Aquelarre
Aquelarre es un juego de rol basado en las tradiciones legendarias hispanas, ambientado en la Baja Edad Media durante los años 1350-1450. En estos años se están gestando toda una serie de corrientes de pensamiento, que finalmente darían como resultado, mucho más tarde, la aparición del Renacimiento, con nuevos valores y nuevas formas de ver la vida.
En el juego se presupone que todos los seres legendarios de los cuentos y tradiciones populares existieron realmente, que la magia es tan real como la ciencia y que las mismas leyendas son hechos históricos. Así, los personajes del juego se van a tener que enfrentar con el Lobisome de Galicia, los Duendes Castellanos, los Guls de Al-Andalus o los Follets de Cataluña. A éstos hay que sumar las criaturas que figuran en los capiteles románicos y en las miniaturas de los códices religiosos: tanto engendros demoníacos dispuestos a devorar nuestra alma como seres angélicos que vienen a castigar nuestros pecados. Por su parte, los jugadores interpretan a personajes que representan hombres y mujeres medievales normales, con sus defectos y sus virtudes, con sus limitaciones y sus ventajas.
El juego está basado en fuentes históricas, pro no hay que confundirlo con un manual de Historia. Aquelarre es un juego de Ambiente histórico medieval, no es un juego histórico medieval. En el mundo de Aquelarre hay un enfrentamiento entre dos realidades: por una parte está el mundo racional. Forman parte de él el ser humano, las ciencias, la lógica, el día... Pero existe otro mundo. Un mundo del cual forman parte la noche, la locura, la fantasía, las criaturas legendarias... y la magia. Es el mundo irracional.
Las clases sociales
Existen dos grandes clases sociales: Los Nobles y los Plebeyos. Dentro de la Nobleza la estructura es la siguiente:
El estilo de vida en la Edad Media está supeditado al origen social: o se es noble, o se es plebeyo. En la época de Aquelarre no obstante, las cosas están empezando a cambiar.
Detalles (I)
Detalles (II)
Es censurable dedicar mucho tiempo al cuidado del cuerpo, ya que provoca pasiones incontrolables que pueden hacer perder el honor y el alma. Bañarse de cuerpo completo más de dos veces al año está considerado una inmoralidad, así como una muestra de irresponsabilidad: existe la firme creencia de que el baño prolongado provoca diarreas agudas. Las mujeres depilan su cuerpo frotándose con cal viva, o bien untándose los dedos con pez y usándolos como la moderna cera depilatoria. La transpiración se elimina mediante una pasta desodorante hecha a base de almizcle, clavo y nuez moscada. La mujer debe llevar el pelo recogido. Sólo las prostitutas y las niñas menores de 10 años pueden llevar el pelo suelto. Los cristianos humildes no pueden dejarse crecer la barba ni la melena.
Es de buena educación comer con los tres primeros dedos. No está bien visto comer en cuclillas ni de pie, y mucho menos con prisas.
No es chic roer los huesos, ni dejarlos en la escudilla; es mucho más elegante dejarlos sobre el mantel o arrojarlos por encima del hombre (para que los roan los criados o los perros).
Aunque la Iglesia (como ahora) prohibía las relaciones sexuales que no se realizaran con fines reproductores, las mujeres recurrían a métodos anticonceptivos bastante rudimentarios: bebedizos a base de Ruda, conjuros de dudoso efecto, toscos preservativos hechos con tripa de cerdo, sodomía, la clásica “marcha atrás” o bien dar fuertes golpes en el vientre de la mujer embarazada para provocar el aborto. Las muchachas se consideran casaderas a los 12 años. Es normal que, en primeras nupcias, su marido tenga 10 o más años que ella. La mujer jamás puede negarse a hacer el amor con su marido, a no ser que éste quiera poseerla en otra postura que no sea la habitual. Se considera especialmente pecaminosa la postura del sodomita, y sobretodo si se hace a una mujer, ya que se considera tal acto una burla a Dios, y por lo tanto un halago al Diablo. Los sodomitas suelen ser quemados vivos, tras haber sido castrados antes.
