Partida Rol por web

Cronicas de la Sangre I: La Flor de Amaranto

Requiem for a Blood Tear

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19/09/2010, 01:53
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Sólo para el director

Aqui ire ordenando las historias de los aspirantes, nuevos Pj y demás.

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19/09/2010, 21:52
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Sólo para el director

Noferatu Invictus (Darth Tarsk)

Historia: Nací en el año 1046 en la ciudad de York, Inglaterra. Hijo de una familia pobre, me crie en las calles donde aprendi la dureza de la vida. Mis padres se volvieron mendigos cuando ya no pudieron trabajar y yo robaba para que poder sobrevivir, pero entonces noté que mis padres eran un estorbo para mi, asi que con 15 años, les abandoné y me fuí a Londres por un futuro mas prometedor.

Cuando llegué a la ciudad, comence a robar para comer, e incluso me vi envuelto en la lucha contra unas bandas y conoci el color de la sangre humana. Mi vida era miserable y violenta, pero veia la gloria de los soldados, quienes eran respetados y vivian de la corona. Deseaba tener su poder y verme como ellos, inspirando miedo y respeto a todos los ciudadanos, asi que logre entrar a la guardia y ser entrenado en el ejercito.

Durante años servi como soldado y guardia del castillo, incluso desarrolle mis habilidades entrenando. Pero en el año 1066, la muerte del Rey Eduardo subio al Rey Harold Godwinson al trono, lo que no seria muy bien recibido por los otros posibles herederos. En septiembre de ese mismo año, el norte comenzó a ser atacado por los Noruegos, que eran unos barbaros vikingos, incluso se decia que un hermano del propio Rey Harold acompañaba al Rey Noruego en su marcha. Yo fui llamado para marchar hacia mi ciudad natal y detener el avance vikingo.

En tan solo cinco dias llegamos al rio Derwent y cuando nos preparamos para atacar, el Rey dio su discurso: "En la batalla nunca debemos escondernos detras de los escudos... Mi armadura dice: Alza la cabeza, donde la espada encuentra al craneo..." entre otras cosas. Lo encontre una verdadera estupidez, pues no queria morir y si para vencer debia esconderme y apuñalar por la espalda, estaria encantado de hacerlo.

Cuando intentamos cruzar el rio, un enorme vikingo sin armadura y con una enorme hacha custodiaba el puente. Sin ayuda alguna, elimino a treinta hombres sin gran dificultad. Era un enemigo increible, pero desobedeciendo la orden de mi superior, tome un tronco del agua y cruce el rio silenciosamente, hasta llegar al otro lado y esconderme. Cuando estuve seguro de que el gigante de mas de dos metros estaba concentrado en el ejercito, rapidamente me puse tras de él y le atravese con mi lanza. Fui aclamado por ello Luché contra los Noruegos y di muerte a muchos de ellos antes de terminar victorioso.

Poco menos de un mes desde mi primera batalla, Guillermo, el Conde de Normandia ataco Inglaterra para conquistarla. Fui enviado a Hastings para detener a los Normandos. Cuando la batalla ya habia empezado, me mantuve en mi posicion y rechace a la infanteria, pero cuando ella retrocedio, insté a mis compañeros a que les persiguieramos, pues estaba euforico con la batalla y solo pensaba en revivir la gloria obtenida en el puente del Rio Derwent. Corri por el campo con toda mi division, hacia el suroeste, donde matamos a tantos como pudimos, pero entonces, la caballeria nos rodeo y comenzo a destruirnos. Si no fuera porque soy rapido y fuerte, hubiese muerto ahi, pero logré refugiarme en unos arboles laterales y me escondi, para poder volver al frente. Mis movimientos fueron indetectables en medio de la batalla, pero cuando llegue a mi ejercito, este estaba siendo masacrado. Desde los arboles vi como a mi Rey le atravesaban la cabeza con una flecha y supe que debia huir. Corri hacia el sur y me arranque mi tabardo y mi armadura, haciendo desaparecer cualquier rasgo de mi procedencia.

Por semanas recorri el sur, dirigiendome hacia el canal de la mancha. Sabia que debia cruzar para alejarme de las matanzas, pero no sabia hablar otro idioma que ingles. Una noche, encontré unas tierras de labranza en medio del bosque y encontre una gran mansion ahi. Parecia un palacio, me acerque y llame por caridad. Una hermosa mujer rubia me recibio y me dijo que no habia nadie mas ahi, que su amo llegaria a la noche. Sabiendo que era mi oportunidad, con golpes en la cara de la mujer logré entrar y desgarrando sus ropas la violé para luego asesinarla con mi espada. Entre en el lugar y comi todo cuanto pude, esperando la noche para asi interrogar al noble por sus objetos de valor, los que planeaba llevarme despues de robarlos y matarle.

Mi sorpresa fue inmensa cuando aquel hombre aparecio desde el sotano y no desde el exterior como esperaba. Era un hombre extraño de cabello oscuro. Hacia extraños gestos como los de un animal depredador. Me causo miedo su sola presencia. Antes de que me diese cuenta de lo que hacia, estaba en un rincon, paralizado de miedo y contaba mi historia. El hombre se rió de mi y me alabo por mi fortaleza y mi frialdad. Me dijo que por episodios como el causado por mi es que necesitaba un fuerte aliado.

