-Eso, cuéntanos algo -añadió Stigga a lo que decía el miembro del Munitorum- porque lo alguien nos ha encerrado dentro y casi salgo a tiros y llamas por delante -miraba hacia todos los lados mientras hablaba, por si acaso había alguno más de esos hombres- ¿o es que no estabas delante cuando hablaban de lo que fuera?
El explorador escuchó todo, mientras no perdía detalle de aquellos otros hombres que habían aparecido. Desde luego, eran buenos, vaya que sí.
-El accidente también puede atraer otra clase de atención-dijo el hombre, con algo de esperanza en la voz-formábamos parte de una flota imperial que estaba trayendo la guerra en su Sagrado Nombre a la escoria del caos, liberando mundos. Puede que decidan investigar este. Nuestro coronel-comisario y varios Tanith estuvieron meses enteros infiltrados en un mundo tomado por el caos, y cuando fueron a liberarlo, aún seguían allí. La mayoría, al menos. Gereon, se llamaba.
Salgo junto con mis compañeros del zulo del emperador. Me sacudo el polvo que se acomodó en mis manos y en mi trasero al sentarme. Me quedo atento para saber que ha pasado, y quienes eran esas figuras que se alejaban. Lo lógico sería pensar que son los habitantes del planeta. Lo que han dicho tiene que ser de capital importancia.
- Necesitamos datos- me junto de nuevo a la pelirroja, eso siempre me hace sentir más seguro- ella necesita datos, o quema cosas- levanto las cejas y asiento.
Lo dicho -confirmó el médico.
Demandaba explicaciones sobre las circunstancias que les estaban rodeando. Estaban en el planeta hostil más amigable que Baltar podía imaginar. Donde todo era una amenaza que nunca llegaba a cumplirse y donde los supuestos aliados solo querían alejarse de ellos.
Mierda de vida...mierda de planeta...yo solo quería mis drogas...
Se sorprendió un poco por lo que contó Logan, pero le costó creerle del todo, no en vano, hizo un esfuerzo - Muy bien soldados - dijo con total naturalidad - amanecerá en unas - miró al cielo, estudió las distintas constelaciones que se veía desde aquel hemisferio y tras una estimación que no le llevó demasiado tiempo continuó - seis horas, les sugiero que cojan ese sótano como dije antes y descansen. Mañana a la primera luz estaré de vuelta para guiaros hacía StoneTown - y sin más se marchó con sus hombres internándose en el bosque y desapareciendo a la vista de todos en pocos segundos.
A los pocos minutos de llegar Illium, lo hicieron los que faltaban; Logan, Armand y Zora. Todos estaban reunidos en torno a la trampilla de acceso al Sótano y parecían interrogar a un mudo Illium que no soltaba prenda... al menos, con la nueva aparición de los demás que salieron a interceptar al extraño hombre podrían arrojar algo de luz a Liam y compañía. La única que llevaba sus armas listas para ser usadas era Stigga, aunque su actitud era ahora más relajada.
El explorador entró de nuevo en aquel sótano, relativamente animado. Al menos, todo lo que lo podía estar alguien herido de gravedad y que se había estrellado en un mundo plagado por el Caos, sin refuerzos ni apoyo y prácticamente con lo puesto.
-Bueeeno... No ha ido tan mal, ¿no?-dijo, más bien para los que salieron con él, para luego volverse hacia el resto-veamos, una versión resumida de la historia. Este mundo está tomado por el caos, los gobernantes de los distintos feudos murieron o se rindieron a él. Pero parece que aún quedan algunos leales, y el heredero de uno de los gobernantes los dirige. El tipo de la barba se llama Jeremias, es como una especie de explorador. Y, por cierto, tenía alrededor de quince cabrones sigilosos con él. Y nos ha dicho que descansemos aquí hoy, que mañana nos llevara a StoneTown, que debe ser su base de operaciones.
- Exacto, y no he sido capaz de detectar ni a uno solo de ellos. los tenia delante de las narices y ni los he visto.
