Partida Rol por web

-¡GRAAAAAAAAAH!- grito, mientras el barrote en mis manos adquiere una velocidad que me asombra hasta a mí. Pero no voy a malgastar la oportunidad.

Impacta contra su cabeza, o lo que podría ser su cabeza en esa extraña masa de gusanos. Noto como si realmente mi ataque le hubiera dolido. Aprovecho el rebote que ha sufrido mi arma para continuar en un ataque circular dirigido directamente al tronco.

-Esto es por Ledenik y Laisha...- susurro, antes de atravesar a la criatura por el pecho, mientras espero que sea suficiente como para que esto acabe de una vez.

La criatura "explotó" en un montón de gusanos, dejando caer la túnica que llevaba encima y daba algo de forma a aquel amasijo de carne.

El panorama ahora era dantesco. El cuerpo de Laisha había se había fragmentado en decenas de trozos petrificados, la expresión de horror del cuerpo de Ledenik sobrecogía, sus ojos estaban abiertos de par en par y no tenía pulso.

Y por otro lado estaba Aerandir, también tirado en el suelo, pero aún tenía pulso, a saber por las cosas horribles por las que había pasado.

Cuando logro tranquilizarme un poquito miro el montón de gusanos que queda. La capa encima es tentadora, pero teniendo en cuenta qué ha estado cubriendo y el estado de mi compañero, lo mejor será que acuda primero en su ayuda e inspeccione más tarde la capa. Compruebo el estado de sus heridas para ver si puedo hacer algo.

Damakos comprobó que Aerandir estaba inconsciente, aunque su vida no corría peligro. Haciendo alarde de técnicas tan sofisticadas como unos buenos tortazos logró espabilarlo. Ahora estaba despierto, algo mareado y confuso pero despierto, aunque todo su cuerpo le dolía como si no lo hubiera movido durante años, si hiciera algún esfuerzo podría correr el riesgo de caer de nuevo inconsciente.

Con esfuerzo consigo abrir un ojo, veo al Tiflin a mi lado. ¿Qué sucedió? Pregunto con un hilo de voz. No podía moverme, apenas articular palabras. "Maldita sea soy una vergüenza". Estaba muy enfadado y decepcionado conmigo, falle ante mi enemigo caí como un niño ante él, no merecía ayuda mi castigo seria la muerte y la vergüenza eterna. Lo ultimo que recordaba era al Tiflin gritar "¿Acaso el me habia salvado y la elfa no se movio por un hermano?" Todo era una especie de puzzle en mi cabeza ahora.

Dejarme aquí salvaros, solo soy un lastre. Comento entre jadeos y mostrando en mi cara el esfuerzo que me suponía hablar, pero era lo mejor "De que sirve un guerrero inútil como yo" Cierto que solía ser muy autocritico pero recordaba como sucumbí ante el tipo de los gusanos llorando como un niño, pensar en ello casi me producía tanto dolor como lo que me hizo sufrir aquel ser.

La elfa se sintió sorprendida cuando pudo comprobar como aquella criatura se desvanecía para evitar su ataque. No puede ser. Pero antes de que se recompusiera, su compañero tiflin decidió descargar una serie de golpes con el barrote, mucho más efectivos que su magia. Golpe tras golpe logró que aquel cuerpo formado por horribles sabandijas se desvaneciera. Ahora podía acercarse a su compañero elfo para comprobar el estado en el que estaba.

Tras observar como el tiflin era agresivo con su compañero élfico, le lanzó una mirada de desaprobación, aunque parecía que hubiera surtido efecto. Tendiendo una mano a Aerandir para que se apoyase en ella, le dedicó una amplia sonrisa. No seas tonto, ya hemos perdido a dos. No necesitamos perder a otro más. Tú me ayudaste a salir de aquí, nosotros no dejaremos que te pudras junto a estos gusanos. ¡Vamos!

Lunnaris miró al tiflin sorprendida. Se dio cuenta de que él parecía no querer ayudarle a tomarlo en brazos, era eso, o que quizá Aerandir tampoco estuviera interesado en que lo tocaran.

La joven ayudó a ponerle en pie, y después se lo cargó al hombro. Era un elfo, lo que le hacía ser ligero como una pluma y no suponía ningún esfuerzo poder ayudarle. Así que sin más problema le hizo una caricia en la mejilla y sonrió al tiflin.

Creo que ha llegado la hora de marcharnos ya de aquí. Me repugna este lugar, me repugna este ser, y principalmente lo que nos han hecho. Siento lástima por los que no lo consiguieron, pero ya no podemos hacer más por ellos.

Con esfuerzo y tratando de evitar que en mi rostro se reflejara el dolor que aun tenia tras el encuentro, me apoyo en Lunnaris, parte de mi orgullo se resiente casi me duele tanto como las heridas, no podia evitarlo era un guerrero ayudado por una mujer, aunque compartia las ganas de salir de aquel lugar que tan mal recuerdo me habia dejado.

Gracias y si vayamonos cuanto antes no querria ver a un pariente de esa cosa. Comento usando un tono bajo, debido al esfuerzo que supone simplemente el hecho de respirar.