Fui transformado en mayo del 1070, despues de mas de tres años de ser su Ghoul. Su nombre era Armus y era miembro del clan Nosferatu. Me enseño como vivir en las sombras y me entreno para ser su guardian, pero pronto notamos las diferencias entre nosotros. Mientras él disfrutaba de la soledad y su aislamiento, yo deseaba conocer a otros como yo y disfrutar de mi don. Queria unirme a causas y ser grande, como habia llegado a ser cuando seguia al Rey Harold Godwinson. Con su permiso lo abandoné el año 1095 y vagué por Europa sin ningun destino hasta que escuché de la Cruzada del Principe Nosferatu en Jerusalem y ahi supe, que ese era el hombre que debia seguir y que es a su servicio donde yo obtendré la grandeza que merezco.

Notas de juego

Pj con Estatus Ciudad 1

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19/09/2010, 21:54
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Fátima Ventrue (FanMoW)

De Fátima podría decirse que nació con una cuchara de plata bajo su boca, ya que vio la luz en las estancias pertenecientes a un prominente noble cruzado afincado no muy lejos de las tierras cristianas de Acre.

Fue la primera hija de Eduardo de Westfalia, heredero de los territorios ganados por su padre en servicio durante la primera invasión. Era un noble de carácter fuerte y belicoso, factores con los que se había granjeado el rencor y recelo de muchos de sus pares. La necesidad de un heredero le había unido en nupcias con Ana de Wilshere, de quién había obtenido a la vez una importante cantidad de tierras pertenecientes a los padres de la mujer en las Islas Británicas.

 

Como era de esperarse, la noticia del nacimiento de una hija mujer desalentó a Eduardo y le irritó considerablemente con su esposa. Pero la tragedia verdadera se desató cuando el lord vio en persona a su hija..

 

La pequeña no era de tez blanca como sus padres, sino de una mezcla regular entre ese color y el azabache. Las nodrizas hablaron de maldiciones y enfermedades pero Eduardo se negó a creer tales excusas que claramente intentaban cubrir la infidelidad de su mujer y la deshonra de su linaje.

 

Esa misma noche entró a la habitación de Ana y la estranguló hasta darle muerte y tomó al bebé para arrojarlo desde las almenas de su castillo y terminar definitivamente con el desprestigio personal.

 

Pero en el momento en el que se encontró con sus brazos inclinados hacia el abismo su dureza flaqueó como en escasas y contadas ocasiones en su vida. No pudo deshacerse de la criatura por algún motivo que nunca llegó a explicarse a sí mismo definitivamente.

 

En lugar de eso, regresó con la niña a sus estancias y mandó a asesinar a todos los implicados en el parto para que los rumores no se extendieran. La medida fue casi sin excepción un éxito...

 

La pequeña Fátima crecería a cargo de una nueva nodriza y viviría una magra adolescencia como una sierva más de un padre que nunca reveló su identidad y su pecado.

 

Su anónima existencia en el castillo cruzado y las largas jornadas de trabajo endurecieron el carácter de la joven desde temprana edad. Los años pasaron con más penas que glorias para ella, se enamoró sólo en una ocasión de un campesino

de gentiles rasgos árabes y juntos planearon unirse y formar una familia. Pero sus planes se vieron truncados por la fortuna y  la desgracia ajena que regresaba.

 

Eduardo volvió a casarse por esa misma época, y en su locura y obsesión con el pasado mandó a que llevarán a la joven morena a un claustro de religiosas en Acre para sepultar definitivamente todo rastro de la infamia de Ana.

 

Con sus sueños pisoteados, destrozado su corazón en miles de piezas, Fátima fue llevada a la fuerza al encierro en lo que ella consideró un sepulcro de piedra en vida.

 

El encierro socavó finalmente la poca ilusión que restaba en su ser y las constantes discriminaciones y maltratos de las hermanas y las superioras del convento fueron la gota que rebalsó la copa del simple dolor para convertirlo en odio y anhelo de revancha.

 

En reiteradas ocasiones intentó escapar, pero una y otra vez sus intenciones eran destruidas bien fuera por las hermanas o por los guardias que patrullaban las afueras del lugar. Cada castigo era más cruel y ensañado que el anterior. El último consistió en 100 azotes de vara sobre su espalda desnuda y un mes de encierro asfixiante en la cámara oscura, privada de toda luz, higiene y prácticamente sin alimento. Una tortura de mente y espíritu que hubiera quebrado a muchos, pero no a ella.

 

Luego de ser liberada de su celda comenzaría un trabajo de lo más sutil e imperceptible que pudiera preverse en su estado.

Mostraba siempre una actitud de resignación y adoctrinamiento sorprendente, como aceptando su posición de "herramienta" con total naturalidad y conformando así de a poco a sus déspotas compañeras hasta límites insospechados.

Pasaron dos primaveras duras y luego un verano agobiante, eternas horas de servicio hasta que finalmente tuvo todo listo y preparado para dar el golpe.

