Partida Rol por web

Jeremias estaba comiendo en silencio, observando al grupo como hablaba, quedándose con las reacciones de cada uno de ellos... el fornido hombre se notaba que no se llevaba demasiado bien con aquellas gentes, pero sobre todo con el mariscal, por ello, Stigga pudo percibir que Jeremias la miraba más de lo que sería sano y la vez que sus miradas se cruzaron, Jeremias le dedicó un asentimiento de cabeza reprobador.

Era de suponer, una banda de infelices a los que les había caído del cielo otra banda de infelices, solo que estos últimos eran bárbaros, fumaban Ilho, y se masturbaban frotándose con árboles de nal. Perfecto...

Armand, viendo que se encontraba ante capullos decadentes, decidió darle un notable giro a su pensamiento – Bien, viendo que ustedes están los suficientemente locos como para haber perdido toda esperanza en los ejércitos del Emperador. Les planteo mi particular visión del asunto – Pausó su discurso para darle un trago a la petaca, quizá así entraría en calor – Dado que vamos a morir como perros, no me gustaría hacerlo como un perro apaleado. Llorando a mis muertos y esperando un ataque que llegará sin duda...

Para enfatizar su frase golpeó con la petaca la mesa – Hay que atacar, con las armas que tenemos podemos darles donde más les duele – Y mirando a los líderes de la resistencia les señaló con el dedo – Además, imaginen que en la nave puede haber los suficientes suministros para rearmar a su gente. Y quien sabe, quizá podamos darle la vuelta a la tortilla.

Mirando a los Tanith, y conociendo su punto débil, trató de inflamar sus corazones – ¿Queréis ver con impotencia caer otro planeta? o ¿queréis luchar por él como no pudisteis hacer por el vuestro? – Sabía que se encontraba en un territorio peligroso, por lo que no continuó – No es una misión suicida. Es un ataque preciso a un objetivo estratégico – Y para finalizar se acercó a la pelirroja con un habano apagado recién sacado del bolsillo – Si hay que morir, lo haré como un perro rabioso – Y dicho esto miró alternativamente al lanzallamas y a la Tanith, dejando claro que necesitaba encender el habano, y que de hacerlo, podría compartirlo con ella.

-Veinte años -dijo para sí más que para nadie mientras miraba al hombre de las barbas, el único que parecía ser auténtico allí. Ella había sufrido lo mismo que esos hombres mucho menos tiempo, y no abrazaba ni daba bienvenidas sonrientes a los miembros de la guardia cuando se apostaron en la colmena. No, ese era el único que parecía de fiar de ese maldito lugar.

-Perdone mi ignorancia, jefe soldadito de plomo -dijo Stigga a Armand cuando empezó a intentar incitar a que lucharan por ellos- ¿no ha oido cuando he planteado cuanto podemos joder a los putos traidores antes de morir? ¿o quizás tampoco ha oído a MkNeil ofrecer su ayuda? -como siempre, Stigga solo abría la boca para puntualizar lo obvio o meterse con alguien.

-Quizás, antes de hacer nada o decir nada, deberíamos de informarnos, pero claro, yo no entiendo nada de estrategia de guerrillas -dijo mientras se separaba un poco y se acercaba al hombre barbudo, a Jeremías, y pareció empezar a hablar con él en susurros.

-Parece que tú eres el único que afronta lo que pasa aquí, ¿quién es el barbablanca y qué ha hecho hasta ahora? 

El explorador escuchó lo que todos tenían que decir, aunque dejando a hablar a unos y otros, casi sin reaccionar. Su única reacción se dio cuando Armand mencionó la caída de Tanith, momento en el que le dedicó una mirada dura, fría y peligrosa. Quizás valorando cuantos segundos le llevaría clavar el cuchillo que llevaba en el cinturón en medio de su cara, o quizás simplemente desafiándole a mencionar de nuevo aquello. 

Aquello era vergonzoso. Parecía que se estaban dedicando constantemente a medirse las pollas, y así no iban a avanzar. 

-En primer lugar... Sobre la nave, podrá dar más datos el señor Sollus, creo que era el único que pertenecía de verdad a ese cacho de metal. Y era un transporte del munitorum. 

Después, suspiró.

