Tranquila, querida Shadow, sólo despejo dudas sobre tí... Claro que te necesito.
Le sonrío cortés y me pongo a un lado para que toque conmigo.
Hasta el arca había llegado el vacío que sentía su alma, el dolor de la separación... ¿era eso posible? Shadow solo apretaba las mandíbulas, sin decir palabra.
Su piel se está oscureciendo.
Oh, vamos... -digo mientras mis dedos aún se deslizan- Sigues aquí... ¿No? Sólo lo dije para que dejasen de ir en tu contra... ¿No te gustaba jugar al ajedrez?
Dicho esto miro a mi asiento.
Ven, en serio, Shadow.
Si no fuera porque aún te necesitamos... -
Shadow sigue guardando silencio. Con movimientos lentos, camina hasta el piano y primero despacio va ganando seguridad con las letras. Golpea con algo más de fuerza que la habitual, calculando cada nota en lugar de disfrutar de ella. Al fin y al cabo... el Placer ya no está en su interior...
Y lo más extraño... que que al fin sonríe.
Pongo mis manos sobre las suyas para guiar la presión en cada pulsación.
Siéntelo, hermana...