En la madrugada de un día más caluroso de lo habitual que de costumbre, los gritos de cientos de mujeres desgarraron las paredes del convento suplicando socorro a Dios y corriendo hacia las puertas intentando salvar sus vidas.

El lugar se incendiaba desde el ala de la cocina y el fuego devoraba todo a su paso a una velocidad aterradora, como si fuera obra del mismo Demonio.

Finalmente los grandes portones del monasterio se abrieron y la horda de monjas se precipitó en desbandada hacia un lugar seguro.

Y ese fue el momento para Fátima de escapar o perecer. No tenía mucho tiempo ni medios, luego de tanto tiempo ni siquiera había tenido lugar en la mente de pensar en ello. Empuñaba en su mano una cuchilla de cocina por si volvían a atraparla, prefería la muerte antes que  vivir las consecuencias de su crimen.

 

Pero por poco ni siquiera tiene esa oportunidad… Una figura sombría y aterradora la detuvo a escasa distancia del convento después de vagar sin rumbo un buen rato..

Montaba a caballo y su aspecto era terrible. Pálido, de siniestra mirada y perturbadora sonrisa, la miraba altivamente desde su montura como quien mira a una criatura tan

tierna como inferior.

 

-Sé quién eres y lo que has hecho. He de confesar mi sorpresa viniendo de la hija de Eduardo - Comentó tratando de parecer impresionado. - Sabes que morirás, no tienes escapatoria de esos sujetos ni de mi. Mírate, ¿que piensas hacer con ese cuchi...?

 

Para sorpresa del extraño Fátima  se llevó su arma al cuello y abrió su garganta sin vacilar antes de que terminara de hablar tan despreciablemente.

La sangre broto a borbotones por la herida mientras ella caía al suelo desvaneciéndose sobre un charco carmesí.

La última imagen sobre la que su mirada se posó le mostraba a aquél estirado hombre inclinándose apresurado y acercando su rostro a su desnudo y mutilado cuello.

 

Cuando volvió a abrir sus ojos esta fría, estaba muerta.

 

 

Supo de su nueva condición de parte de su "salvador", quién se dio a conocer simplemente como Erasmo y vino a rebelarle al poco tiempo a su involuntaria chiquilla su identidad como hija de Eduardo y los sucesos que llevaron a su encierro incluido la infidelidad y muerte de su desconocida madre.

 

El vampiro era también de noble cuna y rivalizaba con Eduardo por la simpatía del señor de Acre. Rumores del fallido parto habían llegado a sus oídos y no tardó demasiado en encontrar a un testigo sobreviviente de la purga, Pero con esa evidencia

no bastaba para incriminar a su enemigo. Necesitaba a la pequeña en cuestión y quizá sobornar a la superiora del convento para que confesara su participación en el hecho.

 

El mismo día de su llegada  al lugar coincidió insólitamente con el de la fuga. No había planeado abrazar a la mujer pero la herida que esta se infligió fue tan letal que la sangre abandonó el cuerpo en segundos,  y en la desesperación por perder una pieza

clave en su jugada maestra Erasmo se vio obligado a otorgarle la inmortalidad.

 

Juntos regresaron a Acre y comenzaron el desenlace de la conjura. Se congregaron a todos los testigos posibles, se inventaron otros tantos, se compró el testimonio de la hermana superiora a cambio de la promesa de reconstrucción del convento.

 

Cuando todas las cartas le fueron presentadas en persona al señor supremo de Acre, este llamó a Eduardo a defenderse de tales reclamos. Pero ni siquiera lograría defenderse el hombre Westfalia, ya que al contemplar el rostro de su hija y  ver en él a su alguna vez querida Ana y las atrocidades cometidas por mano propia, sus crímenes parecieron aflorar en  cuerpo y  mente.

Se desplomó casi en el acto de rodillas pidiendo perdón entre sollozos y gritos. Más tarde Fátima sabría que el hombre estaba bajo la influencia de Erasmo, cuestión

que poco le conmovió a fin de cuentas.

 

Eduardo de Westfalia se quitó la vida esa misma noche antes de recibir la pena capital, saltando al abismo al que una vez hacía mucho tiempo casi había condenado a su inocente niña.

 

Derrocado el Sire, Erasmo fue copiosamente recompensado y tomó posesión de varias tierras pertenecientes a la casa de Westfalia.

Pero en la victoria fue austero con la mujer que había sido clave en el caso. Ya no la precisaba en absoluto luego de conseguir su objetivo más relevante y con su creciente indiferencia se lo hizo notar cada vez más a medida que pasó el tiempo.

 

Finalmente, cuando fue el tiempo premeditado. Erasmo "liberó" de su cargo a Fátima y la envió lejos de su vista y sus riquezas hacia Jerusalén. Confiaba que la fría mujer se perdería en la nada y la intranscendencia en la capital cruzada, y de esa manera terminaría de atar todos los cabos y podría empezar a pensar en el futuro brillante que sin duda alguna le esperaba.

 

Y así fue como finalmente aquella desdichada joven llegó a la Ciudad Santa, envuelta en un cúmulo de incontables rencores y ya sin la esperanza de los vivos, pero con la ambición inmortal de aquél que tiene una eternidad para odiar y hacer de ello

un monumento ante el cual se postrarían todos los que la hirieron y muchos más tarde o temprano.

