Partida Rol por web

Aun un poco aturdido por el efecto del narcótico, no logras detectar nada, pero estas seguro de que no has percibido nada, al menos cerca de vosotros dos.

Tu contrincante se te aproxima, con el sable en mano, concentrado en tus movimientos.

Miro a mi adversario, parece concentrado en algo. Tendré que darme prisa en acabar con él antes de que nadie pase por aquí y no descubra.

Lanzo mi ataque contra él.

El humano se avalanza sobre mí con rapidez. - ¡Es rápido! - Hago una finta y contragolpeo para intentar sorprenderlo.

Mi enemigo se lanza sobre mi y a duras penas consigo bloquear su ataque. Es un buen espadachín, lo presiento y será un duro rival.

Repelido su ataque, me preparo para la siguiente embestida. El sonido de nuestros sables inunda la estancia.

- ¿Quien es tu maestro? Te ha enseñado bien. Se lo diré cuando lo vea junto con mis condolencias - Ha logrado bloquear todos mis ataques. Debo seguir presionando. Salto hacia un lado, flexiono las rodillas e intento una maniobra ascendente con el sable intentando insertarselo.

Mi oponente es fuerte y poderoso. Es hábil manejando el sable y aunque intento bloquear el filo, no lo logro.

Su sable quema mi carne, me desgarra y caigo en un profundo letargo, en la oscuridad...

El cuerpo de tu oponente yace en el suelo. Inmóvil.

Has vencido.