Reflexiono y digo:- aunque es normal, si ese cabrón de esqueleto nos detecto y no lo hizo con los otros, es por que usan alguna cosa o técnica que les hace menos detectables.
sin decir mas se fue hasta el final y se echo en un litera a descansar, dejando el rifle a su lado.
Armand se encontraba literalmente reventado, por lo que vio con buenos ojos que fuese Logan quien diera explicaciones. De camino a uno de los catres elegido al azar se cruzó con la furcia pelirroja, a quien entregó lo que restaba del habano que había estado fumando, ahora apagado - Aprovecha lo que queda, no tengo ánimo para terminarlo - Y dicho esto pegó un lingotazo a su petaca y trató de dormirse.
Stigga vio como todos se iban dirigiendo de vuelta y entraban en la trampilla, pero ella se mantenía fuera, hablando con Illium, o más bien, metiéndose un poco con él para variar.
-Yo ahí no entro, antes nos han encerrado y paso de que puedan repetirlo -comunicó a sus compañeros antes de que el Volpone le ofreciera el habano- ¿Ves? No es tan difícil ser amable -dijo, aunque en realidad estuvo a punto de decir "no ser un capullo arrogante", y sin esperar, lo chamuscó con la llama piloto y se lo llevó a la boca.
-Y otros séis que estaban aquí -confirmó la pelirroja mientras daba una calada al resto de puro- que fueron los que nos encerraron. Los escuché y estuve a punto de reventar la trampilla con la pistola cuando la abrieron.
Cuando pareció que todos hubieron entrado, Stigga se sentó en el borde de la trampilla con las piernas colgando por el agujero y continuó hablando para que les escucharan- Entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Nos fiamos de ellos? ¿Sabemos la distancia a la que está StoneTown? -ahora parecía más tranquila, balanceando los pies cubiertos por las botas militares, dando caladas al puto y con el lanzallamas apoyado en el regazo, con la bocacha y la llama piloto apuntando hacia la entrada de todo el complejo, solo por si acaso.
Me quedo más tranquilo cuando llegan mis compañeros y exponen ellos lo sucedido. Yo no lo había tenido muy claro y tampoco pretendía hablar más de la cuenta.
- Sargento, deberíamos echar un vistazo a esos que han parecido seguirme - digo en referencia a los hombres de los que ha hablado la pelirroja momentos antes - ¿No los habéis visto al venir? - digo con la esperanza de hallar una respuesta negativa y no sonrojarme por haber sido seguido y no haberme percatado.
Miro a la pelirroja y atiendo a sus palabras.
- No tenemos más remedio. Yo no me fío pero creo que no hay otra opción - digo pasando la vista de la pelirroja al sargento.-
Perdón me fui el viernes y ni me acordé de que tenía que postear XD
Armand no entendía muy bien a qué se refería Illi, no obstante confiaba en su camarada por lo que no le desacreditó - Haz como creas, yo necesito una pausa... los años no pasan en balde, aunque no son estos sino las batallas las que dejan huella - Y se tendió a dormir, no sin antes añadir - Quizá no estén de nuestro lado, pero por lo que hicieron con el engendro del caos merecen mi voto de confianza...
¿Por qué dudáis? Mejor extrañosamigos que esqueletos fantasmagóricos. ¿Y por qué no nos hemos puesto ya en marcha?
Liam parecía algo más tranquilo, pero varias dudas asaltaban su mente - ¿En que planeta estamos? vamos... lo digo por intentar localizar nuestra posición, alomejor estamos hasta en otro sector - dijo en voz alta mostrando sus miedos a todos - y joder doctor... estamos casi todos muy heridos, necesitamos descansar...
-Necesitamos descansar, y además, nuestros "anfitriones" lo han decidido así-dijo el explorador, en respuesta a las preguntas del médico. La de Liam, sin embargo, al menos no tenía respuesta. Tras unos segundos pensando, dijo:
-O se me ha olvidado, o no me lo han dicho. Mañana les preguntaremos.
