Takeuchi no estaba de mi parte, y Sota parece convencido de lo que quiere hacer. No sé como responder a la mirada de auxilio de Nao.
-No, no sabemos todavía si tenéis razón. Nada de lo que ha pasado estos días tiene sentido, pero aquí estamos.-me froto los ojos, buscando la calma que me pueda dar las palabras adecuadas. ¿Qué podríamos Nao o yo decir antes de que sea demasiado tarde?-Es posible que tú puedas seguir controlándote, o que tengas la clave para ayudar al resto. Lo que significaría que no tenía sentido que hubieras hecho esto. Y si eso llegará a cambiar, si ya no pudieras controlarte.. pues actuaríamos acorde. ¡Mira, no lo sé! Reconozco que no tenemos suficiente información todavía, pero los de clase sois mi responsabilidad, ¡no puedo dejar que nadie más muera
Mira al hombre a los ojos y asiente en respuesta de sus palabras, puede notarse como sus manos se afianzan a los inyectables, en sus ojos hay dedición y tristeza.
Continúa caminando junto al hombre sin hablar, siente que no es el tiempo de las palabras, es el tiempo de la acción.
Sota empieza a notar como la presencia de su interior se hace cada vez mas fuerte, es como si cada ciertos momentos notara un fuerte impulso que le hiciera ser cada vez mas agresivo
Tienes que hacer una tirada de autocontrol a dificultad 8 necesitas al menos 1 exito para aguantar un turno, tendras que ir haciendo tiradas para no perder el control
Las chicas podian ver que Sota estaba sudando, parecia que el chico estaba tratando de contenerse con todas sus fuerzas
Los dos caminaron por la zona cuando un chico de otra clase les salio al paso para atacarles, por fortuna no tuvieron muchos problemas en esquivarlo, Sata con cierta preocupación mira a Rin y dice:
Creo que deberíamos separarnos… toma unos cuantos inyectables, ve a donde fue Aoi y asegurate que ella llamo a la policía, yo voy a seguir tratando de ayudar a los demás chicos.
Sus manos temblaron al escuchar el nombre de su amiga y una lagrima no tardo en asomarse, pero intento aparentar serenidad y asintiendo con la cabeza a las palabras del hombre, tomo el camino que le llevaría al lugar donde ella se había dirigido, aunque sentía el temblor en sus piernas.
Motivo: Autocontrol
Dificultad: 8
Tirada (3 dados): 4, 1, 9
Éxitos: 0 Fallo
Estoy acostumbrada a que en las partidas de Vampiro, el fallar o pifiar el autocontrol sea el máster el encargado de manejar entonces la acción del personaje (por todo eso de "no-control") así que lo dejo en tus manos.
Sota parecía estar aguantando los impulsos de aquella sangre negra, sin embargo, como todo llega un momento en el que no es capaz de controlarse, el chico sangraba por la nariz aquella sangre de color negro tan extraña y que ya sabían que era la culpable de todo.
No…
Pero parecía que no podía hacer mas, Sota salta a por las chicas con los ojos muy abiertos e inyectados en sangre saltando hacia Mieko dispuesto a acabar con ella
Por las tiradas no te preocupes ya las voy haciendo yo (Director) segun como reaccioneis como siempre
Puedes enviar mensajes solo al director, con pensamientos y demas ya que tu personaje es consciente de lo que esta sucediendo aunque no puede controlarse
No es hasta que termino de hablar que me doy cuenta de que algo está cambiado en Sota. Veo la gota negra salir de su nariz y trago saliva. ¿Había hablado demasiado pronto?
Sota se lanza hacía mí, y viéndome incapaz de retroceder con la misma velocidad que él, recupero el inyectable con el que ataqué a Seto-san e intento defenderme con él antes de que él use su fuerza conmigo.
Si no me equivoco, yo no llevaba más inyectables, y la mesa me pilla lejos, así que... Sota, ayuda, vuelve en ti xD
Tanto Nao como Mieko se negaban a dejar que su compañero muriera. No podían dejar que Sota se quitase la vida. Tenía que haber una forma de salvarlo.
Mientras hablaban con él, tratando de convencerlo de que no se suicidase, Nao vio que éste se comportaba de forma extraña: parecía inquieto, y sudaba notablemente.
—Fukui-san… ¿estás bien? —preguntó alarmada.
En un abrir y cerrar de ojos, Sota se abalanzó sobre Mieko, con clara intención de hacer daño. ¡Había perdido el control! Y, aunque estuviesen dispuestas a defenderse con un inyectable, no tenían ninguno en sus manos. El único que había era el que tenía el propio Sota.
—¡¡NO!! —gritó Nao aterrorizada.
Sin pensárselo dos veces, Nao se apresuró y se interpuso entre su amiga y Sota, dispuesta a hacer lo posible por defenderla, y olvidándose de su propia seguridad.
Rin no tardo demasiado en llegar al exterior del edificio principal, por fortuna su expedición con Sata había empezado por despejar la salida para que los que estuvieran bien pudieran salir de hecho allí Rin pudo ver a varios chicos que parecían cansados y asustados. Con paso raudo se dirige hacia la casa que había fuera, donde había dicho Aoi que iría.
Unos minutos pasaron y ya estaba en la puerta de la casa, justo cuando iba a entrar escucha como en la distancia suenan las sirenas de los coche de policía acercándose, en algo mas de 5 minutos llegaran allí sin duda.
El interior de la casa estaba revuelto, como si hubiera habido una pelea, una anciana asustada con un paso aparece, al verle se sorprende:
Muchacho… ¿que esta pasando?
