Entro a la casa, sosteniendo a mi mujer de la mano, no importa que no pueda leer sus pensamientos, se que debe estar un poco nerviosa por cualquier enfrentamiento que tengamos con los Vulturi.
Amor, ¿te puedo pedir un favor?, se que lo que vamos a hacer pueda provocar la furia de los Vulturi, y debes estar muy preocupada por nuestra hija, solo te pido, que pase lo que pase, no hagas nada riesgoso, por favor... dejame ponerlo así, si algo te pasara, no me molestaría encontrarme a los Vulturi.
Tomo su mano de nuevo y le doy un beso en ella.
Me sonrío ante su petición. Realmente era tan hermoso cuando se preocupaba. De no ser por que ya no necesitaba respirar me hubiese desmayado ante aquella figura. Mi respiración se agito unos momentos, antes de poder controlarme y hablar de manera clara.
-Edward cariño...es obvio que estoy preocupada...pero ya no soy la frágil Bella con la que salias... ahora puedo defenderme también y puedo protegerte...- Me acerco y acaricio su mejilla – Nada me pasara, pero si así estas mas tranquilo prometo no hacer nada tonto si tu me prometes lo mismo...-
Le digo con mucho cariño, mirándolo fijamente. Mientras acaricio su cálida mejilla para mi. Observado y embelesandome con su belleza única.
Quedo mas tranquilo, gracias. Estrecho a mi mujer con pasión y le doy un beso tan acalorado como el primero. después de el beso le digo Pero yo nunca hago nada tonto... Y me rió con ella sin poder evitarlo, recordando la ocasión que Bella fue a salvarme a Italia. Bueno, mientras no te vayas de mi lado, todo estara bien. Y le doy un beso delicado en la mejilla.
Me muerdo el labio. Sabia que tenia razón en aquello. El era perfecto en todos los sentidos. Me costaba creer que todavía estuviese conmigo.
-Vale lo reconozco...tienes razón en que no haces nada tonto...pero yo desde que me transformaste deje de hacer cosas tontas.. - Pienso nuevamente y recapacito – Bueno...deje de hacer muchas cosas tontas...-
Le digo sonriendo, mientras paso las manos alrededor de su cuello. Mirándolo fijamente.
-¿Te dije que te amaba verdad...?-
Le pregunto en tono algo divertido, mientras lo mantengo aferrado a mi.
No es cierto mi amor, yo solo bromeaba, si he sido un tonto en ocasiones, ¿recuerdas la ocasión en que te abandone por tu seguridad?, fui un idiota, y me disculpo por ello. Le digo, y luego añado, Y si, ya me lo has dicho, pero no me canso de oirlo, por cierto, yo te amo también.
Meneo la cabeza ante sus palabras, apoyando mis dedos en sus labios.
-Edward cariño...eso paso hace siglos atrás... ¿Crees que si no te hubiese perdonado estaría aquí y tendríamos una hija? - le sonrío – Mi amor...tu me salvaste muchas veces y yo solo una...todavía no estamos a mano como para ponernos a hablar de eso... No pensemos en el pasado sino en el presente...ambos tenemos que sobrevivir...por nosotros y por Renesmee... a pesar de ser grande, ella nos necesita...-
Apoyo la mejilla en su hombro, acariciando su rostro con suavidad.
Me fijo que lleve todo lo necesario y doy una ultima mirada a la casa, después tomo a mi esposa de la mano y dandole un beso digo, Es hora, vamos que Carlisle debe esta esperandonos.
Cada uno de vosotros lleva una gran mochila con todo lo necesario para el viaje.
Asiento ante las palabras de Edward y tomo mi maleta, previamente preparada por Alice. Suspiro, no quería ni imaginarme lo que encontraría dentro de ellas, ni siquiera me había animado a revisarla para no espantarme.
-Vamos cariño, ya estoy lista...-
Le digo con una sonrisa, acariciando su mejilla y acomodándome la maleta.