- digo al grupo sin nadie en particular mientras me cubro con la manta y mi voz sale somnolienta:- Venga descansar ya, que no tenemos nada que hacer, mañana sera un día largo y tendremos que estar en plenas facultades sean leales al emperador y más si no lo son. yo por mi parte me voy a dormir.
La vida de un guardia imperial, era, sin duda alguna, una de las más duras de todo el Imperio… arrancados de mundos natales reclutados por levas de corte medieval en el peor de los casos, transportados en miserables y enormes naves espaciales siendo llevados de un planeta a otro para librar la guerra contra los innumerables enemigos del Imperio… armados con equipo de hasta cuarta mano y liberados contra enemigos que los superan en número, en tecnología y en tamaño… regimientos de miles de hombres que si vuelven, ya nunca serán la persona que una vez vieron sus padres.
Para los adeptos de marte aquello no era muy diferente. Cientos eran destinados a modo de diezmo al Imperio por la milenaria alianza entre los marcianos y los terranos. Movidos por el afán de aprender, por la necesidad de mejorar y encontrar piezas de equipo tecnológico de los campos de batalla... pocas motivaciones poseían los adeptos de marte adheridos a las filas de la guardia imperial, pero así eran las cosas.
La entrada al Immaterium había sido como siempre… horrible. Solo los más acostumbrados a esa transición entre dimensiones lograban controlar sus estómagos y no vomitaban hasta la primera comida que pudieron masticar. Todos sintieron como algo iba mal, como el mundo dejaba de ser el mundo, como su cuerpo no estaba y a la vez estaba… sintieron su mente bullir hasta derretirse y enfriarse a la vez… sintieron dolor y placer, sintieron tantas cosas y en un mismo instante que la confusión estaba asegurada… aquella vez, nadie vomito, solo hubo un minuto de silencio mientras que cada uno reordenaba su mente y alma cuando ya viajaban por la disformidad, la dimensión maldita.
TER y su equipo estaban comprobando el estado de la carga, valiosas piezas de equipo necesitaban el máximo de rezos y salmos y bálsamos curadores y que pudieran mitigar los enfados de los espíritus máquina al estar encerrados. TER acababa de comprobar el cajón de almacenaje número 1923 cuando sobrevino un tremendo estruendo que hizo retemblar toda la nave llegando a tirar algunas cajas que estaban apiladas. Las luces se apagaron y fueron sustituidas por las de emergencia, algo estaba yendo realmente mal, y que eso pasara en mitad de la disformidad era el peor presagio de todos los posibles.
Las puertas se habían sellado automáticamente y solo desde el puente de mando se podría anular esa orden. Confusos y curiosos se quedaron donde estaban intercambiando chorros de información en techna lingua cuando se escucharon los primeros disparos seguidos de terribles rugidos sacados desde la peor de las pesadillas.
La nave se había vuelto un caos, el campo Geller había fallado, los demonios estaban infectando la nave poco a poco, todos pudieron escuchar susurros a su alrededor, susurros que incitaban a lo peor del ser humano, asesinar, violar, mutilar, canibalizar… todos se mantuvieron firmes, pero era difícil mantener la cordura, aquello era de locura, era vivir una pesadilla en si misma… los disparos amortiguados por las densas capas de metal no cesaban, las armas navales, diseñadas para ser disparadas por los prebostes en el interior de la nave descargaban sin cesar, pero a cada disparo que se oía, le seguían mil rugidos más… caos, caos y más caos.
Y todo aquello duró unos agonicos cinco minutos, unos cinco minutos que fue lo que tardaron los visioingenieros en invertir la polaridad de los motores de salto y hacer una parada de emergencia hacía la dimensión real… la nave estaba condenada, si al manos efectuaban la salida en el campo gravitatorio de una estrella de alta densidad, la muerte sería rápida para todos… pero no esta vez.
El Emperador protege, esa era la frase más utilizada en todo el Imperio, más incluso que aquella expresión de “por el trono de Terra”. Lo gracioso era que el Emperador, a veces, parpadeaba, y cuando parpadeaba, los Dioses más oscuros intervenían… aquel día, el Emperador, como poco, estaría dando la espalda a esa nave y a su tripulación.
