Turno 5 (Santuario: Camión (2) - RdZ: 1)
-. Jueves, 7 de Junio de 2012 (Día 68) -- Praga, República Checa .-
-. 9:01 pm .-
El camión avanzaba bajo el mando de Rubén. En la atmósfera opresiva, comenzaron a revolver la guantera, así como un compartimiento pequeño sobre los asientos. Allí, entre unos lentes de sol gastados, un paño para limpiar la luna, y un desodorante, encontraron un pequeño tesoro: varios paquetes de galletas de agua. La marca era desconocida, pero qué diablos!
Además, el tanque parecía estar lleno, por lo que tenían varias horas de conducción adelante, al menos si no llevaban al motor a una situación de consumo extrema.
Lenore, sentada en el compartimiento de carga, descubrió un bolsillo de lona que contenía varias herramientas.
Pero el ruido los atraía. Mucho. Tanto que comenzaron a tener, detrás de sí, figuras tambaleantes, gimoteantes, caminando pesadamente detrás del camión como una macabra procesión. Al menos 3 de ellos estaban cerca, tan cerca como para golpear cada tanto los costados con sus manos rotas, para gritar a los vivos en su interior en la frustración de tenerlos cerca...
Para Santuario NO tiramos dados de Terror. Creo que lo dije en el off, o algo así. Así que son 1 éxito de Mikolaj y uno de Rubén. Y tres fracasos XD - Los uso para lo siguientes:
- 3 zombies amenazan al camión. De todas formas, hasta que el reloj de zombies no sea 3 (sumando otros 4 zombies) no podrán "penetrar" en el santuario, y están a salvo.
Suministros: 2 - Nivel de Seguridad del Santuario (Camión): 2
NO OLVIDEN EL DIARIO ESTE TURNO!!!
Resolvemos este turno el domingo 2am servidor local.
PD: Unai, para tí... sin tocar nada, ni poner otro post en ninguna parte de esta partida (sí en otra) desde que comencé a escribir el post, me dio error de "envio duplicado". Ultimamente me pasa seguido :(
Tereza engulló las galletas que le pasaron con ansias, sin fijarse en la marca ni nada. Como mucho prestó atención a la fecha de vencimiento, aunque la verdad, dada el hambre que sentía y que ese tipo de productos igual pueden consumirse pasada la fecha de expiración, mentir sería decir que realmente se fijó.
Afuera los zombies les seguían y a medida que el tiempo pasaba aumentaban en número. Como sardinas en lata estaban los cinco en la cabina, cabina que al menos al caer la noche el calor no resultaba tan sofocante; sin embargo estar encerrada en un lugar tan reducido, respirando un aire viciado -aunque por razones obvias no tanto como el de fuera-, con la angustia, el miedo de encontrarse con la calle bloqueada y no poder pasar, obligándolos a detenerse, además de la constante y creciente amenaza zombie -los bichos aparecían de todos lados-... En fin, que toda esa sumatoria de cosas la tenían al borde de experimentar un ataque de ansiedad, lo que en términos médicos se conoce como claustrofobia.
Por otro lado el nonato, haciendo eco de la angustia, de los temores de la madre, se movía inquieto y no dejaba de patear. Tereza experimentó un par de contracciones evidentemente provocadas por el exceso de tensión y nerviosismo. Con ambas manos sobre el vientre Tereza realizaba ejercicios de respiración en un futil intento de relajación.
-No podemos quedarnos aquí -se decía-. No podemos, no podemos. No es ni medianoche, quedan muchas, demasiadas horas de obscuridad... no vamos a aguantar, este trasto no va a aguantar -comenzó a abanicarse con las manos, sin dejar sus ejercicios de lado, pero al mismo tiempo hiperventilándose- ¡Ay Dios, siento que me ahogo, me falta el aire! -musitó en un tono difícilmente audible.