Había sobrevivido a tantas vicisitudes que sintió definitivamente nadie quebraría su sed de revancha con el mundo, solo la muerte definitiva o la venganza. Nada más…

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Concepto: A pesar de ser prácticamente una recién llegada a la ciudad, Fátima no es una novata en lo absoluto cuando se trata de sobrevivir aún a costa de las penurias de otros.

Su historia así la ha forjado. Una persona discreta, a veces a penas una vaga sombra inmutable, estoica ante las emociones ajenas inútiles, cínica en su trato con casi todo el mundo y en el resto de su no vida. Persiste por el anhelo irresistible de sangre, poder y venganza  a cualquier precio, sin mayores escrúpulos.

El fin justifica los medios, siempre. Ese lema bien podría definirla y ser su impronta en las noches venideras. Da lo mismo ya su lealtad al clan, la secta, su color de piel o credo.

 De necesitarlo Fátima será una serpiente, un cordero, un lobo, una sombra o incluso la muerte.

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Datos extra del pj: (aqui no quise extenderme demasiado por temor a hacerme imposible la tarea de encontrar una foto que ponerle al pj de ser elegido para la cronica)

Algunos detalles:

Aspecto físico: De estatura quizá ligeramente superior a la media femenina. 1,70mts, de complexión ligeramente muscular y de sutiles formas en general.

Sus rasgos físicos más sobresalientes son sus grandes ojos negros de penetrante y en ocasiones intimidatoria mirada. Su ronca voz que tanto puede ser como una caricia en los oídos como también cargarse de ser necesario con dureza y palabras humillantes.

Sus labios son otro factor sensual en su rostro por su voluptuosidad, así también lo son su nariz de clara y fina herencia materna y su vigoroso y largo cabello color azabache puro.

 

Su actitud social es de altivez e indiferencia siempre y cuando la subsistencia o su poder no se vean en juego en tal ocasión. Su humor podría definirse como cínico y sarcástico, aunque también como “poco habitual” en estado natural. Claro que por interés podrá llegar a fingir ante la más seca de todas las bromas.

 

Su lenguaje corporal es mucho más atractivo en otro aspecto. Sus movimientos son ante todo gráciles y hasta delicados, pero sin llegar a hacer ostentación normalmente de tal atributo.

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19/09/2010, 21:56
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Lancea Sanctum (Corso)

Mi juventud en Jerusalén no fue sencilla, hoy doy gracias a Dios de haber nacido varón, de haber sido mujer, es más que seguro que no estaría contando esto.

¿Mi padre? Un bastardo, una sombra, una pesadilla que me acosa en sueños, nunca le llegue a conocer, solo se que violo a mi madre.

¿Mi madre? Una ramera cualquiera, tampoco la llegue a conocer, quizás ahora sea esclava de algún cruzado o con suerte la mataran apedreada por adultera, si alguna vez se supo que fue violada.

En mi mente no hay recuerdo de ninguna figura paterna, nadie mayor que me protegiera, tan solo de desprecio y odio. Por haber nacido con el estigma de mis progenitores me marcaron como un paria antes siquiera de tener consciencia.

¿Mi primer recuerdo? Estoy corriendo, huyendo, me persiguen como un chacal para matarme, para golpearme, o simplemente insultarme y reírse de mí. Una cosa esta clara no pienso quedarme a averiguarlo, corro con toda mi alma para que no me atrapen. En ese recuerdo ya soy mayor tendré unos 8 años, evidentemente es imposible que un niño llegue a esa edad sin nadie que le ayude pero por aquella época mi cerebro no funcionaba demasiado bien.

Yo conocí el hambre de verdad, la sed, te hablo de sentir como la garganta raspa con cada respiración, a sentir el sabor de la sangre en la boca, saber que tu estomago se esta devorando a si mismo, los labios secos y agrietados por no tener que beber. Tener que ponerse piedras en la boca para engañarla y que genere saliva para sentir algo dentro, caer desmayado y despertar cuando una cuadrilla de niños te esta tirando arena por encima para enterrarte.

Creo que con todo ese aun es un milagro que no haya perdido mas parte de mi memoria. A partir de ahí todo es bastante nítido. Fui creciendo el trato no mejoro, cuando no me perseguían, la gente a mi alrededor escupía por donde yo pasaba, me empujaban al cruzarme en el camino de cualquiera. Las bandas de niños ladrones eran comunes, pero yo era un paria, tenia que moverme solo, robar solo, esconderme solo, cuidar de mi mismo, si me capturaban yo solo recibía el castigo y mucho mas grave, tenia que sobrevivir no sabia por que, algo me impulsaba a hacerlo, ahora se que era Dios, pero antes no lo sabia.

Cuando ya tenia una cierta edad, calculo que unos 15 años, empecé a moverme de una aldea a otra, era mas fácil hacer tareas sencillas y no del todo legales si no permanecía demasiado tiempo en el mismo sitio, de todos modos el trato era similar haya donde fuera.

Entonces comenzó, unos invasores con una cultura totalmente inferior a la nuestra comenzaron a atacar, -espero que no se lo tome a mal Monseñor, pero me pidió sinceridad y esa fue la impresión que tuve de los invasores-, lo llamaron “La guerra Santa”. En ningún momento se me paso por la cabeza luchar en el bando de los míos. Para mí los míos, era yo.