La nave, la “Fénix”, surgió por una hendidura hecha en la realidad, salió escorada hacía babor mientras gases iban saliendo por algunas oberturas que se habían hecho por toda su enorme masa. El puente de mando, con su comandante adherido al trono de mando por cientos de cables profirió un exabrupto tal que le hubiera costado arder en una pira por hereje, pero es aquello le daba igual dada la situación. Su preciada nave con más de tres milenios de existencia había salido a menos de cuatro mil kilómetros de un enorme planeta que ocupó todas las portillas de observación. El rumbo era invariable, la inercia de la salida de la disformidad era muy superior, no se podía suministrar suficiente potencia a los motores de maniobra para invertir el rumbo o sencillamente desviarlo, la tremenda masa de la nave más la velocidad que llegaban hacía inviable cualquier maniobra aquella distancia… y todo aquello, no lo sabían los visitantes de la nave.
La nave atravesó la atmosfera del planeta y lo hizo con mal ángulo. La panza chocó contra las primeras capas y la nave entera se fue combando a la vez que las altas temperaturas por la reentrada iban calentando la nave. Todo aquello se vivió con el mayor de los pánicos dentro del almacén, los guardias saltaban por los aires, las cajas los golpeaban violentamente y la muerte parecía irremediablemente una visitante indeseada…
Al final, la “Fénix” se partió en varios trozos que comenzaron a surcar el cielo de aquel planeta hasta que se estrelló, ocupando una superficie del planeta muy superior a más de veinte mil hectáreas. Los pedazos humeantes destrozaron un bosque en toda la zona donde se había estrellado… y solo TER había sobrevivido a aquel terrible accidente.
Cuando recobró la consciencia se encontró con el cuerpo totalmente atrapado, un enorme cajón de armamento había caídos sobre él pero milagrosamente no había daño en ello, algo había hecho de tope por encima de sus piernas pero estaba atrapado de igual modo pues su espalda, aprisionada contra una columna, impedía que se pudiera mover, ni él ni su mecadendrita. Y ahí estaba, tirado, atrapado y con la única decisión que podía tomar, aprovechar su superioridad mecánica y desactivar o poner en "stand by" todos sus sistemas para sobrevivir lo máximo posible.
La vida le había otorgado la oportunidad de servir al Omnisiah de una manera más directa en otro lugar, lo que para algunos era una especie de castigo, para T.E.R.-3.0 era una bendición. Había sido escogida para servir a la voluntad del único en alguna otra tarea.*
Su trabajo hasta la fecha había sido supervisar y reparar unidades de perforación y traslado de material en "La Mina Gorgónida". Por su especialización, era de las pocas personas que gozaban de la protección y vivienda en el mismo castillo de uno de los barones, de hecho, vivía en uno apartado y pequeño cercano al del barón, donde casi todo eran o guardias o miembros del Adeptus Mechanicus. Su vida consistía en levantarse, realizar los rezos debidos al Omnisiah y seguir al jefe de su sección hasta el aeropuerto, primitivo donde los hubiera, donde aterrizaban naves de carga y descarga que se encargaban de transportar el mineral desde la mina hasta la ciudad-capital cercana. Los turnos de trabajo de la tarde eran de reparar los escasísimos perforadores que existían y que debían de mantenerse el mayor tiempo posible en funcionamiento, pues eran propiedad de los prebostes de los "gremios" (criminales venidos a bien) que habían prosperado y tenían "tratos" con los barones locales. Uno de ellos, con su señor.
La noticia de que le llamaban a Filas casi fue una bendición, pues aunque ella hacía el mismo trabajo que había hecho su padre, y a su vez, el padre de su padre, algo en su interior soñaba, aún no sabía por qué, en realizar alguna tarea diferente. Cada vez que veía despegar esas naves de carga, pensaba en ir en una de ellas. Así que consiguió las instrucciones y entrenó "teóricamente" con alguna de aquellas naves (más bien repasó una y otra vez cómo hacerlas volar, así como imaginaba situaciones problemáticas y cómo salir de ellas), aprovechando alguna reparación para meterse en la cabina y chequear el encendido, los controles.....soñaba con salir de allí y servir al Omnisiah en algún otro lado. Por supuesto, muchas veces se arrepentía y se auto-castigaba con rezos extras y servicios más largos, cosa que sus superiores tomaban con agrado, sin saber los motivos reales, claro.