-No podemos quedarnos aquí. ¡No podemos, no podemos! -repitió, esta vez para que sus compañeros la oyeran y con voz grave- Aunque logremos llegar al río, con todos los zombies que nos vienen siguiendo y los que sigan apareciendo, no tenemos forma de subir a un bote, eso si es que hay un bote cerca de la orilla y que por milagro no tenga a ninguno de esos bichos a bordo, desatar amarras y salir cagando leches antes de que nos pillen. No mientras no sea de día ¡y para eso faltan demasiadas horas!
Se llevó ambas manos a la cabeza, trataba de pensar con claridad, pero a menos que hicieran un alunizaje en algún edificio, tienda o vivienda e intentaran conseguirse un transporte que no fuera imán de zombies como ese camión, estaba convencida que las posibilidades se les reducían a cero.
-Lo siento, juro que trato de no ser pesimista, pero Rubén, no podemos pasarnos la noche entera dando vueltas. Con el ruido que mete el camión no hay forma de que no sigan apareciendo, de que nos escapemos. ¿Y si nos encontramos con una calle bloqueada, no puedes echar marcha atrás y encima estamos rodeados? ¿Qué vamos a hacer? Echaron abajo la puerta del hotel, si nos detemos es cuestión de horas para que rompan los vidrios y estemos todos muertos o infectados. -Se mordió el labio- ¿Y si te metes con camión y todo a un edificio o almacén? No se, algún lugar donde poder pasar la noche seguros y ya cuando sea de día nos movemos. ¡Maldición! Necesitamos hacernos con un camión de valores, esos trastos son blindados, con vidrios a prueba de balas. ¡Ahí sí que estaríamos seguros y no me importaría que sudáramos más que estando en un sauna!
Casi sin que se den cuenta, el día transcurre hasta la noche. El grupo parece unas sardinas en lata, y la presión exterior, con el amanezante sonido de los zombis acercándose, no ayuda. Los nervios están a flor de piel, y Tereza expresa una ansiedad compartida.
Miko está un poco avergonzado, pues su volumen no ayuda a que estén cómodos precisamente, sin embargo confía en que el camión es la mejor solución para aguantar hasta el día siguiente.
-Si queremos llegar al puerto, creo que lo mejor es ir a la izquierda, y para el camión antes de llegar Hlavkuv most, el puente. En lugar de pasar por debajo de este, podríamos subir hasta él por la escalera que hay para los peatones, y continuar a pie hacia el norte. A pocos metros ya suelen haber embarcaciones, y también hay varias casas en los alrededores, que podríamos registrar. Pero claro, todo esto mañana cuando salga el sol. Ahora o bien nos detenemos o avanzamos hasta otro sitio, pero el ruído atraerá a más. Yo creo que el camión aguantará esta noche. Si vemos que hay posibilidad de que entren, siempre estamos a tiempo de arrancar.
Por un momento piensa en proponer turnos de guardia, pero duda que nadie pegue ojo esta noche.
Rubén estaba tieso en el asiento del conductor. Parecía agotado. No había dicho gran cosa des de que habían accedido al camión. Le resultaba frustrante de que hubiera salido tan mala idea... pero en aquellas circunstancias no había elección posible.
Comió lo que le dieron con avidez. Por lo menos habían calmado un poco el hambre atroz que sentía en sus entrañas. A veces tenía la sensación que era como si le devorara por dentro.
Ante las palabras de Tereza no supo como responder, se guardó las primeras malas contestaciones que había querído soltar. Pero Rubén siempre había sido un tipo bastante reflexivo, reprimiendo sus impulsos.
-Encontradme un sitio y gustosamente aparcaré. Empiezo a tener calambres en las piernas y en la base de la espalda.
Luego escuchó las palabras de Miko y asintió con ganas.
- Creo que será el camino a trazar. Para pasar la noche creo que podríamos ir a alguna carretera secundaria, allí las cosas estas no habrán encontrado nada interesante y se habrán dirigido a las poblaciones, pero si hacemos esto antes tendremos que llenar el depósito... no queremos quedarnos tirados en medio de la nada.