Seguro que usted también recuerda ese día, fue el primer día que le vi, atacaron una pequeña aldea al atardecer justo en la que yo me encontraba, para cuando anocheció ya habían aplacado toda defensa y usted hablo en nombre de su ejercito, de su país y de su Dios.

Recuerdo sus palabras como si aun resonasen en mi cabeza “-Solo hay dos opciones, la conversión o la muerte.” La mayoría de la gente indignada rehúso abandonar su fe, muchos hubiesen querido hacer lo que yo hice, pero temían la reacción de los demás. A mi durante años habían intentado matarme, y estos nuevos invasores me daban una salida, abandonar al pueblo que me repudiaba, al Dios que me había olvidado a cambio de una posibilidad de vivir.

Ante la atónita mirada y los insultos del pueblo en general, me adelante y bese su mano.

Le sigo siendo sincero Monseñor, en aquel momento no tenia la menor intención de convertirme, simplemente quería hacer lo que había hecho siempre, sobrevivir, fuese cual fuese el precio.

Estuve como 3 meses encerrado en una jaula como un animal cualquiera, pero aunque no lo crea, la comida y el trato que recibía allí era mejor que el que me habían dado en algunos sitios. Después de eso comenzaron las audiencias con su señoría, siempre de noche, nunca me sorprendió. Supuse que no querríais que os vieran adoctrinando a un pordiosero como yo.

Pero empezasteis a entrenarme, a enseñarme las verdades de la Biblia, vuestro idioma, vuestra cultura y a entrenar mi cuerpo para presentar batalla. De nuevo confesare, solo por que me pedisteis que fuera sincere que en aquel momento todo me parecían pamplinas.

Pero vos erais duro pero justo, cuando lo merecía era castigado severamente pero también recompensado, no se en que momento ocurrió pero os comencé a ver como un padre de verdad y comencé a sentir como propias las palabras que la Biblia comunicaba.

Había muchas cosas que no entendía, mi cabeza no es precisamente excelente. Pero siempre me decíais, “No todo el mundo sirve para estar entre escritos, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros”. Las largas noches que pasábamos juntos vieron sus frutos, a su debido momento me presentareis en sociedad, aun recuerdo la cara de sorpresa de vuestros camaradas al ver a un morisco totalmente convertido a la fe y además de corazón, y recuerdo vuestra satisfacción para mi fue un día feliz.

Tiempo después me dijisteis Monseñor, que poco quedaba que me pudierais ofrecer, yo dije que lo quería todo de vos, y contestasteis… “Vuelve cuando sepas cual es tu propósito, que es lo que Dios espera de ti, cuéntame tu historia y yo en Su nombre juzgare si eres digno”.

Continué mis estudios por mi cuenta pero seguía sin entender, creía que nunca lo haría y entonces… Lo comprendí.

Hoy me presento ante vos, Monseñor, os cuento mi historia y con la cabeza bien alta puedo decir que ya se lo que Dios espera de mi, no que me entierre en libros y pergaminos hasta que comprenda sus palabras, hay gente que puede hacer eso, Dios me ha permitido sobrevivir todos estos años, me ha hecho pasar por cada prueba para fortalecerme y que me convierta en su brazo vengador, para que salve a los puros y castigue a los impuros. Dios quiere que sea uno de sus soldados, un soldado de Dios.

¿Esas carcajadas? No son normales en usted Monseñor… ¿Estoy en lo cierto respecto a mi propósito? Monseñor… ¿Se encuentra bien? Su rostro ha cambiado… Esos… Esos colmillos…

Notas de juego

Pj con Leyenda 1

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19/09/2010, 21:58
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Sólo para el director

Daeva (Linay)