T.E.R. dejó su planeta natal y su vida con casi una emoción de alegría, esperando ver nuevos horizontes y máquinaria más avanzada. Que la asignaran al almacén de carga de aquella venerada nave espacial ya era suficiente recompensa para ella y hubiera estado toda su vida, la restante, feliz si la hubieran permitido quedarse allí. Pero el destino, irónico y cruel, tenía otro pensar.
El ataque vino de improviso, y cuando T.E.R. comprendió que la nave en la que viajaba, "La Fénix", estaba siendo atacada dentro del Inmaterium, un horror indescriptible, así como una sensación de ahogo, odio, ira e impotencia la ahogó como nunca antes nada la había ahogado. ¿Qué hacer? Su mente humana se veía asaltada por decenas de emociones a la vez, que hacían que temblara, sudara, se quedara quieta y no supiera qué hacer, para después salir corriendo mirando hacia la oscuridad. Sus circuítos lógicos trataban de procesar la información, que, en avalanchas, le venía de todos lados. Era imposible, pero aún así, la muchacha prosperó por el almacén de la nave, hasta dar con la zona asignada como "propia", donde sus cosas estarían guardadas en cajas y taquillas.
Durante minutos, lo peor fueron los susurros y las visiones de pesadilla que se mantuvieron delante de sus ojos, mientras les hacían frente con todo lo que tenían, que no era poco, o al menos, eso creía ella que estaban haciendo. Los oficiales navales les habían prohibido tajantemente usar determinadas armas, las cuales permanecían dentro de sus cajones de carga, así que usaron las armas permitidas y lucharon hasta que la nave, con un horrible crujido y lanzándolos a todos por el aire en mitad de la oscuridad, pareció venirse abajo. Unos cuantos golpes desorientaron a T.E.R. por completo, en especial uno que le empotró con lo que parecía una caja de armas y munición, aunque podía oler que cerca habían cajas con otros materiales, sanación, raciones....pero todo fuera de su alcance, pues estaba atrapada. No podía mover las piernas, aunque aún las notaba.
Recordó como miles de soldados habían muerto en pocos minutos dentro de la nave, debido al ataque de aquellas criaturas, y comprendió que cientos de miles habrían muerto al estrellarse la nave....y una idea comenzó a penetrar en su mente....que sólo el Omnisiah, que de alguna forma tendría alguna misión para ella, la había salvado cuando las posibilidades, matemáticamente, eran tan bajas que no valía la pena ni encender el cogitador para calcularlas. Aquella idea creció poco a poco dentro de ella.
Sólo restaba pues una elección. Ella era una sirviente pía y leal al Omnisiah, así que se abandonó a su voluntad y desconectó todos sus soportes y sistemas energéticos, excepto los indispensables para sobrevivir, durmiendo y dejando que la voluntad del Dios-Máquina decidiera su suerte. No había sobrevivido para morir, aún no, de eso estaba convencida...y cada vez penetraba más en su mente que tenía una misión divina, algo que el Omnisiah quería que ella hiciera, por eso, sobreviviría.
Perdió consciencia de su ser, mientras ordenaba, en los últimos instantes, a su servidor desconectar igual que ella había hecho.
Y la luz se apagó.
* Proviniendo de "La Mina Gorgónida" es una bendición, créeme.
Un cielo oscuro la rodeaba mientras unas formas simiescas, enormes y que se dejaban adivinar entre las nubes, la observaban desde lo alto. Ella estaba desnuda, sin partes mecánicas, tal cual su madre la había traído al mundo.