El camión avanzaba agónicamente. Rubén no aceleraba demasiado para ahorrar combustible y no llamar la atención de los no-muertos, pero no daba resultado.
Tras todo el día apenas habían recorrido los pocos kilómetros que los separaban del embarcadero. Cada pocos rato Vilem y Miko tenían que bajarse y apartar algún coche de su camino, dándose prisa de que las criaturas no los alcanzasen de nuevo.
Para cuando llegaron al pie del puente Štefánikův estaba anocheciendo.
-Vamos a tener que pasar la noche aquí. No podemos arriesgarnos a salir en la oscuridad. Paremos donde podamos y mañana bajaremos al embarcadero buscar algún barco.
He cambiado el puente, por que el que decía Miko está bastante cerca y no parecía lógico que en todo el día solo hayamos recorrido esa distancia, encima no parece que ahí haya barcos (eso que se ve yo creo que son compuertas para controlar un dique). En ese muelle al lado del otro puente salen los barcos de turistas que recorren el rio...
Arrebujada en un rincón, Lenore se cruzó de brazos para ocultar el temblor de sus manos. Sentía ganas de saltar de camión y salir corriendo, no sabía a donde. Las paredes del compartimiento de carga la agobiaban. La embargaba una ominosa sensación de inminente final. Estaba segura de que no volvería a casa. Nunca volvería a ver sus hijos. Todo su optimismo, de la jornada anterior, se había convertido en una absoluta certeza de que moriría aquella misma noche. Una parte de su mente, sabía que lo que sentía era solamente una etapa depresiva, que comenzaba a manifestarse, ante la falta de medicación, pero eso no hacía que fuese capaz de evitarla.
A su alrededor, los demás comentaban sobre su situación y proponían ideas para mejorarla, pero ella sentía que todo cualquier esfuerzo sólo retrasaría lo inevitable.
Hundió la cara entre las manos y se puso a sollozar, quedamente.
Turno 6 (Santuario: Camión (2) - RdZ: 2)
-. Viernes, 8 de Junio de 2012 (Día 69) -- Praga, República Checa .-
-. 5:22 am .-
Condujeron por la avenida a orillas del Moldava hasta llegar al puente. El Štefánikův estaba plagado de autos, abandonados a su suerte. El camino, en la oscuridad, desembocaba en un túnel que parecía una desdentada boca llena de promesas aciagas.
Los pocos zombies que además circulaban entre los vehículos fueron alertados de la presencia del camión y se dirigieron a su encuentro. Para cuando Rubén finalmente giró y dejó al camión firmemente acodado bajo el puente, con un pilar de concreto como lateral contra la puerta corrediza, todos se juntaron en la oscuridad.
En silencio, porque cada gemido o sonido bajo hacía que los chillidos y golpes fuera del camión aumentaran en frenesí, descansaron... com pudieron. La noche pasó, entre duermevelas y malos presagios, golpes sordos que a veces se detenían por un par de minutos para luego recrudecer.
Cuando el sol comenzó a despuntar, a través de los cristales se veía un número creciente de zombies a su alrededor. Solo dos o tres prestaban atención activa al vehículo, golpeándolo cada un par de minutos; pero al menos media docena vagaban a menos de un metro de distancia de él. Y más, muchos más, se adivinaban en la calle, entre los autos.
El único lugar a salvo parecía ser la orilla del río. Los zombies se mantenían alejados del agua, dejando varios metros entre su deambular y el líquido elemento. A primera vista el la orilla era una fuerte decepción: solo algunos barcos de mediano porte, los que no hundidos, incendiados. Cascos vacíos, excepto uno que parecía tener una fuerte actividad a bordo: turistas deambulando en gastadas ropas de marca; rotos Ray-Ban colgando de orejas podridas sobre mandíbulas desencajadas.
Entonces Tereza casi rompe a reir histérica, tapándose con la derecha la boca señala con la izquierda: un pequeño velero, las velas caidas, meciéndose en las aguas con el ancla sujetándolo firmemente... a xxx metros de la costa.