1 - El encuentro

Tal vez aquella noche fue la unica, o tal vez fue la primera de un largo caminar.
Donde las sombras se hacian mas claras vivía en la noche, escondida de todo y de todos y temerosa de descubrir donde estaba.
 Salia cada noche a caminar por la cuidad, tentando los peligros de la madrugada.
Pero no me importaba. No tenia miedo a la muerte, sino a ser encontrada por mis propios miedos, no muchos pero si crueles.
Cada voz a mi espalda me hacia contraer mis musculos y abrazada a mi abrigo pasear con la cabeza inclinada hacia adelante y expectante, de una mano que tocase mi hombro para detenerme. Pero nadie me tocaba y esa aguda espera era mi tormento.
No tenia rumbo fijo nunca, caminaba y caminaba perdiendome en los murmullos de la cuidad esperando no ser vista por nadie, y casi siempre seducida por esa soledad.
Esa noche era fria, mas que cualquier otra. Mi aliento se fundía con la niebla y no se veian muchos pasos por delante de mis pies. Caminaba mirando de reojo hacia un lado y otro como siempre, ocupada en mis temores y descuidada del frente de la calle. Las farolas no bastaban para iluminar la escena, ni la calle estaba tan en silencio como para que fuese capaz de escuchar los pasos de la muerte que venían hacia mi.
Choque de frente con el torso de un hombre que caminaba con sus manos a la espalda.
Sus ojos sonrientes fue lo que vi al levantar la cabeza y temerosa bajarla musitando un “perdon”. El se giro cuando pase y se me quedo mirando. Lo notaba....
Camine hasta la siguiente bocacalle y la tome, poniendo asi paredes entre esos ojos y mi nuca, que es donde sentía que se clavaban.
No crei volver a verle mas.... como otras tantas veces, erre.
Pasaron tan solo dos días, dos dias tarde en volver a ser guiada por mis pies hasta una calle cercana a esa... dos dias en que alla donde miraba sentia esos ojos sonrientes acechandome.
Caminaba absorta como si contase las piedras de la acera y un impulso inexplicable me guio a detenerme y hacer amago de cruzar la calle. Cuando alce la vista del barro de la cuneta y mire enfrente pude ver de nuevo su cara... extremadamente blanca, su cuerpo.... delgado y firme.... sus manos apoyados sobre sus muslos y sus labios, rojos como la sangre, la sangre que en mi parecia arder.
Le mire al borde del grito y de las ganas de correr pero con la curiosidad que habia tenido dormida años atras, desde cria. Le mire y simplemente espere. El sonrio y la gente de la calle parecio desaparecer en el tunel que mis ojos cerraron sobre el... sobre su cara... sobre esos labios.
El delgado varon asintio con su cabeza ocultandome sus ojos... y luego, simplemente, con el paso de un transeunte, se esfumo.
Di dos pasos atras hasta tropezar con la acera en mis talones y una vez fuera de la carretera comencé a correr... corri por calles y callejones tanto como el vuelo de mi falda de dura tela me permitía... corri hasta dejarme la planta de los pies en heridas ... corri como alma que lleva el diablo asustada de la extraña vision y de la extraña llamada de unos labios rojos como antes jamas había conocido. Corri hasta ahogarme y entonces me detuve y me oculte en un portal.
Muchas fueron las voces que pasaron por delante del portal pero ni dentro ni en mi mente habia sonido, tan solo la pregunta de “quien es... quien es”.....
Me apoye contra la pared y asi me deje caer hasta quedar sentada en el suelo y abrazada a mis piernas me calme.


2 - El temor a su voz

Ni sonido de carretas ni de mi respiración. Cuando logre despertar en el frio y humedo suelo del portal levante la cara de mis rodillas con absoluta rapidez y no habia nadie. El frio calaba mis huesos en el suelo sentada y seguia siendo de noche, quien sabe, tal vez la misma noche que cuando me dormí.
- "¿Mi querida chiquilla, que temes de quien te contempla?"
Esa voz procedia del rellano de las escaleras, de la zona clara del portal, iluminada por la luna llena de la claraboya del cuarto piso.
-"No temas de mí, porque no te voy a hacer nada malo".
Su voz resonaba en el portal y sus susurros y mi respiracion se mezclaban. Mi aliento entrecortado aun siendo estridente con el eco en mi cabeza me permitia escucharle perfectamente.
El hombre volvia a estar muy cerca de mi y mi corazon latia tan aprisa que mi pecho parecia moverse con ritmo propio. No sabia porque pero ese hombre me excitaba de sobremanera, y eso me asustaba aun mas.
El me sonrio de nuevo, una sonrisa que hacia que su rostro angelical se tornase de un joven picaro intentando mostrar sus pensamientos de juego, e inmovil alzo una mano como acariciando mi cuerpo en la distancia.
Me levante rozando mi espalda con la pared de piedra y sin dejar de apoyar mi mano izquierda a mi espalda le mire sin atrever a moverme o hablar.
- "Ven aqui pequeña, pues no te voy a hacer nada y si vienes calmaras tus miedos al ver que .. no muerdo"
El joven hombre sonreia de nuevo... dios mío... que tenia aquella sonrisa, aquellos labios rojos en aquel semblante inmortal.
Me pregunte atormentada quien era esa persona que alteraba de ese modo mis instintos. ¿Sería otra persona de la que huir? ¿un desconocido? ¿alguien de temer? El mismo me contesto.
- "No me temas por favor pues si pretendo hacerte daño, ya te lo habria causado., y ya ves... no es asi"
Y vuelve a sonreir.
"¿Quien eres? Porque el miedo me impide moverme, porque mis ojos ven lo que existe en tu rostro pero mi corazón tiembla como alarma y no alcanzo a comprender por que".
El dio un par de pasos hacia mi, bajando los escalones hasta el portal, arrastrando las suelas de los caros y lujosos zapatos provocando un susurro con la arena y la piedra en lo oscuro del portal.
- "¿por que rezas? No eres creyente, ¿acaso no te fias de mis palabras? ¿acaso temes por tu vida? no gastes palabras en rezos no escuchados... "
Se detuvo, ladeo la cabeza, solo sonrio y de nuevo sus rojos labios penetraron en mis ojos. Comenzo a andar a la vez que mi vista se nublaba y mis piernas flaqueaban. Alce la cabeza, apoye mi coronilla en la pared y cerre los ojos.. confundida... cansada.... somnolienta....
Simplemente pense morir y tan, asustada, me debilitaba....