-Vosotros, cabezas cuadradas, sois infantería de asalto... Y, por lo tanto, creéis que todo se soluciona atacando algo de frente... Atacar un punto estratégico... ¿Cual? Como dice Stigga, primero debemos informarnos. Y no sólo eso. Ya lo han mencionado nuestros anfitriones, si llamamos demasiado la atención, puede que esos traidores hijos de feth se pongan nerviosos y pidan ayuda. Momento en el que estaremos aún más jodidos. Hay que ser inteligente, actual con cautela, y habituarse al entorno. Yo, desde luego, no pienso morir como un perro de ninguna clase, dando mordiscos sin saber ni por qué. Es más, no pienso morir. Pero si pensara hacerlo, lo haría luchando como un hombre. 

Armand suspiró y puso los ojos en blanco mientras daba las primeras chupadas al habano recién encendido, todavía no había prendido correctamente.

El sargento pudo contarles que seguramente lo que encontrasen en la nave les serviría posteriormente, incluso para salir de aquella cloaca. Que seguramente el enemigo no esperaría un ataque, pues el combate cobarde al que estaban acostumbrados no indicaba nada parecido. Que era más que probable que no llegasen refuerzos de ninguno de los dos bandos, y en caso de hacerlo del enemigo, pues morirían mejor y más rápido. Pero no lo hizo...

No lo hizo porque estas personas que se sentaban a su lado preferían morir de inanición, disentería, o alguna mierda de enfermedad derivada. Pero además lo hacían gozosos, sabiendo que aunque antes o después morirían, iban a escoger el camino más largo, pesaroso y ridículo - ¡Bravo!

Armand encajó los golpes y rió para sí. No podría regresar, pero al menos tenía un planeta al que volver.

Anton se lamió el labio inferior después de beber el contenido de su vaso. El señor feudal no se impresionó por la actitud de Armand, ni pestañeó. Un buen gobernador era aquel que sabía preveer los movimientos de los que le rodeaban, y aquello, se lo había visto venir, pero le dejó hacer, pero ni tan si quiera el golpe en la mesa lo hizo reaccionar ni perder aquella sonrisa de suficiencia y esas miradas que compartía con El Mariscal.

Cuando Anton iba a intervenir, Logan se le adelantó y lo dejó intervenir; también se esperaba la sensata respuesta de un superviviente... ahí tenía Anton, las dos caras de la moneda... el guerrero y el superviviente - sabe - comenzó con voz pausada, serena - no me costó nada deducir que usted, sargento, es el guerrero de este grupo, usted y aquel que viste igual, que supongo que será un subalterno... ¿sabe? esta aldea estaba llena de guerreros como usted, y, me temo, que ya no queda ninguno con vida. Entiendo que le moleste o le cabree, pero preferimos sobrevivir que morir, no tenemos medios, no tenemos equipo, no tenemos hombres... y el insensato de Kovaltz ya se llevó consigo a demasiados buenos hombres, y todo para morir aplastado en una única noche - negó con la cabeza - esta guerra ya lleva durando demasiado, y estoy de acuerdo con usted en que necesitamos dar un golpe de efecto, pero hay que estudiar el terreno primero - y miró a Stigga, la cual hablaba en voz baja con Jeremias, el cual la miraba con gesto de profunda incredulidad. 

JA - fue una risa hueca, como si fuera proferida por una calavera llena de telarañas - me gusta este hombre - comentó apuntando a Armand con la copa - tiene cojones - El Mariscal era un mar de contradicciones internas y aquello le soliviantaba demasiado. Sin duda el prefería llevar la guerra hasta las mismísimas puertas del Oculus Terribulus, pero no había llegado a ese rango liderando cargas suicidas sino más bien, meditando y controlando las ansías por luchar y luchar y volver a luchar - pero estamos jodidos... y aún así, no nos rendimos... ya me entiende, no podemos lanzar los sesenta combatientes que tenemos contra más de mil hombres... que sepamos, claro. Verán - dijo dejando la copa vacía sobre la mesa - si esa nave es de carga, llevaría suministros de guerra, médicos y alimenticios ¿no? - Liam se limitó a asentir mientras bebía a cortos sorbos, parecía ido, con el rostro blanquecino, y aquello le provocó una lobuna sonrisa al viejo del bigote y barba blancas - lo primero que hay que lograr es internarnos sin hacer ruido, comprobar si tienen algún campamento montado... eliminarlo pero ¡PERO! - se puso recto y miró a Jeremias - el enemigo posee un arma de otro plano... - a todos se os removió algo en las entrañas al recordar el esqueleto - con lo que el avance será lento y debemos consagrar el terreno nuevo que pisamos... por suerte, tenemos a miembros del santo clero aquí, en StoneTown... pero debemos evitar la lucha hasta que haya un pasillo de seguridad ¿comprenden? sino... seremos pastos de los gusanos