Suministros: 1 - Nivel de Seguridad del Santuario (Camión): 2
Ya no podía, ni quería, aguntar más. Las horas nocturnas se habían hecho largas, con ese mar de gruñidos, jadeos y susrros lastimeros que llegaban del exterior, con golpes sordos a la caja del camión cada poco tiempo.
Tras un suspiro se incorporó de nuevo, tras la luna delantera el día se iba aclarando poco a poco hasta que finalmente el astro rey apareció en el firmamento. Rebelando el paisaje, más allá de los seres que rodeaban el camión, había una imagen más deseperanzadora. La mayor parte de navíos estaban hundidos, en llamas u ocupados por esas cosas. Mudamente contempló la escena, manteniendo algo de cordura ante toda esa pesadilla.
Entonces Tereza nos mostró el rayo de esperanza... no todo estaba perdido. A media distancia había un navío... un VELERO, acaso sería verdad de que tendrían una posibilidad de salir de esta pesadilla.
Un velero les ofrecía la posibilidad de desplazarse lejos de la tierra, plagada de esas cosas, resiguiendo la costa en busca de un lugar donde atracar, para ir reaprovisionándose. Y quien sabe si, además, habría una radio operativa que nos pudiera servir para contactar con otros superivientes.
Finalmente dijo lo que todos temían.
- Habrá que ponerse en marcha de nuevo. Tenemos que abrirnos paso para salir de aquí y llegar, de algún modo, a ese velero. Ayer no abusamos del depósito de combustible y nos queda suficente para aprovechar la potencia del camión, no deberíamos tener problemas para salir de aquí pasando a través de estas cosas.- Dice con su habitual acento español.- Pero no creo que sea adecuado tirarno todos al agua para llegar al velero. Podrían ir un par y maniobrar el velero para acercarse para tomar a los demás, mientrastanato los demás tendríamos que mirar de encontrar más provisiones para tener algo de comida para aguantar un tiempo... a la larga tal vez podamos pescar algo si encontramos aguas adecuadas, pero cuando menos tengamos de depender del destino en un futuro, mejor.
La noche había sido larga. Hacinados en la cabina del camión, y escuchando los golpes de las criaturas en la carrocería la mayoría seguramente no habían pegado ojo.
Vilem escuchó el plan de Ruben.
-Yo puedo nadar hasta el velero y acercarlo a la orilla, pero no creo que sea buena idea separarnos... Sería mejor intentar buscar comida ahora todos juntos, y luego venir de nuevo aquí a por el barco.
Rubén reflexiona sobre las palabras de Vilem.
- Comenté lo de buscar provisiones, más que nada por que se tardará un tiempo entre los que vayan abuscar el barco, vayan, suban encima, y empiecen a maniobrar para ir en busca de los demás. Los demás no podemos estar parados. Tenemos que estar en movimiento. Comenté lo de ir a por provisiones para llenar ese tiempo.- Mirando a los demás con rostro interrogante comenta.- Pero eso de separarnos en grupos para buscar provisiones tampoco parece muy buena idea. ¿Qué decís?
Normalmente, cuando el sol entra por la ventana significa el fin de las pesadillas. Los malos sueños quedan atrás, se marchan con la noche. Sin embargo, esta vez es diferente. A través de las ventanillas del camión, la luz deja ver con mayor claridad la enorme cantidad de muertos que se mueven en los alrededores. La mayoría de ellos, efectivamente, atraídos por el ruído del camión.
-Veo muchos zombis ahí fuera. Aunque nos movamos nos seguirán, así que sí, yo también creo que es mejor no separarnos. Quizá podamos recoger algo de un supermercado que hay cerca de aquí, si mi memoria no me falla. A un par de manzanas-dice Miko indicándole a Rubén la dirección con unos gestos.