En la habitación, detrás de la anciana Rin puede ver a Yuki en el suelo, con una mirada de ira y de impotencia, frente a ella esta Aoi, ella por le contrario tiene una amplia sonrisa, parece que esta durmiendo plácidamente, entonces la anciana dice al ver como Rin mira a las chicas:
¿Las conoces? Ella (señalando a Yuki) ataco a la otra chica y quería hacerme daño, pero la otra chica me ha salvado… me dijo que llamara a la policía, al inspector Kashiwagi
Mira a las dos chicas y sigue hablando con un tono de voz claramente agradecido:
Se pelearon y me han destrozado la casa… pero la chica que me defendió le clavo eso (señala el inyectable) a la otra y se ha quedado así… después me dijo que les dijera a sus amigos que gracias y que por fin podía estar con el… ¿eres amigo suyo? Parecía muy feliz mientras ella también se ponía esa inyección
Todo fue rápido, muy rápido, el movimiento de Sota, el de las chicas, el forcejeo y finalmente por casualidad, suerte o desgracia aquel inyectable dio en Sota, el chico comienza a caer al suelo, las dos chicas pueden ver como la mirada de este cambia, ha recuperado el control de su cuerpo, de su ser, parece que al menos durante unos instantes vuelve a ser el, pero saben que no durara mucho, especialmente Sota lo sabe, sabe que apenas tiene unos segundos.
A Sota: Tienes 1 turno aun ya teniendo completo control sobre ti mismo
Sus ojos se posaron primero en Yuki y luego pasaron en Aoi, estaba paralizado, al tiempo que escuchaba a la mujer, mientras la historia era contada sus ojos se iban empañando, al llegar al final de la historia las lágrimas comenzaron a brotar.
-Ahora al fin puede descansar-
Dijo con una extraña combinación de alivio y de tristeza en su voz, hizo una respetuosa reverencia hacia la mujer y luego se disculpo antes de tomar asiento, sabia que lo que debería hacer era volver y ayudar en caso de que hubiera más infectados, pero el peso de todo lo sucedido hasta ahora le impidió moverse y no quería alejarse del cuerpo de su amiga.
-Su nombre era Aoi Mureyama- dijo a la mujer -Y siempre admirare su valor por lo que a tenido que soportar y por lo que ha tenido que hacer- aunque sus palabras parecían que se dirigían a el mismo y no a la mujer -era una gran amiga-
Al decir esta ultimas palabras tomo uno de los inyectables y lo miro por unos segundos, recordó lo que había dicho Sata o fue la grabación, los recuerdos en este momento eran confusos, había dicho que lo que había dentro no haría daño a los no infectados, pero luego de la lucha con Yui tenia un mal presentimiento, ella le había herido y el arma tenia sangre negra, si no había pasado nada el inyectable no debía hacer nada, pero en caso contrario… dejo de pensarlo y cerrando los ojos se inyecto a si mismo la cura, y espero los resultados.
Y así debía ser.
Había estado luchando contra esa extraña posesión pero su conciencia no era más fuerte que el virus, navegando por los ríos de la más absoluta desesperación. Sin embargo fue el contacto de la jeringa contra su cuerpo lo que le hizo saber nadar y encontrar una orilla, al menos tiempo suficiente como para decir que era el mismo… aunque eso significara que definitivamente todo acabó.
Clavó una rodilla en el suelo con la cabeza gacha, jadeando del esfuerzo y sin atreverse a mirarlas a ninguna. ¿Qué decir en esos momentos? Si no sabía qué decir en las despedidas, mucho menos después de atacarlas de aquella forma, aunque técnicamente no fuera él mismo para entonces.
Vivid. Haced lo que yo no pude.- Era el único mensaje que quería dar, una petición de lo que él no pudo antes ni después del virus, antes de caer inerte.
Todo pasa demasiado rápido. Somos un cúmulo de extremidades, cuerpos, gritos, y una jeringuilla que ya no sé ni si sigo sujetando. Y de repente, todo termina.
-Lo siento.
Es lo único que puedo decir, aunque no sé si Sota puede escucharme todavía.
-Lo siento.
Por no haber entendido lo que nos quería decir. Por no haberle dado la oportunidad de despedirse como quería. Por no haber sido capaz de salvarle.
-Lo siento.
Sigo repitiendo, alzando tímidamente los ojos hacía la persona que podría haber muerto salvándome. Dios mío, ¿qué habría hecho si eso hubiera pasado?
-¿Estás bien?-pregunto alarmada, mis ojos recorriendo su cuerpo, buscando señas de heridas o de contagio.-No quería que... no quería ponerte en peligro. Tenía que haberlo pensado mejor, lo siento mucho, de verdad, si te hubiera pasado algo...
Y entre el torbellino de culpas, un solo pensamiento aparece. .
-Deberíamos salir de aquí.
Todo sucedió a la velocidad del rayo. De alguna manera, Mieko fue más rápida incluso que Sota, y acabó clavándole el inyectable. Nao sintió una extraña mezcla entre terror y alivio al ver que su compañero caía al suelo. Al parecer, el poco contenido de la jeringuilla fue suficiente para quitarle lo que le quedaba de vida.
Intentó decir algo, pero no fue capaz. Pese a que instantes antes había intentado atacarlas, sentía una enorme tristeza al oír las últimas palabras de Sota y verlo desplomarse.
Cuando Mieko se preocupó por ella, Nao trató varios segundos en reaccionar. Su rostro estaba pálido y descompuesto.
—No… No es culpa tuya —Fue lo único que alcanzó a murmurar.
Su amiga la instó a abandonar el lugar, ante lo que ella asintió en silencio. Se dirigió junto a ella a la salida, pero sin poder apartar sus ojos de Sota.