Al ver a Lunnaris reaccionar más rápido que yo y recoger a Aerandir me siento un poco inútil. Pero me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Antes de salir, me detengo un segundo a recoger la capa que el monstruo ha dejado. Les sigo de cerca mientras la inspecciono, comprobando si sigue teniendo bichos o alguna otra cosa desagradable. Antes de que nadie pregunte, justifico mis acciones diciendo:

-Puede que la necesitemos. Quizás a la hora de entrar a algún lugar no se crean la historia del secuestro al ver a tres personas en paños menores.

A parte de envejecida y roñosa, la capa tiene algo que te ha alarmado enormemente, lleva el mismo símbolo dibujado en la tela, el mismo del tatuaje que tienes en tu cuerpo, el mismo de los compañeros que están a tu lado.

Cuando observo la capa me doy cuenta de que tiene grabado el mismo símbolo que llevamos nosotros tatuado. ¿Qué quiere decir esto? ¿Es una especie de secta o algo así? ¿Por qué a nosotros? Suspiro profundamente.

-En la capa también está el símbolo dibujado.-digo mientras la levanto en el aire y les enseño su posición.- ¿Creéis que llegaremos a saber qué significa?

Escuchaba hablar a Damakos pero apenas podia poner atencion, el simple hecho de tratar de andar me era un esfuerzo terrible, mi respiracion era jadeante por el esfuerzo y eso contando con la ayuda de Lunnaris que originaba aun mas esfuerzo por orgullo, para no parecer tan debil.

Perdona compañero pero ahora mismo no estoy para pensar en nada, salvo que deberiamos salir de aqui un encuentro con un amigo de lo de antes, creo que no podriamos soportarlo. Comento en un tono bajo y jadeando casi entre frase y frase.

Miro la situación de Aerandir y comprendo que no es momento para estas cosas. Sacudo un poco la capa y me la pongo. Sigo sintiéndome inútil, así que me acerco por el lado por el que no está Lunnaris.

-Apóyate en mi también, anda...- digo, mientras cojo su brazo libre con cuidado y ayudo a cargar con él.

Lunnaris negó en desaprobació a tomar aquel objeto. ¿De qué serviría llevarlo consigo? ¿Acaso esa capa serviría de algo? Ya estaba más que claro que no se entendía bien con el tiflin, pero cuando por fin se decidió a ayudar, la elfa respiró agusto. No es que Aerandir pesara demasiado, era simplemente que cargar con él sola podía resultar incómodo y no quería hacérselo saber a él.

Gracias ahora salgamos antes que ocurra otra cosa. Acabo por decir, cierto era que estaba recuperandome algo, pero al notar como el Tiflin ayudaba a portarme, puedo relajarme un poco mas, el esfuerzo que hacia por no cargar a la mujer elfa, me estaba destrozando. En cierto momento casi vuelvo a perder la cosciencia pero consegui aguantar "Solo quiero volver a ver la luz del Sol, notar como baña mi cara y mi piel."

Finalmente todos salisteis como buenamente os permitía el cuerpo de aquel lugar, la luz era cegadora pero reconfortante, los caminos verdes mostraban que vuestro encarcelador había sabido esconder la oscuridad más profunda en un sitio cuyo exterior rebosaba vida ¿sería así para no llamar la atención?.

Caminasteis lo suficientemente lejos de aquel lugar para no volver jamás, tan solo habíais sobrevivido tres de los cinco prisioneros ¿qué puede justificar tal aberración?.

Por fortuna para vosotros, tras ascender por una pequeña ladera hicisteis un gran descubrimiento...

¡La ciudad de Aguas Profundas estaba cerca!

Estabais totalmente desorientados pero la ciudad de los esplendores era fácilmente reconocible para vosotros, eso significaba que allí podríais hacer una parada para pensar sobre vuestro futuro ahora, habían sucedido demasiadas cosas en demasiado poco tiempo... y lo más difícil era decidir cual sería vuestro último paso.

Tras salir de allí mis compañeros me acompañaron hasta un lugar tranquilo, en el pudimos descansar sobre todo yo, estaba malherido, sin saber cómo llegue a aquel sitio ni porque. Estaba tan herido en el físico como en el orgullo "Si hubiera tenido mis armas la cosa hubiera sido distinta" Pensaba tratando de justificar la derrota ante ese ser.

Ahora debía afrontar el siguiente paso, tras unos días ya recuperado prácticamente tome la decisión de buscar las respuestas a mis dudas, así que decidí tomar camino hacia aguas profundas, era la ciudad más cercana.

Bueno compañeros yo voy a Aguas Profundas aún tengo muchas dudas de que ocurrió, por qué llegue aquí y seguramente más que me surjan, estaría encantado de compañía, pero tampoco quiero presionaros, si vamos juntos encantado, si decidís otra cosa ha sido un honor. Les digo con tono solemne mostrando mi respeto.

A ti gracias querida Lunnaris por cuidar de mí, ojala hubiera podido hacer más. Le digo a ella mientras comienzo mi camino a Aguas Profundas, sin saber que me traería el futuro aunque seguramente no fuera nada fácil de digerir.