Partida Rol por web

Siento como las lágrimas llegan a mis ojos, lagrimas sangrientas de impotencia y frustración. ¿Como es posible que Japhet conserve tal entereza?¿que puedo hacer yo? débil he indefenso como un niño en esta espesa oscuridad

Pero me recuerdo con determinación las palabras de Durga Syn "si ahora no actuo nunca lo haré, ya suplicare el perdón de Japhet si sobrevivo a esta noche"

De nuevo me lanzo hacia donde supongo que esta Claudius abrazando a Japhetpara intentar agarrarle

Esta vez si agarro a alguien, lo huelo e incluso intento ver su aura en esta negrura abominable para asegurarme de que es Claudius antes de seguir mi plan desesperado

-suéltale o compartirás su destino- en cuanto suelto mi amenaza muerdo debajo mio atravesando las ropas con mis afilados colmillos y me pongo a beber

Mi cuerpo se encuentra débil y encerrado. Mi voluntad ya no es la misma, pero intento en una última posibilidad escapar de mi contrincante. Aquel ser era demasiado poderoso para mí. Debía acabar con esto rápido.

Las cadenas son fuertes... no sé si conseguiré escapar.

Giani finalmente da con alguien en la oscuridad, utilizando todos tus sentidos tratas de saber a quién tienes entre tus brazos.

Dama Fanchon hace una mueca de esfuerzo ante la persistente resistencia de Aricia; des de luego le estaba costando mantener el hechizo que se apoderaba de la chiquilla.

- Cuándo bajes de ahí, serás una buena chica: liberarás el sudario y agarrarás mi mano

Su voz es hipnótica y por un segundo sientes una sensación parecida a la embriaguez de tu mortalidad; tras ello y por alguna extraña razón ves lógico hacer lo que la mujer dice. La fuerza que te apresaba desaparece dejándote caer de la altura considerable en la que te encontrabas.

User sigue bebiendo descontrolado.

Los olores me llegan con claridad pese a estar en este sudario, tengo claro quien es mi presa

Deshago el sudario de la noche, provocando que la luz vuelva a aparecer en aquellos rincones que antes les estaban vedados. Las sombras se desvanecen, pero mi furia se incrementa poco a poco.
- ¿Conque esas tenemos, furcia? Esta me la pagarás cara. - digo, habiendo reconocido mi propio poder actuar sobre mí, y lanzándome contra ella.

Sientes la fuerza del Giovanni con la boca rezumando el olor a una sangre muy poderosa. Está tratando de escapar de tu presa sin duda, pero tus brazos parecen poder contenerlo esos tres segundos en los que tus colmillos se avalanzan hacia él.

Siento como Claudius se escapa debajo mio, apenas lo podré contener unos segundos mas, pero ha soltado a Japhet y eso debería ser satisfacción mas que suficiente, las sombras se han disuelto y Hardestadt y sus fundadores no tardarán en llegar, he salvado a Japhet

Debería, pero huelo la poderosa sangre a mi alcance y un ansia desconocida se apodera de mi, el hambre que senti en las primeras noches de esta no vida pero multiplicada por cien.

"solo probarla, aun podría atacar a Japhet de nuevo"

Hundo mis colmillos en la carne de Claudius y noto como la vitae fluye en mi boca

La espesura del conjuro que envolvía todo el patio se disipa de repente, volviéndose humo y regresando al sitio de donde salió.

Sobre vuestras cabezas, la luna llena ilumina los pálidos rostros de los vástagos en una lucha despiadada. Hay varios heridos, monjes muertos y sangre por todos lados. El combate había seguido de lo más intensamente dentro de aquella nube. La batalla seguía bastante en tablas; a pesar de que los fundadores eran mayores en número, dos de vosotros les estabais plantando cara.

- ¡NO LO HAGAS! ¡Si tocas su piel hará que tu sangre arda!

Al recuperar el contacto visual, cuando Leopold se da cuenta de que arremetes contra Dama Fanchon, trata de detenerte corriendo hacia ti. Pero tu fuiste más rápida esta vez y cuando procesas sus palabras la tremere ya está entre tus brazos que la inmovilizan.

