Partida Rol por web

Mientras intento relajarme, mi mirada se pierde en el bosque que veo a traves de la ventana. Parece desierto en una calma total, pero en un segundo mis ojos reciben una horrible imagen, el grito de diego confirma que lo que veo es real y no producto de mi mente o de los estragos noctucnos. Sorprendido y patidifuso , sigo mirando la horrenda estampa casi hipnotizado

La imagen es tenebrosa sin duda, pero más sorprente es aún la actitud del cochero, pues él ha recorrido dos veces ese camino hoy y sin duda los ha visto. Había leído sobre estos métodos de castigo, en tierras de los cárpatos donde los mares dejaban de bañar la tierra. Sin duda, la falta de mar volvía locas a las personas.

Entendí que esas personas se merecían ese castigo, pero aún así la imagen me dejaba fría, pues conocía formas de castigar mucho mejores y más humanas... como el simple pago de impuestos aumentados... Sin duda, el señor de esas tierras era demasiado bellaco y no consideraba bien todas las oportunidades, pues la de exponer a gentes maniatadas a un arbol al público solo conseguía el orden mediante el miedo, y la gente no trabaja al 100% de su potencial si tiene miedo...

Las alarmas de Diego resuenan en el coche, lo cual me permite espirar aliviada. Al parecer, yo no tendría que hacer preguntas.

Roderigo detiene el coche cuando Diego salta de este en marcha; todos podeis ver como este se adentra corriendo en la espesura del bosque

Vuestro carruaje se detiene, despues de escuchar los gritos de Diego. Si mirais atrás por la ventana veis que os habeis detenido ya que Diego acababa de saltar de su cabina en marcha y se habia adentrado en la espesura del bosque.

Cuando estas suficientemente cerca te cuesta evitar las arcadas producidas por el olor de la putrefaccion. Al fijar la vista en el suelo encuentras tus pies sobre un charco de sangre coagulada, ennegrecida. Entonces volteas a tu alrededor y te encuentras entre tres cadaveres en descomposicion medio devorados por las fieras. Todos clavados a los arboles por los pies y muñecas con grandes puntas de acero “crucificcion”

Javier Lara presta atención a todo y cuando ve que aquel sujeto se baja del carro baja junto a los demás.

-Yo tambien te ayudare.

Si bien el se sabia frio,no queria mostrarse todo el tiempo asi con los demás.dado que no tienen que sospechar de sus planes con respecto de esto

Vlad tambien baja del carruaje y sigue a Diego entre los arbooles, este incidente ha despertado su interes como cada cosa que ve excitante. Aunque aun no ha decidio que hara cuando llegue donde esten los problemas.

Francesco espectante bajó del carromato y se situó al borde de la entrada del bosque en posicion de alerta

Bajo del carruaje y me acerco a la parte delantera del vehiculo mientras mis compañeros se adentran en el bosque. Miro al cochero Perdona , sabes lo que les ha pasado a esos hombres? Son criminales?

Diego mira a uno y a otro respectivamente. Cointempla unos ojos abiertos y secos ante si .-¡Y vuelven a la vida!¡Morid bestias del demonio!¡Morid!-. Desenfunda su espada, decapita los cadaveres con gran rapidez y mira a su alrededor buscando otros posibles enemigos.

El cochero baja del carruaje a esperar a que todos se tranquilicen y vuelvan a subir a bordo y respondiendo a la pregunta de User dice

- El señor Giovanni es un amo severo

Fascinante, veo que no solo yo se como tratar a las alimañas -digo al llegar en frente de las cruces

Miro al cochero Quiza un poco escesivo para mi gusto, pero cada cual dispensa la ley como mejor conviene en su casa. Deberiamos proseguir, nada se puede hacer por esos pobres diablos y llegaremos tarde. mientras digo esto regreso al carruaje

Javier Lara luego de ver lo que habia sucedido se percina fingiendolo hacer de la mejor manera posible y luego cuando vuelve a subir al carro dice:

-En España la Santa Inquisición tiene maneras aun mas hermosas para tratar a hombres como estos.

Javier Lara menciona este detalle no menor delante del monje como ocultando debajo de aquella frase una acusación a la Iglesia por culpar a gente inocente de crimenes que los hombres santos comenten.

Miro con descaro a Diego, al ver decapitar a esas personas sin la menor compasión... ni utilidad. Una persona muerta no es útil... de ninguna de sus formas.

Me pregunto como le sentará al anfitrión que un invitado haya acabado con el castigo de sus condenados... - voy divagando en mi mente mientras giro en mi cara en dirección opuesta y pierdo la mirada.

El corazón le da un vuelco cuando ve los hombres crucificados. Cada vez sentia mas miedo y respeto por el señor de aquellas tierras, definitivamente ahora solo quería que aquella noche pasara rapida y volver a su casa cuanto antes. Su mirada estaba fija entre los arboles, algunos de sus compañeros habian bajado de la carroza pero ella estaba paralizada en su asiento, sin ningun sentimiento aparente en su expresion mientras se refugiaba en la imaginacion de volver pronto a su hogar con su familia.

No dijo nada

¡Dios mio! Este hombre no es un guerrero, es un sanguinario sin control ¿que sentido tiene decapitar a un hombre que ya está muerto? - pienso mientras observo impasible las acciones de Diego - Noble guerrero, una vez que os habeis asegurado de que están muertos, ¿creeis que es hora de que partamos de nuevo o hay alguna otra parte de su cuerpo que deseeis cortar?.

No tiene honor, no tiene pudor, no tiene disciplina, NO es un guerrero, si estuviera en mi compañia habria muerto hace mucho tiempo - pienso introduciendome en el carromato de nuevo

Que les decía yo en la posada!?, si el señor Giovanni quiere un carnicero, que contrate a este loco, mas si quiere a alguien con dotes, debería hacerle pasar por lo que hace ne este momento para así ahorrarle problemas, dijo enfundando su espada al quedar clara la situación

.-¡¿Pero que decis?!. ¡¿No habeis visto como se removian avidas de sangre las bestias renacidas de la muerte?!-. Los mira .-¡Ah! Ya...Escepticos...-. Diego se dirige hacia el carro con gesto de indiferencia y extrae un trozo de tela entre sus ropas con el que limpia su espada antes de echarla al cincho.