Partida Rol por web

El Rumores 

Al llegar a la escuela, notarón inmediatamente que algo era diferente. Normalmente, los pasillos estaban llenos de estudiantes conversando de cualquier cosa, pero esta vez… todos hablaban del reto.

—¿Viste el Stadium en Mainframe? Se ve increíble.

—¿Crees que Tetsuya y los otros acepten?

—Si Katsuki está tan seguro, debe tener un Digibuddy increíble.

Los murmullos crecían a medida que caminaba por los pasillos, causando seguro diferentes emociones en cada niño elegido; desde la emoción ante el desafío hasta la indiferencia por no tener el menor interés en combatir. Al pasar, los alumnos que no fueron seleccionados también sentían todo tipo de estados: algunos lo miraban con admiración, otros con escepticismo, y unos pocos con evidente molestia.

Quisieran o no, su vida se había vuelto mucho más pública de lo que era antes y tendrían que lidiar con ello. Aunque no estaban solos, cada niño pasaba por este momento junto a un compañero digital inseparable. 

Katsuki no podía creer lo reactivo que era el Mainframe, lo suficiente como para formar todo un estadio, y hasta agendar los posibles encuentros que ocurrirían ahí. Se veía asombroso, digno de un entrenador y digibuddie destinados a la grandeza. O es lo que el chico pensaba. 

Por lo que, mientras caminaba en los pasillos de la escuela el día siguiente, no cabía tanta arrogancia en el muchacho. -Hey, ¿como les va? Sí, soy el mejor. Los espero en el estadio, prohebido faltar, ¿eh? Solo los perdedores dejarían pasar un evento único -Soltaba con tanta soberbia en su paso confiado, lanzado dedos como pistolas y señalando gente de manera casual-. ¿Este de aquí? Omega Prime, chicos y chicas. Es el campeón, no lo olviden -Además de no perder la oportunidad de presumir al digibuddie, hasta posando para fotografías. Se lo pidieran o no.

Sin embargo, con mucha menos fachada, se inclinaba para hablarle en voz más baja a Omega. -Tenemos hasta esta noche para prepararnos, lo que significa que nuestra tarea es clara. Obtener información de nuestros oponentes -Aseguró mirando de reojo a sus alrededores mientras avanzaban-. Saito y Tetsuya son nuestros principales objetivos. Sé que Kaori no rechazaría un reto, y tuve una alianza con Tetsuya ayer por un momento, así que veré si puedo exprimir más utilidad a eso, antes de enfrentarlo. Y no creo que Bijutsu sea alguien de quien debamos preocuparnos. Si su digibuddie es igual de aburrido que ella, seguro ni aceptará el reto.

Miró en su HoloStrap, al estadio con la pantalla que mostraba las imágenes de los niños elegidos. -¿Ramón? ¿Quién es ese? -Se rascó la cabeza con mal gesto-. Solo vi cuatro huevos ayer. Y no me gusta que halla algo que no sepa -Aceleró su paso, buscando al chico entre los pasillos-. Creo que es hora que hagamos una pequeña visita a Ramón-san -Le extendió una sonrisa cómplice a Omega.

Kaori observó la pantalla del móvil con la mandíbula ligeramente apretada, el cepillo de dientes detenido a medio movimiento. El video se reproducía con toda la energía y brillo que solo Katsuki Nakamura podía reunir. Omega Prime giraba dramáticamente en el aire, constelaciones detrás, declaraciones exageradas delante, y por supuesto, su nombre mencionado con toda la intención del mundo.

Kaori cerró la app con un toque seco y dejó el móvil sobre la pila del baño, escupiendo la pasta de dientes con algo más de fuerza de la necesaria. Se enjuagó en silencio, ese tipo de silencio que anticipa una tormenta.

No era rabia. Era determinación contenida. Una calma peligrosa, cargada con una sola pregunta:

“¿En serio vas a hacerlo así?”

El camino a la escuela fue rápido. Y, tal como había anticipado, los pasillos estaban más ruidosos de lo normal, pero no con el bullicio habitual. Era un murmullo concentrado, dirigido. Todos hablaban del reto.

-¿Crees que se atreverá a responderle?

-¿Tetsuya aceptará? ¿Y Hoshi?

-Kaori seguro no se echa para atrás, ¿verdad?

Los comentarios la rodeaban, buscaban su reacción. Pero ella no les dio nada. Caminaba con paso firme, sin acelerar ni ralentizar, como si el mundo no se hubiera vuelto más ruidoso a su alrededor.

Y entonces, escuchó su voz.

