Partida Rol por web

Recojo mi estimado sable de luz. Me levanto con esfuerzo pero intento aparentar compostura y me yergo todo lo que puedo. Aguanto la penetrante mirada de mi nuevo maestro y dibujo una complicente sonrisa en mi sudoroso rostro. 

- Estoy a su disposición para todo lo que disponga... ¡Maestro!

- Tenemos que potenciar tus ataques. Veamos que tal eres con el sable - digo mientras enciendo el mío y me pongo en posición de ataque. - Venga, atácame.

- Voy a demostrarle que no soy tan inepto como se cree - Enciendo el sable de luz y cargo contra él con un ataque frontal fácilmente defendible. Pero rápidamente intento sorprenderle con un contraataque lateral con todas mis fuerzas.

Mi pupilo hace gala de sus ganas de combatir, haciendo dos estacadas que puedo parar con mi sable.

- Muy bien. Deja que la furia gobierne tus ataques. Tienes que dejar que el odio se apodere de ti, sólo de esta manera será más poderoso y mortal.

Me aparto unos pasos.

- Vuelve a atacarme.

El maestro bloquea mis ataques con facilidad. Es poderoso. No hay duda. Escucho su consejo y recuerdo cómo ha logrado humillarme momentos antes con un sólo gesto. Dentro de mí una furia que nace en el estómago lucha por salir como una explosión. Y es cuando me cambia el gesto de la cara apretando mi puntiaguda dentadura y la mirada se afelina cuando ataco con la furia de un rancor furibundo.

- ¡AAAAAHHHHHGGGGG!-

Me gusta ver como se esfuerza en intentar tocarme con el filo de su sable, aun a sabiendas de que no puede hacer nada y no es rival para mi.

- Tus intentos de vencerme me complacen, joven aprendiz. Tienes agallas y no te dejas amedrentar por nadie.

Apago mi sable mientras esbozo una sonrisa.

- Apaga tu sable también, veo que eres diestro con la espada. Veamos que tal tus habilidades Sith. Intenta leerme la mente.

Mi alterado corazón bombea sangre con fuerza y agarro con tanta fuerza mi sable que parece que lo vaya a estrujar. El maestro Sith guarda su sable de luz y me pide que use mis poderes de la Fuerza.

- Muy bien. Deja que la furia gobierne tus ataques. Tienes que dejar que el odio se apodere de ti, sólo de esta manera será más poderoso y mortal.

 - ¡Te voy a enseñar mis poderes! - Le vuelvo a atacar aprovechando su confianza canalizando toda la rabia y fustración que siento por dentro.

- ¡¡AAAAAGGGRRRRRHHH!!!

De repente veo como Guidron se abalanza sobre mi con su sable, dispuesto a atacarme y pillarme por sorpresa.

Lo más rápido que puedo desenfundo mi sable y por poco logro parar su embestida. Veo sus ojos inyectados en sangre, sus dientes apretados, la fuerza de sus brazos que sostienen su arma y que desean rebanar mi cuello. Me concentro y con el poder de la Fuerza logro elevar su cuerpo unos metros encima del mio.

- ¿Quien te crees que eres para desobedecer a tu Maestro? ¿Acaso eres tan arrogante que crees que puedes vencerme?

Y sin esperar su respuesta, corto la conexión con la Fuerza y dejo que su cuerpo se desplome hacia el suelo...

Apenas consciente de mis actos y llevado por unos sentimientos desbordados noto cómo el Maestro bloquea mi ataque y me eleva. Escucho su voz y a continuación me noto caer.

Intento suavizar la caída pero aún no controlo mis poderes lo suficiente y no evito golpearme fuertemente contra el suelo.

- ¡Sólo he seguido sus instrucciones, Maestro, y me he dejado llevar por mis emociones...!

Veo como Guîdron intenta en vano evitar la telequinesis y la colisión con el suelo, pero cae y se oye un ruido como de algún hueso romperse por el impacto.

Me acerco a él, y veo que su brazo está roto. Apoyo la suela de mi bota y aprieto para que note aun más el dolor.

- Eso es lo que ocurre cuando no se obedece a un maestro. - digo mientras veo su cara retorcerse de dolor.

Cuando creo que es suficiente, dejo de pisarle y con la ayuda de la Fuerza logro controlar y calmar su dolor.

Miro como su semblante se calma, y aun estando herido sé que no nota el dolor y está en plenas facultades.

- Aunque me ha gustado que intentaras atacarme por sorpresa. Eso dice mucho de tu valentía y osadía. Pero nada de eso sirve si tu oponente puede matarte.

- Maestro, estoy dispuesto a morir si esa es su voluntad. Lo que más deseo es aprender los secretos del Bogan. Usted me pidió que me dejara llevar y así lo he hecho. - Me levanto, recojo mi sable láser y lo guardo. Me iergo le miro dispuesto a todo. Levanto mi mano señalando al Maestro e intento, como me ha pedido, leerle la mente.

Te concentras en la Fuerza, en el Lado Oscuro de la Fuerza...

.. y la Oscuridad entra dentro de ti. Notas la Fuerza de tu maestro, notas como la ira te hace fuerte, el odio te hace inteligente, la agresividad más rápido y el miedo eleva tu poder. Pero esos sentimientos no te controlan, sino que, aunque sea de una manera no del todo completa, tu los dominas a ellos.

Notas que tu maestro se siente orgulloso de ti, porque en poco tiempo ya has adquirido más dominio del Lado Oscuro.

Como si hubiera estado viendo borroso toda la vida, ahora percibo lo que me rodea con más claridad. Noto la presencia del Maestro. Sonrio con satisfacción. - ¡Gracias Maestro! -

- Noto como se incrementa el poder del Lado Oscuro en ti. - digo satisfecho - Eres un buen alumno y un gran sirviente del Reverso Tenebroso. Pronto estarás listo para tu próxima misión, y se que me servirás bien.

- No podrás encontrar un aprendiz más abnegado por aprender, Maestro. Estoy a tu servicio.