Cuando Anton dijo:

Ante este comentario, el señor feudal se río por lo bajo y negó con la cabeza ante la ingenuidad del sargento - llevamos veinte años de conflicto, pudimos enviar, al principio, peticiones de ayuda... somos un planeta pequeño del Imperio, atrasado para muchos mundos... solo pagamos con hombres y bastante tienen los altos mandos con la Cruzada de los mundos de Sabbat... no, no hay posibilidad de enviar señal alguna fuera del planeta me temo... y abandonar este mundo no es posible - sentenció

Logan fue capaz de percibir una expresión que duró menos de un segundo, una señal que indicaba que mentía o que al menos, aquello no era del todo la verdad... ¿qué podría ser?

Jeremias le dedicó una mirada cargada de incredulidad y sorpresa. Tragó el trozo de carne que tenía en la boca sin apartar la mirada de la pelirroja y sacudió la cabeza repetidas veces - ¿es que no lo reconoces? - llegó a articular antes de darle otro bocado al pedazo de comida.

-No, no le reconozco, ¿a caso debería? -preguntó mientras lanzaba una mirada hacia el Mariscal, como si intentara reconocer esos bigotes de algo- ten en cuenta que yo y mis compañeros con capa no hemos tenido una instrucción demasiado cultural. Somos más especialistas en guerrillas, lo contrario que los soldaditos de plomo -comentó mientras indicaba a los Volpone.

Zora había permanecido en silencio salvo para hacer un gesto afirmativo al comentario de su amiga Stigga sobre el mejor lugar para que se colocara. después solo comió y bebió, con ansia aunque de vez en cuando se paraba para que no pensaran mal de ella, tenia hambre y quizás si salían fuera no comería en tiempo, así que debía llenar el buche.

Mientras comía llegaron las conversaciones entre los presentes. Las respuestas de Arman fueron claras, la cosa estaba muy jodida y cuando volvió a hablar lo puso aun mas crudo, pero ellos pertenecían al primero y ultimo de Tanith, toda su jodida historia había sido jodida, esto era un alto mas en el camino, donde amigos suyos morirían e incluso ella. pero como se había dicho se vendería cara la vida.

Lo que la hizo reaccionar fue el comentario del sargento Volpone y como tensaba los músculos del cuello y la vena le sobresalia a Logan al escuchar aquel comentario sobre su planeta, así que antes de que la sangre bañara el metal como se decía en Verghast, Se levanto y dijo:- Logan tranquilo, deja que este gallito de galones pomposos exponga sus ideas militares y ofenda nuestro corazón, voluntad y memoria para que su presencia se note ante nuestros anfitriones.
Luego mirando al Volpone siguió diciendo:- Mire Señor, yo no soy de Tanith, soy de Verghast como Stigga, pero he llegado a respetar el dolor que supone perder un mundo y todo lo que eso representa. El dolor es infinito y se intenta aparcar de la mente, y cualquier mención a ella rebrota el sufrimiento y con ello la ira, una ira que ira contra el CAPULLO que lo ha mencionado, así que mas le vale callarse sobre ese aspecto o se encontrara con un cuchillo clavado en la garganta en menos que tardas en darle un trago a tu jodida petaca.

Zora se dio cuenta que la vena del cuello también se le había hinchado a ella e intento relajarse, pero no quito la mirada del Volpone, solo menciono en un tono mas neutro:- Ademas, una vez que te han quitado todo, no te pueden extorsionar con nada, pues nada ya puedes perder, Vosotros iréis de cara a que os la partan, pero nuestra filosofía de combate es muy distinta, "Lucha con dureza si tienes que luchar y no dejes que ellos te vean llegar".
En estos momentos, la filosofía Tanith creo que es mas correcta.