Tragicómico, así es como le parecía todo. El panorama en el río no variaba mucho del de calles y carreteras. En lugar de vehículos chocados, había embarcaciones hundidas; y las embarcaciones que seguían a flote tenían tripulantes no deseados... salvo ese velero. No se veía movimiento a bordo, pero el hecho que estuviera anclado, lejos del embarcadero, la inquietaba y se le ocurría más de una razón por la que pudiera ser así, pero de todas la más plausible y esperanzadora era sólo una: El dueño lo dejó ahí para tener un lugar seguro. Regresó a la orilla, tal vez en un bote a remos, para recoger algo o a alguien y lo atraparon.
Como es de esperar las ideas no tardaron en surgir, lo mismo que las dudas de Tereza.
-El contacto directo con los fluídos no provoca contagio, o no podríamos cubrirnos con sus entrañas para que no nos huelan -repasó mentalmente-. La infección se propaga a través de heridas, por lo tanto el agente infeccioso tiene que estar en la saliva. Todavía no sabemos si es posible el contagio a través de la ingesta de líquidos o alimentos contaminados, pero es una opción que no podemos descartar...
Miró a Vilem que era quién se había ofrecido a nadar hasta el velero. No quería ser la voz detractora, pero tampoco podía silenciar sus temores.
-Vilem, tienes que asegurarte de no tener ninguna herida abierta. Es probable que el agua esté infectada, alguna de esas cosas se debe haber caído al río. Son lentos, torpes, pero eso no es garantía de que no sepan nadar. Has estado en la marina, y como marino imagino que eres un buen nadador, pero aún así es riesgoso. Todavía no se si es posible contagiarse por ingesta de líquidos o alimentos contaminados, pero lo que sí se es que no quiero averigüarlo contigo, así que por favor, trata, trata de no beberte ni una sola gota de esa agua.
Sus siguientes palabras iban dirigidas a todos.
-Yo puedo encargarme de conducir el camión y lo que se me ocurre es ponerles un señuelo, atraerlos hacia otro lugar. Si pudiéramos activar la alarma de algunos autos o pegar un par de bocinas el ruido los va a atraer y por ende los va a alejar del camión dándonos tiempo a bajar. Se que no están de acuerdo en que nos separemos, pero hay que ser prácticos. Algunos de nosotros podemos encargarnos de buscar provisiones y medicinas, mientras que los otros se ocupan del velero -prosiguió rápidamente para evitar que la interrumpieran y poder acabar con la idea que tenía en mente-. Si nos tapamos el olor con el de ellos va a ser más fácil. No 100% seguro, pero mucho más que si nos movemos así como estamos.
Miró hacia el exterior y señaló el edificio del ministerio.
-Al frente del MIC¹ hay dos hoteles y por esta misma avenida, a poco más de dos manzanas, está el Nemocnice Na Františku²... -miró entonces a Mikolaj- No se dónde está ese supermercado que dices, pero si está cerca no perdemos nada con ir a mirar y hacerlo también en el hospital.
Los miró, impaciente.
-¿Entonces? ¿Hacia dónde vamos? Yo ya di mi voto y si de mi dependiera no me lo estaría pensando tanto. Nos separamos en dos grupos. Vilem no puede ir solo por el velero, necesita de alguien que le cubra la espalda en caso que el velero no esté vacío como parece, pero si decide ir solo no lo puedo detener. Como sea nos esperan en el siguiente puente, el Čechův, mientras que nosotros tratamos de conseguir agua, comida y medicinas.
Giró a ver a Lenore que seguía sin decir nada.
-¿Lenore?
1.- MIC= Ministerio de Industria y Comercio, es el edificio que se ve a la izquierda de la imagen que nos dejó Willen.
2.- Hospital Francisco u Hospital San Francisco (me inclino más por la segunda)
Encogida, en un rincón, Lenore levantó la cabeza que tenía apoyada sobre los antebrazos, que, a su vez, descansaban en sus rodillas, contraídas. El maquillaje corrido por las lágrimas, le había dejado surcos negros sobre las mejillas. Se secó los ojos, con el dorso de la mano y miró al grupo, parpadeando.
