillas y cuatro bultos de apariencia humanoide colgados del techo boca abajo (similares a los que os dejaron en la habitación para alimentaros).

Los recipientes que está inspeccionando Omar llevan una especie de cábles o tubos metidos por debajo de los sacos y vendas que los cubren. Algunos de los tubos conectan con bolsas de suero y otros más gruesos se acoplan a unas grandes cachimbas cuyo carbón emite un brillo incandescente y humea por los lados.

Aunque no hay manchas aparentes, la habitación huele a sangre y a muerte.

- Adelante, por favor. No esperaba recibiros tan pronto esta noche.

Se da la vuelta hacia vosotros y se apoya en una mesa metálica devolvieendoos la mirada, expectante.

Viktor paseó la vista por la sala, intentando no mostrar emociones por lo que estaba contemplando. Omar esperaba saber qué hacían allí, pero al mismo tiempo, debían tener claro qué decir para no desencadenar un conflicto. Si sus pulmones funcionasen por sí mismos, habría respirado hondo:

- Omar-Pasha, espero no interrumpir. - Dijo como cortesía.- Hemos tomado un descanso, repuesto fuerzas y decidimos preguntarle si ya estaba todo listo para partir. Agradecemos la hospitalidad, pese a que algún soldado ha olvidado traernos nuestras bolsas, pero creo que ya es hora de seguir con nuestro camino. No quisiera esperar un mes para poder seguir el camino y para ser totalmente honestos, creo que no tiene todas las cartas sobre la mesa en este lugar.         

 La mirada que dedico a mis compañeros de manada en la puerta de la "casa" es más que elocuente.

 Hago un gesto que se puede interpretar como una petición de explicaciones, pero la corriente arrastra y entro con el resto.

 Como no se de qué va el asunto me quedo en silencio por una vez.

 Cuando Viktor habla, intento mantener el semblante impasible, pero hiervo por dentro.

 -Putos culicagados...

 Las dotes diplomáticas de mi manada quedan patentes exigiendo explicaciones y echando en cara si enseña o no sos cartas a alguien que nos tiene pillados

Vince quedó callado, esperando a ver qué les traía las palabras de Viktor. Se quedó mirando a fuera para ver si alguien se acercaba a ellos.

- Es normal que os desorientéis aquí abajo,

Dice el Checheno disculpándote.

- Fuera está a punto de salir el sol. - mira hacia un reloj de pared oxidado a un lado- En una hora. Por eso os he ofrecido una habitación y comida. Hay que dormir ahora.

Y arrugándo el ceño, se cruza de brazos antes de añadir:

- ¿De qué cartas hablas?

Sus ojos sospechosos están ligeramente enrojecidos cuando se clavan en los de Viktor.

Viktor sostuvo la mirada al Checheno:

- ¿La única razón para traernos aquí y ofrecernos refugio era que descansásemos? Curioso que en nuestra habitación no se encuentren nuestras cosas. De igual modo, no he podido evitar oír a tres jóvenes condenados hablando entre sí sobre una larga espera de un mes, ¿A qué se debe su espera, acaso nos espera la misma suerte? - El assamita tenía ya el ceño fruncido, y su expresión dejaba claro que estaba cansado de medias verdades y jugar al gato y al ratón.- Y eso sin entrar en el tema estrella: Estaban asustados por "lo que hay ahí abajo", algo que ciertamente hasta yo he percibido. Verás, no me importa hospedarme en el Santorum de alguien mucho más viejo que yo en la cadena trófica vampírica, pero creo que hemos demostrado ser lo bastante amistosos como para al menos saber dónde nos metemos, y comportarnos con educación en casa de un huesped, en lugar de parecer putas moscas en una tela de araña, Omar. No tengo interés alguno en qué duerme bajo esta roca, no tengo interés alguno en faltar a la hospitalidad, pero no me gusta que me oculten información, no me importa cómo de poderoso puede ser el interlocutor. No confundas mi respeto con temor o estupidez.

Viktor estaba preparado para lo que pudiese suceder. Si la cosa se ponía violenta, dejaría que sus artes en el combate contra vampiros corriesen libres; por el contrario, si Omar empezaba a respetarles, dormiría con un ojo abierto, pero al menos con más información.

 Miro directamente a Omar. No me gusta como se ha manejado la situación, pero ya está hecho, y yo siempre voy a estar con mis compañeros.

 -Mireme usted señor Omar. No se qué pendejadas pasan acá, pero aqui mis parces y yo somos gente de bien.

 No nos gusta que se nos maltrate ni se nos embolique.

 Entonces pues, nosotros somos gente ruda, ya le dije, no nos busque problemas porque nosotros le dimos amistad a usted y le vamos a ayudar con su problemica.

 ¿Estamos en orden?

 No he llegado a amenazar a nuestro anfitrión, pero el tono y la actitud han cambiado totalmente. La amenza está patente.