Partida Rol por web

Acepto vuestro gesto de invitarnos a bebida - digo mientras User trata de congraciarse con otro de los invitados - pero he de rechazar una nueva jarra ya que mi cuerpo no está acostumbrado al exceso de bebida y no sería adecuado conocer a nuestro anfitrion en estado de embriaguez, no obstante brindo por que esto no acabe mal sino con un entendimiento común - levanto mi jarra y bebo

El monje se acerca a Giani y te agarra del hombro

- ¡Mañana entraréis en la morada del diablo! ¡Negadle! ¡Rechazadle! ¡Expulsadle! ¡No vayáis! ¡Claudius Giovanni – lanza un escupitajo al suelo al pronunciar su nombre – es el mismo Diablo encarnado!

El chico se encoge avergonzado después de oír la educación del egipcio hablando en su idioma

- No tengo educación, ni conocimientos de agricultura, ni un oficio. No conozco mas vida que la del soldado; fue en las batallas del cruzado Janos Hunyadi contra los invasores turcos donde me lo quitaron todo. Una profunda herida me dejó tullido y no puedo hacer largas marchas. Estoy aquí porque he oído que el señor Giovanni está contratando a muchos hombres: si no me acepta no sé qué puedo hacer.

Por un momento el chico parece que va a decir algo más al resto de invitados pero se contiene

Diego entra de nuevo en la sala y se encuentra a Paul lloriqueando.-No soporto estas almas...-. Lanza unas monedas al suelo y con tono de desafio le dice .-¿Quereis recoger vuestra dignidad ahora?-.

Tras tres largas semanas de angostos caminos el paraje empieza a cambiar y una ligera neblina que parece querer abastar todo a su alrededor es rota por las ruedas del carruaje negro que atraviesa silencioso los densos bosques de pino de los Cárpatos.

Han pasado dos días des de que avistaste los últimos indicios de civilización o eso calculas ya que te es difícil distinguir días de noches en la oscuridad de este turbio lugar donde el cielo gris a penas deja traspasar unos pocos rayos de sol por entre las altas copas de los arboles.

El cochero de guantes negros de cuero no ha sido una gran compañía ya que solo habla lo que con esfuerzo has identificado como algún dialecto rumano y en general por su reticencia a la comunicación contigo.

Al fin, la luz de un fanal al final del camino indica el destino último del viaje. Iluminado sobre la pared de piedra, pasas por debajo de un cartel de madera en el que se lee en letras rubí “Posada del Cordero Rojo” El carruaje se detiene frente a la puerta.

El cochero abre la puerta y anuncia tu nombre con su particular acento. Dentro, las rugientes llamas del hogar mantienen alejado al frío de la noche y resplandecen en la espaciosa sala común.

Escuchas el ruido de los caballos alejarse y comprendes que ya no volverás a ver a tu acompañante de guantes negros .

La sala esta llena de extranjeros con aspecto de todo tipo, des de nobles a plebellos y guerreros de diferentes grupos étnicos. Solo parecen autóctonos una anciana que aguarda lejos del fuego que viste ropas viejas y gastadas, un cura que viste con hábitos y uno de los que tienen pinta de soldados con el pelo alborotado y la mirada cansada.

Todos parecen estar acomodándose mientras el posadero entra y sale de la cocina, atareado atendiendo a las distintas peticiones de sus huéspedes. De aquella puerta tras la barra sale un agradable olor a asado que inunda toda la estancia.

Me dirijo a la barra de la pasada y pido un vaso de vino tinto mientras observo al resto de los recien llegados, cuando me lo sirve pago y me quedo mirando a la anciana y al cura.
Me dirijo al cura
Parece que Dios haya abandonado este lugar, verdad padre, no imagino otro lugar mas inhospito en el mundo. ¿Usted tambien esta invitado a la cena de Giovanni?

