Partida Rol por web

Después de la escena anterior todos habían decido volver a sus habitaciones, quizá porque el final era más que obvio. Sinembargo, el día siguiente llegó, Giselle conocía ya su destino seguramente. Las tres se hallaban en el lobby, las horas pasaban, y la tan mentada muerte de Giselle no llegaba. Hasta que de un momento a otro se puso de pie y tomó el arma empezando a caminar escaleras arriba.

Las 6:05 pm habían llegado y curiosamente la televisión se hallaba encendida, en las noticias se mostraban cómo es que la gente todos los agentes de fuera del hotel se hallaban yendo de un lado a otro, pues parecía ser que los de más alto mando, habían simplemente desaparecido.

Rose comia unas botanas y veia el noticiero -Vaya que las cosas son un caos allá afuera- observo subir a Giselle con el arma - No utilizara esa arma contra nosotras ¿verdad?, supongo que ya tenias todo esto planeado-Le dice Rose a Marie

-¿Qué? ¿Giselle? ¿Cariño? ¿A dónde vas? ¿No planeabas escapar con kira? ¿Eh? ¿El arma? ¿Para qué planeas usarla? -dije jactandome de lo que veía-. ¿Ya te vas? ¿No recuerdas que nuestro escape comenzará dentro de poco? Bueno, como quieras -terminé de decir en lo que desaparecía de mi vista-. Allá ella, entonces ¿Rose? -digo mientras le extiendo mi mano-. Creo que sería más fácil salir por la puerta trasera, ven, mi amor-. Cuando Rose tomara mi mano empezaría a caminar.

-Claro cariño- Rose toma su mano y le da un beso en la mejilla -tenemos cosas que hacer-

Sosteniendo a Rose de la mano nos encaminamos hacia la puerta trasera, nuestro plan era escapar de Tokyo hacía algún pueblo perdido en Japón, al menos hasta que las agua se calmaran un poco.

En seguida vi cómo el cuerpo de Giselle caía frente al edificio, Rose y yo salimos corriendo.

Finalmente, Marie y Rose se hallaban corriendo tras el edificio a toda prisa, al parecer a A.I.F.S. se encontraba demasiado ocupada con otros asuntos como para seguir con la estricta vigilancia alrededor del hotel. Las voces que se eran capaces de oir decían que Kira tenía un complice fuera del edificio, pero todos aquellos que habrían llegado hasta éste último día, sabrían que era lo que realmente estaba pasando.

No paso mucho antes de que Marie y Rose encontrarán las dos libretas, tanto de Hiro, como de Fraud. El plan de Marie había sido preciso, sólo fue cuestión de seguir las pisadas a la inversa de aquellos dos. Ya habían pasado un par de horas antes de que la A.I.F.S. reaccionara, con muchos de sus lideres de muertos, había sido suficiente conmoción para que no se percataran toda la masacre dentro del edificio, y de la 15 personas que había señalado el Detective Jhonny Millenium, sólo se hallaban 13, las cuales yacían todas sin vida.

A la escena llegaba un detective, que respondía al nombre de Touta Matsuda, acompañado de una más joven que respondía al nombre de Yukari Sato.

-No cabe duda, escapó Kira -comentó Matsuda en lo que revisaba todas las habitaciones en compañía de su compañera.

-¿Era la chica, la modelo, no es así? Ese fue el último mensaje de detective Jhonny Millenium -decía Sato mientras revisaba en una tableta la información del detective Jhonny Millenium.

Matsuda parecía revisar las huellas del arma.

-Así es, su nombre es Marie Fontaine, es una chica francesa, alrededor de los 20, parece ser que no estaba deseosa de ocultar su identidad -Matsuda seguía caminando de un lado a otro.

-Eso significa que tenemos una pista ¿No es así, oficial Matsuda? -Sato comentaba algo emocionada.

-No, no tenemos nada, por lo que sabemos, ella portó la libreta casi tanto tiempo como el Dr. Sigmund Fraud, y por mi experiencia, la libreta no dura mucho en manos de tontos, esta chica, estudió demasiado a bien a estas personas, pero es cruel, incluso más cruel que el Kira al que dispare hace ya 10 años -hablaba Matsuda mientras veía el rostro desfigurado de Sigmund Fraud.

-¿No le parece raro jefe? Todo esto comenzó el día 31 de Octubre, el día de brujas y acabó con 13 personas muertas, este mes es un mes con un Viernes 13, en muchas culturas todo eso es un sinónimo de mala suerte-decía Sato-. Pero bueno, supongo que ya es tarde para atraparlas, a estas alturas podrían estar en cualquier parte...

Mientras tanto, en un tren, rumbo al sur de Tokyo se hallaban Rose y Marie, en dos asientos, viendo cómo anochecía, el futuro era incierto, pero aún estaba por verse.

FIN