Aparte del vino, se beben aguardientes fermentados y el Hipocrás, bebida hecha con vino tinto hervido, especias y miel. El uso de ropa interior (calzoncillos) fue censurado por San Benito, ya que consideraba esa prenda superflua. Se suponía que la terrible Peste Negra tenía su origen en unos vapores pestilentes que escapaban del suelo. Para evitar el contagio las gentes vestían largos abrigos, guantes y zapatos con una suela extremadamente gruesa, así como una capucha con una máscara en forma de pico de pájaro, en cuyo extremo había hierbas perfumadas.
El mundo rural en la Edad Media
Según las Partidas de Alfonso X el Sabio los campesinos son aquellos que labran la tierra e fazen en ella aquellas cosas por que omes han de bivir e de mantenerse. En los textos eclesiásticos latinos se les da el nombre de laboratores, es decir, los que trabajan. Y es que, aunque había otras actividades económicas (artesanía, comercio), el campesinado era el que desarrollaba la principal actividad laboral... y el que en la práctica sostenía, mediante los tributos señoriales, los diezmos a la iglesia, y los impuestos del rey, a toda la sociedad de la época.
Evidentemente, señores y vasallos no se apreciaban demasiado. Los primeros consideraban a los campesinos (según un dicho de la época) iguales a los bueyes, pero sin cuernos. Por su parte, los campesinos solían preguntarse a menudo para qué necesitaban un señor (Cuando Adán araba y Eva hilaba... ¿dónde estaba el señor?) Este y no otro será el motivo de las ocasionales (y sangrientas) revueltas campesinas.
Bajo el nombre genérico de campesinos se engloban toda una serie de personajes con estatus diferenciados:
Los campesinos y su Señor
Todos los campesinos debían fidelidad y obediencia a uno u otro señor feudal. Este les garantizaba su protección frente a bandidos y soldados (extranjeros o de otro señor vecino). A cambio, cobraba de ellos ciertos tributos o impuestos, que eran de dos tipos: en trabajo personal (que aunque variaba de unos lugares a otros, solía ser de unos cuarenta días al año) y en especie (normalmente un tercio de la cosecha). En el primer caso el vasallo debía trabajar (gratis) en lo que su señor le mandase, desde hacer caminos hasta una nueva torre de su castillo, pasando por hacer un puente o desbrozar un bosque. En el segundo, aparte de ese tercio a su señor, los campesinos debían entregar al representante eclesiástico de su zona un décimo de la cosecha restante (diezmo). Con el resto debían pasar el invierno y guardar semillas para plantar a la temporada siguiente. Además, el señor feudal tenía toda una serie de derechos sobre sus vasallos:
Nacionalidad y grupos étnicos de la España de Aquelarre
Todo Pj habla la lengua de su grupo étnico al 100%. Además, sino es castellano, tiene un porcentaje igual a su Cultura x 2 en la Competencia "Idioma Castellano", que es el más hablado en la Península.
Rezando a los santos.
La mentalidad de la Edad Media, en lo que respecta a materia de fe, no deja lugar a dudas: Aquellos pobres paganos que jamás han oído la Palabra de Dios, aunque hallan sido las mejores personas del mundo, tienen vedada la entrada al Reino de los Cielos. Y por otro lado, dicha Palabra es tan preclara, tan lógica, que aquellos que la oyen aunque solamente sea una vez y la niegan lo hacen de mala fe, impulsados por el demonio, y merecen morir... (Nota de la mujer del autor: sin comentarios). En otras palabras: la Fe para los teólogos medievales es algo totalmente Racional, el extremo opuesto del caos del mundo Irracional de la Magia, la locura y el Diablo... Por ello las criaturas angélicas tienen una RR tan alta... y por ello depende de la Racionalidad del creyente el que sus rezos sean escuchados o no.
