Acto seguido, tras aquella contestación, optásteis por largaros de allí. Aún seguía con el albornoz y la toalla al hombro, con los cabellos ya secos, aquel anfitrión al que habíais sacado de vuestras casillas. Pareció que la pura casualidad de introducir cuatro sujetos en su casa casi de golpe le había abrumado. El tipo os cerró la puerta de entrada de un golpe, y se escucharon unos perros en algún fodo del vecindario...
Era totalmente de noche, comenzaba la madrugada.
Las opciones son:
-Ir a ver al amigo de Malcom ahora (aunque es madrugada).
-Iros a vuestros hogares y reuniros al día siguiente.
-Otra cosa que queráis ;)
A pesar de la tensión del ambiente, no pudo evitar reprimir una sutil sonrisa al escuchar al detective pedir un vaso del agua, como si le hubiera leído la mente.- Llegas tarde, compañero.- Parecía que el hombre también usaba los mismos trucos, aunque en esta ocasión no había salido como querían y, evidentemente, habían colmado la paciencia de Flannelly, quien los echó a voces de la casa, haciendo que Edna levantase las manos para que se calmase mientras se daba la vuelta dirección a la puerta.
Desde luego no se esperaba aquella reacción, mucho menos de alguien en un vecindario tan distinguido.- ¿Nos habrán escuchado? – Oteó los alrededores, buscando algún curioso que hubiera decidido espiar al escuchar el alboroto. Se alejó unos pasos de la casa en silencio, todavía agarrada al brazo de Ray, manteniendo aun esa pequeña mentira de la esposa – No tienen nombre, solo una descripción y que está casada, quizás pueda ganar tiempo si llaman a la policía.
Es tarde para seguir indagando, y personalmente estoy un poco cansada tras tantas emociones fuertes.- Dijo con la vista al frente pendiente del camino y voz menuda, como si soltara un comentario banal al aire. Alzó la vista para mirar al cielo, centrándose en las estrellas, la luna, la luz que se apagaba en las casas contiguas…- Nos veremos mañana, caballeros.- Sonrió a los presentes.
En ningún momento mencionó aquello que había podido llevarse del maletín, ni siquiera lo que contenía el mismo, esperando poder investigarlo ella primero.- Sé que tengo algo importante entre manos. Este caso es mío.
La situación se estaba volviendo muy tensa y yo me encontraba cada vez peor. Había conseguido crear un mundo tranquilo y ordenado en el cual disfrutaba, no sólo de mi trabajo sino de mis momentos de asueto, que no era otra cosa que disfrutar de un buen libro mientras fumaba una buena pipa y me tomaba una copita de jerez, ritual que hacía normalmente antes de irme a la cama.
En cambio esa noche en la que había disfrutado, por lo menos al principio, de una agradable velada, mehabía visto de pronto envuelto en un caos al que no estaba acostumbrado, poniendo todo patas arriba. No veía el momento de alejarme de aquella casa para poder retirarme a la mía, aunque con tanto trajín dudaba mucho que pudiera conciliar el sueño.
Por ese motivo, una vez que me vi en el exterior de la casa, me permití respirar aliviado. Era ya muy tarde y, si aquellos que me acompañaban estaban dispuestos a seguir con esa loca investigación, por mi parte tenía muy claro que lo único que deseaba era buscar refugio en mi propia casa. Así que, cuando escuché a la joven Edna dar su opinión, no pude más que asentir con alivio a sus palabras.
—Estoy completamente de acuerdo con usted joven. A estas horas dudo mucho que pudiésemos descubrir algo. Será mejor que descansemos y prosigamos mañana. Una noche de sueño reparador seguro que nos da nuevas ideas.
En esos momentos no tenía muy claro si me apetecería demasiado volver a encontrarme con ellos para seguir con aquella locura, aunque reconocía que la curiosidad era mucho más fuerte que el temor o mi propia tranquilidad.
Tras salir de la vivienda de Flannelly, el grupo se disolvió. El detective tomó su vehículo y fue llevando a cada uno de vosotros a distintas avenidas y calles para dejaros en vuestras viviendas o cerca de ellas. A la mañana siguiente decidísteis quedar de nuevo: El detective y la reportera se tomarían el día libre y el doctor Hubbard dejaría la morgue a cargo de sus adjuntos. El vidente Ray no dijo nada, tal vez se quedara en su domicilio sin saber del tema*
Escena cerrada.
*A Ray lo dejo en su vivienda, no quiero tenerle "colgando" como si nada.