Se hablo de la nave y de lo que podía llevar, y volvieron a hablar los anfitriones, al terminar estos y después de terminar de comer unas verduras dijo mientras miraba a Jeremias: - Bueno, yo no soy ninguna estratega, ni ducha en tácticas, pero no soy idiota y creo que con la ayuda de Jeremias y algunos carros podríamos volver a la nave y recuperar lo que se necesite.... Si hay algo que nos sea útil y después volarla, pues si hay algo utilizable, el enemigo ira a investigar y lo que no recuperemos nosotros lo hará el enemigo.

La verdad es que no me he enterado de mucho de lo que ha pasado. Estaba comiendo tranquilamente hasta que me parece haber sido mencionado por ese que se dice L´croix o algo similar.

Hablan de guerras, de estrategias. Parece ser que hagamos lo que hagamos o diga lo que diga el sargento está mal. Perfecto. La estancia en este mundo va a ser de lo más entretenida... 

Cuando escucho cómo la morena se refiere a mi sargento en esos términos no puedo evitar reirme a elevando un poco el tono. Veo como el sargento aguanta estoicamente sin decir ni hacer nada. 

No deberían dejarles ser tan orgullosos por un trozo de tierra.. 

- Eh, tanith. - le digo a la morena - Si vamos a pasar la barrera de las amenazas de muerte. Me apunto - digo y acaricio con mis manos mi rifle de plasma

- Como quieras Volpone, pero ha sido tu sargento y no tu quien se la ha jugado ofendiendo a tono el regimiento Tanith. digo sin mas y vuelvo a comer otro trozo de carne, tan tranquilamente.

Stigga alzó la vista hacia la conversación entre Zora y los Volpone y no pudo evitar sonreír- Ten en cuenta una cosa, Plomito, tú dispararás a uno, pero yo le pego fuego a todos los que estéis, así que replantéate las amenazas y los insultos a los hogares -se envaró un poco más- por mucho que os joda reconocerlo, no tenéis ni puta idea de lo que es defender vuestro hogar con palas y picos, pero Zora y yo sí, así que a lo mejor, solo por eso, podemos dar una mejor idea de como actuar, ir dañando al enemigo para que cuando se de cuenta de lo que pasa, hayan perdido más de lo que deberían.

Miró a los presentes- tienen que parecer accidentes o efectos naturales para no despertar dudas. Son humanos y necesita  ciertas cosas. ¿Hay alguna forma contaminar sus fuentes de agua y comida con toxinas locales?

Armand continuó fumando, pues el habano había comenzado a tirar de la forma adecuada – Me llamáis cabeza cuadrada, pero habéis sido vosotros los que dais por hecho que vamos a suicidarnos. En ningún momento he descartado las artes Tanith. – Que si bien son deshonrosas, hay que reconocerlas útiles – En ningún momento he dicho que debemos lanzarnos de cabeza al enemigo inconscientemente... – Con otra sonrisa, marca de la casa, el sargento añadió – Será que no domino el BAJO gótico como debería.

Y haciendo una pausa, Armand tocó otro tema –Lo que he dicho sobre Tanith es cierto, entiendo que os moleste, pero es la verdad. Tampoco en ningún momento os he faltado al respeto en ese sentido –Verbalmente al menos... Un Volpone no hubiera huido como una rata de su planeta natal – En cuanto a las amenazas, sobran. Sólo hay un Tanith aquí, y ha visto tantas primaveras como yo. En la vieja escuela no se amenazaba, se actuaba. Preguntádselo al señor MkNeill...

Al final, da la impresión de que se va a hacer exactamente lo que estaba planeando... Bárbaros, son tan predecibles... - ¿Y bien? ¿Cómo atacamos?

Para no caldear mas el ambiente Zora musito:- No seremos Tanith de nacimiento, pero lo somos de corazón y sentimiento.
por lo demás permaneció callada mientras terminaba otro trozo de carne seca.

-Cierto... En la vieja escuela no amenazamos. Aunque agradecería a los volpone aquí presentes que no hablen de lo que no sepan, para que yo no me vea obligado a acortar sus vidas de manera drástica-dijo, aunque parecía algo distraído, como si hubiera estado prestando atención a otra cosa.

-Pero a esta buena gente no le interesa saber quién es una rata traidora que ordenó que dispararan artillería sobre otro alguien, o qué mandos se vendieron al enemigo... Así que centrémonos. Todo comprendido, señores... ¿Cuando podemos empezar?