—¿Para qué queréis ir “de compras” ahora? Cuando tengamos el velero, nos movemos hasta un lugar de la ciudad con pocos zombies, atracamos y conseguimos comida allí. —sacudió la cabeza, con un gesto de pesar—. Yo iré con Vilem. Soy buena nadadora. Si os quedáis, mientras traemos el velero, podréis cubrirnos desde el camión. Si os vais, estaremos solos —se puso una mano temblorosa sobre la frente y cerró los ojos—. No vayáis al hospital. Allí había mucha gente, antes de la epidemia y donde había mucha gente, ahora hay muchos zombies. Además, no sabéis donde guardaban los medicamentos. Podríais estar horas buscando. Una farmacia es más segura y fácil. —se encogió de hombros—. La decisión es vuestra. Haré lo que digáis. Estamos muertos, de todas formas.
Perdón por el retraso.
Tengo que acompañar a Vilem. Si le pasa algo, será mi culpa por decir que sabe navegar. :P. Es que era el único personaje que me convencía como posible ex marino. El resto no da el tipo. :D
Supongo que el concepto de "Personaje Rápido" incluye otras actividades físicas, como nadar, no sólo correr. ¿No es así?
¿Un hospital? No me digáis que aquí nadie jugó nunca al Left4Dead. XD.
-Está bien, separémonos. Lenore y yo iremos al velero y lo acercaremos a aquél embarcadero.- Vilem señaló algunos metros más abajo, a un pantalán que se mecía en la corriente del río.
Se quitó las botas y vació sus bolsillos. Después entregó su palanca a Miko.
-No puedo nadar con ella encima. ¿Me das tu cuchillo?
Se dirigió al resto.
-Quizá lo mejor es que solo os centréis en la comida por ahora, es lo que más falta nos hace, ninguno está enfermo.- y luego dijo a Lenore- ¿Estás lista? Aunque llegues al barco antes que yo- había visto moverse a la chica, y su peso actual no le permitiría nadar tan rápido como ella- no subas hasta que estemos los dos.
No sé si podemos cambiar las pertenencias un rato... supongo que sí :D
Si por lo que sea Miko no quiere dármelo, pues me voy sin arma. Para chulo yo.
Ok, retrazo un poco la resolución, para que hagan sus tiradas de riesgo. Lenore, SI, mientras hables de nadar rápido, puedes tirar dados. Así que tiren ustedes dos por la natación al barco (recuerden, con un éxito matan a un zombie, así que sean creativos :))
Al resto, hagan lo que hagan requiero una tirada de riesgo, al menos una. O tiro yo por los zombies que los rodean cuando resuelva el turno.
Edit: por cierto, es el último momento del primer episodio, así que a quien cierre con el mejor gancho para el segundo episodio le regalo un dado extra a la próxima tirada que hagan!!
Sin perder más tiempo, una vez acordado los pasos a seguir, pone en marcha el camión. Atrayendo de forma irremisible la atención de todos los seres que están en las cercanías. Con un estruendoso rugido, el camión se pone en marcha para arrollar, o por lo menos apartar de la vista, a todos aquellos que tiene delante. Con un acelerón logra poner una ámplia distancia con el enjambre de cosas que estaban junto al camión al arrancar.
La poderosa marcha del vehículo los aproxima velozmente hacia una zona del muelle donde detiene la marcha, sin apagar el motor, para que Lenore y Vilem, quienes ya estaban preparados, se bajen del camión y se lancen al agua en busca del velero mientras ellos se van a por comida.
Sigueiendo las instrucciones de Tereza y Miko, dirige aquella mole apisonadora que es el transporte y se abre camino hacia el lugar donde, supuestamente, podrán aprovisionarse.
Motivo:
Tirada (5 normales 1 de terror): 5, 4, 3, 5, 4, 3
Resultado: Fracaso
Su puedo usar el camión como herramienta, lograría un par de éxitos. Pero me temo que no es el caso. Creoque se podría usar teniendo en cuenta los diarios y el uso del camión. Espero tus indicaciones antes de terminar el post.
Saludos.