3 - Su cara muy de cerca

Mis ojos se cerraron antes de que mi cuerpo tocase suelo, que jamas lo hizo.
Un fuerte y delgado brazo me tomo por la cintura y la pared hacia de respaldo para mi cuerpo, angustiado y asustado, que tendia a delirar.
"No me toques.. no me toques... no se quien eres… no quiero que me toques.... "
Movi la cabeza a ambos lados y asi empece a ser consciente de nuevo de mi cuerpo y de mi situación.
Mi voz era temblorosa y mis parpados tratando de mantenerse abiertos permitian que le viese la cara como un oasis al extraño desconocido.
Mi cara estaba fria por la helada de la noche en el seco portal y mi aliento salia al aire y le daba en la cara, mas el suyo no.
Su boca estaba abierta y ni desprendia calor ni aliento que se materializase en el aire ante mi...
Recuerdo haberlo añorado y eso hizo que un puñal se clavase en mi vientre, haciendome desear romper en gritos y soltarme de ese abrazo, de esa mente, de esa voz.....
Sus palabras eran sonidos como los de una serpiente, cerca de mi cara, susurrandome.. llevando mi mente a la locura.... haciendome gritar por dentro y a la vez impidiendome moverme.... su voz... su boca... su voz.
"chsst pequeña.. chsss.. no te asustes. Ya te he dicho que no debes de temerme. Mis manos son frias pero tu… tu… " - silencio-
El joven, cercano, bajo la mirada a mi pecho y lo miro sonriente.. mientras me hablaba... volvio a mirarme a la cara y sus ojos eran paciencia y cariño. Eso me volvio a aterrar, todavia mas si cabe... cada vez temia mas por mi vida, cada vez temia mas el deseo que había en mi por ese joven… cada vez temia mas… pero oh dios mio.......
"No se que quieres de mi pero o me sueltas ahora mismo o empezare a gritar".
Mi voz temblaba y a la vez susurraba. Mi vista se nublo por las lagrimas de miedo que cayeron por mi cara.
Seguia habiendo algo en esa cara que me hipnotizaba, que hacia que mi corazon latiese pero no por miedo...
Que impedia que mis ojos buscasen otro sitio donde mirar a no ser la fuente de donde esa voz salia....
Deseaba seguir viendo esos labios para toda la vida y a la vez pegarle, pegarle fuerte porque me estaba agarrando y temia por mi.. pero esos labios.. esa voz....
Sus labios se entreabrieron y ladeo un poco la cabeza inclinandose sobre mi.
"Solo quiero compartir contigo mi don, poder contemplarte al despertar cada dia, contemplarte a mi lado, te he observado durante mucho tiempo Anne…"
Sus labios dejaron ver sus dientes y siguio inclinando su cabeza hacia mi, su abrazo se estrecho y mi pecho quedo fuertemente undio al suyo, no conseguía notar sus latidos porque los mios eran tan fuertes que paraban cualquier otro sonido.
 "El don de la noche y del sabor de la vida"
Sus labios se apoyaron en mi cuello y me beso.
Mi mente perdio el sentido por unos segundos presa del panico. Mi cuerpo temblo y la sacudida de sus labios turbaron mi ser. Apoye las manos en su pecho y consegui susurrar.
"Salvame… matame…”
Note como algo se clavaba en mi cuello fue doloroso al principio, pero después note un placer que nunca había experimentado, una sencacion que parecía no pertenecer a este mundo, entonces en perdi la consciencia…