Una sonrisa sádica se esboza en sus labios

Otro de los que se lleva una gran sorpresa cuándo logra ver a quien atravesó su lengua es User. Ante ti esta una de las fundadoras a quien prometiste lealtad secretamente. Esta se aparta de ti y tu lengua que tenía clabada en un costado, sus ojos como platos también parecen sorprendidos. Pero por alguna razón sientes una deboción absoluta hacia esta mujer, te arrepientes al instante de haberla traicionado e incluso crees que la amas.

- Pequeño... te dije que me lo dijeras si querías salir a jugar con los otros

Su voz era dulce y apacible a pesar de que sus manos estaban llenas de sangre, cubriendose las punzadas de tu mordisco; entonces tendió el brazo hacia tí

- Vuelve con mamá

La sangre de Aricia empieza a hervir y sientes un dolor intenso por tus extremidades, aun que crees poder resistirlo por ahora. Leopold aprovecha su extrema celeridad para asestar un corte al cuello de la bruja, la carne se abre pero rápidamente se vuelve a cerrar dejando poco más que un moratón.

Los colmillos de Giani se clavan en la víctima y beben tan rápido como sangre cabe en tu garganta, pero a diferencia de tus víctimas mortales, Claudius no parece sucumbir pacificamente a tu beso...

Beso la mano que se me tiende antes de arrodillarme ante ella :Mi señora , disculpad a este gusano miserable por haberos atacado pero no sabia que erais vos.Ordenad y obedeceré, soy vuestro mas humilde siervo.

Mi sange arde, pero el daño es superflujo. Bien podría haberme dolido más un bofetón de cualquiera de los demás.

No... has cometido un error bruja. Ya no escaparás de mis dientes.

Mis colmillos se extienden, abriéndose mi boca. No se media palabra, sólo el sonido de mi dentellada.

El beso de User a Camilla no parece sentarle muy bien a esta, quien rápidamente aparta su mano en uno de sus repentinos cambios de humor y le propina al egipcio un sublime y sonoro bofetón

- ¡ERES MALDITA ESCORIA! ¡PURRIA TRAICIONERA!

El mordisco de Aricia despedaza por completo a Fanchon. Su carne cede igual que músculo y cartilago, dejándo un agujero de un rojo intenso en su hombro destrozado y su cuello completamente abierto, con la laringe desgarrada a la vista y solo aguantando la cabeza por el hueso y una pequeña porción de carne al otro lado de donde la Lasombra le propinó el mordisco.

Entonces, de las profundidadez del pecho de aquella masa sanguinolenta que era la Dama Fanchon se oye un grito mas agudo que ninguno al tiempo que sus ojos voltean hasta quedarse en blanco

- ¡¡¡KkYyaYYaAAAAaahaAAAAAA!!!

La explosión que se sucede entonces es digna del juicio final. Rebienta a la invocadora de la misma cuyas ropas se rasgan y desintegran en una milésima de segundo, igual que su pálida carne que rápidamente se vuelve de un color negruzco para desaparecer en cenizas.

La vocanada de fuego echa a Aricia y Leopold de espaldas al suelo y las llamas lo parecen consumir todo a vuestro alrededor. Uno de los monjes atrapado en aquella gigantesca hoguera grita desesperado agarrándose la cabeza de rodillas al suelo impotente, mientras las ampollas se adueñaban de su rostro y su cuerpo.

Los demás en el patio ven como una potente detonación hace que una apoteosica columna de fuego se eleve des del suelo y cubra una cuarta parte del terreno con una extrema fuerza destructiva. El calor de las llamas llega a todos los presentes.

Claudius le dedica una mirada satisfecha al fuego y luego sus ojos se clavan en los de Giani

- ¡Retrocede!