Por qué no puedes usarlo? Sí, que sí, si la narración lo justifica.
Y creo que tienes más dados, no había un hecho (tendria que repasarlo) del estilo "ruben puede sacarnos de esta"?
Miko intercambia el arma con Vilem.
-Ten cuidado, está muy afilada.
Los planes trazados por sus compañeros tienen bastante sentido, y le calan especialmente las palabras de Lenore.
- Creo que Lenore tiene razón, aunque por lo menos creo que sí necesitamos algo de comida, lo que nos permitiría estar a bordo más tiempo si es necesario. Lo cierto es que creo que todos tenéis razón y podríamos hacerlo más o menos todo. Allí, a unos cien metros, parece que está más despejado de zombis, y es una buena zona para que Vilem y Lenore salten al agua. Entonces, girando a la izquierda entraremos en la calle del supermercado al que me refería. Es una tienda particular, pequeña, pero que tiene de todo. Allí podemos bajar quien quiera de vosotros-dice mirando a Rubén y Tereza- y yo. El otro, puede dar una vuelta a la manzana despistando a los zombis como propone Tereza. Mientras, cogemos lo que podamos de la tienda, y cuando vuelva el camión subimos rápidamente. Nos dirigimos hacia el punto indicado por Vilem para reencontrarnos y… voilà.
Dicho así suena hasta sencillo, pero Miko está seguro de que en cuanto baje del camión le parecerá una locura.
No obstante, el grupo se pone en marcha, y avanzan hasta la zona donde bajan Vilem y Lenore. Afortunadamente la vista no les había engañado. En aquella zona no hay casi zombis cerca, aunque algunos comienzan a acercarse.
El camión emprende el camino de nuevo y se dirige hacia la tienda mientras por el retrovisor pueden ver como sus dos compañeros saltan al agua.
Llegan hasta el pequeño supermercado y Miko baja rápidamente esperando que alguien le siga. Tan sólo hay un zombi entre el camión y la puerta de la tienda. Miko se impulsa para golpearle con la palanca y pierde el equilibrio fallando y cayendo al suelo estrepitosamente. Las prisas y no estar acostumbrado a empuñar esa herramienta le han jugado una mala pasada. El zombi se gira hacia él y el pobre Miko, aterrado, se levanta dispuesto a correr todo lo que puede en dirección al interior de la tienda.
Motivo:
Bonus: 1
Tirada (5 normales 1 de terror): 3, 1, 2, 1, 3, 5
Resultado: 1 éxito de terror
Tereza lo ve todo desde la silla del conductor, que ha ocupado mientras Rubén y Miko bajan. El grandote Mikolaj intenta asestar un golpe, confiado, abriendo el camino; erra y cae al suelo. Ruben corre a ayudarlo pero su compañero ya está de pie, dando puñetazos como un loco, entre las manos cadavéricas que ansían su carne.
Se levanta y corre, Miko corre dando golpes a ciegas hasta la tienda. La puerta entreabierta, oh sí! es como San Pedro recibiéndolo al Paraiso y una vez adentro la cierra apuntalándola con su nada despreciable peso. Allí afuera golpean y gritan, la puerta se sacude, uno de ellos quiere entrar, quiere matarlo, quiere matarlo o algo peor!
Miko no distingue que esos gritos son articulados, que alguien insulta y se persigna en Español, en Inglés, incluso en alguna otra lengua creada por la necesidad. Rubén, quien corriera a ayudarlo, quedó atrás... atrapado entre una puerta cerrada y los muertos vivos.
Fin del Episodio I
Una lástima, esperaba que tiraran alguna cosa más.
Esto es lo que pasa cuando solo tienes un éxito "de Terror": no te muerden ni nada, pero dejas en peligro egoistamente a otro. Es una descripción de libro, vamos, pero me queda bien para cerrar el Episodio ;)
Vilem y Lenore, al no postear, quedaron en algún lugar de la orilla listos para buscar el barco, solo que la cámara no se preocupó de ellos aún.