Partida Rol por web

El rayo láser de su bláster sale fugazmente desviado hacia la izquierda y se estrella cerca de un panel táctil en la fría pared de la bodega. 

¿¿Pero qué..??- El cazarrecompensas no pudo evitar su asombro.

Tiene que ser una broma... ¿un jodido jedi? ¿Pero cómo..? 

Jath levantó la mirada de su mira telemétrica. No daba crédito a sus ojos. Por un momento no pudo evitar dejarse llevar por el excitadisímo flujo energético de sus neuronas. Los jedis no eran mas que una leyenda en la galaxia...un concepto anticuado de justiciero o guardián de la galaxia. Eran algo del pasado. Sus propios conflictos internos los habían llevado a la extinción. Eran considerados unos pobres diablos, fanáticos e ingenuos.

Sin embargo había algo en lo que sí eran brillantes: su gran habilidad en el combate con la espada láser. Además de mitos sobre poderes especiales que iban mas allá del entendimiento. Sin duda eran tergiversaciones de la verdad, cuentos para niños. Era muy raro encontrar espadas láser en los mercados de contrabandistas, pues se trataba de un articulo de muy limitada cantidad. Y puesto que nadie las fabricaba, las pocas que quedaron se convirtieron en artículos muy codiciados. Hasta donde pudo averiguar Jath, como era lógico, solían pertenecer a los que podían permitírselas: esto es grandes señores del crimen (que las añadían a su colección de reliquias o las utilizaban raramente para amenazar a sus palurdos secuaces) y algún burgués ricachón. 

Pero este tipo era sin duda hábil con su espada, de lo contrario ese disparo lo habria freído.

¿Un jedi? ¿Era posible? Ahora sabía a qué clase de individuo se enfrentaba, y aparentemente no era uno sencillo...

Impasible por fuera, dentro de su casco de duralio arkaniano, Jath esbozó una mueca...si se trataba de frustración o de una sonrisa, sólo lo sabia él.

Con sus manos aún firmes sobre su DLT-19c, inclinó su cabeza y volvió a apuntar.

Voy corriendo hacia mi atacante. A esta distancia el rifle que usa puede ser letal, por lo que necesito concentrarme lo mejor posible, pero su disparo me impacta.

El rayo de blaster me da de lleno, haciéndome caer al suelo de bruces. Estoy herido, he subestimado a mi oponente y me he confiado demasiado. El dolor es casi insoportable, y hago esfuerzos para no perder la consciencia.

Miro a mi oponente, tiene una buena arma, seguramente un rifle modificado. Miro a mi alrededor, tendré que buscar cobijo y establecer otra estrategia para poder llegar a él y vencerlo.

- No soporto a los cazarecompensas - pienso mientras aprieto la herida recibida. Por suerte se ha cauterizado con el mismo láser.

Jath aparta nuevamente la vista de su mira telemétrica y observa como el jedi sufre el estallido que acaba de recibir su cuerpo. Echa un vistazo alrededor, por si aparecen refuerzos para ayudar a su herido oponente pero nadie hace acto de presencia.

-La justicia no siempre es tan justa, jeedai- Jath relaja los brazos momentáneamente- ...si es que eso es lo que eres. 
-Que yo sepa -comienza a caminar muy lentamente mientras revisa el paquete energético de su rifle- sobre tu cabeza no hay ninguna recompensa valiosa, asi que no tengo razón de peso para matarte -se detiene en seco y levanta la mirada-...por ahora.
Sin desviar su atención del otro individuo, levanta su arma y vuelve a apuntar. 
-Asi que si aprecias tu vida un poco, me dirás dónde estamos y cómo he llegado hasta aquí. 

Se queda alli, esperando respuesta. La mira pegada a su visor. Los pies colocados correctamente para estabilizar el retroceso del rifle. Los músculos de sus brazos, aun un poco agarrotados, permanecen lo suficientemente tensos y firmes. Ahora se encontraba a unos 35 metros del otro tipo.

Oigo las dudas de mi oponente. Parece ser que sufre algún tipo de amnesia y quiere saber que hace aquí. Parece que no recuerda nada de lo que ha hecho. Pero igual es una treta suya para despistarme y hacerme hablar, así me puede localizar por la voz.

Aprovecho los restos esparcidos por la bodega para atrincherarme y recuperar el aliento y calmar el dolor provocado por la herida. Unos restos me sirven de parapeto y me permiten guarecerme del cazarecompensas. Estamos a una buena distancia pero es un tirador infalible, y más con sus armas. Me lo está poniendo difícil.

Jath ve como su oponente se intenta esconder. 

De eso nada.

Aprieta el gatillo y el cañón de su DLT-19 vuelve a iluminarse con un rugido que se expande por la sala durante unos segundos.

Estando herido me es difícil cobijarme, y este maldito cazarrecompensas es demasiado hábil disparando.

El segundo disparo me da de nuevo. Pierdo la consciencia...

Al ver a su oponente caer inconsciente, Jath baja el arma. Sin dejar de mirar hacia allí, se queda pensando, meditando...

-Can stupa...-suelta en huttés con indiferencia- ...pobre idiota.

Nuevamente, echa un vistazo a ver si siguen solos. Sigue sin oír nada. Arma en mano, camina hacia el desplomado cuerpo de su oponente. Sin dejar de apuntar, comprueba que está de verdad inconsciente. Coloca el seguro a su rifle y se lo cuelga a la espalda.

A continuación se inclina para quitarle el sable al supuesto jedi. Por un momento se queda pensando mientras lo examina con detalle. Luego reacciona y lo guarda en el cinto. Acto seguido saca una cuerda de metal y amarra con ella al individuo.