4.- Despertar

Mis ojos se abrieron lentamente dibujando en mi consciencia las escaleras de subida..
El frio suelo en mi espalda y mis rodillas doloridas.. Alce mis manos apoyadas a ambos lados de mi cara y me las mire. Estaban llenas de arañazos en parte logicos por la rugosa pared...
Mire a mi alrededor... confusa y aturdida. No sabia que habia pasado.. todo era confuso, borroso............. frio.... y mucho deseo.
Me sente.
Recuerdo el pasar de los segundos mirando al vacio y frunciendo mi ceño pensando el porque...  que hacia alli. ¿Que hacia tirada en el suelo de ese portal, desconocido para mi... ?
Me levante.
Sentia una sensacion dentro de anhelo extremo, de angustia,  como un dolor punzante. Tal vez los nervios me estaban jugando una mala pasada y la resaca de una noche mas por la cuidad temerosa de todo. Tal vez alguien se habia cebado en mi.... tal vez.
Me toque la cara y me gire en todas direcciones.
Nadie a mi lado y una presencia que notaba. Paranoica mire hacia las escaleras y la luz de la luna seguia iluminando el hueco de las escaleras por la claraboya del piso cuarto.
Negue con la cabeza y senti pasos a mi espalda. Me gire casi violentamente... era aquel hombre. Me miro extrañado por mi reaccion.
“Pequeña..  ¿te encuentras bien?"..
Su voz aguda de juventud perforo mis oidos y me hizo encenderme. Me senti atraida por el de un modo brutal. Le veia la cara que estaba pulida como el marfil y su camisa desabotonada y no podia dejar de evitar que mi cuerpo me guiase hasta el. Dios mío... solo era un hombre, esto era el fruto de un delirio motivado por algun tipo de enfermedad pero mis pasos no se frenaron.
Avance hacia el.
Mirandole , me dejaba guiar por mis instintos, cansada ... lo necesitaba.
El joven me miro y repitio la misma frase de nuevo viendo mis ojos... me acerque e instintivamente le abrace hundiendo mi cara en su cuello y mis manos en su espalda.. el trato de reconfortarme con palabras de animo. Trato de convencerme de que todo estaba bien, pero yo solo queria oler su piel. Acerque mi nariz a su cuello y el se callo al ser acariciado... tal vez no era tan joven como valore en primer momento, simplemente puso sus manos en mi cintura y espero.
A mi nariz siguieron mis labios en mi caricia y a mis labios mi lengua.. mi ser... 
Le bese con toda la intensidad que podia poner en mi boca sintiendo la explosion de conseguir lo anhelado, el tan solo en voz muy baja exclamo una vez.
Recuerdo reconfortarme y sentirme mejor, olvidar las confusiones, el frio, el miedo y desear tanto sonreir hasta conseguirlo, apartarme de su cuello y mirarle.
Cuando le solte me miro con la vista clavada en mis ojos, con cara de conocer mis pensamientos. Me miro y volvio a cerrar los ojos ofreciendome de nuevo su cuello, su cuello herido, ensangrentado, su cuello, mi vida, mi alimento.... su sangre... mi sed. Dilate mi nariz asustada. Dios mio, eso era... eso necesitaba...  Mil preguntas... Mil ideas... Mil temores y mil deseos... Mil noches y ni un día mas... mil cosas bombardearon mi mente, sorda, por las ansias de beber.
Incline mi cabeza de nuevo, le aprete con fuerza y volvi a besarle y morderle, volvi a beber hasta que no senti sus caricias en mi cintura, hasta que no senti rigidez en su cuello y hasta que me apretó firmemente y miro mis ojos haciendo que yo me perdiera en en su mirada carmesi. Le solte, y sin poder hacer otra cosa sonreí, hacia años que no lo hacia, pero… un nuevo camino se había abierto.
“ Apartir de esta noche seras mi amante, mi hija, mi aprendiz, ahora Anne volvamos a casa”

Notas de juego

Hermanastra del pj de Talyn

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19/09/2010, 22:09
Director
Sólo para el director

Daeva (Scherezade)

Anna es la hija menor de la familia Di Gracia de Verona.
Sus rasgos patricios y su belleza se hacen patente en un rostro hermoso y jóven, puesto que apenas cumple los dieciséis años.
Sus cabellos, color de la medianoche iluminada, son ondulados como las aguas que cubren el Adriático,
son sedosos, como el terciopelo que suele vestir y son largos, apenas una cuarta por encima de la cintura.
Al ser considerada poco más que una niña, su melena, por lo general, ondea libre al viento.
Sin embargo, en las múltiples ocasiones que ha debido asistir a fiestas, el recogido en forma de trenzas y tiara, suele ir adornado con una redecilla de seda y perlas de la India.
Su óvalo es alargado, con un cutis de primorosa porcelana blanca. Sus mejillas arreboladas en un constante rubor candoroso. Sus labios carnosos, rojizos y llamativos.
Sus ojos verdes, de forma almendrada, son intensos y reflejan el coraje al fondo de sus pupilas, como una llama ardiente y pasional. Al sonreir, un hoyuelo se le marca en la mejilla derecha.

Anna Bella es de complexión menuda.
Pequeña, podría decirse. Apenas llega a medir 1.60 y su peso - raro para la época - son unos 60 kilos.
Su cuerpo es proporcionado y curvado, pechos turgentes y menudos, cintura estrecha y caderas exhuberantes.
Una visión de una diminuta venus italiana.

Su voz es melodiosa y encantadora. Un arrullo en el silencio.
Lo cual viene perfecto para su carácter, exceptuando cuando sale esa fogosa vena de su temple mediterráneo.
Entonces, ni tan siquiera las campanas , retumban más, y son estridentes.
Es bastante rebelde e inconformista, y en cierto modo su gesto es casi visionario.
Ignorada por los padres e infantilizada por sus hermanos varones, se ha forjado en la joven un carácter bastante inusual para una dama medieval.
Silencio y sumisión se contraponen a deseos y libertad, aunque una vena romántica en contraste con otra lasciva y lujuriosa permanecen latente en su romántico carácter.
Una dualidad que compite en su interior y que por lo general guía el carácter indómito y desbocado de la muchacha.
No es de extrañar, de esta manera, que varias de las travesuras maquinadas en los juegos de su tiempo libre con sus parientes, hayan sido subrepticiamente inducidas por ella.
Por supuesto nadie recordó de quien fue la idea inicial y por lo tanto nadie la culpó; de las consecuencias.
Tan sólo es una mujer. Quizás este defecto solo ha sido corregido a fuerza de estricta disciplina y más de un varillazo en las manos, o quizás solo esta dormido, esperando volver a salir.
En cualquier caso, Anna es un ejemplo indicador de que la mentalivad oscurantista medieval por fin comenzaba a finalizar y el reinado del hombre se veía opacado por una inminente liberación de la mujer.
O eso creían algunos.