Miro las monedas que rudan por el suelo y luego dirigo mi mirada al enagenado hombre Por que no se sienta y se calma buen señor, esta entrbiando esta reunion. Solo Dios sabra por que tormentos habra pasado en su largo caminar y con que cruentas escenas habra que tenido que lidiar. Pero aqui, no hay guerra, ni enemigo. Asi que por favor relajese y tome algo eso templara sus nervios

Miro de reojo la copa de vino
Si supongo que todos necesitamos tomar algo para reponer el cuerpo y la mente, no ha sido un buen viaje y mi cochero casi se puede decir que ha huido cuando hemos llegado a esta posada, me gustaria conocer a algunos de los caballeros con los que tendre el placer de compartir mesa en la cena de Giovanni

Javier Lara estaba en una mesa alejada de los demas,dado a ser noble no se juntaba con la ¨chusma¨ de la baja clase social,asi que para no contaminarse de respirar el mismo aire,decidio ir a un lugar donde el aire fuese mas fresco y a la vez le permitiese observar aquel extraño escenario de clima tan diferente a su España natal.

Diego mantiene la mirada firme e inmisedicorde sobre Paul. A User le hace un simple gesto con la mano como queriendo decir que no se entrometa restandole importancia al asunto de la disputa anterior.

.-¡Vamos tullido acobardado!. Demuestra que por tus venas corre sangre derramada bajo el estandarte de las cruzadas. Si no demuestras orgullo ahora nunca lo haras. Nadie te va a contratar con esos aires...-. Siente cierta empatia con el cruzado al que le han arrebatado todo. Sabe lo que es perder el presente y las esperanzas de futuro de un solo golpe.

El anciano se gira hacia Vlad al ver que te diriges a él y escupe al suelo nuevamente al escuchar el nombre de Giovanni

- Ni por la mayor de las promesas pisaría las estancias de tal abominación!

Mira las monedas rodar por el suelo y luego como si aquel acto cruel hubiera terminado con sus intenciones de decir algo más, el chico vuelve a tomar asiento en su pequeña mesa de roble.

- ...estáis poniendo en evidencia vuestro exceso en el vino

El posadero entra con una sonrisa de oreja a oreja y una azafata de carne enorme entre sus brazos: costillas de cerdo, asado de cordero, patatas y verdura en cantidades agradecidas.

- ¡Aquí esta la cena! Espero que esto os reponga del cansado viaje. Supongo que nada tendrá que ver con la cena a la que se os invitó mañana pero es todo lo que humildemente puedo ofreceros.

Pero por lo visto aún había otra plata casi tan grande como la que acababa de llevar; trajo jarras para todos y os dejo unas botellas de vino. Después empezó a serviros uno a uno, empezando por las mujeres, con simpática gracilidad a pesar de su robustez aparente.

Mira a Paul con la mirada desencajada un instante antes de volver en si. Sonrie .-¡No!¡No estoy borracho! ¡Soy un hombre templado! ¡Y veo que vos tambien!. Mis disculpas...-. Va hacia las mesas concentrado de modo que solo mira un instante a User.-Todo esta aclarado "amigo" egipcio-. Tropieza con una de las mesas haciendo un fuerte ruido su armadura contra la madera. Se reincorpora y camina como si no hubiese pasado nada a sentarse con el resto.

.-Lo sabe... lo sabe. No es posible. Deben ser imaginaciones mias. ¿Si lo sabe porque demonios no estoy muerto? Esa simpleza e indiferencia con la que ha despreciado mi desafio...Es como si previese mis verdaderas intenciones. Si lo sabe y no ha dicho nada es porque tiene otros objetivos e intenciones que nada atañen a mi problema. Si es asi... ¿Quien es este hombre que mira dentro de uno como en las hojas de un libro? Porque finge ser un soldado acabado alguien así. No es un hombre cualquiera... O son todo equivocas suposiciones. En todo este tiempo nadie se había dado cuenta de la falsedad de mis actos hasta hoy... Aunque si que lo he creido muchas veces-. Este ultimo pensamiento le permite tranquilizarse