Aquello le causó una enorme desazón, y trató de encontrar aquello con lo que estaba familiarizada...sus ropajes, su cibermanto, aquellos cables que se introducían en sus venas y conectaban su ser, su yo, con el espíritu-máquina....con el creador.
Las figuras en lo alto rieron, burlándose de ella..."¡Tú eres como nosotros....todo carne y piel.....pelo.....huesos! Eres perecedera...sangras, tienes hambre...sed....cansancio...y mueres. ¡No oses creerte mejor que los demás!"
"¡YO SOY UNA SERVIDORA DEL OMNISSIAH! ¡DEVOLVEDME LO QUE ES MÍO POR DERECHO DE SANGRE!" gritó ella al cielo a su alrededor.
El suelo se abrió a sus pies, como si de una boca enorme se tratara, engulléndola y haciéndola caer...."Tú no eres nada.....nada...el señor vendrá a por tí, y te devorará...carne suculenta...carne caliente...." decía una voz. Las piedras la golpeaban en su caída, magullando su piel, haciéndola sangrar...
Frío....hielo. Agua.
Estaba sumergida en un agua que la congelaba por momentos, de lo fría que estaba. Pataleó furiosa hacia una luz que veía encima suyo, confundida, pero sintiendo que si no lo hacía, se ahogaría allí dentro. Sacó la cabeza en el interior de una caja de madera, que sobresalía flotando entre miles de cajas de madera más, todas ellas en una especie de mar que rugía embravecido a su alrededor. Se cogió como pudo con sus manos, sintiendo el tirón de los cables del interior de sus muñecas mientras trataba de no soltarse y volver a sumergirse en aquella agua congelada. Estaba confundida, mucho. Ella nunca había visto un mar. Le habían hablado de mundos con océanos enormes, otros seres....pilotos, creía recordar, se los habían descrito, pero nunca los había visto.
Pronto las cajas comenzaron a chocar unas contra otras, provocando un estruendo de madera al romperse ensordecedor, mientras miles de relámpagos restallaban por encima de su cabeza. El caos en torno suyo era total. No tenía un punto de referencia, no tenía un destino. Sólo aquella caja que, milagrosamente, seguía intacta pese a que el resto chocaban contra ella y se destrozaban, pero que en cada golpe, parecía salirle una grieta diminuta, que ella trataba de parar poniendo las manos en el lugar y rezando con fervor una y otra vez. Una ola la levantó....arriba....arribaarribaarriba.....la ola comenzó a romper y ella pensó que era su fin. Todo daba vueltas. Negrura.
Sintió un aliento nauseabundo que le soplaba en el cogote, unas manos que recorrían su cuerpo buscando algo, tocando, cogiendo.....pequeñas risas siniestras y agudas que penetraban en su sistema auditivo, prometiendo cosas...cosas horribles. La sensación de indefensión se acrecentó, no podía moverse, gritar...ni siquiera parpadear. Sólo notaba y olía, notaba que una lengua recorría su cara y la dejaba marcada por la corrupta marca del Caos. Un olor que nunca la abandonaría....a podredumbre, pestilencia y muerte. Olor a locura, a maldición y a desesperación. Trató de gritar, con todas sus fuerzas, cada vez más...cada vez más. De pronto abrió los ojos y vio decenas de hombres, pequeños hombres vestidos de verde y con cascos, que correteaban debajo de ella tratando de quitarse de encima a unas bestias informes, pero que ella sabía que eran el Caos personificado. Disparaban sus armas, pero eran muchas más criaturas que hombres, y aunque ella, en su inmensidad, quiso ayudarlos, no pudo. Sólo podía contemplar como aquellos valientes morían uno tras otro. Y lloró. Lloró sangre. Sabía que estaba sóla, y que solo era cuestión de tiempo....
T.E.R.-3.0 no lo sabía, pero, atrapada entre las cajas y con sólo los sistemas vitales básicos para sobrevivir conectados, sus constantes vitales se estaban alterando fuera de su "cyber-sueño".
Bueno, he dejado ir la mente, a ver qué me salía. Espero que le guste, señor Máster.