Rezar está bien, y demuestra piedad... pero los tiempos medievales son duros, y el Dios de los cristianos (y el de los judíos, y el de los musulmanes) no es un Dios demasiado piadoso. Por ello las oraciones solamente serán escuchadas si el que reza es un ser perfecto. En otras palabras: Si su fe es absoluta
Alfonso I de Aragón, "el Batallador"
(c. 1073 – Poleñino, Huesca, 7 de septiembre de 1134) rey de Aragón y de Pamplona entre 1104 y 1134)
Hijo de Sancho Ramírez (rey de Aragón y de Pamplona entre 1063 y 1094) y de Felicia de Roucy, ascendió al trono tras la muerte de su hermanastro Pedro I. Destacó en la lucha contra los musulmanes, llegando a duplicar la extensión del reino de Aragón tras obtener la conquista clave de Zaragoza. Temporalmente, y gracias a su matrimonio con doña Urraca, gobernó sobre León, Castilla, Toledo, Navarra y Aragón haciéndose llamar entre 1109–1114 «emperador de León y rey de toda España» o «emperador de España», lo que duró hasta que la oposición nobiliaria forzó la anulación del matrimonio. Los ecos de sus victorias traspasaron fronteras; en la Crónica de San Juan de la Peña, del siglo XIV, podemos leer: «clamabanlo don Alfonso batallador porque en Espayna no ovo tan buen cavallero que veynte nueve batallas vençió». Sus campañas lo llevaron hasta las mismísimas Córdoba, Granada y Valencia y a infligir a los musulmanes severas derrotas en Valtierra, Cutanda, Anzul (en Puente Genil) o Cullera.
A su muerte, y en lo que es uno de los episodios más controvertidos de su vida, legó sus reinos a las órdenes militares, lo que no fue aceptado por la nobleza, que eligió a su hermano Ramiro II el Monje en Aragón y a García Ramírez el Restaurador en Navarra, dividiendo su reino.
Mucha más información, aquí: es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_I_de_Arag%C3%B3n
Taifa de Saraqusta (Taifa de Zaragoza o Reino de Zaragoza)
Fue una taifa independiente entre 1018 y 1110 —esto es, desde la desintegración del califato de Córdoba a principios del siglo XI hasta que fue conquistada por los almorávides en 1110—, que experimentó un extraordinario auge político y cultural con los reinados de Al-Muqtadir, Al-Mutamán y Al-Mustaín II en la segunda mitad de dicho siglo.
El legado intelectual y artístico más sobresaliente se podría resumir en la construcción del Palacio de la Aljafería y en la creación de la primera escuela estrictamente filosófica andalusí, cuya figura descollante es Avempace, que nació en Zaragoza entre 1070 y 1080 y tuvo que emigrar de la ciudad hacia 1118 tras la conquista cristiana.
Mucha más información, aqui: es.wikipedia.org/wiki/Taifa_de_Zaragoza
Reino de Aragón (de dicha época)
La proyección de Ramiro I para la reconquista de la tierra llana se vio sobrepasada con creces por sus inmediatos sucesores.
El rey de Navarra, Sancho Garcés IV de Navarra fue asesinado por su propio hermano en 1076. Los navarros, no queriendo ser gobernados por el fratricida, eligieron por su rey a Sancho Ramírez de Aragón, quien incorporó la corona de Pamplona a la de Aragón. El rey Pedro I de Aragón (1070 - 1104) conquistó Huesca en 1095, después de derrotar a Al-Musta'in II de Zaragoza en la batalla del Alcoraz. En 1101 tomó Barbastro y Sariñena, y tomó Tamarite de Litera en 1104. En este reinado se reglamentó el fuero de los infanzones.
Durante el reinado de Alfonso I el Batallador (1104 - 1134), en el curso de pocos años, con la valiosa colaboración de la nobleza feudal del sur de Francia, se conquistaron los núcleos urbanos y comarcas de Tudela, Tarazona, Calatayud, Daroca y Zaragoza. La toma de Zaragoza supuso la caída de todo el reino moro, cambiando de este modo radicalmente las estructuras sociales y los horizontes espirituales del pequeño reino de montañeses que hasta entonces había sido Aragón.
El rey Batallador, quien había fracasado en su matrimonio con la reina castellana Urraca, no tuvo descendencia. En su singular testamento, hizo herederas de sus reinos a las órdenes militares, pero nadie pensó en cumplir dicho testamento y los nobles aragoneses, reunidos en Jaca reconocieron a su hermano Ramiro como rey. Por su parte, los navarros eligieron a García Ramírez, lo que determinó la separación del Reino de Navarra. En ese momento Ramiro era obispo de Roda-Barbastro, pero tuvo que ocupar el trono.
Mucha más información, aquí: es.wikipedia.org/wiki/Reino_de_Arag%C3%B3n