Katsuki. Inconfundible.

Estaba más adelante, caminando como si el pasillo fuera suyo. Arrogante, teatral, sobrado de confianza. Lanzaba saludos, guiños, dedos en forma de pistola como si ya hubiera ganado, como si el público solo estuviera allí para celebrar su victoria antes de que ocurriera.

Kaori lo miró de reojo sin detenerse, sus ojos recorriendo con precisión cada gesto exagerado. No le sorprendía. Katsuki había nacido para creerse protagonista.

Pero entonces, sí oyó algo que la hizo frenar un instante. Su tono no bajó lo suficiente esta vez. Lo dijo para ser escuchado.

Kaori se detuvo junto a una ventana, mirando al exterior con expresión neutra, pero el apretón de su mandíbula revelaba más que cualquier palabra.

_{-Y a mí no me gusta que pienses que puedes jugar con todos como si fueran parte de tu simulador personal}

Murmuró para sí misma, sin perder la calma.

Con un gesto mecánico, activó la interfaz de su HoloStrap, no para responder públicamente, sino para marcar un recordatorio muy claro:

Entrenamiento hoy. Planear bien. Pero no caer en provocaciones.

Cuando giró la esquina hacia su aula, su mirada se desvió un instante hacia su muñeca. 

Kaori bajó la voz y murmuró con firmeza, más para ella que para nadie:

_{-Si alguien va a decirme cuándo pelear… no será él.}

Y entró al aula como si el reto nunca hubiera existido. Pero en el fondo de su mirada, había una chispa.
No de orgullo. De propósito.
Porque en un combate real, el que gana no es el más ruidoso. Es el que no olvida por qué empezó.

Omega Prime flotaba justo detrás del hombro de Katsuki, con sus alas parpadeando suavemente en tonos galácticos mientras avanzaban por los pasillos de la escuela. Aunque no decía nada al principio, no podía disimular el leve brillo que cruzaba su cuerpo cada vez que alguien les miraba.

_{-“Este de aquí, Omega Prime”…}

Repitió en voz baja para sí, con una sonrisa

-Me gusta cómo suena.

Aunque no entendía del todo por qué Katsuki hacía gestos de pistola con los dedos a la gente, empezaba a asumir que era alguna clase de ritual humano de dominancia social. Y como todo lo que hacía su compañero, lo replicaría si llegaba el momento adecuado.

Posó sin problema alguno junto a él para las fotos, imitando posturas dramáticas. Alas extendidas, brillos pulsantes, un par de giros en el aire con pequeños destellos. Era un espectáculo.

Pero la verdadera misión comenzó cuando Katsuki bajó el volumen y subió la estrategia.

Omega flotó más cerca, su rostro adquiriendo una seriedad impropia de su forma infantil.

-Obtención de información. Inteligencia previa al combate. Fase uno del plan de dominación

Asintió como si fueran soldados en plena operación encubierta.

-Saito y Tetsuya. Entendido. Priorizamos vigilancia, evaluación y… tal vez sutiles provocaciones

Añadió, inflando el pecho ligeramente

-Kaori no parece tipo evasiva, la analizaremos en campo. Tetsuya… mmm, ese sí parece frío. Tipo datos. Nos caerá bien.

Aunque al oír el desprecio sutil a Hoshi, Omega alzó una ceja.

-No subestimemos lo que parece tranquilo, Katsuki. A veces el viento más silencioso es el que te revuelca más feo.

Pero el nombre que más lo desconcertó fue Ramón.

-¿Ramón? ¿Quién es Ramón?

Parpadeó al ver la pantalla del HoloStrap, donde el nombre y su digihuevo estaban asignados con claridad.

El hecho de que no lo hubieran detectado el día anterior lo inquietaba más de lo que esperaba.

-Es nuevo, inesperado y sin patrón conocido. No me gusta

Admitió, cruzándose de brazos

-Debemos observarlo de cerca.

Cuando Katsuki aceleró el paso, Omega se impulsó en el aire y lo siguió con un pequeño destello.

-Operación Ramón-san en curso. Contacto inicial, lectura de actitud, análisis de vínculo. Si es fuerte… bueno, mejor saberlo ahora que en medio del combate.

Giró en el aire y bajó un poco el volumen para decir, casi en tono de broma:

-Y si resulta que es uno de esos tipos misteriosos y raros que hablan con acertijos, prometo no provocarlo. Mucho.

Extendió una pequeña ala hacia Katsuki, chocándola con la suya.

-Vamos, comandante. Mostrémosle quién manda aquí.