Tu cuerpo siente la temible obligación de cumplir sus ordenes, y poseídas por el poder del hechizo tus piernas empiezan a dar pasos de espaldas hasta que tocas la fría roca de la montaña, alejándote lo suficiente para que este reemprenda la diablerie en el cuerpo ya inconsciente de Japheth

El fuego interrumpe de golpe los gritos desmesurados de Camilla Blanes, llamando potentemente su atención. Es entonces cuando la mujer abraza a User por la espalda

- No temas pequeño, yo te protegeré. Juntos lucharemos contra toda maldad

Su voz volvía a ser cálida y suave, como un susurro detrás de tus oídos

Los colmillos de Claudius vuelven a penetrar en la carne del pecho de Japheth inconsciente ya ante los impotentes ojos de Giani que caminaba hacia atrás mientras todo ocurría. La cara del Giovanni, henchida en un enorme placer debía haber secado al antiguo capadocio hacía ya algunos tragos cuando finalmente soltó a este último en el suelo inerte, con la carne marchita y acartonada.

Entonces, un triundante Claudius lleno de sangre y poder, grita exultante a los furiosos cielos enrrojecidos por el incendio que tiñe el cielo y empiezan a devorar el monasterio con sus grandes llamas relamiendo el firmamento de la ventada noche.

- ¡Quien coma mi carne y beba mi sangre tendrá la vida eterna; y yo le alzaré el día final!

En este momento llega Cappadocius.

El antediluviano aparece en el asiento central de la roca, al lado de Augustus. Aunque resplandece como la última vez que lo habíais visto, observáis que no es tan transparente como antes ni en suspensión en el aire. Parece muy enfadado y rebosante de poder.

Feroces vientos recorren la cara de la roca haciendo que todos retrocedan ante él, detuviendose la mayoría de enfrentamientos.

- Claudius Giovanni, ¿qué es lo que has hecho?

Pregunta, con su voz resonando incluso por encima de los bramidos del viento y los crujidos del incendio.

Claudius queda paralizado en medio de la tormenta, con una expresión de asombro y culpabilidad en el rostro. Mira con miedo en dirección a Augustus

- Ha hecho lo que yo le ordené, Sire. Ha tomado el lugar de tu propio hijo... como yo voy a tomar el tuyo. ¡Quiero tu sangre, "Padre"!

- No puedo dártela. Pertenece a Dios

- Entonces espero que me perdone por derramarla

- Su perdón alcanza a todos, incluso a quienes son como tú

- ¡Cretino santurrón! ¡Voy a acabar contigo!

Augustus ataca, pero le resulta difícil moverse, como si el viento o el aura de Cappadocius se lo impidiese.

- Piensa en lo que haces, hijo mío. El mismo Caín me ha hablado y me ha dicho: "Haz de ti un eterno sacrificio, para que todos tengamos la vida eterna". He de crear el cielo en la tierra, liberándonos a todos de la maldición de Dios, y liberando a los mortales de la tumba.

- ¿El cielo en la tierra? ¡Nunca!

Con un gran esfuerzo Augustus llega a su sire

- No puedes detenerme. Me he entragado libremente, y mi alma perdurará incluso aunque esta forma se extinga.

- ¡Entonces tendré tu alma además de tu poder!

Cuando Augustus salta sobre su sire, también él comienza a resplandecer. Desnuda sus colmillos y bebe ansiosamente del traslúcido pecho del Antediluviano. Cappadocius cierra los ojos y acuna gentilmente la cabeza del nigromante en su seno. Chorros de sangre caen de la boca de Augustus cuando resuella:

- ¡Ahhh! ¡Su sangre quema!

- ¡NO! ¡BLASFEMIA! ¡DETENTE!

Aúlla Hardestadt tratando de atacar a Augustus, pero sin conseguir atravesar los fuertes vientos que se arremolinan en torno a la pareja, gritando como almas perdidas.

Con la espalda contra la pared observo impotente como Claudius continua con su terrible pecado sin que nadie se lo impida, sin la oscuridad de Aricia no podré volver a acercarme a el, y amargas lagrimas rojas de impotencia asoman en mis ojos

-madre, ¿que he de hacer? no se que hacer-

La terrible llamarada desvia mi atención y observo fascinado con mis sentidos como se consume la antigua